
Sus padres se separaron cuando él
era muy niño, así que tuvo que criarse con su abuelo.
Por lo que respecta a su
educación, estudió en un buen colegio, en Winchester, y luego fue a la célebre Academia
militar de Sandhurst.


En 1924, se fue de su partido y, aunque
nos parezca increíble, fichó por el Partido Laborista, o sea, lo que en España
serían los socialistas.
Ya sé que en España, eso es poco
menos que inconcebible, pero no debería de extrañarnos eso de cambiar de
partido. Churchill, lo hizo en más de una ocasión, aunque sólo optara entre
liberales y conservadores.

No olvidemos que estamos en una
década de grandes convulsiones y donde Mussolini llegó al poder en Italia. Un hombre
que tuvo muchos admiradores en el Reino Unido.
Elaboró el llamado Mosley Memorándum,
en el que propondría una serie de medidas, donde se puede ver que era un
acérrimo seguidor de Keynes.
Entre ellas estaban incentivar el
consumo, aumentar el crédito, el control de la Banca, la industria y el comercio
exterior. Supongo que querría controlar, más bien, las importaciones.
También proponía reducir el paro
a base de que el Estado sacara continuamente obras públicas, para reducir el
número de parados.
Al mismo tiempo, quiso reducir la
población en edad laboral, proponiendo que se aumentase la edad de
escolarización obligatoria hasta los 15 años y la jubilación forzosa a los 60 años.

Por eso mismo, se alejó del
laborismo. No obstante, pensó que su ideario atraería a unas masas que, en sólo
un año, habían visto que la cifra de parados había pasado de 500.000 a
2.500.000. Lo cual es todo un récord.
En 1931, fundó el New Party, en
cuyo ideario estaba su famoso Memorándum, y al que añadió unas gotas de nacionalismo
y antisemitismo. Algo que estaba por entonces, muy de moda.

No sé si os suena de algo. Lo cierto
es que este partido adoptó las camisas negras, como uniforme.

El saludo al estilo romano y
otras características de tipo fascista, le hicieron perder el voto de los
barrios obreros y la violencia callejera, el de la clase media.
En 1932, realizó una visita a la
Italia fascista. No sabemos qué le enseñaron, lo cierto es que volvió con
energías renovadas y fundó el BUF (Unión de fascistas británicos).

En 1933, falleció su esposa, lady Cynthia, a causa de una peritonitis. Al año siguiente, Diana, se mudó, con sus hijos a la casa de Mosley.

Curiosamente, sus mítines se
caracterizaban por un desfile previo de sus afiliados, todos uniformados al
modo fascista, con una banda de cornetas y tambores. Sin embargo, no enarbolaban
banderas nazis, sino británicas.
Su ideal siempre fue fundar un
estado de carácter totalitario, con un partido único, corporativo, autárquico,
imperial y nacionalista.
Cambiaría las tradicionales elecciones
parlamentarias por un referéndum, que se realizaría cada cinco años.

Por supuesto, la Cámara de los
Lores, sería una especie de parlamento a extinguir, lleno de personalidades
relevantes, pero sin papel alguno dentro de la política.

Afortunadamente, como los
británicos son gente con una mentalidad democrática muy consolidada, su partido,
en las elecciones, nunca pasó del 2% de los votos.
En un principio, el anticomunismo
de su partido, fue bien visto por los magnates de la industria, la prensa y
ciertos miembros de la nobleza.
No obstante, sus malos resultados
electorales y ciertas presiones gubernamentales, le cerraron la financiación
procedente de estos colectivos.

Seguramente, estas ideas
pacifistas irían condicionadas al paquete de subvenciones, que recibía,
habitualmente, desde Roma.
Esa falta de liquidez le obligó,
incluso, a despedir a varios empleados de su partido, como el jefe de propaganda,
que montaron otros partidos fascistas, para hacerle la competencia.

Inicialmente, el matrimonio estuvo
en prisiones separadas. Más adelante, cuando llegó Churchill a ser primer ministro,
se les puso juntos en la misma prisión.


Allí acudieron ambas parejas a
multitud de fiestas, salvo a las que organizaba la Embajada Británica, lógicamente.
Es preciso recordar que la casa
real británica tuvo su origen en Alemania. Así que no es de extrañar sus
simpatías por ese país.

Volviendo al tema de hoy, uno de
los hijos de este matrimonio fue Max Mosley, expiloto de automovilismo y expresidente
de la Federación Internacional de Automovilismo. Seguro que os

Evidentemente, a los Mosley, los
tenían vigilados a todas horas, desde el Reino Unido. Parece ser que en el
expediente que elaboró el MI5 sobre ella, se puede leer: “Es mucho más
inteligente y más peligrosa que su marido y nada la detendrá para conseguir sus
intereses. Ella es extremadamente ambiciosa”.
En 1948, Mosley, quiso volver a
la política. Creó un nuevo partido, llamado Union Mouvement, basado en sus
tradicionales ideas fascistas.

Además, tenía en su contra que
dos de sus más conocidos militantes habían sido juzgados y ejecutados. Uno por
haber trabajado como locutor en una emisora de radio en Berlín, quje emitía
propaganda nazi hacia el Reino Unido. Se trataba de William Joyce, más
conocido
por lord Haw Haw.
El otro fue John Amery, que se
dedicó a reclutar prisioneros británicos en poder de los alemanes, para formar
una unidad de la SS. Hace tiempo, dediqué sendos artículos a ambos.
Como, nuestro personaje, se dio
cuenta de que habían cambiado las tendencias en la política, ahora se dedicó a
proponer una Europa fuerte, organizada en un único Estado, que diera la réplica
a las grandes potencias del momento: USA y URSS.

Para no ser menos, Mosley,
pretendió fundar una especie de internacional fascista, pero chocó con los
intereses ultra nacionalistas de sus colegas de otros países europeos.
Otra de sus ideas, con las que
pretendía atraer al electorado era poner freno a la inmigración. Su lema era: “Hay
que mantener blanca a Gran Bretaña” y, para colmo, defendía nada menos que el
apartheid.
Habitualmente, lanzaba invectivas
contra el Capitalismo, por hacer trabajar a los inmigrantes por unos salarios
miserables, mientras que mandaba a los británicos a la cola del paro.
No obstante, por lo menos a mí,
estos mensajes me recuerdan mucho a la campaña electoral de los que estaban a
favor del famoso Brexit.
A partir de los años 50, aunque
parezca mentira, y en la democrática Gran Bretaña, surgieron multitud de partidos
de esa índole, que hicieron que se repartiera el voto y no progresara ninguno
de ellos.
A partir de los años 60, su popularidad
fue bajando de manera alarmante y, por última vez, se presentó a las elecciones
generales de 1966.
Supongo, que también temería por
su seguridad. Así que se mudó definitivamente a París, donde murió en los años
80.
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