ESCRIBANO MONACAL

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UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

sábado, 9 de marzo de 2013

UNA VÍCTIMA DE LA INJUSTICIA: SÜSS OPPENHEIMER


Hoy traigo al blog un personaje casi desconocido para la mayoría de la gente. Se trata de un financiero alemán del siglo XVIII llamado Joseph Süss Oppenheimer.

            Nació en el seno de una familia de negociantes judíos, aunque también se ha dicho que podría ser un hijo natural de un mariscal alemán y de la hija de un rabino de Frankfurt, que ya estaba casada con Isaac S. Oppenheimer, el cual era mucho mayor que ella.

            Joseph pasó su juventud en Heidelberg, donde escandalizó a la comunidad judía por no querer respetar sus normas.

            Más tarde, se fue a Viena para trabajar con su tío Samuel, un rico hombre de negocios con una mentalidad más abierta y una gran cultura.

            Se cuenta que fue llamado urgentemente por el emperador Leopoldo, sólo 3 años después de haber expulsado a los judíos de Viena,  para salvar al imperio austriaco de la invasión de los turcos.

            Tras hacer varios préstamos, con fuertes sumas de dinero, así empezó la tradición de los judíos de la Corte, los cuales modernizaron el sistema financiero del Imperio.

            Joseph no se quedó mucho tiempo en Viena, sino que fue recorriendo Alemania, donde tuvo diferentes trabajos. En algunos tuvo que recurrir a su parentesco con su tío.

            Llegó a conocer y entablar amistad con la rica familia Thurn und Taxis, los cuales disfrutaban de un monopolio postal sobre Ratisbona y una gran parte de Alemania.

            Parece ser que acumuló riquezas a base de conseguir monopolios sobre la emisión de dinero y la venta de éste. Eso lo hizo en varias ocasiones y se hizo con una fortuna considerable.

            También ganó mucho dinero a base de prestar grandes cantidades a los príncipes o de conseguir monopolios sobre la recaudación de impuestos.

            En el verano de 1732 hizo amistad con el príncipe Karl Alexander, casado con María Augusta, princesa de Thurn und Taxis.

            El príncipe se encontraba sin tierras y viviendo plenamente a crédito, pues estaba claro que iba a suceder al duque de Würtemberg, el cual ya estaba viejo y enfermo.

            Efectivamente, como estaba previsto, al morir el duque, el príncipe pasó a gobernar Baden-Würtemberg y Joseph se convirtió en su consejero para las finanzas.

            Lamentablemente, las finanzas de este Estado estaban en muy mala situación, pues los encargados de las mismas lo habían hecho muy mal, a pesar de haberse enriquecido considerablemente.

            Así, Joseph no tuvo más remedio que “ponerse las pilas” y solucionar esos problemas a base de fuertes subidas de impuestos, aparte de enrolar las tropas que le han prometido al emperador y reforzar el poder ducal.

            Siguiendo su sistema habitual, instauró el monopolio ducal sobre la sal, el cuero, los naipes, el tabaco, los licores, las ventas de cargos públicos. Así aumentaron los fondos del duque y la confianza que tenía depositada en su consejero.

            Aparte de ello, Joseph, fundó un Banco y una fábrica de porcelana y se enriqueció mucho con ambos negocios.

            No olvida a los judíos y les consigue los contratos de suministros para el Ejército ducal.

            Su enriquecimiento y su tren de vida le llevan a granjearse muchas enemistades en el ducado. De hecho, su vivienda fue asaltada en 1735.

            También se le acusa de tener muchos intereses en las casas de juego existentes en el ducado.

            Los nobles intentan desacreditarlo delante del duque con acusaciones que unas veces son ciertas y otras no.

            De todas formas, el duque lo necesita más que nunca para resolver sus problemas financieros y así le permite montar un sistema de espionaje en el ducado.

            El duque preparaba un plan contra el Parlamento y los nobles para quitarles sus privilegios y convertir a la mayoría de los habitantes del ducado en católicos. Parece ser que a Joseph le daba igual, pero apoyó a su jefe en esta decisión.

            El problema surgió cuando el duque falleció de repente, víctima de una embolia pulmonar y se nombró un Consejo de Regencia. Como éstos descubrieron lo que se estaba tramando hicieron arrestar a todos los colaboradores del duque.

            En 1737 comenzó el proceso contra Joseph con una larga lista de cargos a cual más inverosímil. Incluso, se le acusó de utilizar la magia negra para cambiar la voluntad del difunto duque.

            Ese mismo mes fue condenado a muerte, sin embargo, sus colaboradores cristianos no fueron molestados.

            Hay que aclarar que una de las actividades de los judíos de la Corte era realizar préstamos con grandes intereses, los cuales estaban expresamente prohibidos por la Iglesia a los católicos. No obstante, estos judíos no tenían permitido establecer relaciones con mujeres cristianas.

            Aunque él prácticamente se puede decir que sólo había cumplido la voluntad del difunto duque, tras varias sesiones de tortura, se confesó culpable de todo lo imaginable.

            Cuando se le dio la posibilidad de convertirse al Cristianismo, contestó que había decidido morir como judío, pues era simplemente una víctima de una injusticia.

            Para mayor escarnio, fue llevado al lugar de la ejecución metido dentro de una jaula de hierro y colgada en el sitio más alto de Stuttgart.

            Ya en aquella época hubo muchas discusiones sobre este caso y se difundieron muchos panfletos contra los judíos  y su posibilidad de enriquecerse por estar al servicio de los príncipes.

            Este tema ha sido objeto de numerosas obras literarias a favor y en contra de nuestro personaje. También se hicieron obras de teatro y algunas de las obras publicadas fueron quemadas por los nazis en 1933.

            En los años 30, además, se hicieron películas sobre este tema, aunque con una visión actualizada, haciendo que ocurriera en la Alemania de Hitler.

            Para contrarrestar esta mala propaganda, los nazis filmaron otra película en 1940 de carácter claramente antisemita, la cual estuvo prohibida durante unos años de la posguerra

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