
De todas maneras, hoy traigo al
blog a un personaje al que creo que debería conocerse y recordarse como es
debido. Igual no ha sido así, porque los Estados tienden a premiar más a los
héroes militares que a los civiles. Supongo que será por aquello de fomentar
los sentimientos patrióticos.
Vayamos al grano. Nuestro
personaje de hoy se llamaba René Carmille. Nació en 1886, en una población muy
pequeña, casi una aldea, llamada Trémolat. Situada en la región de la Dordoña,
al suroeste de Francia.
Francesa.
Curiosamente, se trata de un
centro que siempre ha pertenecido al Ministerio de Defensa. De hecho, sus
alumnos suelen desfilar uniformados en la gran parada militar que tiene lugar
cada 14 de julio, aniversario de la famosa Toma de la Bastilla.

También fue uno de los primeros especialistas
en Contabilidad y Estadística por medio de tarjetas perforadas. De hecho,
llegó a proponer que el código que figuraba en esas tarjetas fuera el que
también se utilizara en la Seguridad Social. Algo que todavía sigue en vigor en
Francia. Se le llama el número de Carmille.
En 1890, Herman Hollerith, inventó
el sistema de las tarjetas perforadas, el cual sería la base de los actuales
ordenadores.
En 1896 ya fundó su propia
empresa dedicada a la computación, utilizando sus tarjetas perforadas, la cual
llegó a ser una gran empresa en 1911. En 1924, se fusionó con otras empresas
para crear el gigante informático que todos conocemos como IBM.


Parece ser que, sólo en los 3
meses finales de la guerra civil, le vendieron unas 700.000 tarjetas perforadas
para mecanizar el censo y así poder localizar dónde se hallaban sus oponentes
políticos. Estas fueron de mucha utilidad para el SIPM (Servicio de Información
y Policía Militar) en la inmediata posguerra.

Volviendo a nuestro personaje de
hoy, hay que decir que, en 1934, también propuso, utilizar este novedoso sistema
para agilizar la movilización militar en Francia. Se ve que, aunque parezca
mentira, ya se estaban preparando para una futura guerra con Alemania.
Tras la increíble derrota militar
de Francia, en la II Guerra Mundial, llegó a proponer al Gobierno
colaboracionista de Vichy, crear un registro secreto. Éste se utilizaría para,
llegado el caso, poder movilizar de manera inmediata a millones de hombres para
la guerra contra el ocupante alemán. Supongo que ese detalle no les pasaría
desapercibido a los miles de franceses que colaboraban, habitualmente, con los
alemanes.


Por lo visto, Carmille, no perdió
el tiempo. Metió en un gran ordenador los datos de todo el personal militar.
Incluidos los que se hallaban prisioneros en territorio alemán. Le dio un
número de identidad a todos los ciudadanos franceses, susceptibles de ser
movilizados, y los agrupó según sus profesiones.
Por lo visto, para conocer el
nombre y el número de los prisioneros, se sirvieron de los datos proporcionados
por la Cruz Roja Internacional.

Sin embargo, el ministro de
Justicia y conocido colaboracionista y antisemita, Raphaël Alibert, vio en esas
tarjetas la posibilidad de detectar a los judíos. De hecho, consiguió que les
retiraran la nacionalidad francesa a unas 15.000 personas a causa de su origen
judío.

No hay que olvidar que, en el
verano de 1942, se realizó la Gran Redada del Velódromo de Invierno, donde las
autoridades francesas encerraron a unos 13.000 judíos franceses en esa
instalación deportiva, situada en París y luego los fueron enviando directamente
al campo de exterminio de Auschwitz. Parece ser que, entre ellos, había más de
4.000 niños. Algo que ni siquiera les habían ordenado los nazis. En esa operación
participaron, exclusivamente las autoridades policiales francesas. No intervino
ningún alemán.

Visto lo que estaba ocurriendo,
Carmille, a pesar de las presiones a las que le sometía el Gobierno francés, para
que implementara una columna nº 11, donde se indicara quién era de religión
judía, ideó un sistema para obstaculizar el acceso a esos datos.

Lo cierto es que ese estudio duró
desde junio de 1941 hasta febrero de 1944, cuando las autoridades se olieron
que se estaba produciendo un sabotaje y detuvieron a Carmille.
Curiosamente, como en IBM se
dieron cuenta que era la empresa Bull la que le estaba facilitando las tarjetas
perforadas a nuestro personaje, iniciaron acciones contra ella.

También se resistió Carmille a
las presiones de los gobiernos francés y alemán para que actualizara los
cambios de domicilio de los ciudadanos franceses, a fin de localizarlos y poder
enviarlos como trabajadores forzosos a Alemania.

Carmille llegó a militar en una
red de agentes de la Resistencia francesa, denominada Marco Polo. Para que sus
archivos estuvieran bien a salvo, los depositó en un seminario de la orden
jesuita en Francia. Un lugar muy apartado de la vista de la Gestapo.
Por otra parte, envió datos
correctos a Londres y a Argel, donde se estaba organizando la Francia libre. De
hecho, De Gaulle, envió a varios de sus ayudantes a Argel para estudiar y custodiar
esos importantes datos.

Precisamente, el mismo Barbie
que, en 1983, fue extraditado de Bolivia a Francia. En 1987, fue sometido a
juicio y condenado a cadena perpetua por el asesinato de más de 300 personas.
Murió en 1991, en la cárcel donde se hallaba cumpliendo su condena.

Por lo visto, Jaouen, no aguantó
las malas condiciones en que se efectuaban esos traslados y murió durante el
viaje. En cambio, Carmille, sí que logró llegar con vida.
Desgraciadamente, nuestro personaje
murió a causa del tifus el 25/01/1945. Igual que le ocurriría a la famosa Ana
Frank, en otro campo, en febrero de ese mismo año.
Sólo me falta decir que, gracias
a personas como ésta, se salvaron miles de vidas, que, muy posiblemente,
hubieran sido exterminadas por los nazis.

Lo cual me parece todo un éxito y deberíamos de reconocérselo a Carmille y a todo su equipo.
Yo no sé qué pensaréis vosotros,
pero, en lo que a mí respecta, la gente como ésta me devuelve la confianza en
la Humanidad y creo que esta historia, aunque nuestro personaje tuvo un triste
final, me parece que debería de ser vista como un mensaje de esperanza para todos.
Así que, como todos los años,
aprovecho para desearos:
¡¡UNA MUY FELIZ NAVIDAD Y UN MAGNÍFICO AÑO 2019!!
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Feliz año señor Vila!
ResponderEliminarMil gracias por seguir deleitándonos con sus pedacitos de historia.
Un cordial saludo.
Me alegro que le sigan gustando mis artículos.
Eliminar¡Feliz año 2019!
Muchas gracias y saludos.