El verdadero nombre de nuestro
personaje de hoy fue Vasily Mihailobich Zarubin y nació en Moscú en 1894, en el
seno de una familia de ferroviarios.
Luchó en la I Guerra Mundial y,
como ya era un revolucionario, estuvo en el frente haciendo propaganda contra
la guerra. Supongo que por ese motivo acabó en un batallón penal. En 1917, tras
ser puesto en libertad, fue herido en el frente.
También luchó en primera línea
durante la guerra civil rusa, que se desató tras el destronamiento de los zares
y acabó en 1920 con la victoria del Ejército Rojo, que, lógicamente, era donde
luchaba Vasily.
En 1920, se unió a la Policía y
tres años más tarde lo ficharon en la GPU o GRU, el servicio de Inteligencia
militar. Fue destinado a Vladivostok, una ciudad costera al este de Siberia,
donde se dedicó a perseguir el contrabando de armas y drogas hacia China.
A partir de 1925 fue destinado en
el extranjero, trabajando de manera legal o ilegal en varios países. En ese
argot se llama trabajar como “legal” a los que están destinados como personal
de una embajada o consulado e “ilegal” a los agentes que se infiltran y no son
conocidos por los servicios del otro país.
Precisamente, uno de sus destinos
como ilegal fue la Alemania de Hitler, donde se camufló tras la identidad falsa
de un ciudadano checoslovaco, que iba a organizar una fábrica textil.
Aparte de espiar en todos esos
países, también se dedicó a organizar grupos antifascistas, por supuesto, con
carácter clandestino. Así que a su vuelta a la URSS fue condecorado por ello.
También estuvo destinado en
Francia. De hecho, durante su estancia como ilegal en París, llegó a obtener no
sólo documentos secretos franceses, sino también otros procedentes de la
embajada de Alemania en París.
Al comenzar la II Guerra Mundial,
fue destinado a un campo de concentración para prisioneros de guerra polacos.
Su labor era sacarles toda la información posible. Allí estuvo hasta que en
Moscú decidieron que había que matar a esos prisioneros polacos en las infames
Fosas de Katyn.
Este hombre no debía de tener
muchos amigos en la NKVD, porque en más de una ocasión le acusaron de espiar
para otros países. La primera fue en 1940, cuando le acusaron de ser un agente
de la Gestapo. No sé cómo les convenció de lo contrario, pero lo cierto es que
salió vivo, que ya tiene su mérito. No hará falta recordar que, en esa época, asesinaron
a miles de personas por mucho menos.
Curiosamente, se dice que, en una
reunión del jefe del KGB, Lavrenti Beria, con varios agentes, entre los que
estaba nuestro personaje, les dijo que tendrían que colaborar con la Gestapo.
No olvidemos que Alemania y la URSS fueron aliados hasta que el primero invadió
al segundo.
En 1941, fue destinado a China,
donde se cree que obtuvo la información sobre los planes de Hitler de invadir
la URSS. Parece ser que se la dio uno de los asesores alemanes de
Chiang-Kai-Shek.
Ese mismo año, tras la invasión
alemana de la antigua URSS, participó en las conversaciones con los servicios
británicos para coordinar la colaboración entre ambas agencias.
Al final de ese año fue
destinado, junto a su esposa, Elizaveta, que también era agente soviética, a la
embajada de su país en USA. Allí utilizaron el apellido Zubilin y el nombre
clave de Vasily era Maksim. De ella hablaré en otro artículo, para no alargar
demasiado éste.
Parece ser que su principal
misión, que le había encargado personalmente Stalin, era enterarse si USA
pensaba firmar, por separado, un acuerdo de paz con la Alemania nazi. Eso era
muy importante saberlo, ya que, en ese momento, las tropas alemanas se estaban aproximando
peligrosamente a Moscú.
Junto con otros comunistas de
USA, fundó una compañía discográfica para servir como tapadera a otros agentes
“ilegales” a fin de que se pudieran mover por el territorio de ese país, sin
causar demasiadas sospechas.
No obstante, el FBI siempre le
vigiló muy de cerca y detectó que, en 1943, Vasily se reunió un par de veces
con un alto dirigente del PC de USA con el objetivo de convencerle para que
colocara a algunos de sus afiliados en las industrias de guerra de ese país a
fin de que les pasaran sus secretos a la URSS.
Según parece, ese dirigente
comunista también estaba siendo vigilado por el FBI, el cual había puesto
micrófonos en su casa y así pudieron escuchar las conversaciones entre ambos.
Sin embargo, no sé si como prueba
de buena voluntad, pues en ese momento los dos países eran aliados en la lucha
contra el Eje, un consejero del presidente Roosevelt se puso en contacto con el
embajador soviético en USA para advertirle que habían detectado que un miembro
de su embajada había pagado una gran cantidad de dinero a un dirigente del PC
de USA.
No obstante, tanto él como su
mujer obtuvieron unos impresionantes resultados, llegando a infiltrar espías comunistas
hasta en los laboratorios donde se estaban construyendo las bombas atómicas.
A pesar de esos triunfos, fue
llamado de nuevo, en 1944, para regresar a su país a fin de que respondiera a
unas nuevas acusaciones de trabajar para los alemanes. Increíblemente, volvió a
salir airoso de este nuevo asunto.
Es más, gracias a sus excelentes
resultados, fue condecorado de nuevo y ascendido al grado de general de
división de la KGB.
Sin embargo, a causa de esos
múltiples contactos que llegó a tener en USA, en 1944, fue declarado persona
non grata y expulsado de ese país.
Así que, regresó de nuevo a su
país y, tras la II Guerra Mundial, fue nombrado subdirector general de la KGB
para la Inteligencia en el extranjero.
En esa labor estuvo hasta 1948,
cuando tuvo que ser dado de baja, debido a su delicado estado de salud.
Curiosamente, mientras estuvo trabajando
en USA, apareció un documento anónimo, donde se afirmaba que Vasily estaba
trabajando para el FBI y antes había cometido crímenes de guerra, durante los asesinatos
de los prisioneros polacos. Algo que se desconocía en aquel momento en
Occidente.
Además, daba una lista de agentes
soviéticos destinados en USA y Canadá. Incluso, ese documento decía que habían
introducido agentes dentro de la propia Casa Blanca. Uno de los acusados podría
ser Lauchlin Currie, asesor personal del presidente para temas económicos. Como
éste era de nacionalidad canadiense, aunque se había nacionalizado como
ciudadano USA, al no presentarse a declarar ante una Comisión del Senado, le
fue retirada su nacionalidad y tuvo que abandonar USA para siempre.
Lógicamente, llamaron a Vasily a Moscú
para que diera sus explicaciones, pero no pudieron demostrar que trabajara para
el FBI.
En su lugar, detuvieron y acusaron a su ayudante, Vasily Mironov, cuyo
apodo era Markov, el cual se comprobó que padecía esquizofrenia, como autor de
esa carta. Por lo visto, fue encerrado en un campo del Gulag hasta su muerte.
Parece ser que, en la actualidad,
un autor ha estado investigando sobre nuestro personaje y no ha visto que
Zarubin tuviera ninguna responsabilidad en las matanzas de las Fosas de Katyn.
Incluso, en las declaraciones de
los que sobrevivieron a esos campos, de forma unánime, se habla muy bien de él,
sobre su relación con los prisioneros de guerra.
Parece ser que falleció en 1972, aunque
no hay más datos. Ya sabemos que, hasta 1989, año en que cayó el Muro de Berlín,
existió el llamado “Telón de acero”, por lo que se tienen muy pocas noticias de
lo que ocurría en los países del Bloque Socialista.
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