Nuestro personaje de hoy se
llamaba Cord Meyer jr. Nació en Nueva York, en 1920 y perteneció a una familia
muy acomodada. Su padre, que se llamaba igual que él, fue un hombre que se
dedicaba a los negocios inmobiliarios a gran escala y luego también se dedicó a
la diplomacia. Parece ser que, en un principio, se enriqueció con el negocio
del azúcar procedente de Cuba.
También su madre procedía de una
familia acomodada, la cual se había enriquecido con el negocio del carbón.
No obstante, durante la I Guerra
Mundial, su padre sirvió como piloto de caza en el frente occidental, mientras
que su madre participó como enfermera en varios hospitales militares en
Francia.
Por supuesto, nuestro personaje
de hoy, junto con su hermano gemelo, Quentin, fueron a los mejores colegios.
Incluso, estuvieron un tiempo en un internado en Suiza. Posteriormente,
realizaron su formación universitaria en la prestigiosa Universidad de Yale,
radicada en New Haven, Connecticut. Incluso, nuestro personaje perteneció a la
fraternidad Scroll and Key, una de las más prestigiosas y selectas de ese
centro.
En 1942, Cord, terminó sus
estudios universitarios, justo a tiempo para alistarse en el Cuerpo de Marines
USA. Participó en varias batallas en el Pacífico. Cuando desembarcó en la isla de
Guam, fue alcanzado por una granada, que le hizo perder su ojo izquierdo,
aunque, en principio, pensaron que estaba muerto. Sin embargo, tras una larga
estancia en un hospital, quedó bastante bien, tras la cirugía estética y la
colocación de un ojo de cristal.
Fue ascendido a primer teniente y
supongo que ahí se terminó su participación en la guerra. En cambio, Quentin,
su hermano gemelo murió en el desembarco en la isla de Okinawa.
En abril de 1945, Cord, se casó
con la periodista de la agencia UPI, Mary Pinchot, hija de un famoso abogado,
llamado Amos Pinchot, un hombre muy influyente, en aquel momento, debido a sus ideas
progresistas y ecologistas, que le hicieron enemistarse con el ex presidente
Theodore Roosevelt, por sus acusaciones de que se había dejado influenciar
demasiado por las empresas, durante su mandato presidencial.
De hecho, se pasó del Partido Republicano
al Demócrata y luchó para que las ganancias obtenidas por las empresas, durante
la I Guerra Mundial, fueran gravadas con fuertes impuestos a fin de que esa
riqueza fuera repartida entre todos los habitantes de esa nación.
Meyer siempre estuvo en contra de
una organización llamada “Comité América Primero” (AFC). Igual el nombre de ese
comité os suena del lema del presidente Trump. Curiosamente, uno de los
miembros más reputados de ese comité era su suegro, Amos Pinchot.
La verdad es que, antes de que
USA entrara en la II Guerra Mundial, se puede decir que estos grupos aislacionistas,
eran muy potentes, pues tenían más de un millón de miembros y se calcula que
influyeron para que el 80% de la población USA estuviera en contra de entrar en
ese conflicto.
Sin embargo, al día siguiente del
bombardeo de Pearl Harbor, el presidente de la AFC, Hamilton Stuyvesant Fish,
se dirigió por radio a todo el país y pidió que todos los miembros de la
organización, que estuvieran en edad militar, se alistaran en el Ejército. Esa
organización fue disuelta sólo 4 días después de ese infame bombardeo. Él no
fue admitido, porque ya tenía 53 años. Llegó a ser el congresista con una vida
más longeva, pues murió a los 102 años.
Volviendo a nuestro personaje, en
la posguerra, estuvo colaborando en la organización de la reunión que dio lugar
a lo que ahora conocemos como ONU, la cual tuvo lugar en 1945, en San
Francisco. También Mary estuvo presente en esas reuniones, trabajando para otro
periódico.
Desde el principio, Meyer, se dio
cuenta de que la ONU no tendría mucho futuro si no pudiera garantizar la paz en
el mundo. Habría que haberle otorgado mayores poderes para que estuviera por
encima del gobierno de cualquier país del mundo. Incluyendo las grandes
potencias. Incluso, se mostró contrario al lanzamiento de las bombas atómicas
sobre Japón.
Así que después ingresó en la
Unión Federalista Mundial, una organización que estaba a favor de un gobierno
mundial para erradicar las guerras. Entre sus miembros, se podían encontrar
gente muy famosa, como Einstein, Gandhi o M. Luther King. Precisamente, unos
años después, Meyer, fue elegido presidente de esta institución.
En 1951, fue invitado a trabajar
para la CIA. Parece ser que se lo propuso el propio Allen Dulles, que llegaría
a ser director general de ese organismo. Posteriormente, éste fue cesado por el
presidente Kennedy y, más tarde, presidió la famosa Comisión Warren, que
investigó el asesinato de ese presidente y dio por buena la teoría de “la bala
mágica”.
Parece ser que el puesto que le
dieron en la CIA fue el de directivo de un departamento dedicado a influir
sobre los medios de comunicación de todo el mundo para que apoyasen la causa de
USA. Lo que se llamó el Programa Mockingbird.
Dos años más tarde, Meyer, fue
investigado por el FBI a causa de haberle visto alguna vez en compañía de un
individuo conocido por su izquierdismo radical. De esa investigación salió
absuelto. Parece ser que también acusaron a Mary de haber estado afiliada, unos
años antes, al Partido Socialista de USA, que estaba muy infiltrado por agentes
comunistas. En esa época, ella había comenzado a recibir sus clases de pintura.
Parece ser que Frank Wisner, el
jefe directo de Meyer, dio la orden de que los periódicos que controlaban
hicieran una campaña contra el senador McCarthy y ese fue el final de aquel
infame senador.
Por lo visto, hacia 1954, Meyer,
ya no estaba contento con su trabajo en la CIA y les comentó a algunos amigos que
deseaba abandonarla muy pronto. Curiosamente, poco después, su perro fue
atropellado de una forma muy sospechosa en una zona cercana a su domicilio,
muriendo en el acto. Eso fue algo que le hizo meditar sobre si debería
marcharse.
En aquella época, un periodista
llamado Ben Bradley, amigo de la pareja, conoció a Antoinette, hermana de Mary,
y se casaron. Este periodista luego llegaría a ser muy famoso, porque, cuando
fue el director del Washington Post, se publicaron los documentos que dieron
lugar al escándalo Watergate. Curiosamente, durante la II Guerra Mundial, había
estado en la Inteligencia naval.
También en ese mismo año, Cord y
Mary, conocieron a unos nuevos vecinos de ese barrio. Se trataba de un joven
senador, llamado John F. Kennedy y su esposa Jackie, de los que se hicieron muy
amigos.
A finales de ese año, Meyer, fue
ascendido a director de una de las mayores divisiones de la CIA. Eso dio lugar
a que viajara continuamente para revisar las instalaciones de la agencia en el
extranjero, como Radio Free Europe o Radio Liberty.
No sé si esto influiría
negativamente en su matrimonio. Lo cierto es que, en 1956, su hijo mayor fue
atropellado, cerca de su casa y murió a las pocas horas. Parece ser que la
relación entre los dos cónyuges fue cada vez peor y eso dio lugar a que se
divorciaran dos años más tarde.
Pasó a ser director de la
División de Organizaciones Internacionales, un departamento que se dedicaba a
influir en los medios culturales de los países occidentales para que hicieran
propaganda a favor de USA. Incluso, pagaban a muchos intelectuales para que no
se afiliaran a organizaciones de la izquierda. Evidentemente, primero se
atrajeron a los que habían militado en el PC de cada país y tenían dudas,
después de ver las purgas de Stalin. Hasta tenían su propia agencia de
noticias.
Parece ser que Meyer llegó a
ocupar un cargo de importancia dentro de la CIA. Eso unido a que tenía cierta
amistad con el presidente Kennedy, le llevó a reunirse periódicamente con éste.
Incluso, según parece, le consultó sobre la posibilidad de cesar a Allen Dulles
de su cargo como jefe de la CIA. Luego, todos sabemos que el presidente Kennedy
fue asesinado en noviembre de 1963.
Misteriosamente, en octubre de
1964, también fue asesinada Mary Pinchot. Todavía, hoy en día se desconoce
quién cometió ese asesinato. Parece ser que fue obra un asesino profesional y
que los dos disparos que la mataron se los hicieron a quemarropa.
Según algunos autores, Mary, que
llegó a ser una famosa pintora, fue una de las múltiples amantes que tuvo el
presidente Kennedy. Curiosamente, tras su muerte, su hermana, Antoinette,
recibió una llamada de una colega de Mary, que residía en Japón, la cual le
insistió mucho en que fuera a la casa de la difunta para que su diario no
cayera en manos no deseadas.
Antoinette y Bradley se
presentaron a la mañana siguiente en la casa de su hermana y, a pesar de estar
la puerta cerrada, al entrar, se encontraron con que dentro de ella se hallaba
otro alto directivo de la CIA, llamado James Angleton, que también estaba
buscando el mismo diario.
Parece ser que la esposa de
Angleton también era muy amiga de Mary y, cuando oyó por la radio la noticia de
que habían encontrado a una mujer asesinada en ese camino, sospechó que pudiera
tratarse de Mary, porque sabía que solía pasear diariamente y a esa hora por
esa zona, cercana a su casa.
Como un testigo dijo haber oído
los gritos de esta mujer, tras haber recibido el primer disparo, y haber visto
huir a un hombre negro, la Policía detuvo a un joven llamado Raymond Crump, al
cual se le había visto merodeando por el lugar.
Curiosamente, aunque fue
enjuiciado a mediados de 1965, el juez ordenó que no se hablara en la vista ni
del trabajo realizado por su exmarido, Cord Meyer, ni de la presunta relación
de la víctima con el presidente asesinado. Parece ser que el hermano de este
juez era íntimo amigo del presidente Johnson.
El mismo Bradley, que compareció
en calidad de testigo, omitió decir que fue a casa de la víctima a buscar su
diario y que luego se lo dio a Angleton, que también se hallaba allí.
Así que el joven Crump fue
absuelto por falta de pruebas y ese asesinato sigue sin resolverse.
El asunto quedó en que, presumiblemente,
a esta mujer la habían asesinado por resistirse a ser violada. No obstante, según
dicen algunos autores, hasta su propio marido sospechaba que se trataba de una
operación clásica de la CIA.
Mientras tanto, parece ser que a
Meyer ya no le fue tan bien en su nuevo puesto.
En 1967, hubo una filtración a
la prensa, donde alguien explicaba que dentro de la CIA existía ese
departamento, que se dedicaba a ganar voluntades por todo el mundo para la
causa de USA. Algo que había permanecido hasta entonces en secreto.
Incluso, en 1972, alguien le
acusó de haber obstaculizado la publicación de un libro en USA, que trataba
sobre la implicación de la CIA en el tráfico de drogas en Asia.
Ese mismo año tuvo lugar el
famoso Escándalo Watergate, consistente en el intento de robo de unos
documentos en el hotel del mismo nombre, donde se hallaba la sede electoral del
Partido Demócrata.
En ese caso, actuó una persona
desconocida, al que los periodistas del Washington Post apodaron “Garganta
profunda”, el cual se reunía periódicamente con ellos en un aparcamiento
subterráneo y les indicaban dónde debían investigar.
Parece ser que algunos autores
pensaron que este individuo podría ser Meyer, porque a esas alturas no estaba
conforme con el Gobierno y porque había sido cuñado del director de ese
periódico.
El nuevo director de la CIA quiso
hacer un poco de limpieza en la agencia, con la excusa de que allí llevaban
mucho tiempo realizándose tareas que vulneraban su estatuto. Así que eliminó
muchos puestos de trabajo y a Meyer lo envió a Londres, como director de la
oficina de la CIA en ese país.
Así que Meyer continuó en esa
agencia hasta 1977, año en que se jubiló, y luego se dedicó a escribir
artículos en la prensa y libros sobre sus experiencias en la CIA. Murió en
marzo de 2001.
Como sorpresa final, voy a
comentar el caso de Howard Hunt, que era un especialista en operaciones
encubiertas de la CIA y fue uno de los detenidos por el Caso Watergate y, por
ello, pasó unos meses en la cárcel, hasta que lo indultó el presidente Ford.
Parece ser que, en sus últimos
días, habló con sus hijos sobre muchos temas y estos grabaron esas
conversaciones. En una de ellas, comenta que, aunque él había declarado ante
una comisión de investigación que no estuvo involucrado en el asesinato de
Kennedy, parece ser que sí lo estuvo.
Presuntamente, según sus
declaraciones, el nombre clave de esa operación fue “The big event” y fue
ordenada por el entonces vicepresidente Lyndon B. Johnson. Siguiendo su
narración, el encargo de organizarla se lo dieron a Cord Meyer, el cual, junto
con otros personajes de la CIA, reclutaron a varias personas. Algunas pertenecientes
a la CIA y otras a la Mafia. Hunt, que también fue un famoso escritor de obras
históricas y novelas, murió en 2007.
Ciertamente, en este magnicidio
hay varias relaciones muy curiosas. Por una parte, tenemos a George de
Mohrenschildt, un geólogo ruso, que era una personalidad muy importante entre
la comunidad de exiliados rusos residentes en Dallas. Casualmente, por
entonces, estaba casado con Jeanne LeGon, que había sido socia de Abraham
Zapruder, el que grabó el famoso vídeo, donde se ve claramente ese asesinato.
Por otro lado, parece ser que
Mohrenschildt conocía desde hacía unos 25 años a la familia de Jackie y era
íntimo amigo de una de sus tías.
Precisamente, este personaje fue
el que acogió a Lee Harvey Oswald y su mujer, Marina, que era rusa, a su vuelta
de la antigua URSS. Tampoco olvidemos que Marina era sobrina de un general del
KGB, en cuya casa se crió. Así que no parecía la más indicada para contactar
con exiliados anticomunistas rusos.
Otra curiosidad fue que, en 1972,
la esposa de Hunt, Dorothy Hunt, que también había sido agente de la CIA, estaba
amenazando con contar todo lo que sabía sobre el tema del Watergate. Incluso,
parece ser que, durante una reunión en la Casa Blanca, algunos asesores del
presidente Nixon habían propuesto darle una cantidad de 250.000$ USA, para
comprar su silencio.
Lo cierto es que, a primeros de diciembre
de ese mismo año, Dorothy, se reunió con una periodista, llamada Michelle Clark
y George Collins, un congresista demócrata por Illinois.
Los tres juntos tomaron el vuelo
553 de United Airlines, que hacía la ruta entre Washington y Chicago. Desgraciadamente,
ese vuelo se estrelló en las cercanías del aeropuerto Midway de esa última
ciudad, pereciendo todos los pasajeros, la tripulación y dos personas que
habitaban la casa contra la que impactó esa aeronave.
Parece ser que, como suele
ocurrir en muchos de estos casos, le echaron la culpa de este accidente a la
tripulación.
Sin embargo, nunca se pudo
explicar por qué Dorothy llevaba en su bolso la cantidad de 10.000$ USA, una
suma elevada en aquella época, ni tampoco por qué había suscrito un seguro de
vida a nombre de su esposo por la tampoco despreciable cantidad de 250.000$
USA.
También se discute cómo es posible
que, antes de que se produjese ese accidente, ya había una docena de agentes
del FBI en esa zona y al poco rato ya dijeron que estaban allí porque
sospechaban que se trataba de un sabotaje.
Al mismo tiempo, es muy curioso
que, al día siguiente de producirse ese accidente, el presidente cesó al
director de la oficina que se dedica a investigar estos sucesos y colocó en ese
puesto a uno de sus asesores personales de máxima confianza.
Espero que os haya gustado, aunque
me haya quedado un poco extenso.
La verdad es que entran escalofríos al pensar que pudo haber relación, aunque sea remota, entre Lee Harvey Oswald y Jackie Kennedy, pero la vida está llena de casualidades. En cuanto al resto del artículo, me ha dejado en tensión, aunque no creo que el vecino de al lado sea espía. ¡Y enhorabuena por tus 73 seguidores!
ResponderEliminarA veces, las casualidades no son tales, porque no creo que sea tan fácil acceder a la gente de la alta sociedad y menos a principios del siglo XX, cuando eran mayores las diferencias sociales. Supongo que alguna razón habría para que se entrecruzaron sus vidas.
EliminarLo del vecino de al lado nunca se sabe. A veces, te puedes llevar muchas sorpresas. Tengo entendido que esas agencias fichan cierto tipo de gente que no destaque por nada, para que nadie se fije en ellos.
Muchas gracias por tu comentario y saludos.