Siguiendo con la labor de dar a
conocer personas y hechos casi desconocidos, hoy traigo al blog a toda una
princesa hindú, cuya labor fue muy importante para la victoria aliada en la II
GM.
Noor
Inayat Khan nació en 1914 en Moscú en el mismísimo Kremlin. Sus padres fueron
Pir Inayat Khan y la Begum Sharada Ameera. Esta última era de origen americano y su nombre de
soltera era Ora Ray Baker, natural de Alburquerque, en Nuevo México. También
fue sobrina de Mary Baker Eddy, fundadora de Ciencia cristiana.
Además,
era descendiente directa del sultán Tipu, el último de los reyes musulmanes del
sur de la India.
Parece
ser que el lugar de nacimiento se debió a una invitación personal del zar
Nicolás II de Rusia. Dicen que el famoso Rasputín aconsejó al zar que llamase a Moscú al padre de la princesa, que
era un conocido maestro del Sufismo musulmán, para que le diera a conocer sus
doctrinas sobre la paz y el amor.
Con
el tiempo, su padre se dio cuenta que la familia no estaba segura en Rusia, a
causa de la situación prerrevolucionaria que había en este país y decidieron
irse justo antes de la Revolución de 1917.
Tras
múltiples peripecias llegaron a París, que era entonces el lugar favorito para
los exiliados de todo el mundo.
Allí
estudió en la Escuela Normal de Música y también se ganó la vida escribiendo
cuentos para niños, que luego eran emitidos a través de Radio París. Este
trabajo se le dio bastante bien, pues había estudiado psicología infantil en la
Sorbona de París.
Al
comenzar la II GM, la familia decidió irse a Londres, donde, como muchos
jóvenes, ofreció sus servicios a las Fuerzas Armadas británicas, llegando a
enrolarse en la RAF, como auxiliar femenino de transporte.
Su
gran conocimiento del francés posibilitó que fuera destinada, más tarde, al
Servicio de Operaciones Especiales, siendo entrenada y enviada en 1943 a
prestar servicio en la Francia ocupada.
Durante
varios meses eludió a las fuerzas de la GESTAPO, que habían arrestado y
asesinado a muchos de sus compañeros. Su sistema era huir de una casa segura a
otra mediante una bici y cargada con una emisora de radio.
Madeleine,
que ese era su nombre dentro de la organización, tuvo la oportunidad de
regresar al Reino Unido, pero no quiso dejar solos a sus compañeros, pues su
emisora de radio llegó a ser uno de los pocos vínculos que quedaban entre
Londres y la Resistencia francesa.
La
GESTAPO llevaba varios meses tras ella y, después de una delación, consiguió
capturarla.
Fue
llevada a la sede central de la GESTAPO en París, situada en la avenida Foch,
donde se le ofreció que colaborara y les diera datos de la organización y de
sus compañeros. Como ella rechazó el trato, la torturaron y la dejaron allí
encerrada y encadenada durante varias semanas.
Según
parece, su emisora de radio, junto con las claves que no había destruido
sirvieron a la GESTAPO para atrapar de ese modo a varios de sus compañeros.
Intentó
varias veces la fuga, pero fracasó. Incluso, intentaron que firmara un
documento, donde se comprometería a no fugarse, pero se negó.
Tras
esta situación, la enviaron a Alemania, pasando por varias prisiones, donde la
recluyeron en celdas especiales para reclusos peligrosos.
El
12/09/1944 fue enviada a Dachau y al día siguiente fue fusilada en el mismo
campo. Sólo tenía 30 años.
Fue la única mujer
condecorada póstumamente con la Cruz Jorge y la Croix de guerre.
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