ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

viernes, 8 de octubre de 2021

MIJAIL KOLTSOV

 

Hoy voy a narrar la historia de uno de esos personajes inclasificables de los muchos que vivieron en el siglo XX.

Su nombre real era Mijail o Mikhail Efimovich Koltsov y nació en 1898, en Kiev (Ucrania), cuando esta ciudad formaba parte del Imperio Ruso.

Nació en el seno de una modesta familia judía en la que el padre era un zapatero artesano. En cambio, Boris, el hermano de Mijail, fue un dibujante que se hizo famoso por sus caricaturas sobre Hitler.

En 1915, Mijail, llegó a estudiar en el prestigioso Instituto Psiconeurológico de San Petersburgo, fundado en 1907 por el eminente psiquiatra militar ruso Vladimir Bejterev. Sin embargo, no llegó a acabar sus estudios.

Parece ser que empezó a gustarle más el mundo del periodismo y optó por esa profesión. Al mismo tiempo, se involucró el proceso revolucionario en que se hallaba su país. Tanto en la revolución de febrero como en la de octubre de 1917.

En 1918, se afilió al PCUS y empezó a hacer carrera en el partido. Sirvió como periodista en el Ejército Rojo y en la Comisaría Popular de Asuntos Exteriores.


Poco a poco, se fue haciendo famoso, gracias a sus artículos de carácter satírico. También representó a su país en varios congresos culturales en el extranjero.

Incluso, llegó a ser nombrado diputado del Soviet Supremo y miembro de la Academia de Ciencias de la URSS, aunque no tuviera ningún título universitario.

En agosto de 1936 fue enviado a España, como corresponsal del diario Pravda, para cubrir la guerra civil. No sé si fue aquí donde conoció a otro famoso periodista soviético, llamado Ilya Ehrenburg, que venía como corresponsal del diario Izvestia. Lo cierto es que fueron muy amigos.

Tampoco sé si su nombre les resultaría complicado de pronunciar a los españoles de la época, lo cierto es que Koltsov adoptó el apodo de Miguel Martínez.

Ciertamente, la mayoría de los soviéticos que llegaron a España se pusieron nombres falsos para que no se percataran en el Comité de No Intervención de que había soviéticos en el bando republicano.

Recuerdo ahora un viejo chiste soviético de la época. Pravda significa la verdad, mientras que Izvestia significa noticias.

Por ello, los soviéticos decían que en la verdad no había noticias y que las noticias no tenían ninguna verdad.

Lógicamente, Koltsov, no era un simple periodista, sino todo un agente de la NKVD, luego KGB, y un hombre de confianza del propio Stalin.


Así que aquí se movió como si fuera el jefe oficioso de todos los asesores soviéticos enviados a nuestro país. De hecho, todo el mundo se ponía a sus órdenes, no fuera a ser que elevara una queja a Stalin.

La cosa llegó a tanto que él mismo expedía salvoconductos, escribió en la prensa de la España republicana y hasta, a veces, daba el visto bueno a los censores. Incluso, se le vio en algunos frentes, como en el asedio al Alcázar de Toledo.

Sobre lo de la censura da buena fe de ello el famoso escritor extremeño Arturo Barea, que fue uno de los jefes de la censura republicana durante la guerra.

Hasta solía asistir a las reuniones del Comisariado de guerra y allí era muy respetado, porque todos sabían que era algo así como los ojos y los oídos del propio Stalin.

Es más, el propio Hemingway lo retrata en su conocida novela “¿Por quién doblan las campanas?” como uno de los hombres más importantes de España. Aunque, en esa obra, le cambia el apellido por el de Kárkov.

Algunos autores llegan a decir que el propio Stalin le había dado plenos poderes para inmiscuirse en asuntos políticos y militares. Eso le crearía algunas enemistades, como luego veremos.

Como era de esperar, en sus artículos, solía criticar al POUM y a la

CNT, porque no querían seguir las órdenes emanadas desde Moscú y les llegó a calificar de espías de Falange.

Parece ser que fue el principal responsable de la mitificación del general Vicente Rojo, denominándole como el Gran capitán. Igual no sabía que ya existió otro personaje con ese sobrenombre.

Koltsov también fue responsable de la propaganda del Comisariado Político del Ejército del Centro, cuyo responsable era Francisco Antón. Un joven que fue amante de la Pasionaria.

Casualmente, cuando el ministro de Defensa, Indalecio Prieto, decretó que todos los comisarios políticos tendrían que ir al frente, Antón, fue destinado al puesto de ayudante del general Rojo.

Koltsov aprovechó ese puesto, cercano al comisario Antón, para hacer propaganda de la URSS a base de importar multitud de películas y publicaciones, donde se mostraba el “paraíso soviético”.

Ésta es una de sus frases más recordadas: “Un periodista soviético ha de ser partícipe de la historia sobre la que escribe. Por eso, es un agitador y un agitador es siempre un pedagogo. Un jefe debe siempre de dar ejemplo y un periodista soviético también”.

Por supuesto, no se perdió el Segundo Congreso de Escritores Antifascistas, organizado por el Gobierno republicano, aunque no consiguieran traer figuras de gran relevancia cultural a España.

 “Indudablemente, los escritores deben participar en la lucha, antes que nada, como escritores”.

Algunos autores dicen que él fue el que aconsejó a las autoridades republicanas que se deshicieran de sus presos. Especialmente, los que se hallaban en la Cárcel Modelo de Madrid, que se hallaba a muy poca distancia del frente, ya que muchos de ellos eran militares y podrían unirse al otro bando. Supongo que Santiago Carrillo tomaría buena nota de ello. No sigo con ese tema, porque ya todo el mundo conoce lo que sucedió en Paracuellos del Jarama.

Por el contrario, no parece estar implicado en el secuestro, tortura
y asesinato del líder del POUM, Andreu Nin, cuyo cadáver nunca fue hallado y al que ya dediqué otro de mis artículos.

Ni tampoco en el de José Robles Pazos, íntimo amigo del escritor John dos Passos, al que también dediqué otro de mis artículos.

No hay que olvidar que Koltsov no estuvo solo en España, sino que vino
acompañado por su pareja, la periodista María Osten. También se trataba de una conocida escritora comunista, aunque de origen alemán, a la que había conocido en 1932.

Sin embargo, parece ser que, según algunos autores, también tuvo una amante española, llamada Julia Rodríguez. Una joven estudiante, que además había formado parte de La Barraca, el grupo teatral itinerante fundado por Federico García Lorca.

Lo que da pensar es que es un poco extraño que Stalin enviara a España al periodista más famoso de la URSS o igual fue por eso. Para quitárselo del medio por ser tan famoso. Aunque todos dicen que Koltsov era un fanático seguidor de Stalin.

En septiembre de 1937 fue llamado a Moscú, como a otros muchos soviéticos que estuvieron en la guerra civil española.

En el Kremlin lo recibió el propio Stalin, rodeado de varios de sus ministros. Precisamente, los mismos que, por entonces, estaban realizando una de sus purgas. Parece ser que a nuestro personaje no le fue del todo mal ya que salió indemne de ese encuentro, que duró más de 3 horas.

Por lo visto, en diciembre de 1937, no se le ocurrió otra cosa que criticar las purgas, que se seguían haciendo, porque, según él, muchos de los detenidos estaban delatando, falsamente, a personas inocentes. Es posible que esa fuera una de las razones por las que la NKVD empezara a fijarse en él.

Otra de las cosas que hizo fue publicar sus memorias sobre la guerra civil española. Por lo que recibió la felicitación del propio Stalin.

También es cierto que André Marty, el jefe máximo de las Brigadas Internacionales, escribió una carta al mismo Stalin.

Por supuesto, no le había gustado nada que Koltsov hubiera metido las narices en su forma de hacer la guerra, porque a Marty no le hacían ninguna gracia las críticas. De hecho, acostumbraba a fusilar a todo el que le llevara la contraria.

Así que acusó a Koltsov de haberse reunido varias veces con la gente del POUM, dado su pasado trotskista. Tampoco desaprovechó la ocasión para acusar de lo mismo a su compatriota, André Malraux, con el que siempre se había llevado muy mal.

En esa misma carta, se refirió a María Osten, la pareja de Koltsov, como una agente alemana, alegando que varias operaciones militares habían fracasado por su culpa.

No sé si Marty no sabría que el Estado Mayor republicano estaba lleno de militares, que tenían muchos contactos con el bando nacional.

Abundando en el tema, en septiembre de 1938, Beria, el nuevo jefe de la NKVD, le envió otro informe a Stalin, en el que también acusaba a nuestro personaje de trotskista y de estar implicado en una organización, que pretendía derrocar al Gobierno de la URSS.

Así que, a mediados de diciembre de 1938, Koltsov, fue detenido en la redacción de Pravda, llevado a la central de la NKVD y torturado salvajemente durante varios meses.

Como era de esperar, después de recibir severas palizas, acusó a todos los que le dijeron y firmó lo que le pusieron por delante. Evidentemente, también detuvieron a esas personas a las que había acusado.

En enero de 1940, fue llevado a juicio, junto con otras 345 personas. Todas ellas acusadas de estar implicadas en un intento de derrocar al Gobierno de la URSS.

Hasta el mismo Nikolai Yezhov, anterior jefe de la NKVD, estaba incluido entre ese grupo de acusados. También lo condenaron y ejecutaron. Es el hombre pequeño, que se ve a la izquierda de Stalin. Después lo borraron de esa foto.

Parece ser que Koltsov intentó defenderse afirmando que todas sus declaraciones le habían sido sacadas mediante torturas. Sin embargo, eso no lo quiso tener en cuenta el juez Vladimir Ulrij. Curiosamente, a este juez lo nombró para ese puesto el propio Trotsky.

Desgraciadamente, el Colegio militar de la Corte Suprema de la URSS, dio a conocer su veredicto el 01/02/1940. En el caso de Koltsov fue condenado a muerte.

Así que ni se molestaron en esperar más. Al día siguiente, fue ejecutado, mediante fusilamiento. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas arrojadas a una fosa común.

En 1954, tras la muerte de Stalin, fue rehabilitado públicamente, pero, desgraciadamente, eso no le sirvió de nada, porque ya llevaba muchos años muerto. Es lo que tiene la pena de muerte, que ya no tiene remedio.

Las autoridades soviéticas tampoco se olvidaron de Maria Osten. Curiosamente, ella y nuestro personaje habían roto, antes de salir de España, y ella vivía ahora con otro hombre.

Sin embargo, cuando se enteró de que habían detenido a Koltsov, se presentó en Moscú para declarar a su favor, aunque muchos le advirtieron de que no fuera.

Otro de sus errores fue nacionalizarse soviética, para no ser expulsada de ese país. Así que en junio de 1941 fue detenida por la NKVD. Como todos los demás, fue torturada durante varios meses.

Posteriormente, fue condenada a muerte en agosto de 1942 y fusilada. También fue rehabilitada en 1957.

Curiosamente, uno de los sobrinos de Osten es un afamado físico USA y, en 2016, recibió el Premio Nobel de Física.

 


TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN DE WWW.GOOGLE.ES

2 comentarios:

  1. Me pregunto si Koltsov pudo ser el Rubashov de la novela El Cero y el Infinito, de Arthur Koestler. Claro que hay tantos posibles... Es un artículo muy interesante, ¡Gracias!

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    1. Pues no lo sé, sin embargo, algunos expertos dicen que se parece a Bujarin.
      No obstante, yo había pensado en Orlov, un personaje con el que Koestler coincidió en España y al que dediqué otro de mis artículos.
      Muchas gracias por su comentario y saludos.

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