Dado que hoy es San Valentín, me
voy a salir de mi línea más habitual y voy a dejar de hablar de guerras, asesinatos,
ejecuciones y todas esas cosas desagradables, que no le gustan a nadie. En su
lugar, voy a escribir sobre un asunto mucho más mundano y agradable.
Esta vez, voy a dedicar mi
artículo a hablar sobre una publicación que se hizo muy famosa durante varios
siglos. Como trataba sobre la nobleza, pues sólo era famosa entre estos
círculos. Hemos de suponer que al resto de las clases sociales les importaría
un rábano, aunque luego veremos que no fue así. Desde luego, aunque una persona
se pasara toda su vida presumiendo de nobleza, si no salía en ella, no era
nadie.
Este Almanaque comenzó a
publicarse nada menos que en 1764, en una ciudad llamada Gotha, situada en
Turingia, la cual estaba por entonces dentro el Estado de Sajonia. De ahí viene
su nombre.
Al principio, se trataba de una publicación muy pequeña. Sólo
tenía 20 páginas y estaban escritas en francés, que era el idioma oficial de
aquella y de otras cortes europeas. Más tarde, también salió otra edición en
alemán.
Supongo que, para rellenar un
poco el libro, aparte de un detallado árbol genealógico de la Casa de Sajonia,
también se podían encontrar en él un calendario astronómico, unas hojas para
que los jugadores pudieran anotar sus ingresos y pérdidas en el juego y un boletín
con la circulación del correo por el Principado.
Más adelante, le fueron añadiendo
una serie de anécdotas más o menos curiosas, efemérides históricas y, como ya
se le veía cierta vocación internacional, consejos sobre lugares donde comer y
dormir por todo el continente europeo.
Incluso, ya se empezaron a
publicar los datos demográficos de los países y la población que podría estar
en edad militar.
Parece ser que se corrió la voz
por las cortes europeas y pronto empezaron a aparecer en esa publicación otras
casas reinantes en Europa.
En algunos sitios se llegó a utilizar
esta revista para resolver problemas de protocolo, siguiendo las indicaciones
que aparecían publicadas en ella. Por ello, cuando había discusiones sobre
quién debería de ir delante de quién, muchos jefes de protocolo lo consultaban
en sus páginas.
Como todo el mundo sabe, con la llegada
de la Revolución Francesa, hubo muchos movimientos entre las monarquías
europeas. Unos tuvieron que salir a escape y a otros ni siquiera se lo permitieron
y los llevaron al cadalso.
Luego llegó Napoleón, el cual se
empeñó en que su familia y sus amigos emparentaran con las dinastías más
importantes de Europa.
Ahí se lo tuvieron que pensar
mucho los del Gotha para poder colocar correctamente a esos recién llegados a
las monarquías europeas.
Tras la época napoleónica, el Almanaque
se dedicó casi por entero a la genealogía de las monarquías europeas, prescindiendo
de otros datos de interés.
A partir de 1874, la revista
experimentó un gran cambio. Ya no se iba a dedicar en exclusiva a las
monarquías europeas y a la nobleza germánica. Ahora también aparecerán en sus páginas
los miembros de las casas ducales de Rusia, Francia, Reino Unido e Italia. A partir
de entonces va a ser el libro más consultado por la nobleza europea.
En 1890 se perfila la forma en la
que va a permanecer hasta el final. Se va a dividir en 3 partes. La primera es
un Anuario Genealógico. La segunda es un Anuario diplomático y estadístico,
donde ya figurarán los principales gobernantes, diplomáticos y militares del
mundo. La tercera parte consistiría en una relación de todos los reyes del
mundo, relacionados según su edad. Incluso, se indicaba la fecha de su
coronación y la del aniversario de cada monarca.
Dentro del primer apartado, que
estudiaba la genealogía, que era el más importante, se abrían otros 3 donde se
daban más detalles.
En ese primer sub-apartado se
detalla la genealogía completa de las casas reinantes en esa época y también de
las que han sido destronadas, tras el célebre Congreso de Viena, finalizado en
1815. Aquí, se puede considerar, que estaba la gente con la sangre más azul.
En el segundo sub-apartado
aparecían exclusivamente los príncipes alemanes, cuyos títulos eran anteriores
a la creación del Sacro Imperio. Estos gozaban del tratamiento de Alteza
Serenísima, mientras que los que tenían unos títulos posteriores a esa fecha
sólo podían ser llamados Alteza Ilustrísima.
En el tercer sub-apartado se
podían contemplar los datos de los miembros del resto de las casas nobiliarias
de Alemania. También las del Imperio Austro-Húngaro, así como las casas ducales
de Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia y España.
En el siglo XX aumentó este sub-apartado
con la llegada de los nobles, con títulos concedidos por el Papa y los que tenían los muchos títulos
que concedió Alfonso XIII. Dicen que este monarca encontró ahí una de sus mejores
fuentes de financiación. Consistía en cobrar una pasta por cada título nobiliario. Todo un filón.
Incluso, se dice que muchos ricos
extranjeros se dieron una vuelta por aquí, para conseguir uno de esos títulos,
ya que los monarcas que gobernaban en sus respectivos países se negaban a
hacerlo.
A veces, se daba el caso de que
los miembros de pequeños principados aparecían en el Gotha con un linaje muy
superior al que se les atribuía a otros de grandes potencias.
Eso les vino muy bien a los miembros
de esas dinastías tan reverenciadas, como los Sajonia, pues consiguieron casarse
con miembros de las familias reinantes de Reino Unido, Bélgica, Bulgaria y Portugal.
Como los redactores de esta
revista eran muy conservadores, además de que se les consideraba insobornables,
pues, cada vez que se producía un matrimonio morganático o desigual, “condenaban”
a esa persona a salir del Almanaque o, lo que era casi peor, a ser relegada al
último grupo.
A partir de las revoluciones
liberales que recorrieron el suelo de Europa en 1848, las monarquías tuvieron
que hacer grandes esfuerzos para poder continuar. Casi todas tuvieron que
renunciar al absolutismo y ponerse al servicio de su pueblo.
Con el surgimiento de los nuevos
ricos burgueses aumentó el número de las suscripciones, pues allí es donde
debían buscar a un miembro de una familia importante para dar mayor lustre a su
apellido y ennoblecerlo.
Era la época de los ricachones procedentes
de Brasil, los armadores griegos, los industriales americanos y muchos más.
El siglo XX trae también otras
modificaciones al famoso Almanaque. Aumenta el tamaño de la publicación. Cambia
el color verde oliva de su portada por el carmesí. Incluso, sus páginas pasan
de ser de papel grueso al fino papel Biblia. Es conveniente explicar que, por entonces,
ya tenía 1.225 páginas en 2 tomos.
Se siguen publicando en sus
páginas los retratos dibujados de los monarcas que se han casado el año
anterior.
Ya en los años 20, se sustituyen
estos dibujos por fotografías de los miembros de las casas reales y de los políticos
importantes de cada país.
Tras la I Guerra Mundial
desaparecen varias monarquías europeas. Luego, ya en los 30, también cae la monarquía
española y todas las de los Balcanes.
En esos años el Almanaque fue
sobreviviendo a duras penas, a pesar de que al régimen de Hitler no le gustaba
nada esa publicación.
De todas formas, hay que decir
que había “tortas” para que se publicara el nombre de
alguien en ese Anuario. Era
la forma más efectiva de confirmar su nobleza.
También fue siempre y sigue
siendo un buen instrumento de trabajo para los historiadores especializados en
esa época.
A finales de la II Guerra
Mundial, la zona donde se publicaba fue invadida por el ejército de la URSS. Todos
sus archivos fueron incautados y destruidos y no se volvió a publicar más en esa
ciudad.
A finales del siglo XX se ha
vuelto a publicar un Almanaque parecido en Londres, estando apoyado por varios monarcas,
entre ellos nuestro antiguo rey, Juan Carlos I.
Espero que os haya gustado y que paséis
todos un feliz día de San Valentín.
MUY INTERESANTE Y BIEN ESCRITO Y PRESENTADO
ResponderEliminarMUY INTERESANTE Y BIEN ESCRITO Y PRESENTADO
ResponderEliminarMuchas gracias por su amable comentario.
EliminarSaludos.
Muy interesante. Sí, me ha gustado
ResponderEliminarMuy interesante. Sí, me ha gustado
ResponderEliminarMe alegro mucho de que le haya gustado. Le invito a leer cualquiera de los más de 400 artículos que he publicado en el blog. Seguro que le va a gustar más de uno.
EliminarMuchas gracias por su comentario y saludos.
Muy interesante, y facil de comprender
ResponderEliminarMe alegro de que le haya gustado. Le invito a leer más artículos en este blog.
EliminarSaludos.