Seguro que casi todo el mundo
habrá oído hablar de fray Bartolomé de las Casas y sus obras, en las que
defendía apasionadamente a los indios. Cosa que me parece muy bien.

Nuestro personaje de hoy se llamaba
Antonio de Montesinos. Desgraciadamente, no se sabe mucho de sus
primeros años.
Sólo se conoce que nació en España, alrededor de 1475.
Ingresó en la Orden de los Dominicos,
en el convento de San Esteban, en Salamanca. Allí se formó como fraile.
En 1502, terminó su noviciado y
ya se decidió por pronunciar los clásicos votos, que distinguen a los monjes.
En 1509, una vez que había sido
ordenado sacerdote, fue destinado al convento de Santo Tomás, en Ávila. Fundado
por Tomás de Torquemada.
Ese lugar fue fundamental en su
vida. Allí coincidió con otros frailes, que tenían inquietudes semejantes a las
suyas.
Algunas fuentes dicen que fray
Pedro y él ya se conocían, con anterioridad, por haber estudiado juntos en San
Pablo, en Valladolid.
Estas inquietudes les llevaron a
realizar una solicitud, para que les dejaran viajar a las Indias. Lo que hoy
conocemos como América.



Antes de llegar a su destino, en
Santo Domingo, la nave, hizo una escala en la isla de Puerto Rico, donde los
frailes pudieron hacerse una idea de lo que ocurría en las tierras,
recientemente, descubiertas por Colón.
A finales de septiembre de 1510,
llegó a su destino la nave donde se hallaba embarcado

El motivo de viajar hasta Santo
Domingo es que allí se encontraba la Real Audiencia de los primeros territorios,
que fueron pasando a la soberanía española en América.
No olvidemos que ni siquiera se
había realizado la conquista de Cuba, que fue en 1511. En tanto que la expedición
de Cortés hacia México tuvo lugar en 1518.
Incluso, el descubrimiento del
Océano Pacífico, llevado a cabo por Núñez de Balboa, tuvo lugar en 1513.
Así que se puede decir que,
cuando llegó esta expedición de frailes dominicos a América, estaba todo por
hacer.
Los monjes, como estaba previsto,
se dedicaron a la evangelización y educación de los indios. Sin embargo,
tuvieron muchos problemas con los conquistadores y encomenderos.
El sábado 20/12/1511, se
reunieron los quince miembros de esa congregación de dominicos, presididos por
fray Pedro de Córdoba. Previamente, habían realizado ayuno y oración, para
meditar sobre lo que iban a tratar.
Entre todos, redactaron un
sermón, que sería leído al día siguiente. El encargado de leerlo fue Antonio de
Montesinos, aunque se dejaba muy claro que lo hacía “bajo precepto formal y en
virtud de la santa obediencia”. O sea, que lo leía él, pero hablaba en nombre
de toda la comunidad dominica.

Lo cierto es que hay que tener
mucho valor para criticar en la cara a unos tipos, que iban siempre
con una
espada en el cinto y que la desenvainan con presteza, matando, sin problemas de
conciencia, al que se les pusiera por delante.

Evidentemente, este sermón estaba
muy justificado por el trato vergonzoso que daban los encomenderos a los
indios. Tratándolos como verdaderos esclavos. Lo cual estaba en contra de las
normas aprobadas por los Reyes Católicos.
Por aquel entonces, se hallaba
Diego Colón, el hijo del famoso descubridor, como virrey de las Indias.

Para su sorpresa, el domingo
siguiente, los dominicos, también por boca de nuestro personaje, se atrevieron
a darle más “leña” todavía al virrey y a su camarilla de encomenderos.
Esta vez le quisieron dejar muy claro
que las leyes de Dios están por encima de las leyes humanas; no existen
diferencias raciales a los ojos de Dios; la ilegalidad de la esclavitud y la
servidumbre de los indios a los que se les deberían de devolver su libertad y
sus bienes. De lo
contrario, irían todos al Infierno.
Mientras los franciscanos
mandaron a un emisario para quejarse ante el rey de los sermones de los
dominicos, éstos también enviaron a nuestro personaje, para rebatirle sus
argumentos.

El resultado de esta discusión
fue la redacción de las famosas Leyes de Burgos, promulgadas a finales de
diciembre de 1512.

Este sermón tuvo mucha influencia en esa sociedad. Hasta el mismo Bartolomé de las Casas, que era un encomendero más, cambió su forma de tratar a los indios y, desde entonces, se dedicó a protegerlos.

Por otro lado, estaban los
llamados “realistas”, partidarios de una sociedad más igualitaria, donde todos
los colonizadores tuvieran los mismos derechos y les dieran algunos a los
indios, aunque los consideraran inferiores a ellos. Precisamente, se creó esa
Real Audiencia para atender a las frecuentes discusiones y enfrentamientos
entre esos dos bandos.

Para colmo, Diego Colón, junto
con sus partidarios, fueron montando una corte en la isla, dotada de todos los
lujos posibles y que rivalizase con la de los monarcas. Por supuesto, esto ya no le gustó nada a Fernando el Católico.
Así, en 1514, se le ordenó volver
a España, para juzgar su forma de actuar en el virreinato.

Su regreso coincidió con la primera
revuelta de los esclavos negros y el aumento de denuncias ante la Real Audiencia.
Así que, en 1523, el emperador Carlos V, le ordenó que volviera y ya no regresó
nunca más a esos territorios.
Volviendo a nuestro personaje, se
puede decir que, junto a fray Pedro de Córdoba y fray Bartolomé de las Casas, siempre
defendieron a los indios y practicaron una evangelización pacífica, tanto en la
isla, como, después, en Venezuela.
Allí construyeron, con la
colaboración de los indígenas, varias casas, dos iglesias y una escuela, donde
enseñaban a 40 niños.
Desgraciadamente, la llegada,
desde otra isla, de un esclavista blanco, les fastidió el asunto, porque
capturó al cacique de Cumaná, que tan bien había atendido a los frailes,
junto con su familia y unos cuantos indios más, y los vendió como esclavos en Santo
Domingo.
A finales de 1515 fundó la ciudad
de Cumaná y también el primer monasterio del continente americano.
Incluso, publicaron un catecismo
para enseñar el Cristianismo a los indios. Luego fue copiado por otros
evangelizadores.
En mayo de 1521, falleció fray
Pedro. El encargado de pronunciar la misa de difuntos fue su compañero, fray
Antonio de Montesinos.
En 1985, durante una visita del
fallecido Papa Juan Pablo II, reconoció que en Cumaná había tenido lugar la
primera misa de América, por lo que creó allí una Archidiócesis.
Es muy posible que esa misa la
hubiera oficiado nuestro personaje, fray Antonio de Montesinos, que estuvo al
mando de la expedición de frailes enviados hasta allí.
También hay que decir que, en
1520, estuvo en España, junto a fray Pedro, para gestionar la fundación de la primera
provincia dominicana en América.

La expedición estaba al mando de Lucas Vázquez de Ayllón y la formaban 600 personas y 100 caballos embarcados en tres naves.
Parece ser que desembarcaron
cerca de la actual Georgetown, aunque no está muy claro, y allí fundaron San
Miguel de Guadalupe. Primera colonia en tierras de la actual USA.
Se cree que también fue el padre
Montesinos el primero que ofició una misa en el territorio de la actual USA.

En 1529, el padre Montesinos, fue
enviado de nuevo a Venezuela, como vicario de los dominicos ya asentados allí y
como capellán de la expedición de los banqueros Welser, a quien el emperador Carlos
V había cedido unos territorios, en pago de sus innumerables deudas.
No se sabe con certeza cuál fue
la causa de su muerte. Lo cierto es que murió el 27/06/1540 y entre los
archivos dominicos será recordado como mártir.
En 1982, se inauguró en Santo
Domingo una estatua dedicada a este personaje. Allí se le puede ver en actitud
de gritar su famoso sermón, para que le oyeran bien. La misma fue donada por México
a la República Dominicana.
En primer lugar quisiera darle la enhorabuena por la publicación tan extensa. Me llamo Juan Manzanares y me dedico a investigar sobre la Historia de Baeza. Dispongo de un blog y una pagina en Facebook que se llama Baeza, Fotografía e Historia e investigando sobre este personaje he hallado que Nació en la ciudad de Baeza (Jaén) según se desprende Del ensayo de la Biblioteca Española de libros raros y curiosos (pagina 1340). Espero sea de su interés. Un saludo.
ResponderEliminarLe agradezco su información, porque no hay muchos datos sobre este personaje, y me alegro que le haya gustado este artículo.
EliminarMuchas gracias por su comentario y saludos.