Gavrilo Princip nació en 1894 en
una aldea de Bosnia. Era uno de los nueve hijos, que trajeron sus padres al
mundo, de los que 6 murieron durante la infancia. Su familia era muy modesta y
se dedicaba a la agricultura, en un terreno alquilado. Los dueños de las
tierras en
Bosnia solían ser los turcos. También, su padre, se dedicaba al
transporte de mercancías en carretas hacia Dalmacia.
Parece ser que el sacerdote
ortodoxo que lo bautizó se empeñó en que le pusieran ese nombre, porque así
protegería al bebé el arcángel Gabriel.
El chico era muy estudioso y a
base de becas, pudo realizar ciertos estudios. Incluso, su hermano, intentó
meterlo en una academia militar, aunque luego cambió de idea y lo matriculó en
una Escuela de Comercio.
En 1910, Princip, fue un gran
admirador del terrorista Zerajic y confesó que muchas noches fue a meditar
junto a su tumba.
En 1911, decidió unirse a la
Joven Bosnia, una organización que buscaba la separación del Imperio y la unión
con el reino de Serbia.
En 1912, fue expulsado de la
Escuela de Comercio, por haber participado en una manifestación contra el
Imperio.
De allí se fue andando hasta
Belgrado, donde se ofreció como voluntario para integrar las guerrillas que
luchaban contra los turcos. A pesar de su buena voluntad, fue rechazado debido
a su baja estatura.
Regresó muy desmoralizado a
Sarajevo, donde se encontró con miembros de otras organizaciones y allí fue
donde recibió formación en el uso de
armas y bombas.
En 1913, el Gobierno del Imperio
prohibió muchas organizaciones nacionalistas
y culturales serbias. En especial, las que estaban en el territorio de
Bosnia-Herzegovina, donde, por entonces,
gobernaba Potiorek. No hay que olvidar que ya existían malas relaciones
entre el Imperio y el reino de Serbia.
De todos es sabido que el
28/06/1914, el archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía Chotek, una
aristócrata de origen checo, visitaron
Sarajevo, donde aparte de saludar a las autoridades, pensaban inaugurar un nuevo
museo.
Precisamente, ese día era su
decimocuarto aniversario de boda y, según dicen, por eso se les permitió viajar
juntos, porque, habitualmente, lo tenían prohibido.
Lo curioso es que el Gobierno
austriaco no les aportó la correspondiente escolta, como solían hacer siempre, lo
cual ya es muy sospechoso.
Realmente, como él era el
inspector general del Ejército del Imperio Austro-Húngaro, estuvo presenciando
las maniobras que se hacían todos los años por esa fecha y que ese año se
hicieron en el territorio de Bosnia-Herzegovina. Luego, la pareja aprovechó ese
viaje para dirigirse a Sarajevo, adonde habían sido invitados por el gobernador
militar, Potiorek.
Esta unión nunca fue bien vista
por Francisco José y, por ello, les hicieron firmar que los hijos que tuvieran
nunca tendrían derechos sobre el trono, porque a ella la consideraron de
categoría inferior a él. Por eso, nunca podía ir en público a su lado. Las
tonterías del protocolo.
De hecho, para que el emperador
consintiera ese matrimonio, tuvieron que hacer de intermediarios delegados del
Papa León XIII, del zar Nicolás II de Rusia y del káiser Guillermo II de
Alemania. Al final, lograron convencerle. Así que se casaron y tuvieron tres
hijos.
También hay que decir que a los
serbios no les hizo ninguna gracia que eligieran ese día para la visita, pues
era un día festivo en Serbia, donde se recordaba una importante victoria ,
lograda en 1389, en Kosovo, sobre los
turcos.
Incluso, es preciso recordar que
el archiduque estaba en el punto de mira de los nacionalistas serbios, porque,
se rumoreaba que, cuando llegara al trono pretendía dar mayor libertad a los
diferentes territorios que componían el Imperio para crear una especie de
Estados Unidos monárquicos.
Evidentemente, esto no les hacia
ninguna gracia a los nacionalistas serbios, porque les iba a estropear su sueño
de crear la Gran Serbia.
Incluso, se afirmaba que el
archiduque ya tenía un gabinete en la sombra, trabajando en estas ideas, para
ponerlas en práctica a la muerte del emperador.
El heredero y su esposa llegaron
por la mañana, en tren, a Sarajevo. Allí les esperaban las autoridades,
presididas por el gobernador Potiorek.
La comitiva se componía de 6
coches. Parece ser que los agentes de seguridad se montaron, por error, en el
primer coche, en lugar de hacerlo en otro más próximo al tercero, que es donde
viajaban las personalidades, que, se supone, debían proteger.
Así que en el primero se montaron
el jefe de seguridad, junto con varios agentes locales. En el segundo, iban el
alcalde y el jefe de la Policía de Sarajevo.
En el tercero, iban el archiduque
y su esposa, junto al gobernador Potiorek y un teniente coronel austriaco.
Efectuaron una primera visita de
inspección a un cuartel, para luego continuar viaje, como estaba previsto, hacia el ayuntamiento de Sarajevo.
La comitiva pasó por un lugar
donde había varios terroristas esperándole. Los dos primeros, que estaban
armados, no pudieron reaccionar a tiempo.
Sin embargo, el tercero, que
estaba en la acera de enfrente, lanzó una bomba, la cual golpeó la capota del
coche y rebotó hacía atrás, estallando delante del cuarto coche e hiriendo a
unas 20 personas. Otros dicen que fue el archiduque el que la desvió con su
brazo hacia atrás.
A partir de ahí, los coches de la
comitiva aceleraron y consiguieron llegar al ayuntamiento. Mientras tanto, el terrorista se tragó su cápsula de veneno y
se tiró al río. Eso no fue muy efectivo, porque el veneno no estaba en buen
estado y el río estaba casi seco. Así que lo detuvieron enseguida. La Policía lo
tuvo que proteger antes de que la gente lo matara a palos.
Posteriormente, el heredero y su
esposa, fueron recibidos por el alcalde, que no sabía lo que había ocurrido, el
cual, cuando iba a pronunciar el discurso de bienvenida, fue interrumpido por
el archiduque, que estaba bastante cabreado. Menos mal que su mujer lo calmó y
el alcalde pudo seguir con su discurso.
Luego, el heredero, leyó el suyo, acabando por dar las gracias al
pueblo de Sarajevo, que se había alegrado por el fracaso del intento de
asesinato.
También aprovechó para enviar un telegrama al emperador, explicando lo sucedido
y diciendo que ambos habían resultado ilesos.
De todas formas, Francisco
Fernando, insistió en que quería ir al hospital a visitar a los heridos,
cancelando el resto de los actos en la ciudad.
El gobernador Potiorek decidió
que sería mejor seguir un camino recto hasta llegar al hospital, pero se le
olvidó comunicárselo al conductor.
Parece ser que, en cierto
momento, el gobernador le indicó al
conductor que diera la vuelta, para tomar el otro camino y llegar más
rápidamente al hospital.
Mientras tanto, Princip, tras
saber que el atentado había resultado fallido, se fue a una cervecería para confundirse
entre la gente. Cuál no sería su sorpresa, cuando, por una ventana del bar vio
el coche del heredero, maniobrando lentamente para dar la vuelta.
No se lo pensó más y salió a la
calle, disparando dos veces a unos 5 metros del coche. La primera bala alcanzó
a Francisco Fernando y la segunda a su esposa.
Los dos estaban heridos de
gravedad. Fueron llevados a toda prisa a la residencia del gobernador. Sofía
murió antes de llegar y él unos minutos más tarde.
Parece ser que el archiduque era
un hombre al que le gustaba vestir con gran elegancia, así que solía hacerse
coser las solapas del uniforme, para que no se le movieran con el viento. Dicen
que este hecho fue un obstáculo para poder abrirle rápidamente la guerrera y taponar la salida de sangre de la herida.
Los restos mortales de los
archiduques fueron llevados a la ciudad costera de Trieste, lugar donde se
celebraron los primeros funerales en su honor.
Los ataúdes fueron llevados a
hombros de oficiales de la Armada, porque, a juicio de ellos, este cuerpo militar
había sido muy bien tratado por el difunto y le estaban muy agradecidos.
Actualmente, sus restos reposan
en la cripta de su castillo de Artstetten, en la Baja Austria, donde existe un
museo dedicado a ellos.
Todos los implicados en este
atentado fueron capturados. Unos enseguida y otros, un poco más tarde.
Tras el asesinato de los
archiduques se hizo todo un progrom anti-serbio en Sarajevo. Este duró hasta el
día siguiente.
Algunos autores dijeron que
“Sarajevo fue el frenesí del odio”. Los que hicieron ese progrom no fueron los
austriacos, sino los croatas y los musulmanes contra los serbios. También hubo
disturbios contra los serbios en Zagreb y en Dubrovnik.
El Gobierno imperial encarceló a
unos 5.000 serbios, condenando a muerte a unos 460, y dejando que la milicia de
voluntarios, llamada “Schutzkorps”, los
persiguiera y matara a algunos de ellos.
Esta milicia estaba compuesta por
unos 20.000 voluntarios croatas y bosnios. Se dedicaron, principalmente, a la
limpieza étnica de los serbios y les obligaron a salir de Bosnia-Herzegovina.
No estaría de más indicar que, al
igual que los serbios tenían una ideología nacionalista, que les hacía soñar
con la Gran Serbia, los croatas, tenían otra igual que les hacía soñar con la
Gran Croacia. De esto, ya hablaré en otro artículo.
También se produjeron saqueos en
Sarajevo en las tiendas propiedad de los serbios. Durante unas horas, reinó el
caos en esa ciudad, con la complicidad de las autoridades austriacas.Algunos de los implicados en ese acto terrorista, supongo que, tras un duro interrogatorio, confesaron que las órdenes procedían de tres militares serbios: Dimitrijevic, Ciganovic y Tankosic. Con esto, quedaba claro que no era un simple atentado terrorista, sino un acto de agresión por parte de otro país, con el que ya estaban anteriormente enemistados.
Evidentemente, este acto les
sirvió muy bien como pretexto para declarar la guerra a Serbia.
Antes de ello, el 23/07, el Gobierno austriaco, envió un ultimátum con 10 puntos, con unas
exigencias bastante humillantes, a
Belgrado.
Sorprendentemente, Serbia aceptó
todos menos el número 6, que se refería a la aceptación de policías austriacos
para investigar el asesinato dentro de Serbia. Eso le sirvió muy bien de excusa
al Imperio. El 28/07 comenzó el ataque del Imperio a Serbia.
Mientras tanto, el juicio contra
los asesinos del heredero y su esposa se celebró en Sarajevo entre los días 12
y 23 de octubre y el fallo se supo el 28 del mismo mes.
La estrategia de los abogados
defensores fue que los mayores de edad, que podrían ser condenados a muerte,
dijeran que habían sido amenazados para perpetrar el acto.
Mientras que los menores intentaron
en todo momento camuflar que la Inteligencia serbia se hallaba detrás de la
organización del magnicidio.
No obstante, el tribunal dio por
probado que, aparte de los implicados, los servicios de Inteligencia de Serbia,
habían estado implicados en estos asesinatos. Ese fue el pretexto para declarar
la guerra.
Siguiendo la Ley vigente en el
Imperio, los menores de 20 años eran menores de edad y no podrían ser
condenados a muerte, aunque, realmente, Bosnia-Herzegovina, no era parte
integrante del Imperio, sino un protectorado.
Hubo ciertas discusiones acerca
de la edad de Prinzip, parece ser que cumplía los 20 años el 25 de julio de
1914. Lógicamente, cuando cometió el crimen aún no los había cumplido. Este
error vino dado, por una divergencia en el mes de nacimiento entre los libros
del registro y los parroquiales. Se optó por dar validez a los últimos.
Se dictaron 5 condenadas a
muerte. Sin embargo, como el ministro de Finanzas y nuevo gobernador de Bosnia,
había pedido clemencia al emperador, se conmutaron dos de ellas por la pena de
20 años de cárcel.
En resumen, tres condenas a
muerte, que fueron ejecutadas mediante ahorcamiento, el 03/02/1915, y una a cadena perpetua. Cinco
condenados a 20 años, entre ellos, Gavrilo Princip. Siete condenados a diversas
penas de cárcel. Finalmente, otros 9 más fueron absueltos y puestos en
libertad.
Uno de los condenados a 20 años
pidió perdón por carta a los hijos de los asesinados y éstos le contestaron,
perdonándole sus crímenes. Éste también murió de tuberculosis en la misma
cárcel que Gavrilo Princip, situada en Terezin, actualmente, en la República
Checa.
Parece ser que la situación de
Princip en la cárcel no era muy buena, pues debía de permanecer todo el día con
un brazo encadenado, sin poder moverlo. Eso hizo que, con el tiempo, tuvieran
que amputárselo.
Tampoco podía recibir visitas.
Estaba encerrado en una celda, completamente aislado de los además y ni
siquiera su familia sabía en qué cárcel se encontraba.
Princip murió el 28/04/1918 en la
prisión de Terezin, debilitado por su enfermedad y por la desnutrición, debida
al maltrato, las condiciones insalubres de su celda y la
guerra. En sus últimos días, sólo pesaba unos 40 kg.
Tras su muerte, su cuerpo fue
enterrado en una tumba sin nombre. No obstante, un soldado checo, pudo hacer un
esquema, indicando la situación de la misma.
En 1920, ese esquema les fue de
mucha utilidad a los serbios para desenterrar su cadáver y trasladarlo a una
capilla en Sarajevo, donde se le enterró junto con otros héroes de San Vito.
La pistola utilizada por Princip,
junto con la camisa sangrienta del archiduque, fueron regalados a un sacerdote
jesuita, amigo de la pareja, a los que dio la extremaunción.
Posteriormente, se han prestado, para
su exhibición pública, en el Museo de Historia Militar, en Viena y allí es
donde ahora se encuentran.
Otra cosa curiosa es la casa
donde vivió Princip en Sarajevo. Durante la I Guerra Mundial fue destruida por
vez primera.
En la posguerra, fue
reconstruida, por orden del nuevo Gobierno del reino de Yugoslavia, para que fuera un museo.
En 1941, durante la II Guerra
Mundial, Yugoslavia fue invadida
En 1944, el nuevo Gobierno comunista de Yugoslavia ordenó que fuera reconstruida y que volviera a ser un museo. Incluso, se hizo otro museo dedicado a este personaje en Sarajevo.
En los años 90, durante las guerras en Yugoslavia, esta casa, fue destruida por tercera vez y aún no ha sido reconstruida.
Sin embargo, en 2014, se ha
inaugurado la reconstrucción casa natal de Gavrilo Princip, en su aldea, en la
actual Bosnia-Herzegovina. Esta había sido incendiada por las tropas croatas en
1995.
Hoy en día, sigue en discusión la
figura de Princip. Mientras que, para los serbios, fue un auténtico héroe, para
los croatas y bosnios, sólo fue un terrorista.