ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

martes, 21 de agosto de 2018

LA CHECA DEL CINEMA EUROPA, DE MADRID


En 1928, se construyó el Cinema Europa, que muy pronto sería uno de los mejores cines de Madrid. Estaba situado en la calle Bravo Murillo, 160, dentro del popular barrio de Cuatro Caminos y fue inaugurado en octubre de 1929.
Era un hermoso edificio de estilo modernista, aunque también, en su fachada, se pueden apreciar algunos detalles expresionistas.
Lo cierto es que sus propietarios no habían escatimado en cuanto a la instalación de avances técnicos y recursos para ofrecer una mayor comodidad a los espectadores. En su momento, se le calificó como el mejor cine de Madrid.
Parece ser que siempre tuvo mucho éxito. Casi siempre estaba lleno. Aparte de eso, a principios de los años 30, también alquilaban el local para realizar sesiones políticas en horario de mañana.
Eso provocó que, en varias ocasiones, tuviera que actuar la Policía para separar a los partidarios y simpatizantes de diferentes fuerzas políticas, que solían pelearse en las inmediaciones del edificio.
Curiosamente, ese fue el local donde, en febrero de 1936, se estrenó el famoso “Cara al Sol”, himno de la Falange Española, que se hizo muy famoso durante la guerra y, posteriormente, durante el franquismo.
No obstante, ese cine sirvió para reuniones de otros partidos de diferente signo político, como las Juventudes Socialistas. De hecho, por allí pasaron oradores tan dispares como José Antonio, Unamuno, Pasionaria, etc.
De hecho, en abril de 1936, el dirigente comunista José Díaz pronunció un discurso en el que, entre otras cosas, dijo lo siguiente: “Nosotros somos republicanos y nuestra finalidad es una república como la de la Unión Soviética”.
También pasó por allí el famoso dirigente socialista Largo Caballero, que llegaría ser presidente del Gobierno. Entre otras cosas, dijo: “Antes de la República, nuestro deber era traer la República, pero, establecido este régimen, nuestro deber es traer el socialismo”. Evidentemente, el PSOE de entonces estaba más escorado a la izquierda que el de ahora.
Este mismo político, en otro de sus discursos, llegó a decir: “…la clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo y que, como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución.”
En otro mitin en el Cine Europa dijo lo siguiente: “…la transformación total del país no se puede hacer echando simplemente papeletas en las urnas. Estamos hartos de ensayos de democracia”.
Otro botón de muestra, correspondiente a otro discurso del mismo orador: “…si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada”. Por si alguno albergaba alguna duda al respecto.
Al estallar la Guerra Civil, este local, como otros muchos de Madrid, fue ocupado por la CNT, con el fin de utilizarlo como cuartel para sus Milicias. También ocuparon, para ese mismo fin, el cercano Colegio Jaime Vera.
Felipe Sandoval quedó a cargo del grupo que tenía su sede en este edificio, que se convirtió en el Ateneo Libertario de Tetuán. Había nacido en 1886 en Madrid, en un barrio cercano a la

actual zona de Pirámides. Pasó su infancia en un orfanato. Posteriormente, trabajó como albañil, siendo también un antiguo pistolero de la FAI. Así que era muy conocido por la Policía. Incluso, también cometió varios atracos a Bancos. Su apodo era “Doctor Muñiz”.
En cierta ocasión, acaparó las portadas de los periódicos, pues había sido detenido y consiguió huir de la prisión, tras atacar y herir a un funcionario de la misma. Posteriormente, fue capturado y encarcelado de nuevo.
Curiosamente, al llegar el Frente Popular al Gobierno, se dio la orden de excarcelar a muchos presos comunes que fueran simpatizantes de los partidos que formaban ese grupo político. En el caso de Sandoval, debía ser tan peligroso que lo dejaron más tiempo en la cárcel, pensando si sería conveniente que saliera a la calle.
Así que, a su salida de la Cárcel Modelo, se dio la paradoja de que un peligroso delincuente se vio convertido en uno de los jefes de la Policía.
Parece ser que fue muy amigo de Juan García Oliver, un dirigente catalán de la CNT-FAI, al que conoció en 1926, durante el exilio de ambos en París. Éste también era muy conocido por la Policía por haber organizado un grupo de pistoleros, que se dedicaban a realizar atentados. Incluso, se dice que, en cierta ocasión, organizaron un atentado contra el rey Alfonso XIII.
Sin embargo, por ironías del destino, cuando el Gobierno republicano invitó a la CNT a entrar en el Consejo de Ministros, García Oliver, pasó a ser ministro de Justicia. Antes de eso, ya había sido consejero en el Gobierno de la Generalitat de Cataluña.
Por supuesto, nada más ocupar su nuevo puesto, su primera orden fue la de destruir todos los expedientes, donde figuraban los antecedentes penales. Por supuesto, entre ellos estaban también los suyos.
Volviendo al tema de hoy, a partir de entonces, se organizó en el sótano de ese lugar una de las checas más duras de todo Madrid. Eso ya es mucho decir, porque las otras más de doscientas que había en Madrid, habían puesto, en ese aspecto, el “listón” muy alto. Lo cierto es que esa checa fue una de las que más destacaron por su crueldad con los detenidos.
Hasta llegaron a torturar y matar a varios comunistas, que, aunque lucharan en el mismo bando, siempre se habían llevado muy mal con los anarquistas. Lógicamente, los comunistas, hicieron lo mismo con los anarquistas.
Incluso, las propias milicias, hacían prácticas de tiro en un solar vacío, situado detrás de ese edificio.
Supongo que todos sabréis que el fenómeno de las infames checas se dio en varias ciudades españolas y estuvieron funcionando entre julio y noviembre de 1936, cuando el Gobierno republicano y, especialmente, la Junta de Defensa de Madrid, ordenó que se fueran cerrando. Parece ser que
uno de los firmantes de ese Decreto fue Santiago Carrillo.
Precisamente, en ese mismo barrio, al comienzo de la guerra, se constituyó el famoso Quinto Regimiento de milicias. Formado mayoritariamente por comunistas, cuya sede estuvo en una iglesia de los Salesianos, situada en la calle Francos Rodríguez, 5. Fue el primer grupo organizado de milicias, que se formó para luchar en el frente.
Desgraciadamente, Madrid también fue la primera gran ciudad que fue bombardeada en muchas ocasiones utilizando la Aviación y también la Artillería. Sobre todo, contra blancos civiles, con el fin de atemorizar a la población.
En cambio, parece ser que, en Barcelona, los primeros objetivos de los milicianos de la CNT fueron los pistoleros a sueldo de la patronal, con los que habían mantenido frecuentes tiroteos durante los años anteriores a la Guerra Civil.
Hasta los mismos agentes soviéticos del NKVD, antecesora del KGB, se movieron por la España republicana como peces en el agua y tuvieron sus propias cárceles secretas, donde torturaron y mataron a líderes comunistas manifiestamente anti-estalinistas, como Andreu Nin, líder del POUM, al que ya dediqué otro de mis artículos.
A Sandoval también se le achaca ser el máximo responsable de un infame ataque a la Cárcel Modelo de Madrid. Parece ser que los miembros de su grupo tomaron posiciones en el tejado de ese edificio. Después, provocaron un incendio en el interior de ese centro y obligaron a los presos a salir al patio. Una vez allí, los ametrallaron sin piedad, provocando la muerte de muchos de ellos.
Posteriormente, se dedicaron a registrar los archivos de la cárcel, donde se hallaban recluidos unos 5.000 presos, con el fin de elegir a una serie de ellos para fusilarlos, sin juicio previo ni nada por el estilo. Incluso, se personaron por allí varias autoridades republicanas y no hicieron nada por evitarlo.
Entre los asesinados estaban el conocido político republicado Melquíades Álvarez; Martínez de Velasco, jefe del Partido Agrario; Julio Ruiz de Alda, piloto militar y uno de los fundadores de la Falange; Fernando Primo de Rivera, médico militar y hermano de José Antonio; el político Manuel Rico Avelló; el político y ex ministro republicano Ramón Álvarez Valdés; José María Albiñana, médico y político; el general Capaz, primer militar que ocupó el territorio de Ifni. Incluso, asesinaron a Enrique Matorras, un falangista, que antes había pertenecido al PCE y que había escrito un libro sobre su antiguo partido.
Además, el propio Sandoval, que había estado preso en varias cárceles, mató a varios funcionarios de prisiones, que había conocido anteriormente.
Parece ser que, en 1919, intentó escapar de una cárcel de Barcelona. Tras ser capturado de nuevo, recibió una gran paliza que le desfiguró para siempre el rostro. No sé si esos funcionarios estarían relacionados con ese suceso o fue una simple venganza. Ese fue el sentimiento que guió toda su vida.
Por supuesto, no se cortaron un pelo a la hora de atacar sedes diplomáticas de otros países, donde sabían que se habían refugiado muchos españoles y extranjeros amenazados por los milicianos.
La situación se tornó tan violenta que hasta se dio el caso de que unos guardias civiles que vigilaban el exterior de una de esas embajadas, pidieron asilo al embajador para ellos y sus familias. Así también pasaron a ser refugiados.
Incluso, se dio el caso de que, en cierta ocasión, el médico de la Cárcel Modelo de Madrid, viajaba dentro de un vehículo perfectamente identificado como perteneciente a la Embajada de Noruega. No obstante, Sandoval y su banda, lo pararon. Obligaron al médico a salir de ese vehículo y lo asesinaron allí mismo. En plena calle y a la vista de todo el mundo.
Incluso, algunos autores refieren el bombardeo de la Embajada Británica en Madrid, por parte de un avión republicano. No se sabe si lo hicieron como protesta por la inacción del Comité de No Intervención, presidido por los británicos. Afortunadamente, ese bombardeo no ocasionó ninguna víctima y tampoco tuvo ninguna repercusión diplomática.
Es más, supongo que, para coaccionar a los responsables diplomáticos extranjeros, en cierta ocasión, secuestraron a las tres hermanas del cónsul de Uruguay. Al día siguiente, los cadáveres de las tres jóvenes aparecieron tirados en una cuneta con signos claros de haber sido violadas y asesinadas. Consecuentemente, ese país suspendió sus relaciones diplomáticas con la II República.
A partir de diciembre de 1936, con motivo de la desaparición de las infames checas, Sandoval, pasó a ser un miembro del SIM con el encargo de atrapar a los llamados “quintacolumnistas”. Es decir, gente partidaria del bando nacional, que se había quedado en la zona republicana y que se dedicaban al espionaje o a realizar actos de sabotaje.
Por lo que se ve, como tantos miles de republicanos, intentó la huida por los puertos de Valencia o Alicante. Esta vez tuvo menos suerte, porque los barcos esperados nunca llegaron.
Parece ser que allí se vivieron momentos de pánico y desesperación y varios de los allí reunidos optaron por suicidarse, antes de caer en manos de los franquistas.
Los que permanecieron vivos fueron conducidos hasta la Plaza de Toros de Alicante. Allí estuvieron varios días encerrados hasta que los franquistas hicieron una selección con 101 presos, que consideraban más peligrosos, y fueron conducidos en camiones hacia Madrid.
A mediados de junio, llegaron a Madrid. Por lo visto, allí fueron llevados a una antigua comisaría de Policía, situada en la calle Almagro, 36, donde fueron interrogados. No les valió de mucho haberse deshecho de su documentación, porque, muchos de ellos, eran gente muy conocida por la Policía.
Parece ser que, tras sufrir torturas, delató a varios de sus compañeros. Podría ser eso lo que, presuntamente, le llevó a lanzarse por una ventana de esa comisaría. Lo que le provocó la muerte.
Incluso, algunos autores afirman que, a este hombre, al que siempre le gustaba vestir de negro, no le quedaba mucho de vida a causa de que estaba muy enfermo de tuberculosis.
Junto a Sandoval, también estuvo en esa misma checa otro famoso delincuente. Su nombre era Santiago Aliques Bermúdez. Tras el comienzo de la guerra fue liberado de la cárcel donde cumplía una pena por varios delitos.
Fue el encargado del infame “Grupo de Defensa”, que se encargó de organizar matanzas por todo Madrid. También estuvo implicado en la mencionada matanza de la Cárcel Modelo y en fusilamientos en el Cementerio de Aravaca. Posteriormente, estuvo en el frente como comisario de guerra. Tras el fin de la contienda, fue apresado, juzgado y ejecutado.
En la posguerra, el edificio del Cinema Europa, volvió a retomar su función como sala de cine, tras unas reformas para solucionar unos desperfectos ocasionados por el paso de la guerra.
Desgraciadamente, el cine tuvo que cerrar a finales de la década de los 80. Sin embargo, esta vez hubo suerte, porque, aunque los propietarios estaban empeñados en demoler el edificio para construir viviendas, el Ayuntamiento de Madrid, no lo permitió.
Así que a mediados de la década de los 90 se interesó por él un conocido empresario. Sin embargo, ya no volvería a ser una sala de cine, sino una gran tienda destinada a la exposición y venta de elementos para saneamientos, o sea, para el baño. Gracias a ello, el edificio se ha conservado de la forma más fiel posible a la que tenía en el momento en el que fue inaugurado.
Aunque parezca mentira, el Ayuntamiento de Madrid, encargó un estudio para recabar los nombres de todos los ejecutados en el Cementerio de la Almudena para realizar una placa donde figuraran todos sus nombres, como señal de homenaje a los mismos.
Lo curioso es que no se han parado para enterarse por qué fueron condenados a muerte y ejecutados. Así que van a mezclar en esa lista los nombres de personas que fueron injustamente ejecutadas, junto a las de otras que se comportaron como auténticos criminales.
Me da la impresión de que siguen pensando que en la Guerra Civil todo fue blanco o negro. En cambio, se podría decir que hubo muchos tonos de grises.
Curiosamente, aunque se ha indemnizado a muchos de los que permanecieron presos en las cárceles franquistas, creo que nunca se ha hecho lo mismo con los que sufrieron en las cárceles y checas republicanas.
El mismo Melchor Rodríguez, al que ya dediqué otro de mis artículos, fue un ejemplo de lo que digo. Siempre presumió de su militancia en la CNT. No obstante, cuando fue nombrado Director General de Prisiones, no consintió que se produjeran sacas de presos para asesinarlos. En algunas ocasiones, tuvo que ir personalmente a la Cárcel Modelo o a la de Alcalá de Henares a encararse con esos milicianos, los cuales le estaban apuntando con sus armas. Hay que tener mucho valor para hacer eso. Sin embargo, él siempre consiguió su objetivo. Su lema era: "Se puede morir por las ideas, pero no matar por ellas".
En la posguerra, fue procesado, como otros muchos líderes del bando republicano. De hecho, fue el último alcalde del Madrid republicano. En su juicio se personaron muchas personas a quienes había salvado la vida. Gracias a ello, le impusieron una pena mínima, que le permitió salir a la calle enseguida.
En 1972, se dio todo un ejemplo de concordia, pues en febrero de ese año tuvo lugar su fallecimiento. A su entierro, acudieron tanto anarquistas como falangistas. Se llegó a rezar y a cantar el himno anarquista, en plena época de Franco, y su féretro fue envuelto en la bandera de la CNT. Aunque muchos de los presentes habían sido enemigos durante la Guerra Civil, no ocurrió absolutamente nada.
Hoy en día, sería bueno que mucha gente tomara ejemplo y no se inventara unos problemas que ya no existen en la sociedad española.



































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