Hoy voy a hablar sobre la vida de
un marino español al cual, como a tantos muchos, la vida le llevó por unos
caminos que nunca habría sospechado.
Su nombre fue Miguel Buiza
Fernández-Palacios y nació en 1898, perteneciendo a una acomodada familia de
Sevilla.
En 1915, ya con 17 años, ingresó
en la Escuela Naval Militar, entonces sita en el Apostadero de Cádiz.
La verdad es que tuvo mucha
suerte. Nació justamente cuando España perdió sus últimas colonias, junto con
el grueso de su flota. Por lo que, durante unos años, no se admitieron nuevos
alumnos en la Escuela Naval, por falta de barcos.
Precisamente, por eso mismo,
Franco no pudo ingresar en la Escuela Naval, como había hecho su hermano Nicolás,
unos años antes.
Además, entre 1871 y 1910 los
cursos de guardiamarinas se realizaron en la fragata Asturias, designada como
Escuela Naval flotante. La cual solía estar navegando por la ría de El Ferrol,
salvo cuando se aproximaba un temporal y tenía que refugiarse dentro de un
puerto. Me imagino que no sería un sitio muy cómodo ni para los guardiamarinas ni
para los profesores.
Afortunadamente, en 1913, se
inauguró la nueva Escuela Naval en San Fernando (Cádiz). Un sitio más parecido
a lo que debe de ser un centro de enseñanza. Allí estuvo hasta 1943, cuando
este centro fue trasladado a la ciudad de Marín (Pontevedra), donde sigue
estando actualmente.
Hasta el año 1932, cuando
asciende a capitán de corbeta, su carrera parece un tanto anodina. Incluso,
estaba al mando de una nave de segundo orden. En este caso, se trataba de un
remolcador militar.
En 1936, su vida dio un vuelco
completo, tras el comienzo de la Guerra Civil. Fue uno de los escasos mandos de
la Armada, que se negó rotundamente a unirse al bando de los sublevados.
Supongo que, por ello, el gobierno reparó en él y quizá porque alguien le
conocería en los despachos de su ministerio.
No hay que olvidar que la mayoría
de los mandos de la Armada se sublevaron o intentaron hacerlo. Los que no lo
consiguieron fueron encarcelados por sus respectivas tripulaciones y muchos de
ellos asesinados en sus propios barcos.
Así que, de la noche a la
mañana, la II República, se vio con
muchos barcos y pocos mandos de la Armada que supieran gobernar esos buques.
Por tanto, no es de extrañar que
la Armada republicana tuviera un escaso papel en la guerra civil. Lo que
todavía se discute es si eso fue a causa de las erradas órdenes de los
gobiernos de turno o porque nunca tuvieron muy clara su estrategia.
En cambio, se dice que la Armada
del bando nacional tuvo una actuación muy efectiva. Por una parte, habían
conseguido que sus oficiales permanecieran al mando de sus naves. Aunque tenían
menos naves que los republicanos, siempre gozaron de la ayuda de las naves
alemanas y, sobre todo, italianas, que les ayudaron a controlar el tráfico
naval hacia las costas españolas.
Volviendo a nuestro personaje, en
agosto de 1936, fue destinado al intento del bloqueo del Estrecho al mando del
crucero Libertad. Así intentaron parar el constante traslado de
las fuerzas
sublevadas del Ejército de África hasta la Península.
Entre mediados de agosto y
septiembre de ese mismo año, fue destinado al intento fallido de conquista de
Mallorca, bajo el mando del comandante Bayo. Hace tiempo también escribí un
artículo sobre este personaje.
Como el Gobierno se encontró con
que apenas tenía oficiales de la Armada en su bando, hubo de escoger
rápidamente a quien pudiera sustituirlos. Supongo que de esa manera, nuestro
personaje, fue nombrado, con sólo 38 años,
nada menos que jefe de toda la flota republicana.
Es de suponer que los ministros
deberían de estar muy desesperados para tomar esas medidas. Por otra parte, una
cosa que siempre caracterizó a todos los gobiernos republicanos españoles fue
su desconfianza hacia los militares.
Es posible que alguien confiara
en él, aunque, como ocurrió en muchas familias, un hermano suyo combatió en el
bando nacional y fue muerto en la Sierra de Madrid.
Lo cierto es que a nuestro
personaje se le nombró para ese cargo, aunque siguió estando al mando del
crucero Libertad. Anteriormente, llamado Príncipe Alfonso y luego, en la posguerra, Galicia.
En septiembre de 1937 tuvo lugar
la llamada batalla del cabo Cherchell, situado en las costas de Argelia.
Parece ser que una flota de la
Armada republicana, que había partido de Cartagena, se dirigía hacia la Península Ibérica,
escoltando un convoy de tres mercantes españoles procedentes de la antigua
URSS.
A la altura del citado cabo se
encontraron de frente con el famoso crucero Baleares, el más moderno de la
Armada nacional. Parece ser que los republicanos no fueron muy efectivos, pues,
a pesar de ser varias naves contra una, no consiguieron hundir al crucero
nacional, el cual les provocó varias averías.
Además, los barcos mercantes se
desviaron hacia la costa argelina, donde fueron interceptados por la flota
francesa y se les incautó su cargamento. Parece ser que, en su mayoría,
consistía en armamento para el Ejército republicano.
Todo eso hizo que el Gobierno
republicano montara en cólera y eso provocara la consiguiente destitución de
nuestro personaje.
También hay que decir que el
Gobierno no estaba muy contento con su labor. No se sabe si estos fallos sólo
podrían achacársele a él o la falta de organización de los mandos en el bando republicano.
Lo que parece evidente es que el cargo le venía demasiado grande y podría no haber recibido la
formación adecuada para ello.
Lo cierto es que a la Armada republicana
se la vio muy poco por el Cantábrico. Lo mismo ocurrió con el Estrecho y
tampoco supo participar en la defensa de Málaga, cuando se halló asediada por
el bando nacional.
A partir de ahí, se le dieron
unos cargos muy secundarios, como la inspección de las defensas de la costa y
de las bases navales.
Posteriormente, es posible que lo
quisieran recuperar, porque le nombraron jefe del Estado Mayor de la Armada y
jefe de personal de la misma.
Desgraciadamente, en los últimos
meses de la guerra, cae en una depresión a causa del suicidio de su esposa.
Ocurrido poco antes de la entrada de las tropas nacionales en Barcelona, donde
se había refugiado ella.
Por fin, en febrero de 1939,
cuando ya se ve que la guerra está totalmente perdida, le vuelven a nombrar
jefe de la flota republicana.
A mediados de febrero se reunió
en Valencia con el presidente Negrín. Allí le comunica que la situación es desesperada,
porque la Armada está muy desmoralizada.
Posteriormente, a finales del mismo
mes, asiste, con Negrín y otros mandos militares, a una reunión convocada en la
base aérea de Los Llanos (Albacete).
Les comunica a todos que la flota
está dispuesta a abandonar España, si no se firma, inmediatamente, la paz.
Parece ser que Negrín no le hace caso y cree que son opiniones propias de
derrotistas.
No hay que olvidar que la idea de
Negrín era continuar el conflicto hasta que estallara la II Guerra Mundial, que
ya se adivinaba en el horizonte de Europa. Suponía que, una vez que estallara,
los aliados le ayudarían a derrotar a las tropas de Franco.
En aquella época, Negrín, solía
argumentar que no se podían pedir unas negociaciones de paz con el bando
nacional, porque a esas alturas, Franco
ya sólo admitía la rendición incondicional.
En Cartagena, donde estaba la
base naval más importante del bando republicano, a partir de marzo de 1939, la
desorganización fue total. Los responsables de las baterías de costa se
sublevaron a favor de los nacionales.
Sin embargo, Negrín nombró al
coronel Francisco Galán, como nuevo jefe de la base naval. Esto no gustó nada a
los marinos, porque Galán era del Ejército de Tierra y además un conocido
miembro del PCE.
Este coronel también fue hermano
de Fermín Galán, uno de los oficiales que se sublevaron en 1930, en Jaca, a
favor de la llegada de la II República y fue fusilado por ello.
Así que el coronel Galán, nada
más llegar a Cartagena, fue detenido por la marinería y encerrado. Posteriormente,
fue puesto en libertad y renunció a su cargo, refugiándose en uno de los barcos
de la Armada.
A partir del 27/02/1939, fecha en
que Francia y el Reino Unido reconocieron al gobierno de Franco, como auténtico
gobierno de España, todo fue mucho más rápido.
Al día siguiente, Azaña, que ya
se hallaba en Francia, dimitió como presidente de la II República y, siguiendo
la Constitución de 1931, su puesto lo ocupó el presidente de las Cortes, Diego Martínez
Barrio.
El día 4 de marzo comenzó la
sublevación en la base naval de Cartagena y al día siguiente el golpe de Estado
del coronel Casado contra Negrín.
Parece ser que Casado se había
enterado de que Negrín había pensado sustituir a todos los mandos militares por
comunistas amigos suyos a fin de que los militares no le volvieran a poner más pegas
ante sus intenciones de continuar la guerra.
Buiza, intuyendo que la
sublevación de Cartagena se había realizado para poner a la flota republicana
en manos del bando nacional, no se lo piensa y el día 5 ordena que zarpen todas
las naves del puerto.
Concretamente, la flota
republicana en Cartagena estaba compuesta por 3 cruceros y 8 destructores. Lo cual
no es una fuerza desdeñable.
Su primera intención fue llegar
hasta el puerto de Orán, en Argelia, que entonces era una colonia francesa. Así
que pidió permiso por radio a las autoridades francesas. Sin embargo, éstas no
se lo dieron y le indicaron que fuera al puerto de Bizerta, en la actual Túnez,
también bajo el dominio francés.
El día 7 atracaron en ese puerto,
siendo detenidos y llevados a un campo de concentración. Supongo que, como a
otros muchos, se le ofrecería salir de allí alistándose a la Legión Extranjera
francesa. Creo que a otros también se les ofreció salir a cambio de trabajar en
la construcción de las fortificaciones fronterizas de Francia.
Parece ser que a nuestro personaje,
por alguna razón desconocida, lo admitieron en la Legión francesa con el grado
de capitán. Ascendiendo a comandante en plena II Guerra Mundial.
Tras el armisticio de Francia, dimitió de su
cargo y consiguió un empleo como contable. Más adelante, se alistó en el
Ejército de la Francia libre, comandado por De Gaulle, participando en los combates
en Túnez. Siendo condecorado por ello.
En 1947, fue contratado por las
organizaciones sionistas, para trabajar como capitán de un barco mercante que
llevaba ilegalmente judíos a Israel, el cual se hallaba entonces bajo mandato británico.
Desgraciadamente, esta vez, los
británicos, le detuvieron y le encerraron en un campo de concentración, donde estuvo
hasta febrero de 1948. Recordemos que el Estado de Israel no fue proclamado
hasta mayo de ese año.
Los británicos le repatriaron a
Orán, donde volvió a trabajar como contable. Las últimas noticias que tenemos
sobre él es que murió en un hospital de Marsella, en 1963, a consecuencia de un
cáncer de pulmón.
Lo cierto es que los republicanos
siempre le echaron en cara el escaso papel de la flota, durante la guerra civil.
No obstante, tras su cese y la toma de posesión de su sucesor en el cargo, el
papel de la Armada republicana siguió siendo el mismo. No olvidemos que el
Gobierno republicano decretó muy tarde el bloqueo de los puertos del enemigo.
Algo que parece muy básico en cualquier tipo de guerra.
Algunos sospechan que eso ocurrió
a causa de las presiones franco-británicas, al igual que la orden dada a la
Armada republicana para que levantaran el bloqueo del Estrecho de Gibraltar.
Como ejemplo, no hay más que ver que Buiza atracó en Bizerta el 7 de marzo y
fue detenido. Mientras que el 30 del mismo mes llegó el marino franquista,
Salvador Moreno, y se hizo cargo de la flota, sin ponerle ningún problema, regresando con ella a España.
Al contrario de lo que hizo la
Armada nacional, con menos efectivos que la republicana, la cual se dedicó a
realizar ese boicot e interceptar el paso de los buques que llevaran
suministros para el otro bando.
Por otra parte, tampoco les gustó
a los republicanos que la flota se marchara apresuradamente de Cartagena.
Muchos de ellos confiaban en poder embarcar en esos buques para intentar
escapar de la persecución del bando nacional. Como no pudieron disponer de esas
naves, miles de personas fueron capturadas en el puerto de Alicante. Sin embargo, parece ser que muchos civiles fueron admitidos en esos barcos antes de zarpar de Cartagena.
Lo cierto es que no hay que
olvidar que siempre hubo bastante desconfianza entre los oficiales de la Armada
republicana y sus tripulaciones. Sin embargo, parece ser que nuestro personaje
llegó a ser muy popular. Se cuenta que uno de los blindados de la División
Leclerc, que tomaron París, llevaba el nombre de “Amiral Buiza”.
Tampoco deberíamos de olvidar que
los militares republicanos estuvieron constantemente vigilados por los famosos
comisarios políticos. La Armada no fue una excepción. A finales de 1936 fue
nombrado el socialista Bruno Alonso comisario general de la flota. Incluso,
navegó a menudo a bordo del crucero Libertad, aunque no se sabe que tuviera
ningún tipo de formación como marino.
La sublevación de Cartagena
originó un tremendo caos, donde casi nadie estaba seguro de quién era amigo o
enemigo. El mando republicano mandó una división de milicianos que consiguieron
restablecer el orden.
Sin embargo, como los sublevados
en esa base habían pedido refuerzos al bando nacional, estos les enviaron,
apresuradamente tropas por vía marítima. Unos 30 barcos, que llevaban alrededor de 20.000 soldados, partieron de diferentes puertos. Cuando estaban llegando a Cartagena, recibieron una contraorden, porque se habían enterado del fracaso de
la sublevación. Todos los barcos regresaron, menos el Castillo de Olite, que no
recibió el aviso, porque tenía la radio averiada.
Dado que confiaban en que las
baterías de costa estaban en poder de los sublevados, este barco se acercó sin
tomar ninguna medida de precaución. Sin embargo, no contaban con que esas baterías
harían fuego contra la nave. A causa de ello, la nave se hundió y con ella
murieron 1.476 tripulantes, mientras que 342 resultaron heridos y 294 fueron
apresados. Fue el naufragio de un solo barco, que ha provocado más muertos en
toda nuestra Historia.
La mayoría de los especialistas
discuten si Buiza dio la orden de zarpar a la flota para restar fuerzas al
Gobierno de Negrín y darle una ventaja al coronel Casado o, simplemente, lo
hizo por su cuenta.
En lo que sí que están de acuerdo
es en que fue un militar muy valiente, pero que tenía muchas dudas a la hora de
tomar las más importantes decisiones.
Supongo que eso nos habría
ocurrido a la mayoría de nosotros, si nos hubieran colocado tan apresuradamente
en un puesto de tanta responsabilidad y con unos comisarios políticos, que todos los días analizaban y aprobaban o denegaban sus órdenes, dando cuenta al Gobierno de las mismas.
¿Se sabe de dónde descendía el Buiza? El Fernández-Palacios, parece ser que es sevillano, pero el Buiza? ¿Acaso de León?
ResponderEliminarParece ser que Buiza es un apellido de origen italiano. Concretamente de la región del Lazio, aunque ahora se da con mayor abundancia en la Lombardía. Supongo que será porque esa gente habrá emigrado hacia Milán. En Italia, lo escriben Buizza. No es un apellido muy común, pero yo he tenido unos vecinos que se apellidaban Buiza.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y saludos.
¿Puede confirmarme que la primera fotografía que aparece arriba corresponde a Miguel Buiza? Es que he visto otras fotografías, supuestamente de la misma persona, que no coinciden. Gracias.
ResponderEliminarPues no lo sé. Yo sólo he encontrado esa imagen en Internet.
EliminarSaludos.
Gracias. Es que en Internet hay al menos tres imágenes distintas que, se dice, son de Buiza.
ResponderEliminarBueno, eso suele ocurrir muy a menudo.
EliminarSaludos,
El caso es que quiero sacar una semblanza de esta persona en prensa y, claro, no me gustaría que apareciera una fotografía que no fuese suya.
ResponderEliminarPues no sé, porque estoy buscando por imágenes de Google y todas las fotos coinciden.
EliminarSaludos.
http://guerracivildiadia.blogspot.com/2014/03/miguel-buiza-1898-1963.html
ResponderEliminarhttps://sites.google.com/site/marinadeguerra1936/buques/libertad
ResponderEliminarEl del enlace de abajo, creo que es el capitán de fragata Fernando Navarro Capdevila:
Eliminarhttps://benitosacalugarodriguez.blogspot.com/2017/03/fernando-navarro-capdevila-agregado.html
Saludos.
http://www.sbhac.net/Republica/Imagenes/FotoFlota/FotoFlota.htm
EliminarAl final, vienen identificados con un número.
Saludos.
No está Buiza ahí.
ResponderEliminarPero sí está Navarro Capdevila. El que confundía con Buiza
EliminarLa primera foto NO corresponde al Almirante Buiza sino al Almirante Salvador Moreno, comandante del Canarias y posterior ministro de Marina.
ResponderEliminarSupongo que habrá visto, en las respuestas anteriores, que no esta muy clara cuál es la imagen del almirante Buiza. Yo tampoco lo tuve claro en 2017, que fue cuando publiqué este artículo. Precisamente, por eso, opté por poner esa, que era la que decían algunos que era la verdadera imagen de ese marino.
EliminarNo obstante, respeto su opinión, como la de otros que han discutido sobre este asunto.
Muchas gracias por su comentario y saludos.