En muchos países existe gente a
la que le gustaría cambiar su vida y ciertas viejas costumbres de su sociedad.
Lo que pasa es que todo el mundo piensa que bien poco podría hacer él solo. Sin
embargo, algún pensador, del cual no recuerdo su nombre ahora, dijo que la
revolución
comenzó cuando alguien dijo no.
Esta es la historia de una
persona a la que quisieron tomar el pelo, como tantas veces, sólo que esta vez
se atrevió a decir que no.
A lo mejor, en ese momento, no
pudo calibrar lo que le vendría posteriormente, tanto en lo positivo como en lo
negativo, pero ella dijo orgullosamente que no y nunca se arrepintió de ello.
Nuestra heroína de hoy es muy
posible que ya la conozcáis casi todos. Se llamó Rosa Parks y sigue siendo muy
apreciada en los USA.
Nació en 1913 en una pequeña
localidad de Alabama (USA). Su familia era modesta, siendo su padre carpintero
y su madre, maestra. Ambos eran descendientes de antiguos esclavos procedentes
de África.
Cuando se divorciaron, la niña se
fue a vivir con su madre en un barrio de las afueras de Montgomery, capital de
su Estado natal.
Ella realizó allí sus estudios
primarios, pero, al poco de empezar los secundarios, tuvo que dejarlos para
cuidar de su madre y su abuela, que se hallaban enfermas.
Allí pudo comprobar el trato diferente
que se le daba a la gente, según fueran blancos o negros. No estoy hablando de
Sudáfrica, sino de ese país que presume tanto de ser tan democrático, los
Estados Unidos de América.
Todavía estaban vigentes en
algunos estados del sur de USA las llamadas Leyes Jim Crow, mediante las cuales
se les hacía la vida imposible a los negros que vivieran allí, aunque ya no
existiera la esclavitud.
Realmente, su verdadero nombre
era Rosa Louise McCauley, pero cambió su apellido por el de Parks, al contraer
matrimonio con Raymond Parks. Como suelen hacer las esposas de ese país.
En 1950, nuestro personaje se
afilió a un movimiento por los derechos civiles, llamado Asociación Nacional
para el Avance de la Gente de Color y se empleó como secretaria de su comité
local. Aparte de esa labor, se ganaba la vida como costurera en un taller.
El 01/12/1955, cuando regresaba a
casa, tras una dura jornada laboral, cogió el autobús y se sentó en una zona
donde se podían sentar los negros, si no los levantaban los blancos.
Lo normal es que los que no
fueran blancos primero entraban por la puerta delantera del bus, para pagarle
al conductor. Luego bajaban del mismo y entraban por la puerta trasera, para
poder sentarse, porque los blancos se sentaban en los primeros asientos y los
demás en los últimos.
Cuando ya llevaba un tiempo
sentada, entró un joven blanco, que no tenía asiento. Parece ser que los demás negros,
que había a su alrededor sí que se levantaron y le exigieron a ella que hiciera
lo mismo. Incluso, el mismo conductor abandonó su puesto para exigirle también
que se levantara, pero ella no lo hizo.
Lo curioso es que ella dijo en
una entrevista para la BBC, que el chico blanco, ni siquiera le había pedido
que se levantara. A lo mejor, es que daba por sentado que se iba a levantar.
No obstante, el conductor, que supongo
que sería blanco, le dijo que la iba a denunciar si no se levantaba y ella le
respondió muy tranquilamente, “puede hacerlo”.
Cuando la interrogó la Policía a
la pregunta de por qué no se había levantado, ella contestó tranquilamente, “¿por
qué todos Vds. están empujándonos por todas partes?”.
Ella dijo que ese día estaba “muy
cansada y harta de ceder”, porque, “mientras más obedecíamos, peor nos trataban”.
Como el caso trascendió a escala
internacional, pues, quizás, por eso, sólo pasó una noche en el calabozo y tuvo
que pagar una multa de 14 dólares, por “alteración del orden público”.
El movimiento de Martin Luther
King aprovechó este incidente para organizar una protesta contra el servicio de
autobuses de Montgomery, que lo explotaba una empresa privada. Incluso, también
dio lugar a que la gente afroamericana de Montgomery se uniera para fundar la
Montgomery Improvement Association.
Durante más de un año, no viajó
en ellos ni un solo negro. Con lo cual, la empresa estuvo a punto de quebrar,
porque se trataba de la mayoría de su clientela habitual.
Cuando los periodistas les
preguntaban cómo se encontraban, a alguno de aquellos que secundaban la
protesta, contestaban “mis pies destrozados, pero mi alma, liberada”.
No hay que olvidar que, por ello,
se estaban dando caminatas de varios kilómetros, para ir y volver de su trabajo.
Parece ser que sólo en esa ciudad,
secundaron esa protesta nada menos que 30.000 ciudadanos no blancos.
También hubo muchos que se
organizaron para viajar varios en un sólo coche. Una medida, por cierto, muy
ecologista.
Evidentemente, la empresa de
autobuses, tuvo que dar marcha atrás, so pena de arruinarse y dejó sin efecto
las leyes segregacionistas en el interior de sus vehículos.
Incluso, en 1956, el movimiento de
Luther King, consiguió que la Corte Suprema de USA declarara inconstitucional
la segregación en el transporte, para la totalidad de los USA. Todo un éxito
sin precedentes.
Como se convirtió en una persona
famosa a nivel internacional y, seguramente, porque ya estaría harta de
aguantar a los blancos de su ciudad, se mudó, junto con su esposo, al norte. Concretamente,
a Detroit, en Michigan, donde trabajó como secretaria de un diputado de color
del Partido Demócrata y allí trabajó hasta 1988.
En 1977, tras la muerte de su
esposo fundó un centro para el desarrollo personal y formativo de cada individuo, llamado “Rosa
and Raymond Parks Institute for Self-Development”.
Fue reconocida como la “Primera
Dama de los Derechos Civiles”.En cuanto a los premios recibidos, en 1979, su valentía fue reconocida con la medalla Spingarn, otorgada por el movimiento de Luther King, y al año siguiente recibió el premio que lleva el nombre del fundador de ese movimiento.
En 1983, fue incluida dentro del
Salón de la Fama de Michigan, donde se rinde homenaje a varias mujeres que
contribuyeron al progreso de la Humanidad.
En 1999, recibió nada menos que
la Medalla de Oro del Congreso, que le entregó el presidente Clinton. Una de
las mayores condecoraciones civiles que se dan en USA.
Incluso, en el año 2000, la
ciudad de Montgomery, inauguró una biblioteca y un museo con su nombre y dedicada
a elogiar su memoria.
Desgraciadamente, en 1994, cuando
ella ya tenía 84 años, su casa fue asaltada por otro ciudadano de color a pesar
de que ella le dijo quién era. Sólo le pudo robar 53 dólares, sin embargo, la
golpeó y tuvo que ser ingresada en un hospital.
Parece ser que en sus últimos
años, padeció la enfermedad de Alzheimer, algo muy común, hoy en día, en las personas con una avanzada edad.
Murió en 2005 en la residencia
donde permanecía ingresada desde hacía varios años.
Tras su muerte, su cadáver
recibió honores de funeral de Estado, nada menos que en la famosa rotonda del
Capitolio, un acto que se suele reservar para los presidentes de USA.
Incluso, en 2013, el presidente
Obama, inauguró una estatua dedicada a Rosa Parks en el Salón Nacional de las
Estatuas del Capitolio. Es preciso decir que no fue este presidente el que
encargó esa estatua, sino su predecesor, George W. Bush junior.
El presidente Obama elogió su
labor y la de otras personas de su movimiento, diciendo, por ellos, “hoy yo
estoy aquí, gracias a ellos nuestros hijos crecen en un país más libre y más
justo”.
Al mismo tiempo, comentó que el
mejor homenaje que se le podía hacer a este personaje es “llevar adelante el
poder de sus principios y de su coraje, nacidos de su propia convicción”.
Incluso, Obama, añadió que la
figura de Parks “nos dice que siempre hay algo que podemos hacer. Todos tenemos
responsabilidades con nosotros mismos y con los demás”.
También la labor del líder y fundador
de ese movimiento, Martin Luther King, fue reconocida por la comunidad
internacional, tras otorgarle, en 1964, el Premio Nobel de la Paz.
En fin, espero que os haya
gustado esta historia, donde se puede ver que, a veces, haciendo un único gesto
pueden cambiar muchas cosas en muy poco tiempo. Así que nunca hay que perder
la esperanza.
Aprovecho para desearos un
¡¡MUY FELIZ Y PRÓSPERO AÑO 2016!!
Hace poco tiempo pude comprobar de las satisfacciones que te da decir "no". Hasta que no lo haces no puedes ni imaginar de todas las connotaciones positivas que tiene. Y a lo mejor si hubiera seguido antes el ejemplo de Rosa Sparks me hubiera ahorrado más de un disgusto.
ResponderEliminarQuizás el hecho de tener que ocuparse desde tan joven de su madre y de su abuela la hizo madurar antes y darse cuenta de las diferencias sociales y raciales que se vivían en su ciudad de residencia, capital de un estado que, desgraciadamente, siempre que oímos hablar de él lo asociamos al racismo. Es posible que todo ello le forjara un carácter fuerte, y que ello le diera suficientes agallas para decir "no" y montar la que montó, y todo porque no quiso levantarse de la silla que por derecho le correspondía. Debería tomar ejemplo de ella. La última vez que me pegué un leñazo y llevaba el brazo vendado y la pierna coja, mucha gente en el bus me miraba con mala cara por sentarme en un asiento reservado. Más de una vez tuve que morderme la lengua.
Y eso de que todos los ciudadanos negros no subieran en el bus en señal de protesta me ha hecho pensar ¿qué pasaría si todos los ciudadanos de Madrid nos negáramos a subir al bus cada vez que aumentan la tarifa con motivos que no se tienen en pie? Aún recuerdo cuando nos subieron 0,50 € para ayudar a los peregrinos que vinieron a ver a Ratzinger en la Jornada Mundial de la Juventud. Que no hubieran venido, por cada 0,50 € de más que pagaba para su transporte yo me comía una barra de pan menos. En cuanto a lo de compartir el coche, desgraciadamente, aquí veo mucho más difícil que la gente se organice para compartirlo. En ese sentido hay demasiado egoísmo.
Y sí, como bien dices en el título de tu artículo, el mayor logro de Rosa Sparks fue traer esperanza, lo que nos permitió soñar en la posibilidad de un mundo más justo.
Aprovecho la ocasión para desearte, Aliado, un Feliz Año Nuevo. Ojalá 2016 sea el año en que tu blog alcance el éxito que se merece.
Parece ser que ella dijo que no es que estuviera muy cansada del trabajo, sino que ese día estaba ya harta de obedecer las malas costumbres de los blancos.
ResponderEliminarEn España no creo que se pudiera hacer un movimiento como ese, porque aquí lo que más se prodiga es la envidia y ahora se nos ha inculcado una falsa idea de nuevos ricos. Con lo cual, nadie se fía de nadie. De eso se valen los poderosos para hacer con nosotros lo que les venga en gana.
Efectivamente, toda la gente ha soñado alguna vez con cambiar el mundo. Yo he querido demostrar que una persona, hasta ese momento anónima, consiguió cambiarlo con sólo decir que "no" en el momento oportuno.
Te deseo de nuevo un ¡¡Feliz Año 2016!! y que tengas mucha suerte, porque te lo mereces de veras.
Saludos.