ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 10 de diciembre de 2017

JOHANNES BERNHARDT, UNO DE LOS MAYORES COLABORADORES DE FRANCO

Cuando se empieza a estudiar la Guerra Civil española una de las cosas que más sorprenden es que el Ejército sublevado se pudiera imponer al del resto del país, teniendo, en principio, muy pocos medios y, además, con el grueso de sus tropas destinadas en el norte de África.
Así que está muy claro que el bando nacional tuvo que tener mucha colaboración en el exterior, ya que la mayoría de las fábricas de armas y otras industrias quedaron en la zona republicana.
Nuestro personaje de hoy se llamaba Johannes Eberhard Franz Bernhardt y nació en 1897 en una población llamada Osterode, que actualmente pertenece a Polonia y ha pasado a llamarse Ostróda.
Posteriormente, participó en la I Guerra Mundial, tanto en el frente oriental como en el occidental y fue condecorado con la Cruz de Hierro.
Más tarde, se estableció en la próspera ciudad de Hamburgo, donde fundó una compañía naviera. Parece ser que, en un principio, le fue todo muy bien y se hizo rico.
Desgraciadamente, también se vio afectado más tarde, por la famosa Crisis de 1929, agravada por las deudas que tenía que pagar Alemania a los vencedores de la I GM.
No hay que olvidar que buena parte de la economía alemana se basaba en las inversiones realizadas en ese país por los USA. Al dejar de hacerlo, la economía alemana cayó en picado. Eso fue lo que le ocurrió a él. Así que tuvo que vender todas sus propiedades a causa de las 
deudas contraídas y se marchó de su país.
Como otros muchos miles de alemanes, se buscó otro sitio donde empezar de nuevo. Muchos de ellos vinieron a España. Sobre todo, se establecieron en Cataluña, Madrid, Andalucía y el País Vasco.
Nuestro personaje lo hizo en Larache, ciudad situada entonces dentro del llamado Protectorado español de Marruecos, cuya capital estaba en Tetuán. Parece ser que, desde 1930, se dedicó al negocio de la exportación-importación de productos de todo tipo, llevando también la representación de una empresa alemana. Algo más tarde, se mudó a Tetuán, supongo que para estar más cerca del gobierno de ese territorio.
Allí sería dónde tomó contacto con la flor y nata de los militares africanistas. Una amistad que, más tarde, sirvió para beneficiar a ambas partes.
También, por esas fechas, se sabe que se afilió al Partido Nacional Socialista, dirigido por Hitler, que acababa de llegar al Gobierno de Alemania.
Como todo el mundo sabe, la Guerra Civil española, fue la consecuencia de un golpe de Estado fallido, que dio lugar a que el Ejército se dividiera en dos bandos.
Lógicamente, ninguno de los dos bandos estaba preparado para meterse en una guerra, que tampoco sabían lo que podría durar. Así que lo principal era avituallarse lo más rápidamente posible y al precio que fuera. Con la diferencia de que el Gobierno republicano tenía en su poder todas las reservas del Estado y el bando nacional no.
Parece ser que nuestro personaje tendría un fino olfato para hacer negocios y aquí vio uno que no se le tendría que escapar.
El día 21 de julio, sólo tres días después del comienzo de la guerra, se entrevistó con Franco, que debería de estar muy preocupado por la falta de suministros.
No obstante, convendría no olvidar que, unos años antes, Franco fue el jefe del Estado Mayor central y gracias a ese puesto conoció a muchos de los principales fabricantes de armas.
Así que el día 23 de julio le entrega una carta  nuestro personaje para que se la lleve en mano al propio Hitler.
Parece ser que en esa carta le pide aviones y diverso armamento. Supongo que sería para poder cruzar el Estrecho y, posteriormente, llegar a entablar combates con las suficientes municiones para ello.
Como buen hombre de negocios, antes de partir hacia Berlín, negoció las condiciones económicas, para que pudiera sacar un buen filón de este asunto.
También protestó porque, unos días antes, las tropas del bando nacional habían confiscado un avión Ju-52 de pasajeros, perteneciente a la conocida compañía de transporte aéreo civil Lufthansa.
Precisamente, en ese mismo avión partieron hacia Berlín, el mismo día 23 de julio, nuestro personaje; el jefe del partido nazi en Marruecos, Adolf P. Langenheim y el capitán de la Aviación española, Francisco Arranz Monasterio.

Este avión, tras hacer varias escalas, aterriza en Berlín, donde el mismo día de la llegada consiguen hablar con Rudolf Hess, hombre de confianza de Hitler, el cual les concierta una entrevista con el principal jerarca nazi.
Como todos sabemos, Hitler, siempre fue muy aficionado a las óperas de Wagner. Así que, en ese momento, se hallaba asistiendo al famoso Festival de Bayreuth, donde todavía, cada año, se siguen representando sus obras.
Nuestro personaje le mostró, personalmente, la carta de Franco a Hitler y se la fue traduciendo. Parece ser que el líder nazi también le preguntó acerca de la personalidad de Franco y si podría ser alguien del que se pudieran fiar. A todo esto, Bernhardt, lo definió como un famoso y victorioso líder militar.
Hoy en día, los especialistas discrepan sobre el mucho o poco interés de Hitler en apoyar la causa franquista en la Guerra Civil española. Parece ser que nunca se había planteado intervenir en España, hasta que los enviados de Franco se lo pidieron oficialmente y a partir de entonces no tardó en enviarles la ayuda prometida.
Así que, a finales de julio, Hitler tomó la decisión de ayudar al bando nacional. Parece ser que llamó a esta operación Fuego Mágico por el final de la ópera de Wagner que acababa de presenciar en el citado festival.

Más adelante, el propio Bernhardt, como buen empresario alemán, no quiso dejar ningún cabo suelto y llegó a un acuerdo con el presidente de Portugal, Oliveira Salazar, a fin de que permitiera desembarcar esos suministros en puertos de su país y así no ser interceptados por las flotas republicanas y de otros países que patrullaban por las costas españolas.
Parece ser que la propuesta de Franco fue del agrado de Hitler, así que nuestro personaje le llegó a conseguir  el doble de los aviones de transporte, que había solicitado en el mencionado escrito.
Curiosamente,  Göring, que se había opuesto a esa ayuda a Franco, fue al que le encargaron coordinarla con Bernhardt.
Sin embargo, cuando Göring fue interrogado, durante su juicio en Nüremberg, dijo que le gustó la idea de participar en la guerra de España, para así probar el rendimiento de sus aviones en un auténtico conflicto bélico. De hecho, creó un organismo llamado Estado Mayor Especial W, dentro de su Ministerio del Aire, con objeto de coordinar todos los envíos de personal y equipos que se mandaran a España.
Además, a finales de octubre, decidieron crear la llamada Legión Cóndor, compuesta por unos 5.000 soldados y 140 aviones, que se relevaban periódicamente.
Parece ser que lo primero que se les ocurrió, para que el Gobierno alemán no figurara por ninguna parte, fue crear una nueva compañía, llamada Hisma (Sociedad Hispano-Marroquí de Transportes). Con lo cual, daban a entender que se trataba de una operación comercial entre particulares.
Así que a partir del 31 de julio comienza a llegar la ayuda prometida por Alemania. Lógicamente, por vía aérea.
Gracias a los aviones de transporte aportados por Alemania, pudieron ser transportados, entre los meses de julio y octubre de 1936,  nada menos que unos 14.000 hombres del Ejército de África hasta la Península Ibérica. Aparte de diverso material de todo tipo.
A primeros de septiembre, nuestro personaje, intervino en una entrevista entre un teniente coronel del Estado Mayor alemán, llamado Walter Warlimont y Franco. Éste sería el enlace directo entre Franco y el Gobierno de Alemania.
No obstante, los alemanes, que no tienen un pelo de tontos, crearon una sociedad llamada Rowak, que se dedicaba a exportar todas las materias primas halladas en la España nacional, que fueran de interés para Alemania, como compensación por la ayuda prestada por ellos.
Parece ser que muy pronto, los alemanes, se dieron cuenta de que el bando nacional no podría pagar la deuda contraída con Alemania. Así que fueron obteniendo un trato preferencial a la hora de fundar nuevas empresas para explotar las riquezas de España.
Entre otros productos se citan minerales de todo tipo, aceites, pieles, cueros, lanas, frutas  y otros productos agrícolas. Así que ya podemos imaginar por qué en España duraron tanto tiempo las famosas cartillas de racionamiento.
Posteriormente, ambas empresas pasarían a formar parte de una corporación más grande, llamada Sofindus, constituida por unas 350 empresas, que se dedicaba a monopolizar el comercio con las materias primas que precisaba urgentemente la industria alemana. 
Supongo que ya se estarían preparando para asegurarse esas materias de cara a una próxima guerra mundial. Como así fue. No hará falta que diga quién fue el presidente de Sofindus en España. Os lo podéis suponer.
Incluso, según parece, esta empresa se dedicó a suministrar a las unidades alemanas en Francia, que habían quedado desconectadas de su Cuartel General, tras el desembarco de Normandía.
Es más, el Gobierno español, aguantó todo tipo de presiones de los aliados y hasta 1948 no cerró las instalaciones de estas empresas en España.
Durante la II Guerra Mundial, España, y sobre todo, Madrid, se convirtió en un nido de espías de varios países. La mayoría de los centros alemanes se hallaban en los lugares más céntricos.
La propia embajada estaba situada en un lugar muy visible, al comienzo del Paseo de la Castellana. En la acera de la derecha, justamente al lado de un templo alemán, que sigue existiendo en ese lugar. Actualmente, La embajada está situada  en el mismo paseo, pero en la acera de enfrente.
Volviendo a nuestro personaje, se sabe que en los años 50 emigró a Argentina, como muchos otros de sus compatriotas. Supongo que también lo haría, porque los aliados seguían presionando a Franco para que entregara a los nazis que se encontraban refugiados en España.
De hecho, le entregaron al Gobierno español una lista con 104 nombres de nazis a los que andaban buscando y nuestro personaje figuraba en el puesto número 7 de la misma.

Parece ser que sus problemas terminaron en los años 70, cuando decidió volver a Alemania. Allí vivió y murió en Munich en 1980.

2 comentarios:

  1. Esta serie, solo menciona casi exclusivamente a los bando nacional. Nadie de la República merece la pena?.
    Saludos

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    1. Pues sí, ahí tienes razón, pero También es verdad que hace tiempo hablé de varios individuos del bando republicano. No obstante, te tomo la palabra y ya en enero dedicaré unos artículos a gente del bando republicano.
      Saludos.

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