
Tras la toma de la Bastilla, de
la que hablaré en otro artículo, se dio
una situación de violencia por todo el país. Parece ser que hubo bandas de salteadores
que aterrorizaron a los campesinos, incendiando sus campos. Algunos autores
dicen que estos delincuentes estaban a sueldo de los nobles.
El 04/08/1789, la Asamblea Nacional,
reunida en París, aprueba la abolición de los privilegios de los nobles y la
Iglesia, cuyo origen procedía nada menos que de la época feudal.

No obstante, aunque el 11 de
agosto, se intentó reflejar en un documento la abolición de los privilegios
feudales, las deudas de los campesinos y los diezmos que había que pagar a los
privilegiados, fue una tarea casi imposible.


La única forma de que siguiera
funcionando la Iglesia fue la nacionalización de los bienes del clero. Con lo
cual, la Iglesia pasaba a ser un organismo más del Estado. Realmente, la
Iglesia francesa nunca fue muy independiente del rey de Francia. También se crearon
los asignados, que eran una forma de Bonos del Estado para pagar estas deudas y
que no tuvieron mucho éxito.

Evidentemente, esa medida no
gustó nada a la mayoría del clero. Así que se formaron dos bandos: los
juramentados, que habían jurado fidelidad a la Constitución Civil del Clero, y los
refractarios, que se negaron a hacerlo y, luego, fueron perseguidos por ello.

No obstante, la comitiva,
convenientemente disfrazada, consiguió llegar hasta un punto cercano a la
frontera con el Imperio de Austria, donde reinaba un hermano de María
Antonieta.
El 21/06/1791, la carreta de los monarcas
se detuvo en un control, donde uno de los milicianos reconoció al rey, porque
su efigie aparecía en todas las monedas de la época. Como suele ocurrir en
todos los países.
Tras ese intento de fuga y la
vuelta obligada de los monarcas a la capital, la monarquía tenía los días
contados.

Sin embargo, el monarca, juró la
Constitución en septiembre de 1791. No obstante, a pesar de ser ya, al menos, teóricamente,
un rey constitucional, se vio que no había buenas relaciones entre la Asamblea
y el monarca.

Desde siempre, principalmente,
hubo dos partidos. Por una parte estaban los girondinos, que eran más moderados
y se conformaban con establecer una monarquía constitucional. Como la que
existía en el Reino Unido.

Tras las continuas amenazas del
Imperio Austriaco, la Asamblea, declaró la guerra a ese país en abril de 1792.
Evidentemente, los franceses que estuvieron en contra de la revolución,
lucharon en el bando austriaco.
En un principio, los austriacos,
obtuvieron algunas importantes victorias, porque poseían un Ejército más
organizado y, además, tenían muchos nobles franceses que luchaban en su bando,
y eran gentes habituadas a combatir. Secretamente, la familia real francesa,
apoyó a ese bando, como una forma de vencer a la Revolución y devolver el poder
absoluto al rey.

Tras este bando, los
revolucionarios se dieron cuenta de que el rey se había aliado con el enemigo. Así
que, en agosto de 1792, asaltaron el Palacio de las Tullerías, donde estaba la
familia real y se los llevaron a la prisión del Temple.

A finales de septiembre ya se
reúne la Convención, cuyos miembros han sido elegidos por sufragio universal, aunque
solamente masculino.
También, por esas fechas, se
produce la famosa batalla de Valmy, donde el Ejército revolucionario consigue,
por vez primera, vencer a los prusianos,
lo cual marca un cambio de rumbo en la guerra.
El órgano superior de esta nueva
república es la Asamblea, que acoge en su seno a los tres poderes del Estado.

Así, Francia, pasa a ser un país
casi militarizado, porque se producen
continuas levas de varones hacia el frente. Creándose el Ejército nacional, o
sea, de la nación, porque antes era del rey.
Lógicamente, a Francia, estas continuas
guerras, le estaban ocasionando un gran perjuicio, porque casi todos los
hombres válidos estaban en el frente y se habían abandonado los puestos de
trabajo. Aparte de los destrozos y las bajas a causa de los combates.
También, durante el juicio a Luis
XVI, se vio que existían dos opiniones enfrentadas. Por una parte, los
girondinos, no estaban a favor de

Lo cierto es que no pudieron
seguir protegiéndole a partir del descubrimiento de una serie de documentos
comprometedores para el rey, en una caja fuerte de las Tullerías.
En cambio, los jacobinos, que
dominaban más la calle que el Parlamento, movilizaron desde el principio a sus
partidarios para que se condenara a muerte al monarca.
Para ellos, esa ejecución se
convertiría en una llamada de atención para todos los que quisieran enfrentarse
a la república.
Como todos sabemos, el rey, fue
guillotinado el 21/01/1793 y eso dio lugar a que aumentara el número de países
en guerra contra Francia. Como fue el caso de la España de Carlos IV.

Me recuerda a lo que ocurrió en
la España republicana, durante la Guerra Civil, cuando se veían espías y
colaboradores del bando nacional por todas partes. Con lo cual, no estoy justificando
de ninguna manera la excesiva violencia que se utilizó en ese momento.
A la cabeza de esa represión en Francia
estuvo el Comité de Salvación Pública. Otros lo llaman de Salud Pública.

Estas medidas excepcionales, que
ocasionaron la muerte de muchos miles de personas, acabaron tras la victoria del Ejército revolucionario
en la batalla de Fleurus, en junio de 1794.
Robespierre, también se aprovechó
de este periodo dictatorial para eliminar a los políticos que pudieran hacerle sombra. Como fueron los casos
de Hebert, Danton y Desmoulins.
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Es posible que el comité notara
que su influencia estaba en declive. Seguramente, por eso mismo, aceleró el
funcionamiento de la guillotina. Así que en sus últimos estertores hubo una
media de 26 ejecuciones diarias.


Durante el período de vigencia
del Comité, se practicaron unas medidas económicas propias de una economía de
guerra.

También decretaron otra serie de
medidas sociales, que, en general, me parecen muy positivas. Como la abolición
de la esclavitud, obligar a la gente a tutearse, reparto de las herencias entre
todos los hermanos, reparto de los bienes comunales que hubiera en cada
localidad, ayudas a los pobres con los bienes confiscados a los ricos, etc.
Podemos destacar entre las medidas
religiosas y culturales la supresión de las órdenes religiosas,
El 1 de agosto se derogó la
peligrosa Ley de sospechosos, por medio de la cual se habían ejecutado a miles
de personas, y nueve días después se
excarceló a unos 3.500 presos. Entre ellos estaba Josefina, la que luego se convertiría, en segundas nupcias,
en la primera esposa de Napoleón Bonaparte. Su primer marido no tuvo la misma suerte,
pues fue guillotinado unos días antes.

Se buscaron como chivo expiatorio
a un tipo llamado Jean Baptiste Carrier. Así que esta vez sólo fueron
guillotinados este individuo y dos miembros del Comité en Nantes.
Tampoco se olvidaron del odiado
fiscal Fouquier de Tinville, al que arrestaron junto con 15 personas más. Fueron
juzgados, unos meses después, y ejecutados el mismo día en que se leyó la
sentencia.
Evidentemente, los que habían
sido anteriormente represaliados y pudieron salir con vida no se quedaron con las
manos cruzadas y ahora intentaron hacer lo mismo, pero al revés.
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Curiosamente, algunos, como el
antiguo revolucionario Fréron, supongo que para salvar el pellejo, se apuntaron
al bando contrario y, desde su periódico, se dedicaron a denunciar a
todos los
revolucionarios, que habían tenido alguna responsabilidad en la época del
Terror.
En 1795, en Aviñón, fueron más
perfeccionistas. Capturaron a unos de los jueces más brutales del periodo
anterior. Lo apalearon, lo tiraron al río y, no contentos con ello, lo remataron
con un gran arpón.

En Marsella no fueron tan
concienzudos. Simplemente, le prendieron fuego a la cárcel, donde estaban
encerrados todos los jacobinos y mataron a hachazos a todos los que intentaron huir de la
misma.

En abril de 1795, se convocaron
huelgas generales y hubo enfrentamientos, entre los antiguos sans culottes y
los miembros de la Guardia nacional, ayudados por algunos voluntarios
monárquicos.

No obstante, un poco más tarde, los
más conservadores, volvieron a retomar el poder. Consiguieron tener de su parte a
la Guardia Nacional, la cual castigó a los sans culottes y enjuiciaron a los
miembros más radicales de la Convención.

Se formó un Directorio, compuesto
por 5 personas, como la máxima autoridad de Francia. Incluso, en las elecciones
sólo se permitió elegir a un tercio de los miembros de las dos cámaras. Los otros
dos tercios los elegirían los miembros de la antigua Convención, por si acaso
se les colaba algún monárquico.
Como el descontento seguía
existiendo, en octubre de ese año, se organizó otra insurrección de sans culottes,
que se encaminó hacia la Convención. Allí les estaban esperando varios miles de
soldados dotados de gran cantidad de artillería, al mando de Napoleón. Evidentemente,
los insurrectos, esta vez, fracasaron y,
desgraciadamente, también las víctimas fueron muchas.
Al mes siguiente, se formó el
primer Directorio. Este sistema estuvo en funcionamiento durante cuatro años,
hasta que en 1799, el mismo general Bonaparte, dio un golpe de Estado y se
autoproclamó primer y único cónsul de la República. El resto, creo que ya lo
conocemos casi todos.
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