Esta vez voy a hablar de un actor
que llegó a ser muy conocido en los años 30 y 40, sobre todo por su papel en la
famosa película “Lo que el viento se llevó”. Ya sabéis, aquella donde Vivien
Leigh, en el papel de Escarlata O’Hara, dice eso de “A Dios pongo por testigo
que nunca volveré a pasar hambre” y demás cosas por el estilo.
Pues bien, nuestro personaje de
hoy, Leslie Howard, hizo en esa película el papel de Ashley Wilkes, que fue el
que se casó con la hermana de Escarlata, Olivia de Havilland, en el papel de
Melanie Hamilton.
Por cierto, ¿a que no sabíais que
Olivia de Havilland y Joan Fontaine eran hermanas? La verdad es que no se
parecían mucho y además creo que no se llevaron nunca muy bien.
Bueno, volvamos a nuestro personaje.
Leslie Howard nació en Londres en la primavera de 1893, en el seno de una
familia de inmigrantes judíos. Su padre era un húngaro judío, el cual trabajaba
como agente de Bolsa, y su madre una alemana
también judía.
Al terminar su formación, estuvo trabajando
como empleado en un Banco, hasta que fue llamado a filas en la I GM. Como
tantos otros fue dado de baja por haber entrado en un estado de shock y le
recomendaron que se dedicara a la interpretación teatral, como terapia,
actividad en la que ya había debutado, pero sólo como aficionado.
En muy pocos años se hizo famoso
y actuó tanto en teatros de Londres como de Nueva York. Incluso, en 1914, ya
interpretó su primera película, “La heroína de Mons”.
Llegó a ser considerado como el
inglés perfecto, por ser elegante, alto, culto y distinguido. En fin, el modelo
para muchas mujeres de su tiempo. No parecía tan alto en sus películas, sin
embargo, medía 1,80m.
En 1930 ya rodó su primera
película hablada, “Outward bound”, que era la versión filmada de la obra de
teatro que estaba interpretando durante ese período, con mucho éxito, en
Broadway.
En 1934 su papel protagonista en
la conocida obra “La pimpinela escarlata” le dio mucha fama en todo el mundo.
Al hacerse más famoso, se pudo permitir
ser más selecto a la hora de aceptar los guiones de nuevas películas y también
para comprometerse a hacer un máximo de 2 películas al año.
En 1934 estuvo presente en la
ceremonia de entrega de los premios Oscar, para recibir la estatuilla con que
había sido premiado Charles Laughton, el cual no pudo acudir a recibirla. Él
estuvo nominado en 1934 y 1939, pero no le dieron ninguna.
No sabemos si sería supersticioso,
pero lo que sí es cierto es que en 1936 dejó de tomar un avión, tras haber
pasado antes por un adivino, el cual le dijo que esa semana no le convenía
volar.
Ese mismo año rodó la película
“El bosque petrificado” y recomendó a la productora que contratara para la
misma a un actor, ahora muy conocido, pero entonces aún no, llamado Humphrey
Bogart.
Parece ser que ya se conocían por
haber hecho juntos esta misma obra en teatro y, además, siempre fueron muy
buenos amigos. De hecho, le pusieron su nombre, Leslie, a una de sus hijas.
Bette Davis también tuvo uno de los papeles principales en esa película.
El año 1939 fue muy especial para
él, porque primero rodó una película llamada “Intermezzo” con Ingrid Bergman,
la cual debutaba con esta obra en Hollywood.
La segunda película que rodó ese
año fue la archiconocida “Lo que el viento se llevó”, que le dio fama mundial.
Cuando empezó la II GM tuvo un
papel primordial en la misma, pues se mostró muy activo a base de dirigir
películas, participar en programas de radio y escribir artículos, todos ellos
para ayudar al Reino Unido en el esfuerzo de guerra. Es posible que hiciera ese
esfuerzo por pertenecer a una familia judía, minoría que estaba siendo
machacada por los nazis. Incluso, uno de sus abuelos era un judío alemán. De
hecho, Steiner, su apellido real, es muy
corriente en Alemania. Lo que pasó es que, al llegar la I GM, hubo una ola anti
germana en el Reino Unido, incluso en la Casa Real británica, y ellos cambiaron
su apellido por Stainer, para no parecer un
apellido tan alemán.
En la década de los 40 se dedicó
casi exclusivamente a la dirección, estrenando sólo 3 películas. También actuó
en otra de tema bélico.
Dicen que utilizó sus contactos
dentro del cine para ayudar a su país. Por eso, recurrió a su antigua compañera
de rodaje, la actriz española Conchita Montenegro, que estaba casada con un
alto diplomático y falangista español, para influir en su marido a fin de que
intentara que Franco no autorizara la entrada de España en la II GM.
La historia de la muerte de este
actor es muy larga y también confusa,
por lo que intentaré ser lo más claro y conciso que pueda.
Al comenzar la II GM ya existía
la compañía aérea holandesa KLM. La invasión de Holanda pilló a algunas de sus
aeronaves volando fuera de su país y se quedaron en los aeropuertos de destino.
Eso fue lo que pasó a un DC-3 de esa compañía, que tras unas negociaciones
entre el Gobierno británico y el holandés en el exilio, pasó a depender de la
compañía británica BOAC, una de las fundadoras de la actual British Airways, tras
su fusión con BEA, en los años 60.
Al comienzo de la guerra, los
holandeses habían pintado sus aviones de
un naranja chillón, para indicar que eran aviones totalmente civiles, que no participaban
en el conflicto.
Sin embargo, de manera increíble,
los británicos le cambiaron esa pintura por una de camuflaje típicamente
militar, o sea, marrón y verde, pero sin los distintivos militares de la RAF y
le impusieron una matrícula inglesa, G-AgBB Ibis.
Después de algunas discusiones se
permitió que estos aviones siguieran volando con su habitual tripulación
holandesa al completo.
A esta aeronave la destinaron
para hacer la línea entre el aeropuerto de Whitchurch, en Bristol y el de
Portela, en Lisboa. La frecuencia de vuelos era de 4 viajes por semana. En
junio de 1943 ya se habían realizado más de 500 vuelos en esa línea, transportando
más de 4.000 pasajeros. Hay que recordar que esos aviones admiten pocos
pasajeros.
Aunque parezca mentira, se
respetó la neutralidad del territorio portugués, junto con los de Suecia y
Suiza, y así, en el aeropuerto lisboeta llegaron a verse tanto aviones civiles
alemanes como británicos.
Esta línea fue muy vigilada por
el espionaje internacional, pues por allí se solían evacuar a prisioneros de
guerra y espías británicos a su país.Es curioso que la mayoría de los aviones que hacían esta ruta nunca o casi nunca fueron atacados por la aviación alemana, destinada en Francia. Sin embargo, casualmente, esta aeronave ya lo había sido 2 veces antes de su derribo definitivo. Es algo que da que pensar.
Aquel día 01/06/1943, la
tripulación del avión la formaban 2 pilotos, un radiotelegrafista y un
ingeniero de vuelo. Por supuesto, todos ellos eran holandeses. El avión era un
DC-3 de fabricación USA y se podría decir que era bastante nuevo, pues había
sido entregado a KLM en 1936.
Por lo que se refiere al pasaje,
lo formaban nuestro personaje, Leslie Howard; su contable y hombre de
confianza, Alfred T. Chenfalls; el periodista y corresponsal en USA de la
agencia Reuters, Kenneth Stonehause y su esposa; Mrs. Rotha Hutcheon con sus
dos pequeñas hijas; la Sra. Cecelia Emilia Falla Paton; Tyrrell Mildmay
Shervington, directivo de Shell en Portugal
y agente secreto británico; Ivan
James Sharp, directivo de la Corporación Comercial del Reino Unido; Wilfrid B.
Israel, activista británico y judío que combatía el Holocausto y estaba muy vinculado
al Gobierno de su país; Francis German Cowlrick; Gordon Thompson MacLean.
El vuelo estaba tan lleno que
obligaron a varias personas a dejar el sitio a otras, según la prioridad de
cada uno. Así, se quedaron en Lisboa el piloto británico Wally Lashbrook, el
pequeño Derek Patridge y su niñera, Dora Rove. Es curioso, porque ese niño
luego llegó a ser un conocido actor británico.
El Gobierno británico condecoró a
nuestro personaje, por su apoyo al esfuerzo de guerra, y le encargó dar
conferencias por el mundo, divulgando que su país no se rendiría jamás y eso es
lo que estaba haciendo en ese momento.
El 01/06/1943 se le dio a ese vuelo
de la BOAC el número 777-A. Su hora estimada de despegue eran las 07.30, sin embargo,
despegó 5 minutos más tarde, porque Howard tuvo que volver a la aduana, donde
se había dejado unos bultos. Algo muy extraño, por cierto.
La aeronave mantuvo contacto por
radio con los controladores hasta las 10.54 GMT, cuando volaba a unos 320 km al
NW de las costas de Galicia.
En el aeródromo de destino se
recibió una comunicación por radio desde el avión, donde les informaban que
estaban siendo atacados por aviones enemigos. Ya no hubo más contacto con la
aeronave.
La agencia USA Associated Press
publicó un comunicado grabado de una emisora de radio alemana, donde se decía
que ese día la aviación de caza alemana había derribado en esa zona 3
bombarderos y 1 avión de transporte enemigos. No hay que olvidar que este modelo
DC-3 fue muy utilizado durante la II GM, como avión de transporte para personal
y mercancías.
Tras la guerra, se publicó una
versión alemana, donde algunos de los pilotos informaron que despegaron sobre
las 10.00 desde un aeródromo en Burdeos para escoltar con sus Junkers 88 un
convoy de submarinos.
Como había niebla, no pudieron
ver los submarinos, pero sí se encontraron con varios aviones enemigos a los
que derribaron.
Los tripulantes de los Junkers
88, un avión que se usaba para todo y del que se fabricaron más de 15.000
unidades, durante la II GM, vieron un avión de transporte con los colores típicos
del camuflaje militar, aunque sin insignias de ningún tipo. Así que dedujeron que
tendría que ser militar, como otros muchos aviones de ese modelo que solía usar
el enemigo.Como consecuencia de ese ataque, vieron que se incendiaba el motor y el ala de babor del avión comercial. Luego, dijeron que, cuando comprendieron que el avión era civil, ya estaba ardiendo y no pudieron hacer ya nada.
Es curioso, porque también
dijeron que 3 paracaidistas saltaron del avión incendiado, pero sus paracaídas
no se abrieron por estar también en llamas. Digo que es extraño, porque los
aviones comerciales no llevan paracaídas. A lo mejor, algún pasajero los transportaba
por su cuenta, pero no me parece factible.
Más tarde, los pilotos alemanes,
vieron cómo el avión cayó al mar y se fue hundiendo poco a poco, sin apreciar
que hubiera supervivientes. Lo cierto es que ellos dijeron que había sido una casualidad,
porque nadie les ordenó expresamente derribar ese aparato.
Al día siguiente, los aliados,
enviaron un avión de reconocimiento australiano a volar sobre esa zona, en las
proximidades del Golfo de Vizcaya, pero fue
atacado por otros 8 Junkers 88, derribando 3 de ellos y teniendo que realizar
un aterrizaje de emergencia, por haber sido dañado.
A partir de entonces, la compañía
británica BOAC, tomó la decisión de que todos los vuelos entre Lisboa y Bristol
se hicieran de noche, para poder esconderse del enemigo.
Con el paso del tiempo, surgieron
algunas teorías para justificar este ataque. Parece ser que Churchill había
viajado a USA, acompañado por su ministro de Exteriores, Anthony Eden,
justamente a finales de mayo de ese año. No olvidemos que el ataque fue el 1 de
junio.
Se sabía que, en un vuelo
anterior, en 1942, Churchill había regresado a Londres en un vuelo comercial desde
las Bermudas,
Por ello, la Inteligencia alemana
estaba pendiente de su regreso, pues se rumoreaba que podría hacerlo vía
Lisboa.
Algunos dicen que los alemanes, quizás,
pudieron confundir al contable de Howard, Chemhals, con el mismo Churchill,
pues era un hombre grueso que fumaba puros y a Howard con el inspector
Thompson, que era el guardaespaldas habitual del primer ministro, porque ambos
tenían cierto parecido. Hasta el mismo Churchill, en sus memorias, se inclina
por esta explicación al derribo de ese vuelo.
Incluso, algunos se aventuran a
asegurar que Howard y su acompañante lo hicieron aposta, para proteger la vida
de Churchill, sabiendo que podrían morir. Lo cierto es que es muy curioso que
sacaran a unos pasajeros del avión y les dieran prioridad a ellos.
Es más, algunos dicen que los
británicos conocían este tema, pero no quisieron advertir a la tripulación del
avión, para que los alemanes no supieran que estaban descifrando sus comunicaciones,
vía Enigma. De hecho, el guardaespaldas de Churchill afirmó en una ocasión que
el político parecía gozar de clarividencia para evitar esos peligros.
Parece ser que Churchill regresó
a Londres en un B-24, vía Gibraltar, despegando a la caída de la tarde y
llegando a la mañana siguiente a la isla. Por supuesto, escoltado durante todo
el trayecto por varios aviones militares.
Se sabe que los espías alemanes
estuvieron buscando a Churchill en los aeródromos de los países neutrales. Algo
sabría Churchill, cuando retrasó un
día su vuelta a casa, con la excusa de una
avería en uno de los motores de su avión.
Parece ser que la ruta que tomó
el avión de Howard fue la misma que el de Churchill, por lo que es muy seguro
que confundieran ambos aparatos.
No obstante, Howard también fue
considerado un enemigo a batir, por parte de los servicios de Inteligencia
nazis. Aparentemente, sólo se dedicaba a dar conferencias, pero se sabe que también
se dedicaba a comprar voluntades de los políticos españoles, para intentar que
España no entrara en la guerra. Se conocen ya hasta las cantidades que pagó Churchill con este objetivo. Incluso, que
buena parte de ese importe, según dicen ellos, se lo embolsó Juan March.
Otra cosa curiosa es que Howard y
su acompañante, a pesar de no haber reservado sus plazas en ese vuelo, se les
diera prioridad absoluta, como si fuera algo más que un actor que regresara a
su tierra.
Los otros 11 pasajeros eran empresarios
británicos, que comerciaban con Portugal; funcionarios de segundo nivel de la misma
nacionalidad y 3 hijos de militares.
En un libro escrito por Ronald
Howard, hijo del actor, afirma que el derribo del avión fue premeditado y ordenado
nada menos que por el ministro Goebbels, como parte de la política alemana para
desmoralizar al enemigo. A base de eliminar a un personaje muy querido por los
británicos y que, además, había sido ridiculizado por Howard en una de sus
películas. Incluso, unos días después del derribo, el periódico de Goebbels,
Der Angriff, tituló uno de sus artículos en portada: “Pimpinela Howard ha hecho
su último viaje”.
En un libro publicado en 2009
sobre la vida de Sir William Samuel Stephenson, jefe de la Inteligencia británica en el
hemisferio occidental durante la II GM, éste afirmaba que Churchill sabía con
antelación que iban a derribar el avión de Howard, pero no hizo nada para no
dañar el secreto del desciframiento de Enigma. Ciertamente, Churchill, afirmó
en sus memorias que se encontraba muy apenado de que, quizás, a causa de un
error, los nazis hubieran derribado el avión de Howard en lugar del suyo.
Hay otra obra, publicada en 2010,
y escrita por Estel Eforgan, donde se dice que el actor no era un objetivo prioritario
de los alemanes y todo pudo ser un error, como afirmaban los pilotos que lo
derribaron.
Entre 2009 y 2010 se colocaron
sendas placas en los aeropuertos de Lisboa y Bristol, conmemorado esa tragedia
aérea. Incluso, hay una más en A Capelada (Galicia).
También en 2009 se emitió por TV un
documental sobre la vida de Leslie Howard, el cual fue narrado por el actor Derek
Patridge, el mismo que había cedido su sitio en ese vuelo al actor.
En 2013 se colocó en una calle de
un barrio de Londres una placa redonda azul de British Heritage, dedicado a la
memoria de este gran actor.
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