ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

sábado, 30 de julio de 2016

VICTORIA WOODHULL, LA PRIMERA CANDIDATA A LA CASA BLANCA



Ahora, todo el mundo está, más o menos, pendiente de la famosa campaña electoral de los USA. Como todo el mundo sabe, ya sólo han quedado como únicos candidatos, Donald Trump, por el partido republicano, y Hillary Clinton, por el partido demócrata.
Todo el mundo piensa que es un momento histórico, porque creen que es la primera vez que se presenta una mujer para ese importante cargo, pero no es así. Lo cierto es que ya hubo una, en la segunda mitad del siglo XIX y a ella me referiré en este artículo.
Nuestro personaje nació con el nombre de Victoria Claflin Woodhull, aunque, posteriormente, se lo cambió por el de Victoria Woodhull Martin.
Nació en septiembre de 1838 en un pueblo del Estado de Ohio, en el nordeste de ese país, haciendo frontera con Canadá.
Tuvo unos curiosos progenitores. Su padre, Reuben, era, simplemente, un estafador y, aparte de ello, se dedicaba a vender un líquido que él llamaba aceite de serpiente. Parece ser que se dedicaba a viajar constantemente por todo el país, para que no lo pillara la Justicia.
En cambio, su madre, Roxanna,  se dice que era analfabeta, y, además,  médium espiritualista. No obstante, era seguidora de las ideas de Franz Mesmer, que estuvieron de moda mucho tiempo a finales del XVIII y principios del XIX. Incluso, el mismo Mozart, lo mencionó en su ópera “ Cosí fan Tute”.
No se puede negar que, con estos orígenes, aprendió lo suficiente para poder llegar a ser un político de esos que conocemos todos. Esto sí que es todo un pedigrí.
A pesar de que sus maestros la consideraron casi una superdotada, desgraciadamente, tuvo que abandonar el colegio, después de haber estudiado sólo tres años en el mismo.
Siguiendo sus viejas costumbres, su padre, contrató un seguro para cubrir los daños del molino, que poseía la familia, el cual estaba bastante viejo. Luego, le prendió fuego y quiso cobrar la indemnización por el siniestro. Lo malo es que los técnicos de la compañía descubrieron que lo había realizado intencionadamente.
Así que la sociedad USA, que es muy mirada para estas cosas, y, en este caso, las autoridades municipales, los expulsaron del pueblo.
A los 14 años, acudió a una consulta médica para tratarse de una enfermedad. Allí conoció a un joven médico, con el que acabó casándose. Fruto de este matrimonio nacieron dos hijos. Sin embargo, nunca fueron muy felices, porque él siempre fue un mujeriego y un alcohólico, mientras que ella tuvo que buscarse un trabajo para llevar dinero a casa. Así que, muy pronto, se divorciaron .
En 1866, Victoria, se casó por segunda vez. Su nuevo esposo había sido coronel en el Ejército de la Unión, durante la guerra civil USA, y ahora tenía un cargo en el ayuntamiento de San Luis, en Missouri.
En aquella época, incluso en la comedida sociedad de USA, se veía con mejores ojos que un hombre le fuera infiel a su mujer y no al contrario.
A partir de ahí, Victoria, llegó al convencimiento de que ella era partidaria del amor libre y de que podía amar a cualquiera por el tiempo que le diera la gana “y ninguna persona ni ley está autorizada a interferir en ese derecho”.
Otra de sus frases preferidas era: "La agitación del pensamiento es el comienzo de la sabiduría. Pero eso me gusta".
Eso sí, estaba en contra de la prostitución y consideraba al, por entonces, tan de moda matrimonio de conveniencia, como una forma de prostituirse.
Realmente, ella era partidaria de que cada uno hiciera lo que quisiera. Defendía la monogamia tanto como los cambios de pareja. Su marido era de la misma opinión que ella.
Ya en esa época, Victoria y su hermana, Tennie, hicieron labores de médium y ganaron una cierta celebridad.
Posteriormente, en 1870, con las ganancias obtenidas y el apoyo del financiero Vanderbilt, fundaron una agencia de Bolsa, siendo las primeras corredoras de Bolsa en USA. Este financiero era uno de sus mayores admiradores en su faceta como médium.
Parece ser que ayudaron a Vanderbilt, que se había quedado viudo y ya tenía 76 años, para que contactara con su difunta esposa. A cambio, él les enseñó a operar en Bolsa.
Ese mismo año, siguiendo con ese afán innovador, fundaron un periódico llamado “Woodhull&Claflin’s Weekly”, que, en principio, se dedicó a expandir las ideas feministas.
También se atrevieron a tratar algunos temas casi prohibidos en aquella época, como la educación sexual, el voto femenino, el largo de las faldas, el espiritualismo, la alimentación vegetariana, la legalización de la prostitución, etc.
Del mismo modo, se atrevieron a publicar, por primera vez, en un periódico en inglés, nada menos que “El Manifiesto comunista”, de Karl Marx.
En cierta ocasión, se enteraron de que un pastor protestante, que solía ponerlas a parir, por sus ideas sobre el amor libre, estaba cometiendo un adulterio con una de sus feligresas. Estaba muy claro que tenían que aprovechar esa información y eso fue lo que hicieron. Más tarde, tras varias demandas, el caso fue a juicio, pero nunca se resolvió claramente. Lógicamente, les dio mucha popularidad a las dos.
Aunque parezca mentira, a pesar de que siempre dio la cara a favor de los derechos de la mujer, algunas feministas famosas en esa época, la tacharon de oportunista. Yo pensaba que esas cosas sólo pasaban en España.
En otra ocasión, nuestro personaje defendió ante un comité parlamentario, de una forma muy contundente, que las mujeres ya tenían en USA el derecho a votar, pues las enmiendas 14 y 15 de la Constitución reconocían ese derecho para todos los ciudadanos de ese país y sólo había que dejarlas ejercerlo.
Por supuesto,  las sufragistas que presenciaron ese discurso, aplaudieron entusiásticamente su intervención y ella pasó a ser una de las líderes del movimiento sufragista. Desgraciadamente, hasta 1920 no se les reconoció ese derecho.
El 10/05/1872, nuestro personaje, presentó su candidatura a la presidencia de los USA, por un partido llamado Equal Rights. Allí mismo, declaró que, si ganaba las elecciones, una de sus primeras medidas sería intentar modificar la Constitución.
Lo curioso fue que, un mes más tarde, ella propuso a un conocido abolicionista llamado Frederick Douglass, como su futuro vicepresidente, aunque ni se había molestado en pedirle antes su permiso al candidato.
Tampoco le hizo mucha gracia este nombramiento a la opinión pública USA, pues ese candidato era afroamericano y estaba casado con una mujer blanca.
Parece ser que fue una estrategia para aliar a las sufragistas con los abolicionistas de la esclavitud, a fin de que unieran sus fuerzas.
Casualmente, cuando faltaba ya muy poco para las elecciones, nuestro personaje, su esposo y su hermana, fueron arrestados, acusados de publicar obscenidades en su periódico. Allí pasaron el tiempo justo para no poder acudir a las elecciones y perder su carrera presidencial.
Parece ser que el denunciante fue un tipo llamado Anthony Comstock, inspector de Correos y presidente de la Sociedad de Nueva York para la supresión del vicio. Este hombre había conseguido que el Congreso aprobase una Ley por la que no se permitía enviar material obsceno por correo. Lógicamente, la revista de Woodhull se enviaba por correo.
Su idea de lo obsceno era bastante extraña. Así que consiguió prohibir el envío por correo de los libros de Anatomía a los estudiantes de Medicina de todo el país. Hasta llegó a clausurar la única lotería legal del país, que era la Lotería de Luisiana.
Como a esta mujer no había quien la parara, pues se volvió a presentar a las elecciones de 1884 y
1892. Ese último año, fue apoyada por varias sociedades sufragistas. A las que no le habían apoyado, les contestó que había una profecía que la señalaba como la próxima presidenta de los USA. Evidentemente, no llegó a la presidencia.
En 1876, se había divorciado de su segundo esposo, el coronel Blood. Así que embarcó hacia el Reino Unido. Allí dio varias conferencias en las que mostraba sus ideas. En una de ellas, coincidió con el banquero John B. Martin, que, algo más tarde, se convertiría en su tercer esposo.
Desde entonces, pasó a llamarse Woodhull Martin y comenzó a publicar una revista llamada The Humanitarian, con la ayuda de su hija, Zula.
La revista estuvo publicándose hasta 1901, año de la muerte de su marido. A partir de entonces, se fue a vivir al campo y allí residió hasta su fallecimiento, en 1927.
A partir de los años 80, se han estrenado varias obras musicales, donde se habla de la vida de nuestro personaje.
Incluso, en 2001, fue incluida en el llamado Salón de la Fama Nacional de las Mujeres, donde se homenajea a las mujeres que han prestado servicios de gran valor para el desarrollo de USA.
Esta institución está radicada en Seneca Falls, Nueva York. En 1848, tuvo lugar en ese sitio, la primera convención sobre los derechos de la mujer.
Espero que esta vez no os quejéis tanto, porque esta entrada me ha salido mucho más cortita.

viernes, 29 de julio de 2016

JOHNSON, UN PRESIDENTE CASI OLVIDADO



Los que siguen habitualmente mi blog, sabrán perfectamente que, salvo excepciones,  suelo dedicar mis artículos a personajes que, más o menos, me gustan.
Esta vez no es así, pero enseguida vais a entender por qué he echado mano de la figura de este presidente.
Realmente, no es que no me guste este personaje, sino que nunca me ha hecho gracia su forma de gobernar, por lo que respecta a la pasada guerra de Vietnam. No obstante, me parece que es justo que se le reconozcan sus méritos. De hecho,  intentó reformar a fondo los USA y consiguió buena parte de sus objetivos.
Lyndon B. Johnson, que ese era su nombre, nació en 1908 en un pequeño pueblo situado en el centro del Estado de Texas.
Su familia era muy modesta. Sin embargo, consiguió graduarse como profesor y trabajar como tal en un instituto de Houston.
Se afilió al partido demócrata y trabajó durante unos años como ayudante  en el Congreso, en Washington.
En 1935, fue nombrado director en Texas de la Administración Nacional de la Juventud. Por lo que volvió a su tierra.
En 1937 regresó a la capital para convertirse en uno de los miembros de la Cámara de Representantes, siempre por el Partido Demócrata.
Fue progresando y, en 1942, fue nombrado presidente de la Comisión de Asuntos Navales. Supongo que tendría mucho trabajo, porque estaban en plena II Guerra Mundial.
En 1948, fue ya elegido senador por su Estado, Texas. De todas formas, es preciso recordar que el Partido Demócrata siempre ha tenido su vivero de votos en el sur de USA.
Desde 1953, fue el jefe del Partido Demócrata en el Senado. Durante los 8 años de la presidencia de Eisenhower.
A partir de 1957, cuando su partido obtuvo la mayoría parlamentaria, presentó nuevas leyes relativas a los derechos civiles. Algo que no ocurría en su país desde hacía 80 años.
En 1960, intentó, a la vez, ser candidato a la presidencia de USA y renovar su escaño en el Senado.
En el primer caso, fracasó, pues, como todo el mundo sabe, fue elegido el famoso John F. Kennedy. Aquel presidente tan popular y carismático.
Dicen que el partido demócrata, eligió, como vicepresidente,  a nuestro personaje por ser un senador procedente de un Estado del sur y por su gran experiencia parlamentaria, ya que el presidente era casi un novato.
No obstante, las malas lenguas, dicen que tanto el presidente como el vicepresidente no se podían ver ni en pintura. Siempre hubo mal rollo entre ellos.
Parece ser que en el presidente predominaba un carácter más intelectual, aunque tampoco tuviera una formación muy brillante, porque su padre no le había preparado para ese puesto, sino a un hermano mayor, que murió en la II Guerra Mundial.
Mientras que, en el caso de nuestro personaje, se puede decir que era un simple currante, que se había hecho a sí mismo. Tampoco era un gran orador, pero solía conseguir que sus colaboradores hicieran lo que él quisiera.
Kennedy siempre lo estuvo viendo como una exigencia de su partido y nunca le gustó tenerlo a su lado.
Bueno, supongo que todo el mundo sabrá que a Kennedy lo mataron en Dallas, un 22/11/1963. Así que, siguiendo la Constitución USA, el vicepresidente pasó a asumir ese cargo.
Supongo que, como estaban en plena Guerra Fría, no perdieron el tiempo, y le tomaron juramento a Johnson en el mismo avión presidencial, donde se trasladaba el cadáver del fallecido presidente, junto a la esposa del mismo.
No hay que olvidar que, junto a  cada presidente de los USA, va siempre un ayudante con el famoso maletín nuclear. A lo mejor, de ahí la urgencia por tomar posesión del cargo.
Johnson continuó la política de Kennedy y, al año siguiente, consiguió que se aprobara la trascendental Ley de Derechos Civiles de 1964, que había sido propuesta por el anterior presidente.
Tras esta Ley, se eliminaron un montón de trabas y segregaciones, que afectaban a todos los que no eran blancos. Algo por lo que venía luchando desde hacía varios años el Movimiento por los Derechos Civiles, encabezado por Martin Luther King. No hay que olvidar que la famosa Marcha sobre Washington tuvo lugar el 28/08/1963.
Supongo que los estadounidenses verían con buenos ojos su labor como presidente, pues, en 1964, se presentó a las elecciones y ganó con un contundente 61% de los votos. Logrando el 90% del voto negro, en los Estados donde podían votar, claro está.
Utilizó esa gran mayoría para enviar varias medidas de interés social al parlamento. Ejemplo de ello fue la ayuda para la educación, el seguro sanitario para los ancianos y los pobres, las viviendas a precios bajos, etc.
En 1965, se generalizó el derecho al voto para las personas de color en todo el  país, aboliendo las leyes restrictivas, que había en ciertos Estados del sur,  y se ampliaron las medidas para aceptar más inmigrantes no europeos.
Su programa llamado “Guerra contra la pobreza” buscaba que la gente que se había quedado al margen de la buena marcha económica del país, pudiera tener una vida digna.
Se buscaba dar enseñanza preescolar a los niños pobres, formar profesionalmente a los que habían dejado la escuela y buscar trabajos a nivel municipal, para los habitantes de los barrios más deprimidos. De hecho, triplicó el importe de los fondos federales para la enseñanza.
Esto fue lo que llamó el presidente “La gran sociedad”, donde todo el mundo tuviera igualdad de oportunidades y una buena calidad de vida. Así, consiguió que las familias en el umbral de la pobreza pasaran del 22% al 13%.
No obstante, a pesar de esas medidas para favorecer la vida de la gente humilde, tuvo muchos problemas heredados de la era Kennedy.
En varios Estados, la gente, incluido el gobernador, se negaron a que las personas de color acudieran a los mismos centros educativos que los blancos.
Hubo muchos disturbios, como las Movilizaciones en Mississippi, donde algunos estudiantes de color quisieron entrar a estudiar en centros públicos y los manifestantes blancos se lo impidieron. El Gobierno envió a la Policía y hubo tiroteos entre las dos partes. Al final, tuvieron que enviar al Ejército a poner un poco de paz en esa zona.
También hubo varios incidentes, como en los que se inspiraron los guionistas de la famosa película “Arde Mississippi”, donde el Gobierno tuvo que sustituir a las autoridades locales, por su complicidad con los blancos que estaban cometiendo esos delitos raciales.
Me voy a detener aquí para subrayar la situación que se vivía por entonces, en varios Estados del sur de USA.
En estos Estados imperaban las llamadas “Leyes de Jim Crow”, que era algo muy parecido al famoso “apartheid”, que existió en Sudáfrica.
Era muy habitual ver cines con entradas diferentes y hasta las fuentes de agua estaban reservadas para unos u otros. No hará falta decir que también estaban segregados los latinos y los asiáticos.
Parece ser que algunos medios de comunicación sureños dijeron que en el norte se estaban preparando para enviar a miles de voluntarios para invadir el sur. A fin de eliminar esas formas de segregación.
A causa de esta falsedad, fueron muchos los ciudadanos del sur que se afiliaron a organizaciones violentas e ilegales, como el KKK.
A principios de junio de 1964, llegaron al condado de Neshoba (Mississippi) tres activistas por los derechos de los negros. Fueron detenidos por miembros de la Policía Local y entregados a un grupo de racistas, los cuales les asesinaron y escondieron sus cadáveres.
En cambio, el Gobierno, no se quedó, como ahora, con los brazos cruzados. Movilizó al FBI, el cual, tras una larga investigación, consiguió que todos confesaran y fueran llevados ante los tribunales. Hasta se implicó la Armada en la búsqueda de los cadáveres de los asesinados.
Incluso, el mismo presidente Johnson, se reunió con los padres de dos de las víctimas en la Casa Blanca.
La investigación culminó a primeros de diciembre de ese año y los detenidos fueron llevados a una base naval. Supongo que sería porque el Gobierno no se fiaría de las autoridades locales.
Otro dato interesante es que el presidente tuvo que convencer al famoso jefe del FBI, Hoover, para que enviara unos 150 agentes. A pesar de que a Hoover no le caían nada simpáticos esos grupos de activistas, que luchaban contra la segregación racial.
Es más, el presidente, cesó de manera fulminante al gobernador de ese Estado por insultar a los miembros del FBI.
Incluso, algunos afirman que ciertos individuos de la Mafia ayudaron al Gobierno a encontrar los cadáveres de los asesinados.
Es posible que alguien opine que esto ocurrió hace mucho tiempo. Sin embargo, los juicios por estos tres crímenes se han reabierto en diversas ocasiones y la última sentencia, emitida por la Corte Suprema de Mississippi,  data de 2007.
Tras todo esto, no sé si ha quedado claro el asunto. Lo que quiero decir es que el Gobierno actual de USA debería de parar la violencia actual de alguna forma, como ya hizo, en su momento, el presidente Johnson.
Evidentemente, nuestro personaje, declinó presentarse a la reelección de 1968. Los motivos estaban muy claros.
Por una parte, con su apoyo a los movimientos anti-racistas, perdió los tradicionales votos que recolectaba el Partido Demócrata en el sur de USA. En esa zona, hubo un gran porcentaje de blancos, que optó por votar, por primera vez en su vida, a los republicanos.
También se dice que hubo muchos blancos que comenzaron a pensar que se les estaban dando demasiadas cosas a los negros y de una forma muy rápida y, por ello, cambiaron su voto.
Por otro, la expansión de la guerra de Vietnam, que se comió todos los presupuestos y que obligó a movilizar a millones de jóvenes para ir a luchar a un sitio, que, muchos de ellos, ni siquiera sabían dónde estaba. Hablaban de ella como “la guerra de Johnson”.
En 1964, cuando fue elegido presidente, había 25.000 soldados USA en Vietnam. Cuando dejó la Casa Blanca, ya había 1.000.000. De hecho, antes de irse, ordenó una reducción de los bombardeos sobre Vietnam.
Otro de los problemas que tuvo siempre Johnson fue que nunca tuvo una buena relación con la prensa, al contrario de lo que había hecho su antecesor en el cargo.
No obstante, aunque Johnson no se presentó a las siguientes elecciones, para no polarizar más a la ciudadanía de los USA, el Partido Demócrata fue “premiado”con el 97% de los votos de la gente
de color, en las elecciones legislativas. Lo cual, les dio una amplia mayoría en el Parlamento.
Para acabar, me gustaría aclarar un poco las ideas de mis lectores. Por supuesto, yo no tengo que decantarme por ninguno de los partidos de USA, porque los dos me dan igual.
Lo cierto es que en España se suele pensar que el Partido Demócrata es más progresista y más pacifista que el Republicano.
Yo pienso que no es así. Los presidentes que comenzaron la I y II Guerras Mundiales eran demócratas. También Truman, que fue el que ordenó que se lanzaran las dos bombas atómicas sobre Japón.
Los que empezaron la guerra de Vietnam eran demócratas y el que la terminó como pudo, republicano.
El que firmó la abolición de la esclavitud no era demócrata, sino uno de los fundadores del Partido Republicano, Lincoln. Los del Partido Demócrata nunca quisieron hacerlo para no perder su apoyo en esos Estados del sur.
Acabo con una frase de Martin Luther King, en su célebre discurso del  28/08/1963, que reunió a unos dos millones de personas, en Washington, frente al monumento a Abraham Lincoln: "Yo tengo un sueño: que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter..."
Bueno, como siempre, espero no haberos aburrido mucho con este artículo.

lunes, 18 de julio de 2016

JULIAN ZUGAZAGOITIA, UN EXILIADO DEVUELTO Y FUSILADO



Al estudiar la Guerra Civil española, una de las cosas que hay que tener muy claras es que ninguno de los bandos permitió que, dentro de su correspondiente zona, hubiera alguien neutral o indiferente.
Aunque fue una guerra entre ciudadanos del mismo país, siempre existió la idea, en los dos bandos, de machacar y hasta de exterminar a los del otro bando.
Realmente, parecía una típica pelea entre miembros de dos partidos radicales enfrentados, sólo que, esta vez, utilizaban los grandes medios que posee un  Estado.
Seguro que muchos de vosotros estaréis pensando que a mucha gente, esto de la guerra, le importaría un rábano. Eso es evidente. Incluso, yo creo que existió ese tercer bando, al menos, en el aspecto ideológico. Lo que pasa es que a nadie se le permitió que se expresara de ese modo e, incluso, que se callara y no apoyara al bando que mandaba en la zona donde  residía.
Hechas estas oportunas aclaraciones, paso a presentar a nuestro personaje de hoy. Se trata de Julián Zugazagoitia. Un hombre nacido en 1899 en Bilbao.
Su padre era un obrero metalúrgico. Miembro desde su fundación, en 1880, del PSOE. Partido creado por Pablo Iglesias. Curiosamente, un socialista nacido en el Ferrol, el mismo pueblo en el que nació Franco.
A pesar de pertenecer al País Vasco, Bilbao, siempre ha sido una de las cunas del socialismo español. Los otros vértices de ese triángulo, donde se implantó más pronto en España, el PSOE, fueron Madrid y Asturias.
No hay que olvidar que, ya en 1885, el líder socialista, Facundo Pérezagua, un metalúrgico nacido en Toledo, fundó las primeras agrupaciones de su partido en Vizcaya.
En 1886, dio el gran paso de fundar la Agrupación Socialista de Bilbao, junto a Toribio Pascual y Felipe Carretero.
No hará falta recordar que el PSOE  había sido fundado en 1879 y que el sindicato UGT no se fundaría hasta 1888.
Para el que no lo sepa, el PSOE,  es el segundo partido socialista más antiguo de toda Europa. Sólo por detrás del SPD alemán, que se fundó en 1875.
En 1890, Pérezagua, creó la Federación Socialista de Vizcaya, uniendo las tres agrupaciones que había en la provincia.
Ese mismo año consiguieron llevar a la huelga a 30.000 trabajadores y triunfaron. Consiguiendo, de esa manera, que se multiplicaran las agrupaciones socialistas en  esa provincia.
No sé si sería debido a la victoria del partido en la huelga o a la multiplicación de afiliados, como consecuencia de ella, lo cierto es que, en ese mismo año, el PSOE realizó su segundo congreso nacional en Bilbao.
Es más, en las elecciones municipales de 1891, que fueron las primeras realizadas mediante sufragio universal, aunque sólo fuera masculino, también obtuvo otra victoria el PSOE vizcaíno.
Pérezagua y tres afiliados  más fueron los primeros socialistas, que obtuvieron una plaza como concejales en toda España.
Hay que precisar que el PSOE, en la persona de Pablo Iglesias, no obtuvo un escaño en las Cortes españolas hasta 1910.
Otro personaje muy conocido del socialismo vasco, aunque naciera en Asturias, fue Indalecio Prieto, gran rival de Pérezagua durante muchos años.
Volviendo a nuestro personaje de hoy, es posible que, influenciado por su padre, ingresara muy joven, con sólo 15 años, en el PSOE, concretamente, en las Juventudes Socialistas, que las acababa de fundar Tomás Meabe, otra referencia del socialismo vasco.
Parece ser que, en esta primera época, sus modelos a seguir fueron el propio Meabe y Emilio Beni, que dirigía el periódico socialista “La lucha de clases”.
Su padre, Fermín Zugazagoitia, llegó a ser presidente de la Agrupación Socialista de Bilbao y concejal de ese Ayuntamiento entre 1905 y 1909.
Julián comenzó trabajando en la Cooperativa que gestionaba la Casa del Pueblo, donde aprendió Contabilidad. Para trabajar, tras el fallecimiento de su padre, también como contable, en una empresa privada.
En 1917, tras haber participado en la gran huelga obrera de ese año, fue condenado a una pena de prisión, la cual pasó en la cárcel de Larrinaga. Esta huelga fue un fenómeno muy interesante. En otra ocasión hablaré de ese tema.
En 1920, fue elegido presidente de las Juventudes Socialistas de Bilbao y empezó a escribir artículos en diversos periódicos.
Al año siguiente, fue nombrado director del periódico socialista “La lucha de clases”. Cosa que le costó un disgusto, como ahora veremos.
En 1923, consiguió mediante oposición, un empleo como funcionario en el Ayuntamiento de Bilbao. Desgraciadamente, ese mismo año fue condenado a una pena superior a los tres años de destierro, por la publicación de un artículo en su periódico.
Pasó su primer año de destierro en Madrid, colaborando en el periódico
“El Socialista”, dirigido por Andrés Saborit.
En 1925, se trasladó a Santoña (Cantabria), donde trabajó en una empresa exportadora de conservas de pescado. Allí fue donde comenzó a escribir sus célebres biografías de dirigentes socialistas, como Pablo Iglesias o Tomás Meabe.
En 1929, regresó a Bilbao, donde escribió una serie de obras relativas a la vida de los obreros y las huelgas que realizaban para reivindicar sus derechos.
Fue elegido concejal para el Ayuntamiento de Bilbao, en las famosas elecciones municipales del 12/04/1931, que dieron lugar a la caída de la Monarquía y la llegada de la II República.
También,  ese mismo año, fue elegido diputado por Badajoz, en las Cortes españolas. En ellas, formó parte de la comisión dedicada a la Marina.
Al año siguiente, fue nombrado en el XIII Congreso del PSOE, director del periódico “El Socialista”.
En 1933, fue uno de los fundadores de la Asociación de Amigos de la URSS. Algo que no pasaría desapercibido a sus enemigos de la derecha.
Tampoco  pudo revalidar su escaño como diputado, esta vez por Vizcaya. Su partido decidió que los afiliados votaran a Manuel Azaña, para que se asegurara su escaño.
La victoria de los partidos de la derecha en esas elecciones, trajo consigo que el PSOE se fuera radicalizando. Eso se puede ver en los editoriales de su periódico. Cada vez más revolucionarios.
Por este motivo es detenido, tras la famosa revolución de 1934, que sólo triunfó en Asturias, por el delito de auxilio a la rebelión. El consejo de guerra le condenó a dos años de prisión, que pasó en la famosa Cárcel Modelo de Madrid.
Algunos autores dicen que el juez que le condenó en ese consejo de guerra, fue el mismo que, en la posguerra, le condenó a la pena máxima.
Por fin, en 1936, consiguió su ansiado escaño por Vizcaya y también, ese mismo año, es nombrado, vicepresidente de la
Asociación de la Prensa.
Aunque pudiera parecer un buen cargo, realmente, era lo más parecido a un regalo envenenado. El presidente de esa Asociación, Javier Bueno, había tenido que huir de Asturias, donde sus familiares fueron tomados como rehenes. En la posguerra, fue detenido y asesinado a golpes en una cárcel madrileña.
El anterior presidente, Alfonso Rodriguez Santamaría, redactor jefe de ABC, había sido asesinado, durante los primeros días de la guerra, por milicianos anarquistas.
A pesar de que el ambiente estaba cada día más revuelto, él no dudará en denunciar conspiraciones y militares que estuvieran preparando golpes contra la II República. Incluso, con nombres y apellidos. Otro detalle que tendrían muy en cuenta sus enemigos.
Una vez comenzada la guerra, redacta unas octavillas, que se lanzan sobre los encerrados en el Cuartel de la Montaña, donde dice que a los que se rindan los trataran bien y les harán un juicio justo. Algo que no gusta nada a sus compañeros.
Intenta poner un poco de cordura y denuncia el clima de represión que se vive en la zona republicana. Aboga por respetar el derecho a las vidas humanas de los prisioneros.
En 1937, al llegar Negrín al poder, se entera por la prensa de que él ha sido nombrado nuevo ministro de Gobernación. Algo que le deja muy sorprendido.
Desde su nuevo puesto, ordena realizar centenares de intercambios, para evitar que los prisioneros sean asesinados en ambas zonas.
Aparte de ello, es de la misma opinión que Negrín. O sea, que un gobierno legítimo no debe de rendirse nunca. Así que reorganizó los servicios de información del Estado. El gran problema de todos los gobiernos republicanos es que nunca pudieron fiarse de nadie.
Como ejemplo, debido a la gran cantidad de espías, tuvieron que obligar a la gente a que declarara la tenencia de cámaras y películas para hacer fotos. Como si fuera una licencia de armas.
Para poder usar estos aparatos, les daban una especie de carnet, donde figuraba su correspondiente licencia. En caso de que no la pudieran mostrar, serían inmediatamente detenidos. Esta medida se tomó durante el Gobierno de Largo Caballero, antecesor de Negrín en el cargo de presidente del Consejo de Ministros.
No hará falta recordar que Negrín pretendía alargar la guerra para que coincidiera con el inicio de la II Guerra Mundial, que ya se veía en el horizonte. Luego, pediría que los aliados ayudaran al Gobierno de la II República para luchar contra el bando franquista.
También, Zugazagoitia,  se pone de parte de Indalecio Prieto y se dedica a reducir la influencia del sector más izquierdista, que apoya a  Largo Caballero, en toda España. Incluso, ordena que se vigile a ese líder socialista. Algo que no gusta nada a los afiliados del PSOE ni a los del PCE. Incluso, hasta hace poco, no han querido saber nada de él en su partido.
En 1938, Prieto, ministro de Defensa,  sale del Gobierno y nuestro personaje también dimite. Sin embargo, Negrín, lo nombra subsecretario de Defensa. Algo que no le gusta nada, porque no quiere mandar sobre militares, pero lo acepta.
Posteriormente, es nombrado miembro de la Diputación Permanente de las Cortes y, al final de la guerra, se traslada, junto al Gobierno, al castillo de Figueras, donde se realiza la última sesión de las Cortes republicanas.
Desde allí, cruza a Francia. Allí, se muestra muy crítico con los exiliados, pues les acusa de ser demasiado egoístas y no ver los problemas que tienen los demás,  que  comparten su situación.
El 23/02/1939 tuvo lugar el entierro en Colliure (Francia) del famoso poeta Antonio Machado. Las personalidades más importantes que asistieron a ese acto fueron el General Rojo y nuestro personaje. Precisamente, fueron suyas las últimas palabras para despedir al ilustre fallecido.
En 1940, se traslada a París, donde escribe su obra, “Historia de la Guerra de España”, en la que narra los acontecimientos de la Guerra Civil, que se publica ese mismo año en Buenos Aires.
Posteriormente, modificaron el título por el de “Guerra y vicisitudes de los españoles”, publicada en España en la tardía fecha de 1977.
Tras la ocupación alemana, es detenido en París el 27/07/1940, tras una delación de los miembros de Falange Exterior Española.
Parece ser que el régimen franquista había entregado a sus amigos nazis, que se hallaban ocupando Francia,  una lista con los nombres de unos 1.600 exiliados españoles, para que los capturasen y los devolvieran a España.
Ante la Gestapo, se identificó como ministro de la II República, pero no le hicieron el menor caso. Fue encarcelado y, más tarde, entregado a las autoridades franquistas, en España.
Permaneció encerrado durante unos meses en la prisión madrileña de Porlier. El 21/10/1940 es llevado ante un Consejo de Guerra, que se celebra en las Salesas Reales, el cual le condena a muerte. Desgraciadamente, algo demasiado habitual en esa época. Curiosamente, el fiscal reconoció que ninguno de esos cinco imputados, que estaban siendo juzgados, había
cometido ningún delito. Sin embargo, estaba seguro de que habían “inducido a la rebelión”.
Algún autor dice que el JARE de Prieto intentó sobornar a los jueces, pero no tuvo éxito. El 05/11/1940, es fusilado en la tapia del Cementerio del Este, junto a otros catorce  presos más.
Alguien ordenó construir una tumba con forma de libro, donde están sepultados nuestro personaje y su amigo, Francisco Cruz Salido, que fue fusilado junto a él, en el Cementerio de la Almudena, en Madrid.