ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

miércoles, 16 de septiembre de 2015

EL PROGRAMA NUCLEAR EN LA ANTIGUA URSS



Para empezar, los USA nunca sospecharon que en la antigua URSS, ya desde los años 30,  había varios equipos investigando la energía nuclear y sus aplicaciones pacíficas y bélicas. Concretamente, dos en Leningrado y uno en Jarkov.
De hecho, los soviéticos crearon su Comisión del Uranio en fecha tan temprana como 1939, mientras que los orgullosos USA lo hicieron un año después.
Pocos meses después de su inicio, los rusos ya sabían qué cantidad necesitarían para hacer explotar una bomba atómica y producir una reacción en cadena.
Igor Kurchatov, al que se le considera el padre de la bomba atómica soviética, tuvo problemas para encontrar uranio ya procesado y, como entonces Alemania y la URSS acababan de firmar un pacto, pues no se le ocurrió otra cosa que pedirle un kg. de uranio ya enriquecido a sus colegas científicos alemanes.
Así, los alemanes empezaron a mosquearse con ellos, porque tampoco tenían conocimiento de la marcha de las investigaciones soviéticas. De hecho, Einstein escribió al presidente USA, Franklin D. Roosevelt: “Me consta que Alemania ha suspendido la venta de uranio extraído de las minas de la Checoslovaquia ocupada…”. Parece ser que esto encendió las alarmas en Washington.
Entre 1939 y 1940, varios científicos se dirigieron directamente a Stalin para que potenciara las investigaciones a fin de obtener la bomba atómica.
El peligroso Lavrenti Beria fue nombrado jefe del entonces NKVD, que luego pasó a llamarse KGB y hoy FSB, a la vez que principal responsable de la industria bélica de su país. Gracias a que tuvo el acierto de nombrar como su consejero científico a Semyonov, íntimo amigo de Kurchatov, estas investigaciones tuvieron el calificativo de prioritarias.
Lo curioso es que, mientras que en USA no se habían enterado de nada de lo que estaba ocurriendo en la URSS, con estas investigaciones, en la URSS, lo conocían todo al detalle, sobre lo que hacían en USA, al respecto. Así que Stalin les pidió a sus técnicos construir una bomba atómica a la mayor brevedad posible. Bueno, seguro que no se lo “pidió” a los científicos, porque ya sabemos cómo se las gastaba el del bigote.
Con la invasión alemana de la URSS, se pararon estas investigaciones. No obstante, Stalin, ordenó a Beria que trasladaran estos laboratorios desde Leningrado a la retaguardia, para seguir trabajando en ello.
El mayor problema siempre fue encontrar uranio dentro de sus fronteras. Después de mucho buscar, los geólogos, lo encontraron en la zona de los Urales y el Turquestán. Algo que también desconocían en Washington.
En aquella época, se valieron de la mano de obra prácticamente esclava, procedente del llamado “gulag”, que tenía en sus campos de concentración repartidos por todo el país, para extraer el mineral y construir diversas plantas procesadoras.
Se llegó a construir un gran centro, donde quedaron unificados las minas, las procesadoras, los lugares para la experimentación, las ciudades y hasta pistas de aterrizaje. Todo en el más absoluto secreto.
Con la retirada nazi, los científicos volvieron a Moscú y allí decidieron construir la bomba atómica preferiblemente con plutonio, que era más destructivo que el uranio. También, según parece, porque disponían de mayor cantidad de plutonio.
En 1944, los rusos ya tuvieron su primer procesador para hacer pruebas en laboratorio con el uranio y el plutonio.
A finales de la II Guerra Mundial, los rusos invadieron Checoslovaquia y la zona oriental de Alemania y se apropiaron de las minas de uranio de estos países.
También hicieron como el resto de los aliados. O sea, se llevaron por la fuerza a la URSS a todos los científicos alemanes que pillaron. Parece ser que hicieron muy buenos fichajes.
El 16/07/1945 tuvo lugar la famosa Conferencia de Postdam, durante la cual le llegó al presidente Truman la noticia de que los ensayos con su bomba atómica habían sido un éxito. Así que le dejó caer a Stalin que disponía de una nueva arma con un gran poder destructivo.
Seguro que  Stalin tuvo que contener la risa, porque en Moscú estaban muy al corriente de esos experimentos, pero tampoco le dijo nada de lo que estaban haciendo ellos en la URSS. Sólo le pidió que la usaran contra Japón.
Posiblemente, le dijo esto, porque sabía que la primera idea de los USA había sido lanzarla sobre Alemania, pero no les dio tiempo. Japón estaba más lejos de Moscú y les haría menos daño.
Parece ser que los USA reclutaron al científico alemán, pionero en investigaciones de este tipo, Klaus Fuchs. No sé si desconocerían que era miembro del PC de su país. Así que los soviéticos, según dicen algunas fuentes, no tuvieron demasiados problemas para que trabajara también para ellos y, desde ese momento, estuvieron al corriente de las actividades realizadas por el Proyecto Manhattan.
También es cierto que los USA se unieron con los ingleses para fabricar una bomba atómica, pero no le quisieron decir nada a Stalin. Parece ser que pusieron el centro de investigación lo más alejado posible del frente de batalla y de los bombardeos aéreos, que estaban castigando muy duramente el Reino Unido durante ese período.
No obstante, a su regreso a Moscú, se reunió con varios expertos nucleares, urgiéndoles a que construyeran esa bomba antes de 2 años. Para lo cual, les dio nuevos fondos y puso a su disposición los presos de varios campos de concentración.
En los meses finales de 1945 se denominó Borodino al proyecto nuclear ruso, teniendo como responsables políticos a los conocidos Malenkov, Molotov y Beria. Kurchatov continuó como director científico del mismo. No sé si los políticos se colocaron al frente para darle más auge al proyecto o, simplemente, para llevarse alguna medalla. A lo mejor me confundo, pero sospecho que sería por lo segundo. Los políticos suelen ser más o menos iguales en todas partes.
Los rusos trabajaron a marchas forzadas y en 1946 ya el programa era como un ministerio más de la URSS. Tenía un directorio responsable de la construcción de la bomba y otro, que se dedicaba a aportar los suministros para realizarla.
Por su parte, el general Groves, jefe del famoso Proyecto Manhattan, se dedicó en este tiempo a afirmar que a los rusos les costaría, por lo menos, 20 años llegar a tener la bomba atómica. Pensaba que había monopolizado todo el escaso uranio, que existía a nivel mundial y que los rusos no tendrían este mineral en su territorio, pero se equivocó.
Este general es ese que se ve en algunas fotos al lado de los científicos USA, vestido de uniforme, con una ostentosa barriga y con los pantalones subidos casi hasta el sobaco, al
estilo de Fred Astaire o H. Bogart.
Incluso, los rusos, para acelerar su programa nuclear, se dedicaron a adquirir por todo el mundo cientos de equipos industriales. Naturalmente, sus agentes actuaron con disimulo, como si fueran unos simples industriales.
Además, construyeron más reactores para procesamiento de estos minerales. Hasta se permitieron el lujo de construir alguna de esas plantas a imagen y semejanza de otras en USA.
A finales de 1946, los rusos se dedicaron a fabricar misiles para poder lanzar los artefactos nucleares que estaban construyendo. Tuvieron mucho éxito con las pruebas realizadas en Kazajstán. Es muy posible que, para construir esos proyectiles, les fueran muy útiles esos científicos alemanes que se llevaron a la URSS, porque Alemania llegó a estar muy adelantada en ese campo.
El mismo día de Navidad de 1946, Kurchatov, consiguió realizar con éxito su primera reacción en cadena controlada.
 En 1947, al “padrecito Stalin” le dio una de sus locuras y, como aún no habían conseguido fabricar la bomba, hizo una purga entre los científicos nucleares. Empezando por los judíos, como otros dictadores.
Precisamente, hay quién dice que el proyecto nuclear alemán, al que no
le dio Hitler demasiada importancia, no tuvo éxito, porque la mayoría de los científicos eran judíos y salieron zumbando de Alemania en cuanto los nazis llegaron al poder.
En la primavera de 1949 se vio que ya tenían suficiente plutonio y construyeron su primera bomba, a la que llamaron “Calabaza”. La prueba se realizó en Kazajstán. Concretamente, en el famoso polígono de Semipalatinsk.
El 29/08/1949, se realizó, con gran éxito,  el ensayo con la primera bomba atómica de la URSS. Ni siquiera los USA se enteraron ese día, sino 10 días después.
Lo curioso es que los responsables USA se negaron a creer esta noticia y la achacaron a una explosión en un laboratorio de cualquier tipo.
Hasta el 25/09 no admitieron oficialmente en la URSS que habían realizado este ensayo con éxito. Posiblemente, lo hicieron para que se enteraran en Occidente y se echara la prensa encima del Gobierno USA, por no haberlo querido reconocer antes.
Además, para mayor escarnio, luego se dieron cuenta de que buena parte de la tecnología soviética se la habían copiado literalmente a USA. O sea, que les habían estado espiando y no se habían dado cuenta. Debió de ser algo muy duro para un país que siempre se ha gastado una pasta en seguridad y en películas donde presumen de esas agencias.
Precisamente, el espionaje soviético consiguió que se acortaran los plazos para conseguir una bomba propia y gastar menos, porque ya contaban con la experiencia USA en el tema.
Entre tanto, los británicos, donde estaba ahora Fuchs, se dedicaron a investigar sus actividades y, tras detenerlo, consiguieron que confesara. En el juicio sólo
le cayeron 14 años de condena, pues había espiado para una potencia aliada, en ese momento, de USA y del Reino Unido.
Si no hubiera estado espiando para un aliado, como la URSS, la condena, con toda seguridad hubiera sido a muerte. Así que sólo llegó a cumplir 9 años y luego emigró hacia la antigua RDA.
Sin embargo, en el caso del matrimonio USA Rosemberg, como les pillaron en plena Guerra Fría y ya no eran aliados, la condena fue a muerte para ambos. De todas formas, ha habido siempre mucha discusión sobre si realmente trabajaron o no para la URSS.
Seguramente, para reivindicar a su gremio, tan denostado en Moscú, el científico Kurchatov dijo lo siguiente: “Los científicos soviéticos consideraron un deber patriótico garantizar la seguridad de la Patria y obtuvieron éxitos importantes en la fabricación de armas atómicas”. Por si alguien albergaba alguna duda sobre su futuro uso bélico.
No obstante, los USA tampoco se habían “dormido en los laureles”, pues habían creado el llamado “Plan Dropshot”, basado en que el da primero, puede dar dos veces. Así, en caso de guerra, ya habían previsto lanzar 300 bombas atómicas de una tacada y otras 250.000 bombas de tipo convencional sobre el territorio soviético. Incluso, algunos afirman que habían aplazado la fecha al 1 de enero de 1957 para ese atroz ataque, pues, en un principio, se había elegido la del 01/01/1950.
El muy sanguinario general USA Curtis le May, al que dediqué otro artículo en su momento, escribió, posteriormente, en sus memorias: “teníamos el poder de destruir por completo a Rusia sin ni siquiera herirnos las manos”.
Entre las ciudades que la Junta de Estado Mayor USA había elegido se encontraban las más importantes, pues, según su informe: “la capacidad de destruir las concentraciones humanas es una de las propiedades relevantes de la bomba atómica”. O sea, que eso de las bombas inteligentes y los bombardeos estratégicos eran un camelo.
Por supuesto, como los USA son muy amigos de hacer estadísticas, esta vez tampoco se habían olvidado de hacerlas. Así que tenían prevista la muerte de nada menos que 2.700.000 personas con el lanzamiento de las primeras 133 bombas atómicas.
Pero, claro, tras la explosión de la primera bomba soviética, la cosa
cambió bastante. Además, los rusos habían progresado más que los USA en la construcción de los misiles nucleares de largo alcance y eso les preocupaba mucho más, porque tenían más y mejores misiles que ellos.
Como el presidente Eisenhower, al contrario que Truman y Kennedy, era militar, pues se tomó esta amenaza más en serio y no faltó a ninguna de las múltiples reuniones del Consejo de Seguridad Nacional.
Precisamente, el primer presidente USA que visitó nuestro país fue el antiguo general Eisenhower. Seguramente no fue por casualidad.
Según los manuales de Historia, en ellos se dice que el Pentágono presionó en
 los años 50 al presidente USA, para que reabriera la negociaciones diplomáticas con España.
Me da la impresión de que lo hicieron para asegurarse unas bases en España, pues, si en cualquier momento caía Franco, el único partido que estaba perfectamente organizado era el PCE y nuestro país podía caer en la órbita soviética, como le había ocurrido a casi toda la Europa Oriental.
Evidentemente, los bombarderos estratégicos soviéticos tendrían desde nuestra península una inmejorable base para poder volar hacia USA y por eso pienso yo que los militares USA quisieron adelantarse a sus políticos.
Incluso, ya en 1962, cuando el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear, por culpa de la famosa Crisis de los misiles en Cuba, Le May y sus amigos le indicaron al presidente Kennedy que sería posible bombardear la URSS, sin que les diera tiempo a los rusos a utilizar sus misiles intercontinentales. Todo un farol, por supuesto.


2 comentarios:

  1. Es curioso, pero siempre me ha dado la impresión que los rusos iban a la zaga de los americanos en este tipo de cuestiones, pero solo aparentemente, como si quisieran ver primero como les va a los americanos y, según esos resultados, ya deciden ellos como seguir.

    Lo de las 300 bombas atómicas si que no lo entiendo. ¿Para qué? ¿Tan peligrosos eran los comunistas?

    Para acabar, quiero contar una anécdota que vi en una película de James Bond, reflejo de cómo andaban los respectivos servicios de espionaje en estos asuntos. En un submarino le dan a Bond un artilugio que era una plataforma, como esas de los bomberos al final de una escalera. Este artilugio volaba y le dieron a Bond las instrucciones para que se enterase cómo funcionaba y él les dijo que no hacía falta, ya que sabía cómo funcionaba el trasto porque lo había leído en una traducción al ruso.

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    1. Hace tiempo leí que los militares USA exageraron siempre el poder militar de la antigua URSS y sus aliados, para así poder obtener con más facilidad una mayor cantidad de fondos aprobados por el Congreso y el Senado.
      No serían tan peligrosos los comunistas cuando los USA y los británicos se aliaron con ellos durante la II GM. A lo mejor, no les resultaban muy fiables, porque en la I GM les dejaron en la estacada.
      Lo cierto es que, mientras existió la URSS, los gobiernos occidentales compitieron por ver quién trataba mejor a sus trabajadores, mientras que ahora ocurre justamente lo contrario. Hoy en día, hay muchos historiadores que piensan que hay una relación entre esas cosas. Era una forma de impedir que todos los obreros se pasaran a los partidos de la izquierda radical.
      Muchas gracias y saludos.

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