Hoy voy a narrar un episodio
histórico sobre el que han corrido ríos de tinta, aunque me parece que nunca ha
sido muy bien explicado.
Así, poco a poco, fue adquiriendo
poder político en la ciudad de Florencia, que era donde residían. Empezaron por
el cargo de gonfaloniero, que era una especie de abanderado y luego crearon una
especie de dictadura muy populista, aunque, teóricamente, aquello era una república.
Lo cual les granjeó muchas simpatías entre la clase popular y muchas antipatías
entre la antigua nobleza florentina.
No voy a mencionar detalladamente todo el linaje de los Médicis, porque eso alargaría demasiado este artículo.
La familia Médicis siempre se
mostró más cercana a la incipiente burguesía florentina, que se dedicaba a la
manufactura y el comercio de la lana, que a las familias nobiliarias, que
siempre habían gobernado esa ciudad.
Ahora ya paso a hablar de Lorenzo
el Magnífico. Parece ser que era un hombre con unas ideas muy claras.
Teóricamente, siempre respetó las instituciones de gobierno de Florencia. Sin
embargo, se dedicó a colocar a sus amigos en esos consejos, para que nadie se
pudiera oponer a su política.
Lorenzo tenía, literalmente,
comprada la voluntad de la mayoría de sus conciudadanos, gracias a los regalos
que solía darles. De hecho, muchos gritaban “Palle e pane”. “Palle” era el
nombre de las bolas que figuraban en el escudo de los Médicis y con “pane” se
referían a la prosperidad que les habían dado los Médicis. Eso hacía que nadie
discutiera las decisiones tomadas por Lorenzo.
Curiosamente, Lorenzo era un tipo
muy cercano a sus conciudadanos. Solía pasear por la calle vestido como un
florentino cualquiera y la gente se acercaba a hablar con él y a contarle sus
problemas.
Incluso, se decía que solía
bajarse de la acera para cederle el paso a todo el mundo. Cosa que nunca hacían
los nobles. Hay que decir que, en aquella época, salvo las aceras, las calles
solían estar llenas de barro, pero a él no le importaba mancharse sus botas.
Parece ser que otras de sus
cualidades es que sabía escuchar a todo el mundo y tampoco fue un amante de la
guerra. Algo muy raro entre los gobernantes de aquella época.
Evidentemente, tenía mentalidad
de comerciante y una de las cosas que más les asusta a estos es el estallido de
una guerra, que suele provocar la ruptura de los intercambios comerciales.
En su faceta como mecenas, fundó una escuela de escultura, que fue donde empezó a dar sus primeros pasos el gran Miguel Ángel. Allí tuvo como maestros al famosoGhirlandaio y a un menos conocido Bertoldo di Giovanni, un discípulo del gran Donatello.
Parece ser que los nobles florentinos
odiaban a los Médicis desde que, en 1378, uno de los miembros de esa familia
encabezase una rebelión contra varios nobles partidarios del Papa.
Aparte de ello, Lorenzo nunca se fio
mucho de la familia Pazzi, que también eran banqueros y, según parece, más
ricos que él. Así que les dictó una serie de prohibiciones, como la de prestar
dinero al Papa. De vez en cuando, les enviaba inspectores, algo que no gustaba
nada a los presumidos Pazzi.
Así que esta familia ideó una
forma de eliminar a los Médicis para quedarse con el poder en Florencia. Para
ello, contaron con el apoyo del Papa Sixto IV y con el rey Fernando I de
Nápoles.
Para completar el círculo, el
Papa nombró a Francisco Salviati nuevo arzobispo de Pisa. Ésta era una ciudad
que estaba bajo el protectorado de Florencia y Lorenzo no podía permitir que se
produjera un nombramiento sin su beneplácito. Así que no le dejó entrar en
Pisa.
Los Pazzi habían contratado a unas 1.300 personas para hacerse con el poder en Florencia. Consiguieron colarlos en la ciudad entre el numeroso séquito que llevó el cardenal Riario, sobrino del Papa, que efectuaba una visita por esa zona.
Curiosamente, Lorenzo solía
compartir el poder con su hermano Giuliano. Así que, para derrocarlos, había
que eliminar a los dos, pero era muy raro que estuvieran juntos.
Así que eligieron un día en que
ambos asistieron a una misa en la catedral de Florencia. Ese día fue el
26/04/1478. El momento elegido para el ataque fue la consagración, porque el
ruido de las campanas sería el aviso para que los conspiradores, que esperaban fuera,
entrasen en el templo.
Así que, cuando iba a empezar la
ceremonia de la comunión, Bernardo Bandini, que estaba arrodillado, se dio la
vuelta y apuñaló a Giuliano, éste intentó escapar a pesar de que ya estaba
herido de muerte. Por ello, Francesco se echó sobre él y le dio 20 puñaladas.
Hasta llegó a herirse él mismo.
Por otro lado, los dos sacerdotes
se echaron encima de Lorenzo, pero un amigo de éste quiso separarlos y fue el que se llevó
las cuchilladas. Aunque Lorenzo fue herido en el cuello, consiguió escapar
hacia la sacristía y desde allí volver a su casa, donde curaron su herida.
Los mercenarios que se habían
colado en Florencia, se dirigieron hacia el Palacio Vecchio, al mando del
arzobispo Salviati. Intentaron que el gonfaloniero Cesare Petrucci se pasase a
su bando. Sin embargo, éste los arrestó.
Parece ser que Petrucci ni
siquiera se molestó en consultar con Lorenzo y, ayudado por su guardia,
consiguió arrestar a 26 sublevados y, acto seguido, ordenó que los matasen allí
mismo.
Como ya he dicho, Francesco
Pazzi, se había herido, al coser a puñaladas a Giuliano de Médici. Como vio que
estaban fracasando, intentó salir de Florencia para avisar a las tropas papales
a fin de que fueran a apoyarles. Sin embargo, no pudo hacerlo. Francesco había
perdido mucha sangre y tuvo que ser atendido por un médico.
Lorenzo, ayudado por muchos de
sus fieles, consiguió romper el asedio del palacio de la Señoría y desde allí,
se dirigió al pueblo. La gente le escuchó y, desde ese momento, comenzó una
cacería contra todos los miembros de la familia Pazzi y sus allegados.
La mansión de los Pazzi fue invadida e incendiada. A Francesco lo encontraron tendido en una cama. Se lo llevaron a rastras hasta el palacio Vecchio y lo ahorcaron en una ventana.
Los dos sacerdotes, que quisieron
asesinar a Lorenzo fueron detenidos y les cortaron sus narices y orejas para
luego matarlos. Algo parecido le hicieron a Monteseco.
La represión llegó a tal punto
que los nombres de los Pazzi fueron eliminados de todos los registros, al igual
que sus escudos. Los pocos supervivientes tuvieron que exiliarse.
Se calcula que esta sublevación y
su posterior represión les costó la vida a unas 80 personas.
Incluso, en el caso de Bandini,
que había escapado a Constantinopla, Lorenzo consiguió su extradición y,
todavía vestido con ropas turcas, fue colgado de una ventana del Palacio del
Bargello. Precisamente, Leonardo da Vinci realizó un dibujo del natural.
Aunque parezca mentira, Lorenzo
no fue partidario de estos asesinatos, sino de juzgarlos y condenarlos
legalmente. Peo sólo consiguió proteger al cardenal Riario y a varios
familiares de los Pazzi.
Como anécdota, cuando los
cadáveres ahorcados empezaron a pudrirse fueron retirados de las fachadas de
los edificios donde habían permanecido colgados. Sin embargo, para que nadie
olvidase esa horrible visión, le encargaron al pintor Andrea del Castagno, que
pintase sus figuras en las fachadas. Para esa labor, le ayudó uno de sus
discípulos, que luego sería muy famoso, Sandro Botticelli.
Evidentemente, esto no gustó nada
al Papa Sixto IV, el cual excomulgó a todos los Médicis y firmó una alianza con
Fernando I, rey de Nápoles para derrocarlos.
Sin embargo, en 1480, tuvo que
retirar esa orden, pues los turcos amenazaban con invadir toda Italia y se
aprestaron a su defensa.
No obstante, al año siguiente, el
Papa planeó otra conspiración para derrocar a Lorenzo, liderada por el cardenal
Riario, pero fue descubierta a tiempo y detenidos los implicados en ella.
A partir de entonces, aumentó el poder de Lorenzo y fue un personaje con mucha influencia en todos los estados vecinos.
Incluso, consiguió que el Papa
Inocencio VIII, con el que se llevaba mejor que con el anterior, crease como
cardenal a su hijo Juan, que entonces sólo tenía 14 años y que, más adelante,
llegaría a ser el Papa León X.
A partir de esta conjura
fracasada se fortaleció el poder de los Médicis. Su Banca llegó a ser la más
importante de Europa.
León X fue el primero de una
serie de cuatro Papas Médicis: Clemente VII, Pío IV y León XI. En esta familia también
hubo dos reinas de Francia: Catalina y María de Médici.
Fueron mecenas de muchos artistas
del Renacimiento, como Donatello, Fra Angélico, Botticelli, Verrocchio,
Ghirlandaio, Leonardo, Miguel Ángel, etc. Incluso, de insignes humanistas, como
Marsilio Ficino o Pico della Mirandola.
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