ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 10 de marzo de 2013

CHARLES PERRAULT


Fue un escritor francés nacido en París en 1628, llegando al mundo junto con su hermano gemelo François.

            Vivió en el seno de una familia acomodada, la cual le suministró una buena educación, gracias a que pudo asistir a muy buenas escuelas parisienses.

            En 1637 ingresó en el Colegio Beauvais, donde descubrieron su facilidad para el aprendizaje de las lenguas muertas.

            A partir de 1643 comenzó sus estudios de Derecho, quizás influido por su hermano mayor, Pierre, que por entonces era Recaudador general.

            En 1654 es nombrado funcionario para trabajar al servicio de la Administración de la Monarquía francesa.

            Su situación ahora era más estable y ya tomó parte en la creación de la Academia francesa de las Ciencias y en la restauración de la Academia de Pintura.

            Jamás se opuso al sistema y, seguramente, eso fue lo que le dio mucha estabilidad y supervivencia en una Francia repleta de convulsiones sociales.

            Su primer libro, “Los muros de Troya”, publicado en 1661, no iba dirigido al público infantil, sino a la Corte.

            Como funcionario de la Corte normalmente escribía discursos, diálogos, poemas y otras obras para halagar al rey y a su familia.

            Fue secretario de la Academia francesa y se convirtió en un protegido del ministro Colbert, hasta que en 1665 se convierte en el primero de los funcionarios reales. Esto le vale para ayudar a alguno de sus familiares.

            En 1667 consiguió que los planos del Observatorio del rey fueran obra de su hermano Claude.

            En 1671 fue nombrado académico, luego canciller y posteriormente bibliotecario de la misma.

            Entre 1673 y 1680 nacen sus hijos, pero su esposa muere al dar a luz el último de ellos.

            En 1680 su estrella comienza a decaer, pues tiene que ceder su puesto de primer funcionario al hijo de Colbert.

            Escribió varios libros, pero la mayoría de ellos consistían en alabanzas al Rey Sol, Luis XIV.

            A los 55 años, en 1697, escribió “Historias o cuentos del pasado”, también conocido por “Los cuentos de la mamá gansa”, por la gansa que aparecía en su portada. Fueron recopilados de la tradición oral o de leyendas. Con ellos se inició el nuevo estilo de los cuentos de hadas.

            Solía utilizar en sus obras paisajes que le eran conocidos, como el Castillo de Ussé.

            Son cuentos morales, pero repletos de un encanto que los hace perdurar y encandila a los niños.

            Sus personajes son hadas, ogros, animales que hablan, brujas, príncipes, etc.

            Al final de cada cuento, el autor expone una moraleja diferente para cada obra.

            Se dice que el autor escribió estas obras para dar esperanza a una población destrozada por estar sometidas a constantes guerras y hambrunas. Por eso solía acabar sus cuentos con finales felices.

            También hay que destacar sus frases de carácter moralizante y esperanzador. Podemos destacar las siguientes:

            “Ya veis como el ingenio y la industria valen más que todas las herencias.”

            “Con diamantes y dinero mucho se obtiene en verdad, pero con dulces palabras aún se obtiene mucho más.”

            “La miseria no os abata ni os amilanen las penas, que los días buenos vienen tras los días de tristeza.”

            La honradez, tarde o temprano alcanza su recompensa, y con frecuencia se logra cuando en ella no se piensa.”

            “La niña bonita, la que no lo sea, que a todas alcanza esta moraleja, mucho miedo, mucho, al lobo le tenga, que a veces es joven de buena presencia, de palabras dulces, de grandes promesas, tan pronto olvidadas como fueron hechas.”

            En fin, como podemos ver, muchas de estas frases aún podrían ser de mucha utilidad hoy en día.
Se me ocurre pensar que comenzó a escribir estos cuentos al final de sus días, cuando se hallaba desengañado por haber estado toda la vida ofreciendo sus servicios a un régimen autoritario y ahora se daba cuenta de que sus esfuerzos sólo sirvieron para que la gente viviera cada vez peor. Quizás, por eso, ahora intentaba infundir esperanza en sus vidas.
 

4 comentarios:

  1. Y si que daban esperanza estos cuentos. Estos y los de los Hermanos Grimm son los que más he leído de niña.

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  2. Bueno, hay que reconocer que algunos de ellos eran un poco truculentos y no parecían muy adecuados para los niños.

    Lo que me da más rabia es que en los cuentos los malos siempre pierden y en la vida real, desgraciadamente, suele ser al revés.

    Saludos.

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  3. Recuerdo uno, aunque creo que éste era de Hans Christian Andersen, en que había una bailarina a la que le habían hecho unas zapatillas especiales, pero las zapatillas estaban embrujadas y no podía dejar de bailar, por lo que ella estaba agotada. Entonces aparece un herrero y (agárrate fuerte) el hombre le corta las piernas para que pueda descansar y encontrar otra vez la paz. A que esto sí que es truculento...

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  4. Desde luego, parece un poco bestia, sí. Menos mal que yo leía pocos cuentos, cuando era pequeño, de lo contrario, no se me habría olvidado.

    Luego dicen que son malas las consolas de juegos para los niños...

    Saludos.

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