Aunque parezca mentira, a pesar
de que las guerras suelen provocar muchos sufrimientos para todo el mundo,
tanto para los militares como para la población, porque, desde que se inventó
la aviación ya no hay vanguardias ni retaguardias. Pues, eso, que a pesar de
que la gente sufre mucho en los conflictos bélicos, yo me aventuraría a decir
que el personaje de hoy hasta se lo pasó bien.
Me
refiero a Jasper Maskelyne, un famoso mago, nacido en el Reino Unido en 1902.
No es casual que él se dedicara a la magia, pues venía de una familia de magos.
Al
comenzar la II GM se alista en el Ejército y les muestra sus dotes acojonando
al personal a base de hacerles creer, mediante un juego de espejos, que el gran
acorazado nazi Graf Spee está enfilando las aguas del Támesis, rumbo a Londres.
Así que es enviado a Egipto para prestar servicio en el Cuerpo de Ingenieros.
Allí
prometió a sus mandos que, mediante trucos de ilusionismo, podría confundir al
enemigo y ser de más provecho a su país. Es preciso decir que, en principio,
sus superiores no lo tuvieron muy claro, pero también hay que aclarar que los
británicos estaban perdiendo la guerra y necesitaban agarrarse a un clavo
ardiendo, para darle la vuelta a ese resultado desfavorable.
Se
formó una unidad con más de 400 hombres, elegidos por él mismo en relación con
sus destrezas. Más bien parecía que fueran a rodar una película.
Enseguida
se dedicaron, a base de montar decorados aprisa y corriendo, a intentar
despistar a ese enemigo que, hasta el momento, era invencible.
Como
Alejandría iba a ser objetivo de los bombardeos alemanes, se decidió por
“edificar” otra “Alejandría” falsa que se parecía mucho a la auténtica, pero
que estaba vacía y alejada de la real. Se hallaba en la Bahía Maryut, que,
según había podido comprobar su equipo, tenía su costa un contorno parecido a
la de Alejandría. Allí los alemanes descargaron muchas veces sus bombas y para
darle más realismo, colocaron cargas explosivas, que se podían accionar a distancia,
para que los observadores aéreos pensaran que habían acertado más en sus
bombardeos. Esto lo consiguieron a base de apagar las luces de Alejandría y
encender las de esta ciudad de pega.
En
otra ocasión, hizo desaparecer de la vista de los pilotos alemanes nada menos
que el Canal de Suez. Este siempre fue un objetivo muy importante, pues por
allí pasaba gran parte del comercio del Reino Unido.
Así
que, como no pudo construir otro canal en otra parte, esta vez se decidió por
“cegar” a las tripulaciones de los bombarderos a base de colocar unos potentes
reflectores y rodear a los aviones con su haz de luz. De esa forma, las
tripulaciones quedaban deslumbradas y no
podían descargar sus bombas en el sitio correcto. Incluso, según parece, varios
aviones se estrellaron, pues sus pilotos quedaron cegados por momentos a causa de estos potentes focos.
Otras
de sus memorables intervenciones fue cuando le encargaron intentar que los
alemanes no se dieran cuenta de que los británicos iban a enviar un convoy de
tanques. Para ello, disfrazó a los tanques como camiones e, incluso, les colocó
en los laterales unas planchas para ocultarlos.
Construyeron
ejércitos y material de guerra falsos, a fin de dar a entender a los mandos del
enemigo que el ejército británico estaba en un sitio, cuando realmente estaba
en otro muy alejado de aquél. Para ello, fabricaron camiones y tanques, que,
vistos desde los aviones de reconocimiento, daban el pego.
De
esta forma, los británicos consiguieron hacer creer a los alemanes que iban a
atacar por el sur y, cuando éstos concentraron allí casi todas sus tropas, los
ingleses se colaron por el norte. De esa forma, hicieron retroceder a las
tropas alemanas hasta Libia.
Podemos
pensar que llegó a vencer al mítico Rommel sin pegar un solo tiro. Lo cual
tiene mucho mérito, pues era el general favorito de Hitler, hasta que se metió
en el complot, claro.
En
la posguerra le dieron permiso para actuar luciendo todavía su uniforme
militar, pero se fue apagando poco a poco a causa de la TV.
Terminó
sus días nada menos que en Kenia, que entonces era una colonia británica, pero
sus secretos no serán desclasificados por el Gobierno británico hasta el 2046.
A ver, cuando sus secretos se desclasifiquen yo tendré 79 años, es lo primero en lo que he pensado. Realmente no deberían hacerlo, sino no podría volver a emplear la magia, nunca se sabe cuándo puede volver a necesitarse un procedimiento que no sea informático. Pero sí me quedo con las ganas de saber más de los del Canal de Suez.
ResponderEliminarBueno, también he leído opiniones de otra gente que dice que no fue tan importante. Lo que me llamó la atención es que, si vas pilotando un avión y te deslumbran con unos focos, lo más normal es que dispares contra ellos. Supongo que, entre los focos, colocaría unas cuantas baterías antiaéreas, que serían invisibles para los pilotos a causa de los potentes focos. Saludos.
ResponderEliminarNo tenía ni idea de la existencia de este mago y sus argucias para confundir al enemigo. Lo que me parece algo excesivo es que asuntos tan relativamente poco importantes a estas alturas aún tengan que permanecer clasificados más de treinta años más.
ResponderEliminarTiene usted un blog interesante. Saludos.
Aliado: Lo de Alejandría y del Canal de Suez me ha dejado perpleja. cada día nos enteramos de cosas nuevas. Saludos cordiales.
ResponderEliminarMaría Bastitz
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Prometo seguir trayendo al blog otras cosas curiosas que han ocurrido en la Historia.
ResponderEliminarSaludos.