Hoy voy a relatar la vida de un
curioso militar USA. Un hombre con una visión muy clara de lo que iban a ser
los conflictos bélicos en el futuro.
Curiosamente, no nació en USA,
sino en Niza (Francia). No sé si sería porque a su madre se le hubiera
adelantado el parto.
Como ya he mencionado, se trataba
de una familia muy acomodada. Su padre fue un senador demócrata por el Estado
de Wisconsin y miembro de una familia de reconocidos empresarios. Por ejemplo,
su abuelo fue el fundador de un Banco y una compañía ferroviaria.
Parece ser que su padre llegó a
luchar, como oficial, en la guerra civil USA. Allí se hizo amigo de Arthur
MacArthur, un colega suyo, que llegó a ser general y también fue el padre del
famoso general Douglas MacArthur.
Billy inició sus estudios en la
antigua Universidad Colombina de Washington DC, hoy Universidad George
Washington. Sin embargo, muy pronto abandonó sus estudios para alistarse en la
guerra de Cuba y Filipinas contra España.
También participó en el conflicto posterior, entre las tropas USA y
los insurgentes filipinos.
Tras la guerra, continuó en el
Ejército, pero fue destino a Alaska. Allí le fue encomendada la construcción de
una serie de líneas telegráficas, que unirían ese territorio con Washington DC.
En 1908, tomó sus primeras lecciones como
piloto. Ya en aquella época empezó a ver claro que la fuerza aérea iba a tener
un papel muy importante en las próximas guerras.
En 1912 se convirtió en un joven
oficial de Estado Mayor. Al año siguiente fue destinado como segundo jefe de la
Sección de Aviación del Cuerpo de Señales del Ejército de Tierra. Más tarde,
ocuparía, durante unos meses, el puesto de jefe de esa Sección a causa del cese
de su jefe.
Así que coordinó los ataques de
los aviones USA con el resto de las fuerzas aéreas de los aliados. Fue ascendido
a teniente coronel y, poco después, ascendido, con carácter provisional, a
coronel.
Al final de la guerra fue
ascendido, con carácter provisional, a general de brigada y jefe del Servicio
Aéreo de USA.
Desgraciadamente, ese
nombramiento no se volvió efectivo, porque el general Pershing, jefe de todas
las fuerzas USA en Europa, había recomendado para ese puesto a su amigo, el
general Menoher, procedente del arma de Artillería. Un tipo que no sabía nada
de aviones.
Algo que pensaban muchos de sus
coetáneos de la I Guerra Mundial es que esa sería la guerra, que, debido a su
crueldad, pondría fin a todas las guerras.
Sin embargo, Mitchell solía
decir: “Si una nación ambiciosa por la conquista universal tiene un buen comienzo
en una guerra en el futuro, puede ser capaz de controlar el mundo entero más
fácilmente de lo que una nación ha controlado un continente en el pasado”. Como
ya he dicho, era un tipo con unas ideas muy claras.
Toda su vida defendió la creación
de una Fuerza Aérea independiente del resto del Ejército y la Armada. Sin embargo,
el nuevo jefe de ésta, que era otro militar con unas ideas muy antiguas, ordenó
la disolución de la aeronáutica naval.
Afortunadamente, poco después, el nuevo subsecretario de Marina, el futuro presidente Franklin D. Roosevelt, revocó esa orden.
En 1921 consiguió que le
permitieran demostrar que un bombardeo aéreo podría hundir cualquier buque. Algo
que enfureció a la Armada. Consiguieron hundir un buque alemán, incautado tras
la I Guerra Mundial.
Demostró que, con el dinero que
se invertía en construir un acorazado, se podrían construir 1.000 bombarderos,
que podrían hundir muchos barcos. Incluso, demostró que era mejor lanzar las
bombas alrededor de los barcos, que hacerlo en la cubierta de los mismos.
Parece ser que el Departamento de
Guerra era partidario de fundar una especie de cuartel general para la fuerza
aérea, donde estarían los pilotos y los marinos, pero desistió tras la negativa
de la Armada.
Tras el accidente del dirigible
Shenandoah, de la Armada USA, donde, entre otros, murió un amigo suyo, se
atrevió a realizar una rueda de prensa, donde calificó como incompetentes a los
altos mandos del Ejército y la Armada y de “administración casi traidora de la
defensa nacional”.
Lógicamente, ya sabía que esto le
iba a costar un disgusto. Éste vino muy pronto en forma de consejo de guerra de
generales, al haber sido denunciado por el propio presidente Coolidge.
Por lo visto, no se trató de uno de esos consejos de guerra, que se tramitan en pocas horas, sino que sus sesiones duraron nada menos que 7 semanas.
Uno de aquellos 13 jueces fue el
famoso general Douglas MacArthur, que se hizo muy famoso en Filipinas.
Una de las cosas más impactantes
que dijo Mitchell fue que habría que prepararse para un ataque a las bases de Hawai,
por parte de la Armada japonesa. Algo que parece que hizo mucha gracia a los
miembros de aquel tribunal y al público presente en la sala.
Parece ser que esas ideas fueron
las que le enemistaron con varios de sus jefes en el escalafón militar.
Al final, como era de esperar, el
tribunal lo declaró culpable de todas las acusaciones presentadas contra él.
Así que Mitchell se dedicó a
escribir libros y dar conferencias por todo el país para demostrar la
importancia del poder aéreo en las próximas guerras y la necesidad de invertir
mucho más en la compra de aviones más modernos. Tal y como estaban haciendo
varios países de Europa.
Incluso, llegó a entrevistarse
con el nuevo presidente, Franklin D. Roosevelt, el cual pareció muy interesado en
sus ideas, pero no le dio ningún puesto en su gobierno.
Desgraciadamente, en 1936,
Mitchell falleció a causa de una obstrucción coronaria. Sólo tenía 56 años.
Curiosamente, un primo hermano de Mitchell, un piloto canadiense llamado George Croil, consiguió crear una Fuerza Aérea independiente en su país.
Por lo que se refiere a Mitchell,
se presentaron varias peticiones para su ascenso póstumo a mayor general, pero
todas fueron desestimadas a causa de la negativa de la Armada.
Finalmente, en 2004, se consiguió
que se autorizara ese ascenso para Mitchell. Sin embargo, no fue promovido ni
por el Pentágono, ni por el presidente, así que nunca fue efectivo.
Curiosamente, el primer sitio en
el que fue atacado un buque de guerra por unos bombarderos, fue en aguas
españolas. Durante la guerra civil, el crucero alemán Deutschland, cuando patrullaba
cerca de Baleares, fue atacado por bombarderos republicanos españoles. Lo cual
le produjo bajas y daños materiales.
Como represalia, la Armada
alemana bombardeó a fondo el puerto y la ciudad de Almería.
Posteriormente, ya durante la II
Guerra Mundial, fueron atacadas las bases de Tarento y, más tarde, la de Pearl
Harbor. Tal y como había pronosticado Mitchell.
Posteriormente, se produjeron
múltiples combates, sobre todo, en el Pacífico entre aeronaves y buques de Japón
y USA.
Supongo que sería para lavar su
conciencia, la razón por la que, en 1941, le pusieron al bombardero B-25 el
nombre de Mitchell. Estos modelos fueron los utilizados por el general
Doolittle para bombardear Tokio.
Posteriormente, recibió muchos
honores. Por lo visto, no sólo ocurre en España eso de que todo el mundo habla
bien de alguien, sólo cuando se ha muerto.
Sólo me queda decir que la USAF,
Fuerza Aérea de USA, fue fundada en 1947.
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