
Incluso, a veces, te resulta tan interesante que no te queda
más remedio que aparcar un momento lo que estabas haciendo para meterte de
lleno en esta nueva historia.
Nuestro personaje de hoy fue un
noruego llamado Knut Haugland y nació en 1917 en un pequeño pueblo del sur de
ese país, dentro de la provincia de Telemark. Seguro que os suena de algo ese
nombre.
Nació en un hogar modesto, donde
su padre fue carpintero, mientras que su madre fue ama de casa.
En 1938 ingresó en el Ejército de
Noruega y fue destinado a hacer un curso como radiotelegrafista.

Debido al clima de esos países,
en verano, es posible transportar ese mineral hasta Alemania a través del
Báltico. En cambio, en cuanto que llega el invierno, ese mar suele helarse y
entonces utilizan otras formas de hacerlo. Una de ellas es llevarlo hasta el
puerto noruego de Narvik, que no suele helarse, y desde allí embarcarlo hacia
Alemania.

Precisamente, los alemanes,
también tuvieron la misma idea de asegurar ese puerto e invadieron Noruega a pesar de que ese país se había declarado
neutral.


Volviendo a nuestro personaje, fue
desmovilizado, tras la derrota y ocupación alemana. Así que se tuvo que buscar
la vida y se puso a trabajar en una fábrica de aparatos de radio, situada en
las afueras de la capital, Oslo.
Por supuesto, enseguida se puso
en contacto con la Resistencia y participó en algunas de sus operaciones,
estando a punto de ser detenido en varias ocasiones.
Como ya le estaban buscando por
todo el país, no le quedó otra que huir hacia el Reino Unido a través de la
neutral Suecia.
Ya en territorio británico, se
enroló dentro de los prestigiosos comandos del SOE, donde recibió preparación
militar para operaciones especiales.

Se sabía que, antes de la guerra,
había varios países interesados en la investigación en ese campo. Parece ser
que en Alemania tenían mucha ventaja sobre los demás.
Lo que ocurrió es que, tras el
ascenso de Hitler al poder, much os de los investigadores alemanes

Uno de los componentes
fundamentales de la bomba atómica era un ingrediente llamado agua pesada, que
está formada un tipo especial de hidrógeno, llamado
deuterio. Se suele utilizar
para refrigerar los reactores nucleares.

Así, el 19/10/1942, Knut, saltó
en paracaídas sobre Noruega, junto con otros tres compatriotas más. Lógicamente,
la misión de nuestro personaje era servir como radiotelegrafista del grupo.
Aunque el avión les dejó en una
zona muy alejada de su objetivo, que era esa fábrica de agua pesada,
consiguieron llegar hasta allí por medio de sus esquíes.
Un mes después, los británicos,
enviaron un grupo de paracaidistas para apoyarles en esa acción. Desgraciadamente,
a causa del temporal, los planeadores donde viajaban estos soldados chocaron contra
el suelo. Los que no murieron al instante, fueron detenidos y luego fusilados
por los alemanes.
A mediados de febrero de 1943,
les volvieron a enviar refuerzos. Esta vez se trataba de 6 comandos

A pesar de que los alemanes
habían reforzado la vigilancia en torno a esa fábrica, este grupo no tuvo excesivos
problemas para entrar en ella. Incluso, recibieron la ayuda del personal de la
misma.
Así que pusieron una serie de cargas
explosivas, que consiguieron hacer volar varios depósitos de esa fábrica.
La operación fue todo un éxito. Incluso,
los 6 comandos llegados del Reino Unido, consiguieron volver a ese país,
esquiando a través de Suecia. Mientras que los otros 4, se quedaron en Noruega
para ir preparando nuevos sabotajes.
Tras detectar que la fábrica
había conseguido reparar sus daños, en noviembre, enviaron nada menos que 143
aviones USA, que lanzaron su mortífera carga sobre ella. Increíblemente, de más
de 700 bombas lanzadas, sólo unas 100 dieron en el blanco.

En el verano de 1943, nuestro personaje
regresó al Reino Unido, llegando a una base en Escocia, donde recibió más
formación sobre unos nuevos transmisores de radio. Parece ser que allí fue
donde conoció al aventurero Thor Heyerdahl, el cual le contó sus teorías sobre
las migraciones de los pueblos polinesios a América y viceversa.

Siguió durante el resto de la II
Guerra Mundial en Noruega, donde colaboró en todo tipo de sabotajes contra las
fuerzas alemanas de ocupación. Después, volvió al Reino Unido, tras haber
organizado en su país una red de 110 estaciones de radio

En la posguerra fue oficial
ayudante del inspector general de transmisiones militares de Noruega.


Parece ser que su idea de que los
indios de América podrían haber navegado por el Pacífico fue muy pronto echada
abajo por los científicos más reconocidos, alegando que una balsa tan sencilla
se hundiría muy pronto en el mar.
Así que no les daban importancia
a las descripciones hechas por los conquistadores españoles sobre las balsas utilizadas
habitualmente por los indios.

Lo cierto es que la balsa empezó
su singladura el 28/04/1947 desde el puerto de El Callao (Perú). Enseguida se
dieron cuenta de que la balsa era prácticamente ingobernable y sólo podrían
confiar en la fuerza de las corrientes marinas y los vientos.


En más de una ocasión, tuvieron
que sufrir ataques de tiburones hambrientos con ganas de llevarse algo a sus
fauces.
Una de las cosas más curiosas es
que consiguieron contactar por radio con su país, a pesar de tener un aparato
con muy poca potencia y hasta felicitaron a su rey, con motivo de su
cumpleaños.

Por fin, los tripulantes,
saltaron de la nave para llegar a la playa. Allí cogieron unos cuantos cocos y,
tras haber comido, se tumbaron a descansar en la arena.

Hace un par de años, se intentó
hacer un viaje similar con dos balsas, las cuales llegaron en 71 días hasta la
isla de Pascua. Sin embargo, en el viaje de vuelta tuvieron la mala suerte de
sufrir un potente temporal, que hizo temer por las vidas de los tripulantes. Así
es que fueron rescatados por un barco mercante y luego llevados a la costa de
Chile por un barco de la Armada de ese país.
Volviendo a nuestro personaje, a
la vuelta continuó dentro del Ejército y se dedicó a formar nuevos
radiotelegrafistas. Parece ser que se jubiló siendo teniente coronel.

Durante toda su vida recibió
condecoraciones de muchos países, incluido el suyo, por sus hechos realizados
durante la II Guerra Mundial.
Fue el que vivió más años de
todos los tripulantes que viajaban en la balsa, falleciendo en 2009 en Oslo.
Me gustaría destacar de este
personaje que nunca perdió las ganas por vivir nuevas aventuras. Durante la
guerra, estuvo muchas veces a punto de perder la vida. Sin embargo, luego se
embarcó en otra nueva aventura donde ninguno de ellos sabía lo que le podría
deparar la misma.
Así que me gustaría que ninguno
de vosotros perdiera ese espíritu de aventura y de conocer todos los días cosas
nuevas, como una forma de sentir la vida. Es un antídoto muy efectivo contra el
envejecimiento.
Por eso mismo, os deseo a todos
¡¡¡UNA FELIZ NAVIDAD Y QUE
DISFRUTÉIS PLENAMENTE EL AÑO 2018 COMO SI FUERA EL PRIMER AÑO DE VUESTRA NUEVA VIDA!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSiento que hayas borrado tu amable comentario. No obstante, tomo nota sobre el personaje que me has recomendado e igual escribo en el futuro un artículo sobre él.
EliminarSaludos y feliz año 2018
En noviembre de 1567, Alvaro de Mendaña se lanza al pacifico desde el puerto del Callao en busca de las islas fantásticas que se hablaban en las leyendas Incas, ricas en oro, por la misma ruta de la KonTiki. Si bien Magallanes ya había cruzado el pacifico en otra latitud 40 años antes, el Pacifico y sus islas seguían siendo incógnitos. El relato de esta expedición es fabuloso, digno de una novela. En el Callao, en el antiguo muelle hay un pequeño monumento al borde del mar, recordando este hecho, lastima que no tenga una foto para mostrarlo. Gracias por el relato, me encantan los viajes de aventureros.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado este artículo. Te invito a disfrutar de muchos más artículos que he publicado en el blog.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y saludos.