A veces, cuando se trata de una
guerra, aunque ésta no fuera sangrienta, ni todo es blanco ni negro. Sólo
dentro de la amplia gama de los grises es donde se pueden clasificar los hechos
de ciertos sujetos que han intervenido en ellas.
Hoy
traigo el curioso caso de Dean Cyril Reed, nacido en 1938 en Lakewood,
Colorado, USA. Parece ser que este pueblo es muy famoso por sus claveles.
Como
suelen hacer los ciudadanos americanos, residió en varios sitios de su extenso
país.
Tras
estudiar Meteorología en la Universidad de Colorado, se trasladó a California
para intentar ganarse la vida con su gran afición: la música.
En
1958, la casa discográfica Capitol Records pensó en él para convertirlo en un
ídolo juvenil y firmaron un contrato. Fruto de él se editaron varios singles.
Incluso, actuó en algunas series de televisión.
Algunos
autores dicen que conoció a un ejecutivo de esa firma tras entregarle parte de
su ropa a un mendigo que recogió haciendo auto-stop, el cual le entregó una
tarjeta con un contacto para que un ejecutivo de esa firma lo recibiera.
Gracias
a su atractivo físico y su eterna sonrisa fue pronto contratado por al Warner
Brothers para su cantera de estrellas, donde se les iba formando y dándoles
pequeños papeles hasta que pudieran lanzarles a la fama. Parece ser que allí
coincidió con Jean Seberg, Dom Murray, etc, pero no tuvo suerte, porque le
propusieron actuar en un film del Oeste y él se negó, a causa de su pacifismo,
a llevar un arma en el cinto
Nunca
tuvo mucho éxito en su país, pero sí se vio en la cabeza de las listas de
otros, como Argentina o Chile, gracias a su canción “My summer Romance”. Así
que eso le dio la oportunidad de viajar por allí para ganar mayor popularidad,
dando recitales en directo.
Como
se le dio bastante bien, aprendió español y se afincó en Chile. También grabó
varias películas y tuvo todo un programa de TV en Argentina.
Se
fue relacionando con los intelectuales de la izquierda, como Víctor Jara o
Pablo Neruda y después comenzó a hacer declaraciones a favor de ésta y contra
la política de su país, como en el caso de la guerra de Vietnam.
A
causa de estas declaraciones tuvo muchos problemas con la ultraderecha y con la
llegada del régimen militar fue deportado de Argentina, llegando a Roma, donde
actuó en algunos de esos famosos “spaghetti western”, en coproducción con
España.
En
1965, poco antes del golpe, había
participado en el Congreso Mundial de la Paz, en Helsinki, como miembro de la
delegación argentina.
Bertrand
Russell no pudo asistir a esa convocatoria, pero mandó a otra persona en su
lugar. El manifiesto leído por ésta hizo que muchos congresistas protestaran de
manera violenta y a él no se le ocurrió otra cosa que, en plena bronca, saltar
con su guitarra al escenario y ponerse a cantar. Nadie sabía qué hacer, pero
logró atraerse al público y hacer que todos corearan su canción.
Más
tarde, gracias a Nikolai Pastujov, fue invitado por la organización juvenil
socialista de la URSS, que él presidía, a visitar su país. Allí tuvo mucho
éxito y, además, los rusos utilizaron esos actos con fines propagandísticos.
Eso hizo que no se le permitiera, durante varios años, volver a USA.
Tras
el golpe de Estado en Chile, al conocer que sus amigos Allende y Jara, habían
muerto, se radicalizó aún más. Visitó ese país, ya con la Dictadura, en 1983,
como si fuera un turista, pero fue expulsado enseguida a causa de sus
actuaciones politizadas.
Se
estableció ya de forma definitiva en la antigua RDA, concretamente en Berlín
Oriental, aunque nunca se afilió al partido único y tampoco renunció a su
nacionalidad USA.
Allí
pudo, incluso, dirigir algunas películas y escribir los guiones de otras. No
tuvo ningún problema para obtener financiación para realizar sus proyectos.
En
su país siempre fue considerado como un traidor por su apoyo a la guerra entre
la URSS y Afganistán, y por estar de acuerdo con la construcción del Muro de
Berlín. El siempre se consideró un buen americano al que no le gustaba el
sistema político de su país.
A
pesar de eso, pudo regresar en alguna ocasión a su país para presentar un
documental sobre su vida o dar una entrevista en un programa de la CBS.
Se
puede decir que, durante su vida, muchas veces estuvo rodeado de policías. En
el Bloque oriental le servían para protegerle de sus muchas fans. Sin embargo,
en a la vuelta a su país le detuvieron varias veces. Una de ellas fue por
participar en una manifestación contra la construcción de una central nuclear
en Buffalo (Minnesota). Eso fue una noticia de primera página en muchos
periódicos de la órbita soviética.
Varios
intelectuales le pidieron al presidente Carter que hiciera gestiones para
liberarlo. Como el juez le dio la opción de pagar 500 dólares de multa o volver
3 días a la cárcel, él eligió la segunda.
Nunca
aceptó que le pusieran etiquetas. Siempre decía que sólo había 2 tipos de
cantantes: los buenos y los malos y eso tenía que decidirlo el público. Si
acaso, aceptaba que le llamaran “el cantante del amor”.
Se
casó 3 veces, dos de ellas con ciudadanas de la antigua RDA. Su última esposa
fue la actriz Renate Blume.
Dicen
que la propia Jane Fonda le aconsejó que fuera a Santo Domingo para divorciarse
rápidamente de su primera esposa, Patty, y así poder casarse enseguida con la
modelo Wiebcke.
Este
matrimonio le duraría muy poco, pues pronto conoció a la bella actriz Renate
Blume y se casó con ella. Parece ser que Wiebcke se mudó a una casa no muy
lejos de la nueva pareja, algunos sospechan que fue por indicación del partido,
pues creían que ella era colaboradora de la famosa Stassi.
Ya
a finales de los 70 su estrella empieza a decaer, incluso en el Bloque
Oriental, y en 1984 rueda una coproducción germano-japonesa que no tuvo ningún
éxito.
Tras
una visita a USA, que no tiene demasiado éxito se le ocurre que puede volver a
su país para intentar el triunfo. Incluso va a su odiado Hollywood a buscar un
representante.
Además,
estaba interesado en dar conciertos por universidades y grabar un disco llamado
“American rebel”, como el documental que hicieron sobre su vida. Incluso,
pretende presentarse a las próximas elecciones, siguiendo el camino de otro
actor llamado Ronald Reagan.
Hoy
día está casi olvidado, pero en el Bloque Socialista fue tan popular como Elvis
o los Beatles.
La
noche anterior a su muerte iba a reunirse con el productor de una película que
iba a hacer sobre la famosa segunda masacre de Wounded Knee, financiada por la
URSS y la RDA, donde el FBI asesinó a cientos de activistas indios sin motivo
alguno. Iba a rodar la película en Rumania, con gran lujo de material y de
extras. Lo cierto es que nunca llegó.
Cinco
días más tarde, el 17/06/1986, apareció su cadáver flotando en las frías aguas
del lago Zeuthen. La policía lo atribuyó a un accidente, aunque parecía más un
suicidio. Lo cierto es que es un lago con poca profundidad y además él era un
buen nadador. La policía lo atribuyó a un accidente, porque no había marcas de
violencia, ni tampoco había ninguna nota propia de los suicidas.
Mientras
su familia y amigos de la RDA comentaron que estaba sufriendo una depresión, su
familia de América siempre ha pensado que fue un asesinato. Parece ser que en
los archivos de la Stassi hay unos folios escritos a mano por él donde se habla
de esta posibilidad.
Hay
algunos datos que prueban la inconsistencia de la información policial, como
que el cuerpo llevaba dos chaquetas encima a pesar de estar en verano. Por otra
parte, su hija en USA recibió una cartera perteneciente a su padre con los documentos
que llevaba en su interior completamente secos, algo extraño tras haber pasado
5 días bajo el agua.
No
hay que olvidar que Dean tenía entonces sólo 47 años y pretendía volver a su país
con la intención de triunfar allí. En plena Perestroika es raro que quisieran
eliminarlo, salvo que supiera algunos detalles del régimen y tuvieran miedo de
que los divulgara por ahí.
Está
proyectado realizar una película sobre su vida y estará protagonizada por Tom
Hanks.
Se
le apodaba “Red Elvis”, por haber realizado casi toda su carrera en el Bloque
comunista.
Como
ya he dicho antes, nunca quiso renunciar a su nacionalidad, porque él se
consideraba un patriota americano al que no le gustaba el sistema de su país. En
su tierra muchos le consideraron un traidor y otros un mediocre cantante y
cineasta. Muchos millones de personas admiraron su decisión de apoyar de manera
ferviente la lucha por la paz y la justicia social.
Dado que no me está permitiendo
insertar imágenes, las podréis encontrar aquí:
Este es lo que, uno de los grandes bichos de la historia, Lenin llamó un "tonto útil".
ResponderEliminarUn saludo.
El comentario está bien, pero me suena más de Stalin que no de Lenin.
ResponderEliminarSaludos.