ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 3 de marzo de 2013

EL PROTOCOLO DE AUSCHWITZ


A veces las grandes historias hacen sombra a otras más pequeñas, lo cual es injusto, porque algunas de las pequeñas tienen a veces más trascendencia que las grandes.

            Voy a hablar hoy de Rudolf Vrba y de Alfred Wetzler, dos hombres judíos procedentes de Eslovaquia. Ambos habían nacido en la misma ciudad, Trnava y se conocían a pesar de existir entre ellos una diferencia de 6 años.

            Vrba, nacido en 1924, fue expulsado a los 15 años del colegio de su ciudad por la única razón de ser judío. Así que tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica y luego seguir estudiando en casa.

            Parece ser que su madre consideró un poco extravagante que aprendiera inglés por su cuenta, pero le llamó más la atención que luego aprendiera también ruso. Hay que decir que Vrba tenía una memoria fotográfica, que le permitía quedarse con todos los detalles.

            El 30/06/1942 fue capturado cuando intentaba cruzar la frontera con Hungría y fue llevado a Auschwitz. Allí empezó trabajando en la construcción de una nueva sección.

            Luego lo colocaron en otro departamento. Su trabajo era clasificar y ordenar las pertenencias de los recién llegados. Allí a veces encontraba algo que llevarse a la boca y eso le convertía en un privilegiado.

            Wetzler, nacido en 1918, era por entonces un joven periodista y era algo más tímido. Fue enviado a la oficina administrativa del campo. Allí memorizó las fechas de llegada, el origen y la cantidad de los recién llegados.

            Un día cualquiera comenzaba a las 4 de la mañana. Los silbatos de los guardianes interrumpían el escaso descanso. Tras hacer la “cama”, que no era otra cosa que un saco con paja, se hacía el primer recuento. Ahí ya se hacía una selección, pues los que no eran capaces de levantarse iban directamente a las cámaras de gas.

            Luego se organizaban los grupos de trabajo para una jornada de 11 horas, con una pequeña pausa para comer menos calorías de las necesarias.

            Siempre volvían menos de los que se iban, pues solía caer gente por el camino. Según Vrba, en su grupo morían diariamente unas 25 personas.

            Se puede decir que Vrba tenía suerte, pues su cometido se centraba en recibir a la gente recién llegada. Allí tenía que presenciar la selección que hacían los nazis. La gente más apta para el trabajo (un 20%) eran destinados a uno de los 50 barracones del campo. Previamente, se les tatuaba un número en el pecho y en el brazo. A los demás, ancianos, enfermos, niños, etc, les daban una pastilla de jabón y una toalla y los enviaban engañados a las “duchas”, o sea, a las cámaras de gas. Esto fue lo que escribió al respecto:

            “El andén era el símbolo de Auschwitz para millones de personas, pues a parte de ese lugar casi no vieron nada más, fuera de las cámaras de gas. En ese corto recorrido, (desde el andén a las cámaras de gas) ellos aún pensaban que les esperaba el nuevo asentamiento.
Trabajé en el andén 8 meses, presencié la llegada de 300 transportes y ayudé a descargar valijas y objetos personales de los que arribaron.
Allí, con mis propios ojos, ví el engaño más grande que el mundo conoció y allí comenzó un profundo cambio dentro de mí, que influyó en mi deseo de querer huir del campo de concentración.
Me mantuve firme en mi decisión de escaparme, pero en aquellos momentos no quise hacerlo solamente para obtener mi libertad. En ese momento quise prevenir a las personas de los que les esperaba si llegarían a Auschwitz, pues si yo hubiese sabido, si ellos se enteraran, se rebelarían y lucharían como lo hicieron los judíos del Gueto de Varsovia. Si sabrían la verdad se negarían a ir sumisos al matadero” Vrba. Pag 156. “Me escapé de Auschwitz”

 

                Los nazis habían hecho cantidad de pruebas y llegaron a la conclusión que el gas Zyklon B era más barato que las balas, que eran más necesarias para el frente. Era el pretexto ideal, pues lo compraron argumentando que era para luchar contra las plagas.

            “…Para prensar esta muchedumbre en el estrecho espacio de la cámara, los oficiales a menudo disparaban para inducir a los de dentro a comprimirse aún más. Cuando todo el mundo estaba en el interior, la pesada puerta se cerraba. A continuación se producía una breve pausa, presumiblemente para permitir que la temperatura ambiente y humedad corporal alcanzara un cierto nivel y así reaccionar con los cristales de Zyclon. Después, 55 hombres con máscaras de gas subían al techo, abrían las trampillas, y agitaban el preparado en polvo de las latas, antes de derramarlas por los conductos [...] En 3 minutos no quedaba un prisionero vivo. Los cuerpos se amontonaban en capas; los más débiles y ancianos debajo y los jóvenes y fuertes por encima [...] “Protocolo de Auschwitz, Vrba y Wetzler. 1945

                En el verano del 43 Vrba fue destinado a otro sitio donde podría recabar más información. Se trataba de una zona de cuarentena para hombres.

            A principios del 44 se dio cuenta de que estaban haciendo obras para montar una nueva línea y así aumentar la producción de muertos del campo. Se veía en la necesidad de escapar para prevenir a la gente sobre esto.

            Él estaba convencido de que en el campo no se podría organizar una resistencia y de que la Humanidad no sabía lo que estaba ocurriendo allí.

            Comenzó a estudiar por qué habían fallado otros intentos anteriores de fuga. No podía fracasar, porque a los que pillaban los ahorcaban en público esa misma tarde.

            Se acercó a Wetzler para idear juntos un plan de fuga. Lo más importante era sobrevivir sin que te pillaran durante 3 días, que era el tiempo que podían buscarte.

            Se les ocurrió hacer un escondite en un montón de tablones de madera, que estaban colocados junto a la alambrada. Con ellos iban a construir los nuevos barracones.

            El viernes 7/04/1944, víspera de Pascua, aprovecharon que la niebla cubría el campo para meterse entre los tablones. Previamente, rociaron la madera con gasolina y tabaco mascado, para que los perros no los olieran. Se quedaron allí 3 días enteros, viendo cómo los guardianes pasaban cerca de ellos, buscándoles por todas partes.

            Su equipaje estaba compuesto únicamente por un reloj, un pequeño mapa de la zona, que habían arrancado de un atlas infantil y la etiqueta de una lata de Zyklon B, como prueba de lo que allí estaban haciendo los nazis.

            Como ordenaba el reglamento, a los 3 días se canceló la búsqueda y se mandó un telegrama al mismo Himmler, reportando la huida de ambos. Esto da a entender que los alemanes temían que alguien se escapara para poder contar sus actividades.

            Con la cabeza rapada y con el pijama de rayas consiguieron salir de allí, aunque andaban un poco desorientados. Consiguieron despistar a una patrulla de la policía criminal que andaba por los alrededores.

            Al 6º día se arriesgaron a pedir ayuda a un granjero de la localidad de Milowka. Tuvieron suerte, pues éste les alimentó y les indicó el camino a seguir.

            Tras 11 días de evasión, llegaron a Eslovaquia y fueron hasta Zilina, poniéndose en contacto inmediatamente con el Consejo judío de la ciudad.

            Durante 3 días estuvieron declarando en habitaciones separadas sobre todos los detalles del campo, incluso aportando datos de asesinados y dibujando las instalaciones del campo.

            Así el Consejo judío se aseguró de tener un documento contundente e irrefutable para mostrar al mundo.

            Fueron confeccionados 3 ejemplares del Protocolo de Auschwitz de 32 páginas cada uno.

            Uno tenía que llegar a Palestina. Fue enviado vía Estambul, pero nunca llegó a su destino.

            El segundo iba dirigido a un rabino con buenos contactos en Suiza y de allí fue enviado a Londres. Se cree que el Gobierno británico envió posteriormente el informe a los USA.

            El tercer informe fue enviado al Nuncio del Vaticano y llegó a Roma unos 5 meses después.

            Cuando los evadidos escaparon era inminente la llegada de varios miles de judíos húngaros al campo.

            Parece ser que el informe desencadenó varios bombardeos a los enclaves donde se preparaban para enviar a los judíos por vía ferroviaria.

            El mismo dictador de Hungría, Horthy, canceló el envío de judíos a los campos, pues, como ya se sabía lo que ocurría allí, pretendía hacer un trato con los aliados para salvar su vida. Así que de esa forma y gracias también a Walemberg se consiguió salvar la vida de unos 100.000 judíos que tenían previsto deportar a los campos.

            El 27/01/1945 el Ejército Rojo liberó esos campos. En Birkenau encontraron los cadáveres de unos 600 prisioneros a los cuales acababan de asesinar los nazis. Sin embargo, encontraron con vida a otros muchos. Concretamente, unos 7.650 en Auschwitz y en los campos aledaños.

            Tras la guerra, Rudolf Vrba estudió Química en Praga, doctorándose en 1951. Se dedicó a investigar los procesos del cerebro, la diabetes y el cáncer. Estuvo viviendo en Israel y en los 70 se mudó a Canadá para dar clases en la Universidad de Columbia. Murió en 2006.

            Conocemos los detalles del suceso, porque Rudolf escribió un libro contando su vida y los detalles sobre su etapa en el campo.

            Sin embargo, Wetzler murió en 1988 en Eslovaquia sin gozar de reconocimiento alguno

           

2 comentarios:

  1. Rudolf Vrba es un fraude. La primera vez que fue submetido a un contra interrogatorio bajo juramente fue en el proceso Zundel en Toronto (1985). Sus alegaciones sobre Auschwitz fueron desmontadas y tuvo que confesar que lo que decía en su libro era en gran parte "licencia poetica". O sea "invenciones". Jean-Claude Pressac, en su libro "Auschwitz: Technique and Operation of the Gas Chambers" duda igualmente de los dichos de Vrba sobre las "camaras de gas" de Birkenau ya que todos sus dibujos son crasamente FALSOS. Sobre este asunto, ver también la publicación Los "Protocolos de Auschwitz" : ¿Una fuente historica? de Enrique Aynat.

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    1. ¿Respuesta a esta infamia? Sólo desprecio.
      E.

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