ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

sábado, 24 de enero de 2015

JAN HUS Y EL MOVIMIENTO HUSITA



Hoy traigo al blog a un personaje que intentó reformar pacíficamente la Iglesia y se encontró con la intolerancia de Roma, la traición de su emperador y su muerte en la hoguera.
Jan Hus o Jan de Hussenitz, al que llamaron así por el nombre del pueblo del reino de Bohemia, donde nació en 1370. Actualmente, ese territorio pertenece a la República checa.
Vino al mundo en el seno de una familia de campesinos pobres en la que, además, su padre murió joven y su madre tuvo que esforzarse mucho por sacarlo adelante.
Desde pequeño, tuvo mucha afición por los asuntos religiosos, devorando todos los libros que cayeron en sus manos sobre esta materia. También cantó en el coro de su parroquia.
Tras sacar el título de bachiller en Teología, consiguió que lo aceptaran en la Universidad de Praga, sin tener que pagar sus estudios, ya que no tenía recursos para ello.
Pronto destacó en Filosofía y Teología, obteniendo el cotizado título de maestro en Artes en 1396.
En esa Universidad coincidían alumnos de varias nacionalidades, como bávaros, sajones, polacos y bohemios. Estos últimos se sentían diferentes del resto a los que consideraban, despectivamente,  alemanes.
En 1400, Hus fue ordenado sacerdote y luego le dieron el cargo de decano en la Facultad de Arte y Filosofía.
Posteriormente, le destinaron como predicador en varias iglesias. La última de ellas fue la capilla de Belén en Praga. Curiosamente, en esta última se oficiaba la misa exclusivamente en checo, contraviniendo las normas de Roma, que exigía que fuera en latín.
Realmente, esta iglesia de Belén era la capilla de la Universidad Carolina de Praga, llamada así, porque la fundó el emperador Carlos IV, en 1348. Este monarca era una persona muy abierta y tenía en  su mente hacer muchas reformas. De hecho, esta Universidad fue copiada de la de París.
Me gustaría hacer un inciso para informaros que en esa Universidad estudió gente tan importante como Tesla, Kafka, Rilke, M. Kundera, etc. También 3 de sus alumnos han obtenido el Premio Nobel de Química. Entre sus profesores más distinguidos podemos destacar a Jesenius, Doppler y Einstein, aparte de Hus, claro está.
Siguiendo por dónde íbamos, podemos decir que de ahí salió una corriente reformista que pronto se adueñó de las parroquias, predicando en checo y no en alemán, ni en latín.
Solían atacar la compra-venta de los bienes espirituales, como se hacía habitualmente en Roma. También se metían con los vicios de los clérigos y estaban por recuperar la Iglesia primitiva y la pobreza como un valor propio de la misma.
Por aquel entonces, en la Universidad de Praga, estaban muy de moda las ideas del teólogo inglés John Wycliffe, que había sido acusado de hereje por la Iglesia, pero que se murió antes de que lo pillaran. No obstante, tras su condena, lo desenterraron para quemarle.
Hus adoptó algunas de sus teorías, pero no las más polémicas, como la negación de la transustanciación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo.
En 1403, el obispo de Praga, preocupado por el alcance que habían logrado las ideas de Wycliffe en la Universidad de Praga, pidió a un teólogo alemán que se dedicara a rebatirlas.
Este especialista dijo encontrar 45 posibles herejías en sus escritos. Los representantes de las 3 naciones germánicas, que había en la Universidad,   apoyaron esta condena. Sin embargo,  la bohemia, encabezada por Hus, defendió las ideas del pensador inglés.

Desde entonces, se le consideró vinculado a este pensador inglés y a la pretendida reforma en Bohemia, que dio lugar a un movimiento nacionalista antigermano, y, más adelante, al Decreto de Kutná Hora.
Con esta norma, el rey Wenceslao IV, hijo del emperador Carlos IV, modificó los estatutos de la Universidad y dio al grupo checo 3 de los 4 votos posibles, a fin de que le apoyara en su maniobra de llegar al trono del Imperio.
Además, nombró a Jan Hus rector de esa Universidad, lo que provocó el inmediato abandono de la misma de casi todos los profesores del grupo germano.
En 1412, llegó a Praga una comitiva enviada por el Papa, con objeto de vender unas indulgencias para pagar la guerra del Pontífice contra Nápoles.
Esta vez, Wenceslao, se puso del lado del Papa, pues le habían prometido una jugosa comisión por permitir esta práctica en su territorio.
Como no se podía esperar otra cosa, los reformistas, encabezados por Hus criticaron esta práctica. Desde el púlpito, nuestro personaje, encendió tanto los ánimos que algunos de sus feligreses fueron a intentar bloquear esta operación.
Parece ser que los manifestantes vistieron dos imágenes una con ricas ropas papales y otra como si fuera Cristo y casi desnudo.  Al Gobierno no se le ocurrió otra cosa que detener a 3 personas, las cuales fueron luego ejecutadas. Estos fueron los primeros mártires del husismo.

A mediados de ese año, Hus fue excomulgado y tuvo que salir de Praga, exiliándose en el sur de Bohemia.
Sus predicaciones cada vez resultaron más radicales. De esta época data su obra De Ecclesia, de donde, posteriormente, sus acusadores buscaron motivos para condenarle en Constanza.
Hus ya empezó a negar que el Papa fuera la piedra angular de la Iglesia y sólo reconocía en ese lugar a Cristo.
Realmente, siempre destacó más como hombre de acción, en su puesto de predicador, que como un simple teólogo.
A su vuelta a Praga, sus sermones congregaban al 10% de la población de la misma. Durante 12 años se calcula que dio unos 3.000 sermones, todos ellos en checo y en todos criticó a la Iglesia de Roma. Se puede decir que ya empezaba a ser un “grano” molesto para el Papa y su corte.
Solía meterse desde su púlpito con la corrupción moral de la Iglesia, los abusos que cometía a diario y su deseo de acumular riquezas, que iba en contra de la esencia del Cristianismo.
Además, en ese momento, había varios papas. Desde 1378 existía uno en Roma y otro en la localidad francesa de Aviñón.
Algunos cardenales intentaron solucionar el cisma deponiendo a la vez a los pontífices de Roma y Aviñón y eligiendo uno nuevo en Pisa. Como los dos primeros no quisieron ceder, se dio la circunstancia de que ahora había 3 Papas. Wenceslao fue partidario del Papa de Pisa, por lo que en su territorio cada vez se hacía menos caso al de Roma.
Hus fue un paso más allá cuando dijo que la Iglesia era un ente invisible y que estaba formada por todos sus miembros, incluidos los fieles. Así, los clérigos  eran partes de la misma, pero no eran ellos solos la Iglesia. Ya estaba empezando a ponerse la cosa seria, porque estaba jugando con el pan de mucha gente y no se lo iban a perdonar.
Además, se metió en un terreno peligroso, cuando acentuó sus críticas contra el antipapa Juan XXIII, sucesor de Alejandro V de Pisa, el cual era apoyado por el rey Wenceslao.
Al llegar el nuevo emperador, Segismundo, lo primero que quiso hacer fue reunificar la Iglesia. Para eso, convocó, en 1414, un concilio en Constanza, una localidad al sur de la actual Alemania, justo al lado de la frontera con Suiza.
Consiguió que todos los Papas acudieran a este concilio, del que tendría que salir sólo uno, bien uno de ellos u otro nuevo.
Jan Hus quiso aprovechar esta reunión para intentar explicar sus ideas a fin de que la Iglesia le perdonara.
El emperador le dio un salvoconducto para acudir a esa importante cita. Consiguió llegar hasta allí, pero tuvo una acogida muy negativa, por parte de los demás teólogos. Incluso, algunos de sus compatriotas no habían hablado muy bien de él.
La excomunión contra él, que aún estaba en vigor, le impedía oficiar misa y predicar, pero él se saltó esas prohibiciones a la torera. Por ello, fue encarcelado.
Luego, fue interrogado, pero se negó a retractarse por ser un seguidor de las doctrinas
heréticas de Wycliffe. Así que fue juzgado y condenado por herejía. Posteriormente, sería entregado al brazo secular paras su ejecución. Ya sabemos que la Iglesia condenaba, pero nunca ejecutaba sus condenas.
El emperador también le acusó de traición y le condenó a morir en la hoguera. Ejecutándose la sentencia el 06/07/1415.
Le llevaron a las afueras de la ciudad y allí le ataron a un poste con una cadena muy oxidada. También le acompañó una comisión del Concilio.
Antes de prender la leña, le preguntaron si se retractaba de sus ideas. Él les respondió: “La intención principal de mis predicaciones, de mis escritos y de todos mis actos fue la de arrancar a las gentes del pecado, y hoy quiero morir en paz en esa verdad que he enseñado”.
Dicen que antes de morir abrasado, pronunció estas palabras: “Vas a asar a un ganso, pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne al que no podrás asar”.
Justamente, 102 años después, Martín Lutero clavó sus famosas 95 tesis en la puerta
de la iglesia del castillo de Wittemberg. Acontecimiento que se identifica como el comienzo de la Reforma. Precisamente, en el escudo de armas de Lutero había un cisne.
Curiosamente, Lutero no había leído nada de Hus hasta que en una ocasión, en un debate con el teólogo Johann Eck, éste le acusó de ser un husita. Precisamente, esto hizo que Lutero leyera la obra de Hus, De Eclessia, a la cual dio su aprobación. Incluso, en 1520, Lutero pronunció la frase “Todos somos husitas sin saberlo”.
La muerte de Jan Hus impactó a la población de Bohemia, la cual se lo tomó como una gran ofensa contra su nación.
A primeros de septiembre, el emperador, recibió una carta de repulsa para este acto, firmada por 452 nobles de Bohemia y Moravia. Algo que nunca había ocurrido antes.
Los fieles bohemios llegaron a expulsar de muchas parroquias a los clérigos que no estuvieran de acuerdo con las ideas de Hus.
También se formó una liga de nobles para proteger a los fieles husitas del poder de la Iglesia de Roma.
En la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves trabajaba un discípulo suyo llamado Jan de Zeliv, el cual, en sus predicaciones, recurría con frecuencia al Apocalipsis y pedía a sus fieles que tomaran cuanto antes la espada para matar a sus enemigos.
El 30/07/1419 un grupo armado fue a su presencia y él les llevó hasta el Ayuntamiento. Allí desalojaron a todos los funcionarios, lanzándolos por las ventanas. Así se inició la revolución husita.
Luego se dividieron en dos bandos. Por un lado, estaban los utraquistas, que eran más moderados, a pesar de que su nombre haga pensar lo contrario. Estaba formado por miembros de la baja nobleza y la burguesía y apoyados por la Universidad de Praga.
Luego estaban los taboritas. Se trataba de un grupo mucho más radical, constituido en la fortaleza de Tábor, influenciado por las corrientes milenaristas y con un pensamiento antinobiliario y antigermánico.
Estos taboritas estaban bajo el mando de un noble arruinado llamado Nicolás de Dresde, el cual reunió a unos 40.000 partidarios y con ellos atacaron un pueblo, expulsaron a las autoridades y al clero y fundaron esta fortaleza, justo al lado de ese pueblo.
Tábor, siguiendo las ideas milenaristas, se organizó sin clases sociales, ni propiedad privada y donde los militares, funcionarios y hasta los mismos sacerdotes eran elegidos por el pueblo.
A principios de 1420 llegó a Tábor otro noble arruinado, llamado Jan Zizka de Trocnov. Como ya tenía amplia experiencia militar, se le eligió el jefe del ejército y con él consiguieron su primera victoria en Mlada Vozice.
Mientras tanto, Segismundo, había puesto sus ojos en Praga, que, por entonces, era una ciudad caótica, donde convivían husitas de todas las tendencias y que nunca se ponían de acuerdo para nada. Cuando comenzó el sitio de la ciudad, increíblemente, se produjo la unión de
todos sus ciudadanos para defenderla.
Segismundo había conseguido que el Papa calificara de Cruzada su lucha contra los husitas y de esa manera consiguió agrupar unos 100.000 soldados.
Así y todo, los husitas de Tábor, fueron en ayuda de Praga y juntos consiguieron derrotar a los cruzados y expulsarlos de allí.
Tras esa unión, se firmaron los Cuatro artículos de Praga. Una especie de objetivos básicos de ese movimiento popular. Demandaban la libre predicación en lengua checa, la comunión en ambas especies, el castigo civil de los pecados públicos y la desaparición de las propiedades de la Iglesia.
Segismundo lo intentó de nuevo en varias ocasiones, pero siempre fue vencido por los aguerridos husitas.
Zizka supo tener bajo su mando a ambos bandos husitas y consiguió organizar un buen ejército. Además, construyó una especie de carros de combate hechos de madera y provistos de unos cañones parta frenar a la caballería enemiga.
Lamentablemente, Zizka, murió en 1424 a causa de la peste negra y desde entonces los bandos se volvieron a separar.
Con su sucesor, Procopio, el territorio husita se siguió expandiendo hasta llegar a Nuremberg. Así que el Papa mandó a otro ejército, al mando del legado Cesarini, el cual huyó nada más ver al enorme ejército husita.
Al cabo de 5 cruzadas, en Roma se vio que la única manera de resolver este conflicto sería por la vía diplomática.
Se reunieron ambos bandos husitas con Cesarini en el concilio de Basilea y pusieron sobre la mesa sus Cuatro Artículos.
Como el cardenal detectó que no había unidad entre los husitas, les propuso negociar en Praga, allí ya sólo lo hizo con los moderados utraquistas. Se llegó a un acuerdo solo con ellos, aprobando una versión reducida de los Cuatro Artículos, permitiéndoles la comunión con ambas formas y quedarse con los bienes arrebatados al clero, pero luego tendrían que sostenerlo. A eso se les llamó Compactata.
Así, mientras los utraquistas se reconciliaron con la Iglesia, Procopio y los taboristas siguieron con la guerra, hasta que fueron derrotados en 1434, en Lipany, por una coalición formada por los católicos y los utraquistas. De esa forma, consiguió Segismundo ocupar por fin el trono de Bohemia.
No obstante, el movimiento husita pervivió durante muchos años, porque,  aparte de ser un movimiento religioso, también lo fue político, económico y social.
Se puede decir que el husismo fortaleció la idea del nacionalismo checo. El mismo Miguel Servet, casi un siglo después, seguía diciendo que en Bohemia sólo había herejes.
Aunque parezca mentira, la postura de la Iglesia católica ha cambiado radicalmente sobre este tema. Ya en el Concilio Vaticano II se pidió la rehabilitación de la memoria de Jan Hus.
Incluso, en 1999, el Papa Juan Pablo II pidió públicamente disculpas por “la cruel muerte infligida a Jan Hus” y por los conflictos que surgieron posteriormente.
Espero que os haya gustado, porque tengo pensado hacer más artículos sobre el tema de los husitas.

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