Hoy traigo al blog la vida de un
bandido muy singular. Un hombre que escribía poemas, detestaba la violencia y
no huía apresuradamente, porque no le gustaba montar a caballo.
Dos años después, su familia
compuesta por sus padres y los 10 hijos, emigraron a USA y se establecieron en
el condado de Jefferson, al NW del Estado de Nueva York. Su padre compró una
granja y se dedicaron a la agricultura.
En la década de los 50, Charles y
dos de sus hermanos, escucharon la llamada de la famosa “fiebre del oro”. Así
que emigraron a California, concretamente, cerca de Sacramento.
Parece ser que no les fue nada bien.
Sus dos hermanos fallecieron muy pronto, mientras que él no quiso darse por
vencido y permaneció dos años más buscando oro.
En 1854, regresó al este y se
casó. La pareja tuvo 4 hijos y se fueron a vivir a Illinois. Se ve que entonces
prefería vivir en los sitios frescos.
Cuando estalló la guerra civil en
USA, se alistó como soldado en un Regimiento de Illinois y parece que eso se le
dio bastante bien. En poco tiempo, lo ascendieron a sargento.
Tras ser desmovilizado, volvió
con su mujer y sus hijos. Sin embargo, no por mucho tiempo, pues muy pronto
marchó de nuevo a buscar oro, pero esta vez en Montana.
Parece ser que no volvió a ver a
su familia y todos pensaron que había muerto, porque no tuvieron más noticias
de él.
No está muy claro lo que le
ocurrió con el personal de Wells Fargo, pero lo cierto es que juró vengarse de
esa compañía.
Le dijo al conductor que lanzara
al suelo la caja, donde estaba el dinero de esa empresa. Le amenazó con que, si
sus hombres, que le estaban apuntando desde el bosque, descubrían un movimiento
extraño, le dispararían sin contemplaciones.
Cuando el conductor de la diligencia
fue a recuperar la caja, que ya estaba vacía y tirada entre unos árboles, se
dio cuenta de que los supuestos compinches del bandolero eran unas simples
ramas atadas a unos árboles, pero tan bien talladas, que, vistas desde lejos,
parecían el cañón de un rifle.
Siguió atracando diligencias
entre 1875 y 1883. Solía hacerlo en una carretera que unía California con
Oregón, la cual pasaba a través de zonas boscosas, donde se podía esconder muy
bien.
En sus atracos solía dejar
escrito un poema y llegó a ser famoso por eso. También porque tenía muy buenos
modales y porque nunca aceptó objetos personales de los viajeros.
En noviembre de ese último año, tras
haber atracado una diligencia, uno de los pasajeros le vio huir le disparó
varias veces. Parece ser que logró escapar, porque sólo le había alcanzado en
una mano.
Por ejemplo, un pañuelo, que aún
tenía la etiqueta de una lavandería. Esa fue la pista que condujo a su
localización.
Parece ser que lo localizaron viviendo
en una modesta pensión. Durante el interrogatorio, negó varias veces estar
implicado en esos robos.
Sin embargo, los investigadores
consiguieron que confesara, pero sólo lo hizo por robos anteriores a 1879.
Evidentemente, creía que podían haber prescrito.
Posteriormente, fue juzgado sólo
por el último atraco y condenado a 6 años de cárcel en la prisión de San
Quintín.
Parece ser que eso le cambió la
vida y hasta escribió, después de muchos años, a su mujer, la cual pensaba que
estaba muerto.
Curiosamente, la pena de 6 años se
redujo a 4 por buena conducta y fue liberado en enero de 1888. Parece ser que
todavía le perseguía su fama, porque varios periodistas le entrevistaron a la
salida de la prisión.
Él les dijo que no volvería a cometer
ningún delito. No obstante, parece ser que lo vieron muy envejecido. También
había perdido mucha vista y oído.
No obstante, Wells Fargo ordenó que sus detectives lo siguieran vigilando. Parece ser que regresó a su pensión de San Francisco y, unas semanas después, se trasladó a otra en una pequeña localidad de California.
Sin embargo, los detectives dicen
haberle perdido la pista en marzo de ese año. Nadie sabe dónde fue a parar.
Muy pronto, hubo rumores de todo
tipo. Como que la Wells Fargo le había pagado para que no volviera a robarles y
desapareciera.
Otros dicen que volvió a robar
diligencias, pero en otros Estados de USA y que murió, cuando estaba atracando
una de ellas, pero no hay ninguna prueba sobre ello.
Una concejal de la pequeña
localidad de Marysville, en California dijo que este personaje había estado trabajando, durante
varios años, en la farmacia del pueblo. Murió allí y fue enterrado en el
cementerio de esa ciudad.
Sin embargo, unos años después,
uno de los detectives contratados por la Wells Fargo, dijo que este personaje
se había ido a vivir a Japón.
Como siempre, hubo otros
delincuentes, que quisieron imitar su estilo, dejando escritos con poemas en las
diligencias que acababan de atracar. Sin embargo, los detectives pudieron
comprobar que el estilo no era el mismo.
Posteriormente, este personaje se
hizo célebre, porque apareció en algunos comics, como los del famoso Lucky Luke.
También apareció en algunas películas
y series de televisión de mediados del siglo XX. Incluso, algunos grupos
musicales compusieron canciones para narrar esos hechos.
Actualmente, hay varios pueblos
donde se celebran fiestas para recordar a este personaje y hasta se colocaron
placas para rememorar sus “hazañas”.
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