Hoy en día, todos hemos oído
hablar, gracias al cine, de la famosa Operación Valquiria, donde un buen grupo
de militares y civiles llevó a cabo un intento de asesinato de Hitler y un
posterior golpe de Estado, que, seguramente, hubiera dado lugar a un fin de la
guerra mucho más temprano que el que luego tuvo.
También,
gracias a alguna novela y al cine, hemos oído hablar de algunas organizaciones,
como “La rosa blanca”, donde un grupo de jóvenes estudiantes intentó crear un
grupo de oposición al Gobierno nazi y fueron ejecutados, en su mayoría.
Pero,
seguramente, casi nadie habrá oído hablar de este escándalo que dio lugar a un
intento de golpe de Estado, el cual fracasó y sirvió para que aumentara el
poder de Hitler y sus secuaces sobre el ejército alemán.
A
mediados de enero de 1938, el maduro general, Werner von Blomberg, que había
cumplido ya los 60 años, entonces ministro de la Guerra, se casó con su joven
novia veinteañera, llamada Erna Grete Grühn.
A este enlace asistieron, entre otros, el famoso mariscal Göring, como padrino,
y el mismo Hitler, como testigo.
No
se sabe si el dato sería verdadero o fruto de un manejo político, pero lo
cierto es que unos días después de la boda, un policía escribió un informe
donde se decía que la novia había sido una antigua y conocida prostituta,
mostrando fotos pornográficas de la misma.
No
se sabe si en el Ejército ya conocían este detalle, porque, cuando fue a
casarse, no encontró a nadie que quisiera ser su padrino o su testigo y, por
ello, intervinieron los ya citados.
Evidentemente,
esta acusación contra uno de los más altos miembros del aristocrático cuerpo
alemán de oficiales era algo muy serio, pues era un ultraje contra su honor y
el del Ejército.
Inmediatamente,
el Gobierno se puso en contacto con él para que anulara esa boda. El problema
es que él se negó en rotundo a hacerlo.
Como el propio
Göring le amenazó con publicar esos informes acerca de su esposa, él dimitió de
todos sus cargos. Posteriormente, les obligaron a exiliarse a la isla de Capri,
siendo dado de baja en el Ejército. Allí pasó toda la II GM hasta que fue
detenido por los aliados y llevado a declarar en los Juicios de Núremberg.
Fue un
comportamiento muy extraño, pues este militar, que había sido nombrado ministro
de Defensa por Hindemburg, a pesar de haber pregonado que el poder militar del
Estado debe de estar por encima de los partidos, cuando llegaron los nazis, se
acercó mucho a ellos y consiguió que los militares prestaran juramento directamente
a Hitler.
Incluso, es
posible que estuviera implicado en la llamada Noche de los cuchillos largos,
donde fueron eliminados un montón de miembros de las SA, las cuales hacían
competencia a los militares.
En 1936 fue
nombrado por Hitler, primer mariscal del nuevo ejército alemán y pasó de ser ministro
de Defensa a llamarse ministro de la Guerra.
Es posible que
los nazis no lo vieran como alguien manejable y no les gustaba que tuviera
tanto poder entre los militares, quizás, por eso le tendieron esa encerrona y
pusieron en su lugar a otros militares más pro-nazis.
Como la
estrategia les había salido bien a los nazis, esta vez probaron con otro “hueso
duro”, el comandante en jefe Werner von Fritsch. Göring deseaba que éste no
sustituyera al anterior, como ministro de la Guerra. Por otra parte, Himmler
pretendía aumentar la influencia de sus unidades SS en detrimento de las tropas
del Ejército. Así que necesitaban otro militar más afín a sus ideales.
Ahora la
víctima del grupo formado por los conocidos Göring, Himmler y Heydrich fue un general
muy conocido en ese momento. Su nombre era Werner von Fritsch. Le acusaron
injustamente de ser homosexual y provocaron que tuviera que dimitir de su
cargo.
Más adelante,
en un juicio humillante y plagado de pruebas falsas, presidido por Göring, fue degradado
y pasado a retiro. Uno de los testigos de cargo fue un conocido delincuente llamado Otto Schmidt.
Como el almirante Canaris, jefe del servicio de espionaje militar, tenía una cuenta pendiente con Heydrich, antiguo subordinado suyo en la Armada, mandó hacer una investigación sobre este suceso. Encontraron que el verdadero culpable de los contactos homosexuales era un capitán de Caballería llamado Frisch, el cual confesó enseguida. Como la SS pretendió eliminar a este testigo incómodo, los de Inteligencia le protegieron y así salvaron su vida y el honor del general.
El caso es que
Fritsch había sido uno de los principales organizadores del ejército alemán,
junto con el anteriormente citado, y consiguieron elevar el poder del mismo de
cara a una futura guerra. El problema es que Fritsch siempre se opuso a entrar
tan pronto en la guerra, pues, argumentaba, el ejército no había conseguido aún
la suficiente potencia para hacerlo. Evidentemente, esa opinión no era del
gusto de Hitler.
Al comienzo de
la guerra fue reincorporado al Ejército, pero no a su puesto anterior.
Durante la
invasión de Polonia, al inspeccionar los puestos de combate, fue herido
mortalmente y, según los testigos, se negó a recibir asistencia médica, por lo
que murió desangrado.
Su sustituto
fue el general Walther von Brauchitsch, un general que llegó a ese cargo con
una neutralidad hacia la política propia de un militar profesional, pero que,
poco a poco, se convirtió en una persona de confianza para Hitler.
En un
principio, tuvo muchos problemas para aceptar el aumento de la influencia de la
SS, cuyas tropas competían con el ejército regular. Incluso tuvo serios
problemas con alguno de sus dirigentes.
Al igual que
el general Ludwig Beck, no estuvo de acuerdo con la decisión de invadir Austria
y Checoslovaquia. Con la diferencia de que Beck dimitió y nuestro personaje se
quedó en su puesto.
Un grupo de
conspiradores, entre los cuales estaba Beck, lo invitaron a dar un golpe en
1938 contra el Gobierno de Hitler, pero él no quiso entrar en el asunto y el
golpe no llegó a realizarse.
Parece ser que
la idea de la llamada “Conspiración de Zossen” era enterarse de la fecha en que
estaba previsto el ataque a Checoslovaquia y detener a Hitler antes de que
ocurriera, para salvar a Alemania de la guerra.
La llegada de
Chamberlain les despistó y paralizaron el plan, pero, más tarde, cuando intentaron
reactivarlo algunos generales se retiraron del mismo.
Lo que sí hizo
en 1939 Walther von Brauchitsch fue hablar con Hitler, como le habían pedido
algunos de los conspiradores, para intentar convencerle de que no metiera a
Alemania en una larga guerra en Europa, ni pretendiera esclavizar a los pueblos
eslavos, pero no tuvo éxito.
Walther von
Brauchitsch dirigió las campañas de Polonia y de los Balcanes. Más tarde, tuvo
un gran éxito en la victoria sobre Francia, la cual le valió el grado de
mariscal.
Fracasó en la
guerra contra la URSS y se llevó una buena bronca de Hitler, la cual le provocó
un ataque de nervios.
Más tarde,
sufrió un ataque cardiaco, que produjo el relevo de su cargo en diciembre de
1941. Así el mismísimo Hitler se nombró a sí mismo comandante en jefe del Ejército
alemán.
Tras la guerra
fue juzgado y condenado. Más tarde, en 1948, fue juzgado de nuevo, pero murió antes
de ser condenado.
Yo creo que ya se ven bien todas las fotos.
ResponderEliminarSaludos.