ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

sábado, 16 de marzo de 2013

EL ESCÁNDALO BLOMBERG-FRITSCH


Hoy en día, todos hemos oído hablar, gracias al cine, de la famosa Operación Valquiria, donde un buen grupo de militares y civiles llevó a cabo un intento de asesinato de Hitler y un posterior golpe de Estado, que, seguramente, hubiera dado lugar a un fin de la guerra mucho más temprano que el que luego tuvo.

            También, gracias a alguna novela y al cine, hemos oído hablar de algunas organizaciones, como “La rosa blanca”, donde un grupo de jóvenes estudiantes intentó crear un grupo de oposición al Gobierno nazi y fueron ejecutados, en su mayoría.

            Pero, seguramente, casi nadie habrá oído hablar de este escándalo que dio lugar a un intento de golpe de Estado, el cual fracasó y sirvió para que aumentara el poder de Hitler y sus secuaces sobre el ejército alemán.

            A mediados de enero de 1938, el maduro general, Werner von Blomberg, que había cumplido ya los 60 años, entonces ministro de la Guerra, se casó con su joven novia veinteañera, llamada Erna  Grete Grühn. A este enlace asistieron, entre otros, el famoso mariscal Göring, como padrino, y el mismo Hitler, como testigo.

            No se sabe si el dato sería verdadero o fruto de un manejo político, pero lo cierto es que unos días después de la boda, un policía escribió un informe donde se decía que la novia había sido una antigua y conocida prostituta, mostrando fotos pornográficas de la misma.

            No se sabe si en el Ejército ya conocían este detalle, porque, cuando fue a casarse, no encontró a nadie que quisiera ser su padrino o su testigo y, por ello, intervinieron los ya citados.

Evidentemente, esta acusación contra uno de los más altos miembros del aristocrático cuerpo alemán de oficiales era algo muy serio, pues era un ultraje contra su honor y el del Ejército.

Inmediatamente, el Gobierno se puso en contacto con él para que anulara esa boda. El problema es que él se negó en rotundo a hacerlo.

Como el propio Göring le amenazó con publicar esos informes acerca de su esposa, él dimitió de todos sus cargos. Posteriormente, les obligaron a exiliarse a la isla de Capri, siendo dado de baja en el Ejército. Allí pasó toda la II GM hasta que fue detenido por los aliados y llevado a declarar en los Juicios de Núremberg.

Fue un comportamiento muy extraño, pues este militar, que había sido nombrado ministro de Defensa por Hindemburg, a pesar de haber pregonado que el poder militar del Estado debe de estar por encima de los partidos, cuando llegaron los nazis, se acercó mucho a ellos y consiguió que los militares prestaran juramento directamente a Hitler.

Incluso, es posible que estuviera implicado en la llamada Noche de los cuchillos largos, donde fueron eliminados un montón de miembros de las SA, las cuales hacían competencia a los militares.

En 1936 fue nombrado por Hitler, primer mariscal del nuevo ejército alemán y pasó de ser ministro de Defensa a llamarse ministro de la Guerra.

Es posible que los nazis no lo vieran como alguien manejable y no les gustaba que tuviera tanto poder entre los militares, quizás, por eso le tendieron esa encerrona y pusieron en su lugar a otros militares más pro-nazis.

Como la estrategia les había salido bien a los nazis, esta vez probaron con otro “hueso duro”, el comandante en jefe Werner von Fritsch. Göring deseaba que éste no sustituyera al anterior, como ministro de la Guerra. Por otra parte, Himmler pretendía aumentar la influencia de sus unidades SS en detrimento de las tropas del Ejército. Así que necesitaban otro militar más afín a sus ideales.

Ahora la víctima del grupo formado por los conocidos Göring, Himmler y Heydrich fue un general muy conocido en ese momento. Su nombre era Werner von Fritsch. Le acusaron injustamente de ser homosexual y provocaron que tuviera que dimitir de su cargo.

Más adelante, en un juicio humillante y plagado de pruebas falsas, presidido por Göring, fue degradado y pasado a retiro. Uno de los testigos de cargo fue un conocido delincuente llamado Otto Schmidt.
Como el almirante Canaris, jefe del servicio de espionaje militar, tenía una cuenta pendiente con Heydrich, antiguo subordinado suyo en la Armada, mandó hacer una investigación sobre este suceso. Encontraron que el verdadero culpable de los contactos homosexuales era un capitán de Caballería llamado Frisch, el cual confesó enseguida. Como la SS pretendió eliminar a este testigo incómodo, los de Inteligencia le protegieron y así salvaron su vida y el honor del general. 

El caso es que Fritsch había sido uno de los principales organizadores del ejército alemán, junto con el anteriormente citado, y consiguieron elevar el poder del mismo de cara a una futura guerra. El problema es que Fritsch siempre se opuso a entrar tan pronto en la guerra, pues, argumentaba, el ejército no había conseguido aún la suficiente potencia para hacerlo. Evidentemente, esa opinión no era del gusto de Hitler.

Al comienzo de la guerra fue reincorporado al Ejército, pero no a su puesto anterior.

Durante la invasión de Polonia, al inspeccionar los puestos de combate, fue herido mortalmente y, según los testigos, se negó a recibir asistencia médica, por lo que murió desangrado.

Su sustituto fue el general Walther von Brauchitsch, un general que llegó a ese cargo con una neutralidad hacia la política propia de un militar profesional, pero que, poco a poco, se convirtió en una persona de confianza para Hitler.

En un principio, tuvo muchos problemas para aceptar el aumento de la influencia de la SS, cuyas tropas competían con el ejército regular. Incluso tuvo serios problemas con alguno de sus dirigentes.

Al igual que el general Ludwig Beck, no estuvo de acuerdo con la decisión de invadir Austria y Checoslovaquia. Con la diferencia de que Beck dimitió y nuestro personaje se quedó en su puesto.

Un grupo de conspiradores, entre los cuales estaba Beck, lo invitaron a dar un golpe en 1938 contra el Gobierno de Hitler, pero él no quiso entrar en el asunto y el golpe no llegó a realizarse.

Parece ser que la idea de la llamada “Conspiración de Zossen” era enterarse de la fecha en que estaba previsto el ataque a Checoslovaquia y detener a Hitler antes de que ocurriera, para salvar a Alemania de la guerra.

La llegada de Chamberlain les despistó y paralizaron el plan, pero, más tarde, cuando intentaron reactivarlo algunos generales se retiraron del mismo.

Lo que sí hizo en 1939 Walther von Brauchitsch fue hablar con Hitler, como le habían pedido algunos de los conspiradores, para intentar convencerle de que no metiera a Alemania en una larga guerra en Europa, ni pretendiera esclavizar a los pueblos eslavos, pero no tuvo éxito.

Walther von Brauchitsch dirigió las campañas de Polonia y de los Balcanes. Más tarde, tuvo un gran éxito en la victoria sobre Francia, la cual le valió el grado de mariscal.

Fracasó en la guerra contra la URSS y se llevó una buena bronca de Hitler, la cual le provocó un ataque de nervios.

Más tarde, sufrió un ataque cardiaco, que produjo el relevo de su cargo en diciembre de 1941. Así el mismísimo Hitler se nombró a sí mismo comandante en jefe del Ejército alemán.

Tras la guerra fue juzgado y condenado. Más tarde, en 1948, fue juzgado de nuevo, pero murió antes de ser condenado.

 

 

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