ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 11 de septiembre de 2022

LA VERTIGINOSA VIDA DEL PRESIDENTE THEODORE ROOSEVELT

 

Ciertamente, no soy muy dado a hablar de la vida de los políticos. Sin embargo, hoy voy a hacer una excepción y voy a narrar la vida de este personaje, que llegó a ser presidente de USA. De hecho, los ciudadanos de ese país, siguen pensando que fue uno de sus mejores presidentes.

Nuestro personaje de hoy se llamaba Theodore Roosevelt jr. Nació en Nueva York, en 1858. Parece ser que su familia era muy acomodada. Su padre tenía una empresa de importación-exportación. Por lo visto, aparte de empresario, también fue un gran filántropo. Siendo uno de los fundadores del famoso Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y también aportó muchos fondos a la causa nordista, en la guerra civil USA.

Theodore fue el segundo hijo de ese matrimonio. Curiosamente, Elliot, el tercero de los hermanos tuvo una hija llamada Eleanor, que luego se casó con un primo lejano suyo. El futuro presidente Franklin D. Roosevelt.

Por lo visto, de pequeño sufrió asma. Nadie lo hubiera dicho a la vista de las fotos, donde parece un tipo con muy buena forma física. De hecho, dicen que era muy aficionado a realizar ejercicios gimnásticos. Incluso, le gustaba bañarse desnudo en el río Potomac, en pleno invierno.

En 1880 acabó la carrera de Historia en la Universidad de Harvard y, poco después, se casó con la hija de un banquero.

En 1882, publicó su primera obra histórica, “La guerra naval de 1812”. Una obra en la que hizo un análisis pormenorizado de la armadas británica y USA. 

Según parece, tuvo una gran repercusión en su época. Incluso, afirmó que sólo un país con la flota más poderosa del mundo, podría dominar todos los mares y esto podría ser aprovechado por los diplomáticos.

Cuatro años después, tuvieron una hija, pero, desgraciadamente, su esposa murió, pocos días después del parto. Así que dejó el bebé al cuidado de una de sus hermanas.

Fue miembro de la Asamblea del Estado de Nueva York. Desde allí, luchó, incasablemente, contra la corrupción. Denunció a todos los corruptos, ya fuesen empresarios, políticos, jueces, etc.

Todo ello, le valió su reelección y llegó a ser el líder del Partido Re
publicano en esa cámara legislativa. Sin embargo, no consiguió ser elegido presidente de la misma.

Parece ser que quedó muy defraudado por el triunfo del ala conservadora de su partido, ya que él siempre fue un reformador. Así que, durante un tiempo, dejó la política y se trasladó al territorio de Dakota, donde compró una granja para dedicarse a la ganadería. Se convirtió en un vaquero y admiró las costumbres de estos.

Sin embargo, no tuvo mucha suerte, porque el invierno de 1886 fue muy duro y acabó con la mayoría de las cabezas de ganado de aquella zona. Por ello, regresó a Nueva York, aunque siempre luchó a favor de los intereses de los ganaderos.

Ese mismo año, se casó por segunda vez, aunque parece ser que su familia no aprobó ese nuevo matrimonio. No obstante, la pareja tuvo 5 hijos.

Posteriormente, se presentó como candidato a la alcaldía de Nueva York, pero no resultó elegido. Así que escribió un nuevo libro sobre la emigración de los ciudadanos USA hacia el oeste de su país, con el que obtuvo un gran éxito.

Tras su apoyo al candidato republicano Harrison, cuando éste obtuvo la presidencia de USA, le nombró una especie de director general del funcionariado. Un puesto desde el que nuestro personaje siguió combatiendo la corrupción del sistema.

En 1894, le ofrecieron el puesto de jefe de la Policía de la ciudad de Nueva York. Todo un reto, porque era un organismo donde abundaban los corruptos. Así que allí hizo una buena limpieza.

Aparte de eso, les exigió exámenes físicos anuales y frecuentes inspecciones de armas. Incluso, hizo amistad con un periodista llamado Jacob Riis, que se dedicaba a escribir sobre los barrios bajos de esa ciudad y solían pasear juntos por ellos. También paseaba para ver si se realizaban las rondas policiales.

En 1896, nuestro personaje apoyó a William McKinley, como candidato a la presidencia USA y, cuando éste fue elegido, nombró a Theodore subsecretario de Marina, aunque, realmente, era él y no el secretario el que tomaba las decisiones en ese Ministerio.

Parece ser que su mentor para estos puestos fue el importante político Henry Cabot Lodge. Es posible que a alguien le suene este nombre. Ciertamente, uno de sus nietos, que se 

llamaba igual, fue embajador de USA en varios países y también en la ONU, durante los años 60.

Precisamente, fue Theodore el que más influyó en el presidente McKinley para que le declarara la guerra a España por el tema de Cuba. Lo veía como una forma de expulsar a las potencias europeas de América y también como una ocasión para probar la fuerza efectiva del Ejército y la Armada USA.

La excusa que utilizaron fue que a mediados de febrero de 1898, se produjo la explosión del crucero USS Maine en el puerto de La Habana.

Curiosamente, aunque McKinley intentó una solución diplomática, Theodore dio las órdenes oportunas para que su flota se repartiera entre Cuba y Filipinas.

Curiosamente, como a nuestro personaje se ve que le iba la marcha, en cuanto se declaró la guerra, dimitió de su puesto gubernamental para fundar un regimiento de Caballería e ir, voluntariamente, a luchar a Cuba. Igualito que los políticos españoles.

Ciertamente, Theodore ya había militado en la Guardia nacional de Nueva York y eso le permitió formar a sus soldados. Fue nombrado coronel y siempre le gustó que le llamaran por ese grado.

Curiosamente, en su regimiento había gente de todo tipo. Incluso, hasta algunos indios. Fue asignado dentro de una división de Caballería a cuyo frente se hallaba un antiguo general confederado.

Su bautismo de fuego lo tuvieron el día de San Juan de 1898 y, al mes siguiente, participaron en una pequeña batalla, cuya victoria magnificaron en la prensa.

Ese mismo año, regresó a USA, al mando de su unidad. Unos meses después, el Partido Republicano le propuso a Theodore ser candidato al puesto de gobernador de Nueva York. Cosa que aceptó, ganando por un estrecho margen.

Parece ser que el presidente de su partido, Thomas Platt, lo quiso tener bien atado y hasta le obligó a que le consultara los nombres de la gente que iba a nombrar para cargos importantes, antes de hacerlo. Sin embargo, Theodore consiguió imponer a las personas de su máxima confianza.

Incluso, aumentó los impuestos a las grandes corporaciones, que se beneficiaban de unos suculentos contratos con el Estado.

Por lo visto, Theodore no era muy del agrado de Platt, así que éste hizo todo lo posible para quitárselo del medio.

Precisamente, el vicepresidente USA murió de un infarto y el puesto se hallaba vacante. Así que Platt propuso la candidatura de Theodore para ese puesto y, en 1901, fue elegido en la Convención republicana.

Evidentemente, no era una persona idónea para un puesto donde no tienen que hacer casi nada. Precisamente, el puesto de vicepresidente lleva aparejado el de presidente del Senado. Ciertamente, presidió esa cámara durante unos días, pero luego la dejó por aburrimiento.

Una de sus frases más populares fue: “Habla suavemente, pero lleva un buen garrote. Así llegarás lejos”.

Desgraciadamente, cuando, en septiembre de 1901, el presidente McKinley asistía a una exposición en la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York, sufrió un grave atentado.

En principio, parecía que se iba a recuperar de esos disparos. Theodore fue a visitarlo, pero luego volvió a su lugar de vacaciones.

Inesperadamente, una semana después, murió y Theodore fue nombrado, en la ciudad de Buffalo, nuevo presidente de USA.

Parece ser que muchos de sus compañeros de partido estaban alarmados, porque siempre quisieron quitarle protagonismo, sin embargo, esta vez, el jefe era él.

No obstante, se comprometió a seguir la línea de gobierno de McKinley y permitió que todos los miembros del Gobierno conservasen su puesto.

Por el contrario, empezó una denodada lucha contra los monopolios

empresariales, enfrentándose a muchas importantes corporaciones.

Parece ser que le gustaba reformarlo todo desde las normas de las academias militares hasta las reglas del fútbol americano. Incluso, en cierta ocasión triunfó mediando en una huelga de unos mineros contra JP Morgan. Consiguiendo que les subieran el sueldo y reduciendo su jornada laboral.

En 1902, se descubrieron varios casos de corrupción en el Servicio Indígena y en Correos. Theodore, ordenó que se investigara a fondo este tema y llevó a los implicados ante la Justicia.

En 1906 hubo muchas protestas a causa de los abusos en la industria de los alimentos envasados. Así que se puso manos a la obra y redactó una serie de medidas para perseguir legalmente a las empresas fabricantes de los productos, cuya etiqueta no correspondiese con la calidad de lo envasado o los que llevasen productos químicos nocivos. Incluso, esa ley afectó a la industria farmacéutica.

Por otro lado, fue un ferviente partidario de la conservación de los espacios naturales y fundó el Servicio Forestal USA. También creó los primeros 5 parques nacionales y los primeros 18 monumentos nacionales.

En 1904 estalló la guerra ruso-japonesa. Theodore hizo grandes esfuerzos por conseguir una paz aceptable por ambas partes y la consiguió al año siguiente. Por este motivo, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.

Centró su política exterior en una ampliación de sus relaciones diplomáticas con el Reino Unido, ya que desconfiaba de las intenciones del Kaiser de Alemania y del zar de Rusia.

A partir de su mandato, USA se convirtió en una gran potencia económica y militar y empezó a ejercer como una especie de policía a nivel internacional.

Sin embargo, ya previó que Japón podría convertirse en una potencia militar. Así que pactó con ellos que les dejaría seguir ocupando Corea, mientras ellos les dejaran seguir en Filipinas.

También fue uno de los promotores del famoso Canal de Panamá. Algo que sigue siendo extremadamente útil para la navegación comercial y militar.

Otra de sus obsesiones fue limitar la influencia en la política de las corporaciones financieras e industriales.

Parece ser que siempre fue muy amable con los periodistas y también el creador de las famosas ruedas de prensa de la Casa Blanca. Era su forma de contactar con sus votantes de clase media.

En 1904 fue reelegido como presidente y entonces dijo que no volvería a presentarse a otra reelección. Hay que decir que entonces no había límites para ser reelegido. Sin embargo, ya no pudo hacer tantas cosas, pues el Congreso estaba dominado por los demócratas y se opusieron a muchos de sus proyectos.

Así que propuso como su sucesor a su secretario de guerra, William Howard Taft, el cual fue elegido para la presidencia USA en las elecciones de 1908.

Posteriormente, creó el Partido Progresista, con el que se presentó a las elecciones de 1912. Ciertamente, no tuvo demasiados apoyos, porque criticó muy duramente a las corporaciones.

Durante esa campaña electoral, a mediados de octubre de 1912, 

cuando se hallaba en Milwaukee (Wisconsin) fue víctima de un atentado. Un loco le disparó con un revólver.

Curiosamente, aunque la bala penetró en su cuerpo, se negó a cancelar el discurso que iba a dar y, sólo cuando terminó, fue cuando aceptó ser llevado a un hospital.

Parece ser que tuvo suerte, porque la bala no penetró en la pleura. No sé si es que la Medicina no estaba tan adelantada como ahora, lo cierto es que los médicos prefirieron no tocarla y pasó el resto de su vida con esa bala alojada en el interior de su cuerpo.

No obstante, llegó a tener bastante éxito en esas elecciones. Llegó a quedar el segundo, tras Woodrow Wilson y por delante del presidente Taft. Sin embargo, tras el

fracaso de su nuevo partido en las elecciones de 1916, decidió reincorporarse a su antiguo partido.

Cuando USA quiso intervenir en la I Guerra Mundial, Theodore quiso hacer lo mismo que en la guerra de Cuba. O sea, organizar una unidad militar y participar en ese conflicto. Sin embargo, el presidente Wilson no se lo permitió y eso no le hizo ninguna gracia. Supongo que le hicieron un favor, porque ya tenía el cuerpo muy machacado entre el atentado y los viajes de exploración, que solía hacer a zonas inhóspitas.

Precisamente, el hijo menor de Theodore se hizo piloto y combatió en Francia, muriendo, cuando su avión fue derribado en un combate aéreo. Fue un trago muy duro para su padre.

También fue un luchador por la paz mundial. Precisamente, en 1910, durante la ceremonia en la que entregaron el Premio Nobel de la Paz, pronunció un discurso en el que se declaró partidario de que se creara un organismo supranacional que velara por la paz mundial. Lo que luego fue la Sociedad de Naciones y después la ONU.

No sé sería por la rivalidad existente entre nuestro personaje y el nuevo presidente Wilson, lo cierto es que USA nunca quiso ingresar en la Liga de Naciones.

Aunque ya era un poco mayor, los republicanos pretendían que se presentase a las elecciones de 1920. No obstante, él argumentó ser un gran seguidor de Lincoln. Por ello, puso como condiciones que le apoyaran para crear un sistema público de pensiones, otro por enfermedad y paro, una campaña para construir muchas viviendas de protección oficial para familias con pocos recursos, reducción en la jornada laboral, subvenciones a los agricultores, un mayor control sobre las grandes empresas, etc.

Supongo que esas medidas harían chirriar las meninges de muchos

republicanos conservadores y no aceptaron sus condiciones. Dado que muchas de esas grandes empresas financiaban a los republicanos.

Desgraciadamente, a primeros de enero de 1919, recayó con unos graves problemas respiratorios. Le atendió su médico personal, pero no pudo hacer mucho y murió mientras estaba dormido.

Actualmente, se le recuerda como uno de los cinco mejores presidentes de toda la historia de USA. De hecho, en 1927, se esculpió su efigie, junto a la de los presidentes Washington, Jefferson y Lincoln en el famoso monte Rushmore.

Incluso, un portaviones y un submarino fueron botados con su nombre. Hasta a los famosos osos de peluches les denominan Teddy. Un diminutivo que a él no le gustaba nada.

Para terminar, voy a mencionar una frase que siempre me ha gustado, pronunciada por nuestro personaje: “Detrás del gobierno visible, se halla entronizado un gobierno invisible, que no debe lealtad a nadie y no reconoce ninguna responsabilidad hacia el pueblo. Destruir este gobierno invisible, denunciar la blasfema alianza entre la corrupción económica y la corrupción política, es la principal tarea del estadista de nuestros días”.

Hubo otro presidente, que también se refirió en uno de sus últimos discursos a ese “gobierno invisible”. Me refiero al malogrado John F. Kennedy.

 

TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN DE WWW.GOOGLE.ES