ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

jueves, 8 de diciembre de 2022

EL FAMOSO PILOTO CHARLES LINDBERGH (1ª PARTE)

 

Hoy traigo al blog a un personaje que es muy posible que le suene a mucha gente. Sin embargo, estoy seguro de que, en este artículo, van a poder conocer muchos aspectos que desconocían sobre él.

Al mismo tiempo, como el tema es un poco extenso, voy a escribir tres artículos sobre este personaje y así nadie me podrá decir que mis artículos son demasiado largos.

Charles August Lindbergh nació en 1902 en Detroit, en el Estado de Michigan (USA). Su padre fue un senador USA de origen sueco y su madre era una ciudadana USA, también nacida en Detroit. Era lo que aquí se llama profesora de un Instituto de Secundaria.

Por lo que se refiere a su padre, era un senador republicano, seguidor de las ideas de Theodore Roosevelt, al que ya dediqué otro de mis artículos.

Se hizo famoso para algunos e infame para otros, cuando se opuso a la entrada de USA en la I Guerra Mundial y también a la creación de la Reserva Federal.

Así que una buena parte de la clase gobernante en USA se le echó encima, como si fuera un extranjero que viniera a enseñarles algo.

Él escribió: “según la gran prensa, es imposible ser un verdadero estadounidense, si no eres probritánico”. De lo contrario “eres clasificado como proalemán por la gran prensa, que está apoyada por los especuladores.

Como es de suponer, esas ideas le hicieron ser muy impopular y, cuando se presentó al puesto de gobernador de Minnesota, era muy habitual que, en los mítines, le lanzasen todo tipo de objetos. Algo que pudo comprobar nuestro personaje, ya que solía acompañarle a esos actos.

Incluso, en 1918, agentes del FBI, destruyeron las planchas para imprimir sus dos libros. Uno que escribió oponiéndose a la guerra y otro sobre la Reserva Federal.

Para realizar ese acto se basaron en una Ley promulgada en el siglo XIX que prohibía cierto tipo de Literatura, sobre todo, la pornográfica, aunque sus libros no tuvieran nada que ver con ello.

Desgraciadamente, su padre no llegó a convertirse en gobernador, porque murió en 1924 a causa de un cáncer cerebral.

Hasta aquí, he narrado un poco de la vida de su padre, porque era necesario para comprender la forma de pensar de su hijo, que es nuestro personaje de hoy.

Desafortunadamente, sus padres se divorciaron cuando él sólo tenía 7 años. Así que pasó largas temporadas con cada uno de ellos y eso dio lugar a que la mitad de los estudios los hiciera en Washington DC, donde residía su padre, y la otra mitad en California, donde residía su madre.

En 1920, se matriculó en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Wisconsin-Madison. Sin embargo, parece que no le gustó mucho, porque, dos años 

después, lo dejó todo yéndose a Nebraska para aprender a pilotar aviones.

Por lo visto, como no tenía dinero, se pagó las clases trabajando como mecánico en un aeródromo cercano al lugar de las clases.

Ya en 1923 logró comprarse su primer avión. Se trataba de un biplano sobrante de los utilizados por el Ejército en la I Guerra Mundial. Con él recorrió el sur de USA y hasta trasladó a un médico para atender urgencias, en una de las clásicas inundaciones que se dan por esa zona.

En marzo de 1924, se presentó para ingresar en el Cuerpo Aéreo de USA. Todavía no se había creado la USAF.

Un año después, consiguió su título de piloto militar y su graduación como segundo teniente de la reserva de la fuerza aérea. Fue el número 1 de su promoción.

Evidentemente, no se pudo quedar en el Ejército, aunque fue ascendiendo dentro de la reserva y participaba, periódicamente, en maniobras militares.

En octubre de 1925 fue contratado por una empresa como piloto de un avión, que llevaba el correo entre San Luis (Missouri) y Chicago (Illinois).

En 1919, dos pilotos británicos habían conseguido atravesar el Atlántico con su biplano, pero sólo entre Terranova e Irlanda.

Poco después, un hotelero francés, residente en USA, ofreció un premio de 25.000 dólares USA a quien consiguiera realizar la travesía aérea, sin escalas, entre París y Nueva York o viceversa.

Durante varios años, algunos pilotos lo intentaron. Unos tuvieron que renunciar a ello y otros murieron en el intento.

Como el reto seguía en marcha, Lindbergh quiso intentarlo. Consiguió financiación de dos empresarios de San Luis, más una aportación del aeroclub al que pertenecía y

a eso le sumó lo que había ido ahorrando con su trabajo.

El diseño de su famoso avión (Spirit of St. Louis) lo hizo él mismo junto con los ingenieros de la empresa Ryan, de San Diego (California).

Unos meses más tarde, Lindbergh voló con su avión. Primero fue a exhibirlo en Saint Louis y luego a Nueva York.

A primera hora del 20/05/1927 nuestro personaje despegó con su aeronave desde el aeródromo Roosevelt Field en Long Island (Nueva York). Su destino era el aeródromo de Le Bourget, en París.

El despegue, realizado a las 07.52, fue presenciado allí mismo por
miles de personas. Ciertamente, le costó un poco despegar, porque, para mayor seguridad, le habían acoplado un depósito de combustible con mayor capacidad. Por tanto, pesaba más y, además, como la pista era de tierra, se había quedado muy blanda con la lluvia, que había caído la noche anterior.

Tomó rumbo NE, dejando a su izquierda la costa de Canadá y la Península del Labrador. Parece ser que corregía, continuamente, su altura de vuelo, para prevenir el cansancio y el aburrimiento. Por lo visto, no había dormido casi nada la noche anterior.

Sobre las 20.00 empezó a hacerse de noche y, como precaución, se elevó a una gran altura. Supongo que sería para no chocar con ningún barco. También fue una decisión acertada, porque de pronto se encontró con una gran tormenta y sólo tuvo que ascender unos metros más para esquivarla y que no se cubrieran  de hielo las alas.

Parece ser que dio unas pequeñas cabezadas. Incluso, llegó a decir que unos extraños pequeños seres le habían acompañado en su travesía y le habían orientado para no perder el rumbo durante el vuelo. Supongo que serían alucinaciones debidas a la falta de sueño.

Sobre las 09.52 del día siguiente, se fue la niebla y vio en el mar unos barcos de pesca. Eso era una señal clara de que había atravesado el océano.

Consultó sus mapas y comprobó que se hallaba volando sobre la vertical de la costa suroeste de Irlanda y allí eran las 15.00. Así que había llegado a esa isla antes de lo previsto. Supongo que eso fue posible, porque ese día le soplaría viento de cola.

Los británicos detectaron su aeronave y los periódicos difundieron la noticia de que se le había visto volando sobre Gran Bretaña. Eso hizo que creciera la expectación para recibirle en París.

Después de más de 33 horas de vuelo, llegó a París, donde dio una vuelta alrededor de la Torre de Eiffel, antes de ir hacia su destino en Le Bourget. Aterrizando a las 22.22, hora de París, del día 21/05/1927.

Allí fue recibido y llevado en volandas por unos cientos de miles de personas. Incluso, el avión tuvo que ser protegido, porque muchas personas querían llevarse algo como recuerdo. Como trozos de tela de las alas, que eran de lienzo.

Lindbergh fue escoltado hasta un pabellón, donde fue recibido por el embajador USA en Francia. De allí fue sacado sigilosamente y llevado hasta la Embajada de su país, donde pudo descansar, después de tantas horas de viaje.

También se comprobó que no había hecho ninguna escala, gracias a un instrumento, que estaba sellado, y que llevaba dentro de su aeronave.

Ciertamente, fue muy bien recibido en Francia. Tanto que ese
día ondeó la bandera USA en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia. ¡Todo un hecho sin precedentes!

Incluso, fue condecorado por el presidente de la República con la Legión de honor, máxima condecoración francesa.

Durante los días siguientes, Lindbergh visitó con su avión Bélgica y el Reino Unido. En el primero tuvo un recibimiento aún más apoteósico que el parisino y también fue condecorado por el rey Alberto I.

A finales de mayo, llegó al Reino Unido, donde también fue muy bien recibido. Incluso, visitó al primer ministro y al rey Jorge V, que le condecoró con la cruz de la RAF.

Su avión fue desmontado, con el fin de embarcarlo hacia USA. También Lindbergh regresó a su casa en un crucero de la Armada de su país.

Llegó a mediados de junio de 1927 a USA. Su barco fue escoltado por otros barcos y aviones militares hasta la misma capital. Allí le esperaba el presidente Calvin Coolidge, 

el cual también le condecoró.

Posteriormente, voló hacia Nueva York, donde fue también condecorado por el alcalde y el gobernador de ese Estado.

Incluso, fue ascendido a coronel en la reserva de la fuerza aérea de USA y también fue galardonado con la Medalla de Honor del Congreso, aunque no había realizado ningún acto de guerra.


FIN DE LA PRIMERA PARTE.


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lunes, 5 de diciembre de 2022

EL BANDIDO CONOCIDO COMO BLACK BART

 

Hoy traigo al blog la vida de un bandido muy singular. Un hombre que escribía poemas, detestaba la violencia y no huía apresuradamente, porque no le gustaba montar a caballo.

Vayamos por partes. Charles Earl Bowles, que era así como se llamaba, nació en 1829, en Norfolk (Reino Unido).

Dos años después, su familia compuesta por sus padres y los 10 hijos, emigraron a USA y se establecieron en el condado de Jefferson, al NW del Estado de Nueva York. Su padre compró una granja y se dedicaron a la agricultura.

En la década de los 50, Charles y dos de sus hermanos, escucharon la llamada de la famosa “fiebre del oro”. Así que emigraron a California, concretamente, cerca de Sacramento.

Parece ser que no les fue nada bien. Sus dos hermanos fallecieron muy pronto, mientras que él no quiso darse por vencido y permaneció dos años más buscando oro.

En 1854, regresó al este y se casó. La pareja tuvo 4 hijos y se fueron a vivir a Illinois. Se ve que entonces prefería vivir en los sitios frescos.

Cuando estalló la guerra civil en USA, se alistó como soldado en un Regimiento de Illinois y parece que eso se le dio bastante bien. En poco tiempo, lo ascendieron a sargento.

Por lo visto, participó en la batalla de Vicksburg, donde fue herido, y en la Marcha del general Sherman hacia el mar, que le dio la puntilla final a los Estados del sur. Así que terminó la guerra con el grado de teniente.

Tras ser desmovilizado, volvió con su mujer y sus hijos. Sin embargo, no por mucho tiempo, pues muy pronto marchó de nuevo a buscar oro, pero esta vez en Montana.

Parece ser que no volvió a ver a su familia y todos pensaron que había muerto, porque no tuvieron más noticias de él.

No está muy claro lo que le ocurrió con el personal de Wells Fargo, pero lo cierto es que juró vengarse de esa compañía.

Así que se fue a California y, en 1875, robó la primera diligencia de esa empresa mediante un procedimiento muy ingenioso.

Le dijo al conductor que lanzara al suelo la caja, donde estaba el dinero de esa empresa. Le amenazó con que, si sus hombres, que le estaban apuntando desde el bosque, descubrían un movimiento extraño, le dispararían sin contemplaciones.

Nuestro personaje solía usar un saco de harina con dos agujeros para taparse la cara y un abrigo, que le estaba grande, para no ser reconocido. También, como buen británico, solía llevar un sombrero bombín.

Cuando el conductor de la diligencia fue a recuperar la caja, que ya estaba vacía y tirada entre unos árboles, se dio cuenta de que los supuestos compinches del bandolero eran unas simples ramas atadas a unos árboles, pero tan bien talladas, que, vistas desde lejos, parecían el cañón de un rifle.

Siguió atracando diligencias entre 1875 y 1883. Solía hacerlo en una carretera que unía California con Oregón, la cual pasaba a través de zonas boscosas, donde se podía esconder muy bien.

En sus atracos solía dejar escrito un poema y llegó a ser famoso por eso. También porque tenía muy buenos modales y porque nunca aceptó objetos personales de los viajeros.

En noviembre de ese último año, tras haber atracado una diligencia, uno de los pasajeros le vio huir le disparó varias veces. Parece ser que logró escapar, porque sólo le había alcanzado en una mano.

Wells Fargo contrató, para su captura, a la famosa agencia de detectives Pinkerton. Por lo visto, tras haber sido alcanzado por uno de los disparos, dejó algunos objetos suyos en el campo.

Por ejemplo, un pañuelo, que aún tenía la etiqueta de una lavandería. Esa fue la pista que condujo a su localización.

Parece ser que lo localizaron viviendo en una modesta pensión. Durante el interrogatorio, negó varias veces estar implicado en esos robos.

Sin embargo, los investigadores consiguieron que confesara, pero sólo lo hizo por robos anteriores a 1879. Evidentemente, creía que podían haber prescrito.

También dio un nombre falso. Sin embargo, hallaron su nombre en una Biblia, que le había regalado su mujer.

Posteriormente, fue juzgado sólo por el último atraco y condenado a 6 años de cárcel en la prisión de San Quintín.

Parece ser que eso le cambió la vida y hasta escribió, después de muchos años, a su mujer, la cual pensaba que estaba muerto.

Curiosamente, la pena de 6 años se redujo a 4 por buena conducta y fue liberado en enero de 1888. Parece ser que todavía le perseguía su fama, porque varios periodistas le entrevistaron a la salida de la prisión.

Él les dijo que no volvería a cometer ningún delito. No obstante, parece ser que lo vieron muy envejecido. También había perdido mucha vista y oído.

No obstante, Wells Fargo ordenó que sus detectives lo siguieran vigilando. Parece ser que regresó a su pensión de San Francisco y, unas semanas después, se trasladó a otra en una pequeña localidad de California.

Sin embargo, los detectives dicen haberle perdido la pista en marzo de ese año. Nadie sabe dónde fue a parar.

Muy pronto, hubo rumores de todo tipo. Como que la Wells Fargo le había pagado para que no volviera a robarles y desapareciera.

Otros dicen que volvió a robar diligencias, pero en otros Estados de USA y que murió, cuando estaba atracando una de ellas, pero no hay ninguna prueba sobre ello.

Una concejal de la pequeña localidad de Marysville, en California dijo que este personaje había estado trabajando, durante varios años, en la farmacia del pueblo. Murió allí y fue enterrado en el cementerio de esa ciudad.

Sin embargo, unos años después, uno de los detectives contratados por la Wells Fargo, dijo que este personaje se había ido a vivir a Japón.

También dicen que es posible que se trasladase a Nueva York, porque en 1917 apareció una esquela en un periódico neoyorquino, en la que informaba de la muerte de un tal Charles E. Boles, que era otro de los seudónimos utilizados por este personaje.

Como siempre, hubo otros delincuentes, que quisieron imitar su estilo, dejando escritos con poemas en las diligencias que acababan de atracar. Sin embargo, los detectives pudieron comprobar que el estilo no era el mismo.

Posteriormente, este personaje se hizo célebre, porque apareció en algunos comics, como los del famoso Lucky Luke.

También apareció en algunas películas y series de televisión de mediados del siglo XX. Incluso, algunos grupos musicales compusieron canciones para narrar esos hechos.

Actualmente, hay varios pueblos donde se celebran fiestas para recordar a este personaje y hasta se colocaron placas para rememorar sus “hazañas”.

 

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sábado, 3 de diciembre de 2022

EL EFÍMERO REINADO DEL PAPA MARCELO II

 

Nuestro personaje de hoy se llamaba Marcello Cervini de los Sapannocchi y nació en 1501 en un pequeño pueblo de la región de las Marcas, que está en la costa italiana del Adriático.

Ese pueblo pertenece ahora a Italia, pero en aquel momento estaba dentro de los Estados Pontificios.

Su padre era un alto funcionario papal en la ciudad de Ancona, por lo que supongo que su familia sería acomodada.

Marcello estudió en buenos colegios, tanto en Siena como en Florencia. Principalmente, se formó en Derecho y Filosofía, pero también latín y griego. Más o menos, la formación clásica de un caballero de aquella época.

Sin embargo, parece ser que el padre era muy aficionado a la astrología. Al realizar el horóscopo de Marcello, vio que tendría un gran futuro dentro de la Iglesia.

Por lo visto, el padre era muy amigo del nuevo Papa, Clemente VII, un miembro de la familia de los Médici, así que le buscó un enchufe. De momento, trabajó como escribiente en una oficina papal.

Sin embargo, el reinado de Clemente VII fue muy convulso. Por un lado, se tuvo que enfrentar a la Reforma protestante.

Por otro, quiso mediar entre Francia y España. Sin embargo, los soberanos de ambos países le exigieron que se decidiera por uno de los dos bandos.

Así que, como se decidió por Francia, en 1527, el emperador Carlos V ordenó el infame saqueo de Roma y el Papa se salvó de milagro.

Marcello tuvo suerte, porque pudo huir a tiempo de Roma. Después, volvió y su padre lo colocó en la oficina del cardenal Farnese, que sería el futuro Papa Pablo III. Es curioso cómo iba acertando su padre con los que iban a ser los futuros Papas.

En 1535, fue ordenado sacerdote y trabajó como secretario papal y 4 años después, fue creado como obispo. Como dice el refrán: “el que a buen árbol se arrima…”.

Marcello se dedicó a la diplomacia vaticana. Concretamente, a intentar poner paz en las disputas entre Francia y España. Incluso, lo nombraron nuncio en España. Es más, mientras estuvo residiendo en nuestro país, lo crearon cardenal. Eso es lo que se llama un carrerón y lo demás es cuento.

También, parece ser que tuvo una buena amistad con muchos de los artistas renacentistas y humanistas, que vivían en Roma.

Posteriormente, fue nombrado uno de los 3 presidentes en el famoso Concilio de Trento, aunque luego tuvo que dejarlo para ejercer labores diplomáticas ante el emperador Carlos V.

También le nombraron encargado de la famosa Biblioteca Vaticana. Parece ser que aumentó sus fondos con varios centenares de códices antiguos.

Entre 1549 y 1550, asistió, como cardenal, al cónclave para elegir al sucesor de Pablo III. Después de muchas votaciones, donde fueron eliminando a los favoritos del emperador Carlos V y de algunas familias importantes, como los Farnese, salió elegido Julio III.

Ya entonces, Marcello, tuvo que abandonar el cónclave por no encontrarse  bien de salud. Por lo visto, se había contagiado de malaria.

Esa enfermedad era muy común en Italia, pues, no muy lejos de Roma, había unas marismas, que formaban pantanos, donde se criaban esos mosquitos. No fue hasta la época de Mussolini cuando se desecaron esos pantanos y no volvieron a registrarse casos de malaria.

Parece ser que no tuvo unas buenas relaciones con Julio III, al que recriminó que se dedicase a colocar a toda su familia y amigos en el Vaticano. Eso dio lugar a que nuestro personaje tuviera que marcharse de Roma.

No obstante, en 1555 murió Julio III y se organizó otro cónclave para elegir a un nuevo Papa. Parece ser que, tanto el rey de Francia como Carlos V, quisieron intervenir en esa elección a través de los cardenales afines a cada bando.

Evidentemente, Carlos V quiso vetar a nuestro personaje, porque le tenía antipatía personal. Parece ser que el origen de la misma se hallaba en la negativa de Marcello a tratar la lucha contra la Reforma en Trento, tal y como le exigía el emperador. Sin embargo, él decidió que los debates se dedicasen a cuestiones dogmáticas.

No obstante, fue elegido por unanimidad, el 10 de abril de 1555, a los 4 días de haber comenzado el cónclave.

Parece ser que en Roma se organizaban grandes fiestas para festejar el nombramiento de un nuevo Papa. Sin embargo, él prohibió esas fiestas por estar en medio de la Semana Santa. Así que no empezó con un buen pie.

Por lo visto, en su ceremonia de coronación, realizada un Jueves Santo, primero lavó los pies a 12 pobres de Roma y luego lo coronaron en una ceremonia muy austera. Seguro que eso no gustó nada a los romanos, porque en esas fiestas corría mucho dinero.

Todos sabemos que a Roma le viene muy bien eso de tener al lado al Vaticano. No hay más que ver la cantidad de fieles que se desplazan todos los años para ver al Papa y, lógicamente, no se quedan a comer y dormir en ese pequeño Estado, sino en Roma.

Dicho de otro modo, que una de las mayores fuentes de riqueza
de Roma es el Vaticano y que no les gustaría nada que viniera alguien a estropearles el invento.

Parece ser que la salud de Marcello ya no era muy buena y todas esas interminables ceremonias para el nombramiento de un nuevo Papa le restarían muchas fuerzas.

No obstante, tuvo la energía suficiente para amenazar a los embajadores de Francia y de España, en el caso de que no cumplieran con los tratados de paz ya firmados.

Por lo visto, tampoco quiso que los miembros de su familia se enriquecieran por el hecho de que él fuera el Papa. Supongo que eso no les haría mucha gracia, porque lo normal es que los Papas enchufaran a todos sus familiares y amigos. Lo que se llama el nepotismo. Algo que también suelen hacer muchos políticos.

Incluso, ordenó hacer recortes en los cuantiosos gastos de su sede en Roma. Seguro que esa decisión no le gustó a mucha gente, porque siempre habían vivido de eso.

Es más, ordenó la revisión de ciertas gracias otorgadas, anteriormente, a algunos cortesanos.

También quiso prohibir, mediante una Bula, la venta de los bienes de la Iglesia.

En pocas palabras, en unos cuantos días, se creó multitud de enemigos. Una cosa un tanto extraña para una persona que siempre se había dedicado a la diplomacia.

Sin embargo, se sabe que tuvo muy buenas relaciones con San Ignacio de Loyola, al que le dijo: “Tú, prepárame soldados que yo los emplearé”. Lógicamente, se refería a los jesuitas.

Los últimos días de abril de ese mismo año estuvo recibiendo a varios cardenales y a algunos nobles importantes, como el duque de Urbino o el de Ferrara.

Parece ser que el 29 de abril no durmió nada bien y al día siguiente sufrió un infarto, que le dejó en estado de coma.

Evidentemente, no pudieron curarlo, porque la Medicina no estaba tan avanzada como ahora y, desgraciadamente, murió esa misma noche. Tras haber durado 22 días en el cargo.

Ciertamente, reinó durante muy pocos días. Sin embargo, hubo 5 Papas que tuvieron un reinado más corto que el suyo.

Yo no voy a decir que lo envenenasen, pero eso no era nada extraño en aquella época. Precisamente, eso fue lo que dicen que, en 1503, le causó la muerte a Alejandro VI, el Papa Borgia.

En cuanto a las medidas que quería tomar para reducir gastos y llevar la Iglesia a ser más cercana al pueblo, me suena a lo mismo que decían que quería hacer el fallecido Papa Juan Pablo I, que duró 33 días en el cargo.

Marcello fue sucedido por uno de los favoritos en su cónclave, el cardenal Giampietro Carafa, decano del Colegio Cardenalicio, que reinó con el nombre de Pablo IV. Éste fue el creador del infame Índice de libros prohibidos.

Éste sólo duró 4 años, pero también es cierto que, cuando llegó al Papado ya tenía casi 80 años. Poca gente llegaba a esa edad en aquella época.

El cadáver de Marcello fue enterrado en una sencilla tumba en el ábside de la antigua Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Posteriormente, en el siglo XVII, cuando ya se habían terminado las obras de la actual Basílica de San Pedro, sus restos fueron colocados en un sarcófago no romano del siglo IV d. de C. y éste fue colocado en las Grutas del Vaticano, que es donde se halla ahora.

Es posible que ese sarcófago lo hallaran en el subsuelo de la Basílica, porque debajo de ésta hay un cementerio romano.

Parece ser que, en 1562, el compositor Giovanni Pierluigi da Palestrina compuso la llamada Misa del Papa Marcelo, en honor a nuestro personaje de hoy. Esta composición fue utilizada hasta 1963 para la ceremonia de entronización de los nuevos Papas.

 

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jueves, 24 de noviembre de 2022

LA RÁPIDA ASCENSIÓN DEL PRIMER DUQUE DE BUCKINGHAM

 

Es posible que mucha gente haya leído la novela Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas, padre y allí se haya encontrado con este personaje.

Ciertamente, fue un personaje que existió. Sin embargo, su vida no tuvo mucho que ver con lo que se narra sobre él en esa novela.

George Villiers, que era como se llamaba este personaje, nació en agosto de 1592 en una localidad de Leicestershire (Inglaterra). Su padre era una especie de hidalgo local, mientras que su madre procedía de una familia que, por lo que se ve, tenía muchas influencias.

Así que, como su padre murió cuando George sólo tenía 14 años, su madre se empeñó en convertirlo en todo un cortesano.

No sé si tendría amistad con el político John Eliot. Lo cierto es que George le acompañó para realizar una gestión diplomática en Francia.

No obstante, siguió preparándose para su futura vida cortesana. Tomó clases de baile y de esgrima y así su cuerpo adquirió una complexión atlética.

En 1614, ya llamó la atención del rey Jacobo I de Inglaterra y Escocia. Los rivales del conde de Somerset, que era el favorito del rey, vieron a George como una forma de sustituir al conde y que éste cayera en desgracia.

Por ello, George fue ascendiendo, ocupando diversos cargos de importancia en la Corte. Incluso, en 1616, ya fue ennoblecido como vizconde y nombrado caballero de la importante Orden de la Jarretera. La más prestigiosa de Inglaterra.

Posteriormente, siguió su ascenso meteórico, siendo nombrado conde y, en 1618, duque de Buckingham. El título por el que fue más conocido.

A partir de entonces, se hizo muy amigo del príncipe de Gales. El futuro Carlos I de Inglaterra. Aquel que perdió la cabeza, pero no voy a adelantar acontecimientos.

En 1619, ya fue nombrado primer lord del Almirantazgo. Incluso, se convirtió en el primer duque, que no pertenecía a la familia real británica.

Al año siguiente, se casó con Katherine Manners, hija del conde de Rutland. Parece ser que esta boda la preparó la madre de George, ya que, aunque la novia no parecía físicamente muy afortunada, en cambio, pertenecía a una de las familias más ricas del reino.

Parece ser que, en principio, el rey no aprobó esa boda, ya que la novia era católica. Sin embargo, se hizo anglicana y ya no puso ningún reparo a ese enlace.

No sé si esa oposición del rey vendría también, porque se decía que George y el monarca eran amantes. No obstante, George, aprovechó esa cercanía al rey para enchufar en la Corte a todos sus parientes y amigos.

Evidentemente, eso le granjeó muchas enemistades. Sobre todo, entre el resto de los nobles.

Parece ser que, para obtener esos cargos tuvo la complicidad del famoso político Francis Bacon. Sin embargo, cuando el Parlamento británico investigó la actuación de Bacon, ni él, ni el monarca quisieron ayudarle y tuvo que jubilarse.

No obstante, George, se enriqueció ejerciendo la corrupción de manera compulsiva en Irlanda y, con el apoyo real, impidió que el Parlamento británico investigase lo que estaba ocurriendo en esa isla.

En 1623, acompañó al príncipe Carlos en su viaje a España para negociar su boda con la infanta María Ana, hija de Felipe III.

Sobre este tema ya hablé en otro de mis artículos. Por lo visto, el príncipe era muy aficionado a la pintura y supo comprar aquí buenas obras e, incluso, logró convencer a Felipe III para que le regalase algunas de las que tenía en su colección. Sin embargo, esas negociaciones para la boda no llegaron a buen término.

Parece ser que, a partir de 1624, su suerte empezó a decaer. Por lo visto, le echaron la culpa de que el príncipe hubiera elegido para casarse a una hija del rey de Francia, que, por supuesto, era católica. Algo impensable en un país tan enemigo de la Iglesia católica de Roma.

Posteriormente, organizó una serie de operaciones navales, que se saldaron con sendas derrotas. Una de ellas tuvo lugar en Cádiz. Así que, hasta el mismo John Eliot, que siempre había sido su amigo, pidió su cese por considerarle incompetente para ese puesto tan importante.

En 1625, muere el rey Jacobo I. La mayoría de los cortesanos son expulsados de la Corte por su hijo, Carlos I. Sin embargo, la amistad de éste con George, hace que sea de los pocos que sigan en su puesto.

Parece ser que tampoco tuvo suerte, cuando se puso al mando de una flota para intentar atrapar un convoy español repleto de riquezas, procedente de América.

Creció su impopularidad, tras haber acordado con el cardenal Richelieu apoyarle en su lucha contra los hugonotes, que así llamaban a los protestantes en Francia.

Lógicamente, eso de que los protestantes británicos ayudaran al rey de Francia en su lucha contra los protestantes franceses, no hizo ninguna gracia en el Parlamento británico. Aunque luego intentó arreglar el asunto, aliándose con los mencionados hugonotes.

Por lo visto, como el Parlamento le negó los fondos, George había financiado estas operaciones militares y eso provocó que casi se arruinara. Así que tuvo que preparar otras nuevas para recuperarse. Mientras tanto, se amotinó la flota por no haber recibido sus salarios.

Mientras tanto, Eliot seguía pronunciando discursos en el Parlamento contra la gestión de Buckingham y el apoyo real. Eso motivó que, en 1627, fuera detenido y encarcelado en la Torre de Londres. Aparte de que el monarca disolvió el Parlamento.

Nunca quiso reconocer el poder del rey para saltarse las competencias del Parlamento. Así que, desgraciadamente, murió en 1632, en su celda de la Torre de Londres.

El duque tenía un médico, llamado John Lambe, que además era mago y astrólogo y que decían que ejercía una nefasta influencia sobre él y el monarca.

En 1627, Lambe fue acusado de haber violado a una niña de 11 años. Ese delito estaba castigado con la pena de muerte. Sin embargo, su cercanía al rey hizo que se demorase el juicio y se le pusiera en libertad.

Así que, como la gente estaba harta de este tipo y de su influencia en la corte, en junio de 1628, un grupo lo esperó a la salida de un teatro y allí le lanzaron piedras hasta que lo mataron. Curiosamente, nadie fue detenido por ese hecho.

A partir de entonces, alguien publicó unos panfletos, donde se amenazaba al duque con morir de la misma forma que su médico.

En agosto de 1628, cuando el duque se hallaba en un pub, reunido con unos marinos para preparar la siguiente operación naval, fue atacado por un hombre llamado John Felton. Se trataba de un teniente del Ejército, que consideraba que su ascenso a capitán había sido postergado por el duque y que, por su incompetencia habían muerto muchos de sus soldados.

El teniente logró clavarle su daga en el pecho y eso produjo la muerte del duque de una manera casi instantánea. El asesino ni siquiera huyó y, al ser detenido, no opuso ninguna resistencia.

Curiosamente, la gente estaba tan harta del duque que, inmediatamente, se publicaron muchos panfletos elogiando la actuación de Felton.

Por lo visto, se sabe que muchos brindaron por la salud de Felton, aunque luego fueron multados.

En varios de esos panfletos se decía que el duque era un criminal y agradecían que Felton lo hubiera matado.

Incluso, acusaban al duque de haber sido católico, cobarde y afeminado, mientras que exaltaban las virtudes varoniles de Felton.

Éste fue interrogado a fondo en Londres, pues las autoridades sospechaban que no había actuado solo. Así que querían saber los nombres de sus cómplices. Sin embargo, no consiguieron que confesara nada.

Posteriormente, fue juzgado y condenado a muerte. Su ejecución, mediante ahorcamiento, se llevó a cabo en noviembre de 1628. Su cadáver fue devuelto a Portsmouth, el lugar donde tuvo lugar el asesinato, para que sirviera de escarmiento a otros. Sin embargo, la gente lo veneró como si se tratase de un santo.

Por lo que respecta a nuestro personaje, fue enterrado en una lujosa tumba de la famosa Abadía de Westminster.

Nacieron 4 hijos de su matrimonio con Katherine Manners, pero sólo de 3 de ellos llegaron a la edad adulta.

Ella se volvió a casar, pues se había quedado viuda con sólo 25 años. Esta vez lo hizo con el conde de Antrim, un noble católico irlandés, y se trasladaron a vivir a esa isla, donde ella murió en 1649.

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viernes, 11 de noviembre de 2022

HENRY GUNTHER, EL ÚLTIMO SOLDADO MUERTO EN LA I GUERRA MUNDIAL

 

Hoy se cumple otro aniversario del final de la I Guerra Mundial. Aquella Gran Guerra, que decían que iba a acabar con todas las guerras. Pues ya hemos visto que no.

El mundo sufrió una Segunda Guerra Mundial unos 20 años después de aquella. Esperemos que no haya una tercera, aunque algunos parecen estar deseando que estalle cuanto antes.

Yo creo que para el estallido de aquella guerra mundial se juntaron varias cosas. Una de ellas fue el avance del colonialismo, que buscaba dominar zonas para obtener materias primas baratas para el suministro de sus fábricas.

Otra podría ser el auge del imperialismo y el deseo de muchos políticos y militares de poner a prueba sus ejércitos a los que llevaban preparando durante muchos años.

Hace un rato, he estado viendo un vídeo en un canal de YouTube, donde un joven decía que Alemania había sido responsable de las dos guerras mundiales. Se equivoca. 

Se podría decir que fue responsable de la Segunda. Sin embargo, la Primera vino por un magnicidio ocurrido en Sarajevo. Seguido por una operación de castigo del Imperio Austro-Húngaro contra Serbia. La cual degeneró en una guerra mundial a causa de las múltiples alianzas entre las naciones europeas.

Por mi parte, yo sigo sospechando que la muerte del coronel Redl tuvo mucho que ver con el comienzo de esa guerra. Ya le dediqué, hace mucho tiempo, otro de mis artículos.

Haré un resumen, para el que no lo haya leído. Este coronel austro-húngaro era el jefe del servicio de contraespionaje de su país.

Los rusos se dieron cuenta de que era homosexual y lo estuvieron chantajeando hasta que se decidió a trabajar para ellos.

A la vista del lujoso tren de vida que llevaba, parece ser que le pagaron muy bien. Es curioso que sus colegas no se dieran cuenta de ello.

Lo cierto es que les suministró muchos datos a los militares rusos. Tanto de su propio Ejército como del conocimiento que tenían sus compatriotas sobre el Ejército ruso.

Parece ser que sus colegas lo pillaron de la forma más tonta y lo detuvieron. Increíblemente, en lugar de someterlo a largos interrogatorios para saber lo que les había entregado a los rusos, lo único que se les ocurrió fue encerrarlo en la habitación de un hotel y darle una pistola para que se suicidara. Así que eso hizo.

Por tanto, tras estos hechos, los rusos se encontraron con que ya no tenían ese informador. Sin embargo, poseían gran cantidad de información sobre el Ejército Austro-Húngaro, al que llevaban mucho tiempo queriendo atacar y que, si cambiaba sus planes de guerra, ya no le serviría para nada. Así que tenían que aprovechar esa ventaja.

Por ello, presionaron a algunos miembros del Servicio de Inteligencia de Serbia, tradicional aliada de Rusia, para que organizasen algún incidente a fin de que los austriacos quisieran enfrentarse a los serbios y los salvasen los rusos.

Lo demás es una historia muy conocida. De hecho, he escrito varios artículos sobre ese tema, que se pueden leer en este mismo blog.

El personaje de hoy se llamaba Henry Nicholas John Gunther y había nacido en 1895 en la localidad USA de Baltimore (Maryland). Aunque había nacido en USA, procedía de una de las muchas familias que llegaron a ese país, emigrando desde Alemania.

De hecho, en esa ciudad, se concentraron muchos inmigrantes alemanes y, durante muchos años, se dieron misas en alemán, igual que se enseñó ese idioma en algunos colegios o se publicaron periódicos en esa lengua. No obstante, en esa ciudad fue donde se compuso el himno de USA.

Los había de todo tipo: católicos, protestantes, judíos, etc. Concretamente, Henry pertenecía a la comunidad católica.

Entre los muchos descendientes de alemanes, nacidos en esa ciudad, yo destacaría algunos, como la famosa violinista Hilary Hahn o el actor David Hasselhoff, famoso por ser el protagonista de la serie El coche fantástico.

Por lo visto, nuestro personaje, estuvo trabajando como administrativo en el Banco Nacional de Baltimore. Incluso, ingresó en una sociedad católica, llamada Los caballeros de Colón, que se dedica a apoyar a todos los inmigrantes católicos.

En 1914, cuando estalló la I Guerra Mundial, nadie obligó a los ciudadanos USA a combatir en ella, pues su país no participaba en ese conflicto.

Sin embargo, en 1917, USA le declaró la guerra a Alemania y muchos jóvenes de ese país se alistaron voluntariamente para ir a combatir a Europa.

Unos meses más tarde, Henry fue reclutado y asignado a un regimiento de Infantería. No sé si es que no se fiarían de su ascendencia alemana, lo cierto es que lo destinaron a una unidad que se encargaba de suministrar los uniformes a las tropas. Eso sí, le ascendieron a sargento.

Poco tiempo después, su unidad fue enviada a Francia, donde pudo ver de cerca el horror de la guerra y las malas condiciones en que se desenvolvían los combatientes. No olvidemos que hubo miles de casos del llamado pie de trinchera. Una enfermedad que afectaba gravemente a los pies, por tenerlos durante horas metidos en el barro o, directamente, en el agua.

Así que en una de las cartas que le envió a un amigo, le aconsejó que no se alistara por las malas condiciones con las que se vivía en el frente.

Como siempre ocurre en todas las guerras, antes de ser enviada, toda la correspondencia es revisada por censores. Así que allí encontraron esas críticas a la vida militar. Cosa que no hizo ninguna gracia a sus mandos y eso dio lugar a que lo degradasen de sargento a soldado. También que lo trasladasen desde esa unidad tan cómoda a otra que combatía en primera línea.

Parece ser que eso lo trastornó y es posible que tuviera que aguantar algún menosprecio a causa de su origen alemán.

Lo cierto es que el 11/11/1918 se firmó el armisticio a las 5 de la madrugada en un vagón de tren en Compiègne.

Por lo visto, los alemanes pidieron un alto el fuego inmediato. Sin embargo, el mariscal francés Foch se negó a ello y sólo se llegó al acuerdo de que fuera el día 11/11 a las 11 de la mañana.

Evidentemente, esto fue transmitido a todas las unidades. Así que los soldados ya lo estaban celebrando.

Sin embargo, los mandos de los ejércitos aliados ordenaron una última ofensiva contra las líneas alemanas.

Aunque parezca mentira, durante esa mañana murió más gente que la media de los días anteriores. De hecho, entre los dos bandos, hubo 10.944 bajas, de las que 2.738 correspondieron a muertos en combate.

Curiosamente, algunos autores afirman que, si los aliados hubieran aceptado la propuesta alemana de firmar un alto el fuego el 08/11 de ese año, se hubieran salvado de la muerte unos 7.000 soldados.

El general Pershing, jefe de las fuerzas expedicionarias USA, no estaba nada contento con el armisticio y era partidario de machacar a fondo a los alemanes. Así que ordenó un bombardeo de Artillería de las líneas alemanas para no tener que llevarse esos proyectiles a casa.

Curiosamente, uno de los que efectuaron esos disparos en el último
día de la guerra, fue el futuro presidente USA Harry S. Truman, que era capitán y jefe de una batería de Artillería.

Algunos decían de este político que fue el hombre que realizó los últimos disparos en las dos guerras mundiales, porque también fue el que ordenó el lanzamiento de las dos bombas atómicas sobre Japón.

Volviendo a nuestro personaje de hoy, ese día se encontraba con su unidad cerca de las trincheras enemigas. Quedaban pocos minutos para que fueran las 11.00 de la mañana y ya no se producían disparos.

Sin embargo, Henry caló la bayoneta en su fusil y, de pronto, salió corriendo hacia las trincheras enemigas a pesar de que sus compañeros le gritaban para que volviera.

Parece ser que, en un primer momento, los alemanes no quisieron matarle y le dispararon por encima de su cabeza. Sin embargo, como vieron que no paraba y también les disparaba, le dispararon una ráfaga con una ametralladora, lo que le ocasionó la muerte.

Por lo visto, se hallaba muy resentido por su degradación a soldado y quería demostrar a todos que era una persona valiente y leal a USA a pesar de su origen alemán, porque pensaba que, a la vuelta, sería visto como un traidor en su propio país.

Murió justo a las 10.59 de ese mismo día. Se considera el último soldado muerto en el frente europeo, durante la I Guerra Mundial.

Hay que decir que la guerra continuó en África unos 15 días más a causa de la dificultad de las comunicaciones. Por ello, la noticia no llegó a tiempo.

Henry fue condecorado y ascendido, póstumamente, a su anterior grado de sargento. Desgraciadamente, sólo tenía 23 años cuando murió.

El cadáver de Henry fue enterrado en un cementerio militar en Francia y hasta 1923 no fue trasladado a USA, donde fue enterrado en un cementerio de Baltimore.

El 11/11/2008 se inauguró un monumento en el preciso lugar en el que murió Henry. Dos años más tarde, la Sociedad alemana de Baltimore colocó una placa conmemorativa en el lugar donde está enterrado.

 

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