Como todo el mundo sigue pensando
que el ejército alemán durante la II GM era un bloque monolítico, donde nadie
discutía la más mínima orden, hoy voy a traer al blog un acontecimiento que ha hecho
correr mucha tinta.
Todos
sabemos que, desde el Desembarco de Normandía, los alemanes empezaron a perder
la guerra en Europa y fueron cayendo en picado hasta la conquista de Berlín.
En
enero de 1945, el ministro del Aire, Hermann Göring, recibió una serie de
quejas procedentes de los pilotos de caza, criticando la forma en que se estaba
llevando la guerra.
Por
ello, Göring, persuadido por los generales Koller y Ritter von Greim, convocó
una reunión el 22/01/1945 a la que invitó a todos los comodoros de la Aviación
de Caza. Estos comodoros eran los jefes de los mencionados regimientos.
Ellos
nombraron como portavoz al coronel Lützow, el cual tomó la palabra y expresó
con franqueza los puntos que deseaban discutir con su jefe.
Entre
los puntos expuestos estaban las quejas por dar prioridad a las unidades de
bombarderos sobre las de caza, el no dotarles con los nuevos reactores ME-262, las
exigencias imposibles de cumplir con sus aparatos, los insultos de Göring
contra sus pilotos acusándoles de estar perdiendo la guerra por su culpa por no
derribar más bombarderos aliados, la inquietud por la dimisión de Galland, etc.
Incluso, le llegó a decir que no contaba con
la confianza de estos oficiales.
Göring,
muy altanero, les llamó rebeldes a todos
y al portavoz le amenazó con fusilarle. Así que, muy indignado, levantó la
sesión.
Con
esto, les quedó a todos muy claro lo que ya suponían, o sea, que no contaban
con el apoyo del mariscal.
Lützow
no fue fusilado, pero sí obligado a dejar el territorio del III Reich en 48
horas. Así que se fue a vivir a Italia.
También
Galland, el máximo as de la Aviación alemana, tuvo que abandonar Berlín en un
plazo de 12 horas, pues Göring le consideraba el inductor de esa rebelión.
Hay
que precisar que Galland era teniente general de Aviación y había ocupado el
puesto de Inspector General de Caza, hasta que dimitió por no estar de acuerdo
con la forma en que el Gobierno estaba llevando la guerra.
Como
jefe de la Aviación de Caza fue nombrado el coronel Gollob. Este era un gran
piloto, pero tenía el defecto de que se mostraba muy frío para con sus
subordinados.
Sin
embargo, Galland, era muy popular, pues gustaba de charlar con todo el mundo y
contar con detalle los combates aéreos.
Tuvieron
suerte, pues Hitler terció en esta disputa y Göring no tuvo más remedio que
permitirles volver a volar en combate para demostrar la eficacia de los cazas a
reacción, como ellos decían. Así se formó la famosa Escuadra JV44.
La
lista de estos comodoros participantes en esa reunión es la siguiente: Josef
Priller, Hermann Graf, Gustav Rodell, Johannes Steinhoff, Hannes TRautloft, Edu
Neumann, Gerhardt Michalski y Helmut Bennemann.
Ahora
podemos hablar un poco sobre la aviación a reacción. En enero de 1944 se formó
la primera escuadra de cazas en las FFAA alemanas, se trataba de la JG7. Actuaba
en el frente oriental y era el terror de los bombarderos. Los derribaban a
pares y, cuando los bombarderos querían disparar, los reactores ya estaban
fuera de su alcance.
Como
ejemplo, en marzo del 45, en un combate aéreo llegaron a derribar 25
bombarderos y 6 cazas aliados.
Con
esto llegamos a la fundación por el general Galland de una especie de “Dream
Team” de la Aviación. Se trataba de la JV44, también llamada “Escuadra de los
ases”. Lo curioso de esta unidad es que operaba de forma paralela a la organización
de la Luftwaffe, pero no directamente a sus órdenes.
La
unidad fue dotada con el mejor avión del momento, el reactor ME-262 y entre sus
pilotos había 10 que ostentaban las mejores condecoraciones de la guerra.
Empezó
a funcionar desde su base en Múnich, pero tuvo que cambiar frecuentemente de
bases por los bombardeos de los aliados, pues éstos sabían que la única forma
de destruirlos era cuando estaban aparcados.
Sólo
estuvo operativa durante 2 meses, debido al fin de la guerra, pero en ese
período derribaron 50 aparatos aliados.
Otras
unidades, que empezaron antes con estos aviones, lograron más derribos, pero
tuvieron que dejar de volar por falta de combustible.
También
hubo que luchar contra la absurda idea del Gobierno de utilizar este magnífico
aparato como bombardero y no como caza.
En
las filas de esta escuadra figuraron varios generales, coroneles y comandantes.
Muchos de ellos con más de 90 derribos, incluso uno de ellos acabó la guerra
con la insólita cifra de 301 derribos, la segunda del mundo. El record lo tuvo
el también piloto alemán Erich Hartmann con 352 victorias.
Hay
que explicar que los pilotos alemanes solían provocar más derribos que los
aliados, porque en Alemania había menos pilotos y tenían que volar muchas más
misiones que los aliados. El caso de esta unidad es insólito, pues estaba llena
de coroneles y generales volando, como si fueran simples tenientes o capitanes.
Esto ocurrió porque a Galland, su jefe, le dejaron escoger libremente a los
pilotos.
A estas alturas de la II GM, el cielo de
Alemania estaba totalmente dominado por los aliados y la proporción entre los
aparatos aliados y los alemanes era de 20 a 1.
Como
estos reactores resultaban sumamente indefensos en las maniobras de despegar y
aterrizar de sus bases, se creó también una escuadrilla de protección con
aviones de hélice, que sobrevolaban las bases en todo momento. También necesitaban
pistas más largas y así algunos tuvieron que
aterrizar a veces en autopistas, por haberles destrozado la pista de su base.
Se
dice que los alemanes podrían haber recuperado la superioridad aérea con este
aparato, pero no fue así, pues los aliados no les dejaron fabricarlos en
grandes cantidades, porque bombardeaban continuamente las fábricas donde los construían,
y también destruyeron a muchos en el suelo. Aparte de ello, como ya he dicho
antes, muchos dejaron de utilizarse por falta de combustible.
En
fecha tan tardía como el 25/07/1944 fue su entrada en servicio. Parece ser que requería
mucha experiencia anterior y, al principio, hubo varios accidentes por dejarlos
en manos de pilotos novatos.
Se
vio que el uso más adecuado era enfrentarlo contra las “nubes” de bombarderos
aliados. Se cuenta que en una ocasión un solo piloto a los mandos de este avión
consiguió derribar 8 bombarderos aliados.
El
mayor número de derribos con este aparato lo tuvo Kurt Welter con 29 victorias.
Hay que recordar que, además de tener ametralladoras, también podía lanzar
cohetes aire-aire.
El
problema es que, como era muy difícil fabricarlos en secreto, hubo que
llevarlos por piezas a zonas boscosas y allí ensamblarlos, lejos de la vista de
los aliados.
Se
cuenta que el 01/05/1945 Galland escribió a Eisenhower para informarle que
deseaba rendir su unidad y entregarle los aparatos, pero esta comunicación fue interceptada
por las SS y tuvieron que dinamitar los aviones.
Los
USA organizaron una operación para llevarse todos los aparatos de este tipo que
encontraran a su paso.
También,
los alemanes cedieron un ejemplar a Japón, que llevaron desmontado en un
submarino. Con éste, los japoneses construyeron un modelo más pequeño que sólo
logró volar al día siguiente de la bomba atómica de Hiroshima.
Para
muchos, fue el mejor avión de la II GM y revolucionó los sistemas de vuelo. Fue
el precursor de otros aviones como el MIG-15 ruso o el F-86 USA.
Muy descriptivo eso de que el ejército alemán no era un bloque monolítico. Por otra parte, me parece lógico que la unidad de Galland tuviera más generales y coroneles porque, se sobreentiende, tienen más experiencia.
ResponderEliminarBien
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