Me ha llegado la noticia de que en abril de 2021 murió en un trágico accidente un marino que fue protagonista de una gesta, que fue titular de muchos periódicos en los años 60.
Nuestro personaje de hoy se
llamaba Peter Raymond Warner y nació en 1931, en Melbourne (Australia). Fue el hijo
menor de sir Arthur Warner, un rico fabricante de aparatos de radio y
televisión.
Parece ser que eso tampoco era lo
suyo, porque se volvió a marchar y estuvo 3 años navegando en barcos suecos y
noruegos. Allí obtuvo su título para poder navegar.
A su vuelta, estuvo unos años
trabajando con su padre, pero, a la vez, fundó una empresa dedicada a la pesca.
Así que, de vez en cuando, navegaba con alguno de los barcos pesqueros que
había adquirido para esa empresa.
El 11/09/1966 sucedió el hecho
que voy a narrar. Warner se hallaba navegando en uno de sus barcos pesqueros,
llamado Just David, cuando, al pasar junto a la isla de Ata, vio algo que le llamó
la atención.
Lo que vio es que había zonas de
la isla, donde se apreciaba que la hierba había sido quemada. Era algo insólito,
pues esa isla estaba deshabitada desde el siglo XIX.
Ciertamente, esa isla había estado
habitada. Sin embargo, como, a mediados del XIX, algunos marinos sin escrúpulos
vieron más rentable la búsqueda de esclavos que la pesca de ballenas,
secuestraron a muchos de los habitantes de esas islas, para llevarlos a
trabajar a Perú y el rey de Tonga decidió concentrarlos en unas pocas islas
para que los pudiera proteger mejor. Esa fue la razón por la que Ata estaba
deshabitada.
Por ello, Warner, decidió desembarcar para ver lo que estaba pasando y, para su sorpresa, se encontró allí
con unos chicos, que habían naufragado cerca de esa isla.El grupo se componía de 6 chicos,
entre los 13 y los 16 años, que estudiaban en un internado de la capital de
Tonga.
Parece ser que no les gustaba
nada la vida en el aburrido internado católico de Saint Andrews, en Tongatapu,
la capital de Tonga.
Una noche se les ocurrió la feliz idea de robar un pequeño barco de unos 7 metros de eslora y, cuando se cansaron, echaron el ancla y se dispusieron a dormir en alta mar.
De pronto, se formó una tormenta
que liberó al barco, el cual fue arrastrado, durante horas, por las fuertes
corrientes marinas.
La tempestad también les rompió
el timón y la vela. Eso hizo que se alejasen unos 300 km de la costa.
Durante 8 días, permanecieron
dentro de la nave, que ya hacía agua por todas partes, hasta que vieron una
isla a lo lejos y nadaron como pudieron hasta ella.
Aunque llegaron extenuados, todos
consiguieron llegar en buen estado a la playa. Luego, prepararon un sitio para
guarecerse, cazaron aves marinas y recogieron huevos para alimentarse.
La isla es bastante plana, con una meseta central de unos 100 metros de altura y unas costas con muchos acantilados. La superficie total de la isla es sólo de unos 1,5 km2.
Parece ser que, a pesar de su
corta edad, tuvieron siempre muy claro que cada uno dependía de los demás y
hubo mucha colaboración entre todos.
Consiguieron alcanzar una de esas
aldeas, donde vivieron aquellos antiguos pobladores de la isla. Lograron arreglar
algunas de esas casas y capturar varios pollos, que ahora vivían en estado
salvaje.
Resolvieron el problema del agua
potable a base de ahuecar troncos, que se llenaban con el agua de lluvia.
Cuando los rescataron, pudieron
comprobar que, aparte del huerto y los árboles para almacenar agua de lluvia,
habían construido un gimnasio, una pista de bádminton, una granja de pollos, etc.
Aquello no tuvo nada que ver con
los supervivientes de un accidente aéreo, que aparecen en la famosa novela “El
señor de las moscas” (William Golding, 1954), donde se retrata la maldad
humana.
Curiosamente, Warner, había
pedido permiso para pescar en las aguas de Tonga. Sin embargo, las autoridades
de ese país se lo denegaron y vio a estos chicos cuando se hallaba en el viaje
de regreso a su base.
Cuando Peter se encontró con
estos chicos, le dijeron que eran 6 y que calculaban que llevaban unos 15 meses
en esa isla. Parece ser que, desde la radio del barco, comunicaron esa noticia
y les respondieron que aquello era un auténtico milagro, pues ya los habían dado por
muertos y hasta habían celebrado sus funerales.
Lamentablemente, el dueño del
barco les demandó por robo y fueron arrestados, pero por poco tiempo, porque
Warner le pagó para que retirase los cargos.
Parece ser que nuestro personaje
se hizo muy amigo del rey de Tonga y éste premió su hazaña con una concesión
para que pescara langostas en sus aguas.
Posteriormente, se llegó a grabar
un documental sobre las peripecias de estos chicos en esa isla desierta.
Posteriormente, Warner, también
fue protagonista en el rescate de otros náufragos. En 1974, cuando navegaba por
el mar de Tasmania para comprobar las reparaciones que le habían hecho a uno de
sus barcos, se topó con unos náufragos que le hacían señales desde un pequeño
arrecife.
Se trataba de la tripulación y
los pasajeros de un velero, que habían quedado encallados 6 semanas antes y a los
que apenas les quedaban ya provisiones.
Curiosamente, el primero que vio
las señales que realizaban los náufragos con un espejo, fue uno de los chicos
que Peter había rescatado en Ata y que ahora trabajaba como marinero en ese
barco.
En los años 90, Warner, decidió
dejar la pesca y dedicarse al cultivo de árboles frutales en Tonga.
Desgraciadamente, el 13/04/2011,
los servicios de emergencia, lograron rescatar a dos personas que se encontraban
en el agua, en un lugar llamado Lighthouse Parade, en East Ballina, junto a la
desembocadura del río Richmond, en el Estado de Nueva Gales del Sur (Australia).
Parece ser que había volcado el
barco en el que viajaban. Lograron salvar la vida de uno de los rescatados, que
era un niño, pero no la de Peter Warner, que ya tenía 90 años y se ahogó.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
DE WWW.GOOGLE.ES
En el artículo dice que el 13 de abril de 1931 se volcó el.barco y Peter falleció debe corregir esa nota pues fue en el 2021 el fallecimiento pues 1931 fue su año de nacimiento
ResponderEliminarTiene razón. Lo corrijo ahora mismo. Muchas gracias y saludos.
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