Supongo que, a estas alturas,
todo el mundo sabrá que la clave de la victoria de las fuerzas aliadas en la II
Guerra Mundial y, sobre todo, de los USA, fue que pudieron fabricar una mayor
cantidad de armamento que los alemanes.
La razón principal era que sus
fábricas no 
En resumen, la II Guerra Mundial,
desde el principio, fue concebida como una guerra industrial. Así que la potencia militar que pudo
producir mayor cantidad de material fue la que ganó.



En USA siempre ha habido una gran
colonia de ciudadanos de origen alemán. Actualmente, se estima que hay más de
50.000.000 de ciudadanos USA, cuyos orígenes están en Alemania.


Posteriormente, cuando intentaron
dar el golpe de Estado en Múnich, conocido como Putsch de la cervecería, ya llegaban a los 50.000.
Evidentemente, algunos de estos
alemanes emigrados a USA, volvieron a territorio germano. Unos porque no habían
tenido mucha suerte en la vida y otros porque había comenzado la II Guerra
Mundial y, aunque todavía no había entrado USA en ella, querían luchar por
Alemania.




Parece ser que le pusieron ese nombre a la operación en honor a Francis Daniel Pastorius, que fue el primer alemán que fundó una colonia estable en USA, en el siglo XVII, llamada Germantown. Curioso nombre para una operación bélica, porque, Pastorius, era cuáquero, o sea, pacifista.
El grupo de agentes recibió una
formación intensiva en una casa de campo a las afueras de Berlín. El
responsable de su formación fue el teniente Walter Kappe, un hombre con una
gran experiencia en el entrenamiento de saboteadores.

A finales de mayo de 1942, cada
grupo navegó a bordo de un submarino alemán. Ambos partieron de la base de
Lorient, en la Francia ocupada.
El primer grupo desembarcó, el 14
de junio de ese año, en una pequeña
playa de Long Island, cerca de Nueva York. Iban vestidos de uniforme, por si
los capturaban, no los pudieran acusar de espionaje, conforme a las leyes de
guerra.
Como, en principio, no vieron a
nadie, se despojaron de sus uniformes y los metieron en las cajas de armamento
y munición, que escondieron bajo la arena de la playa.
Desafortunadamente, un vigilante
perteneciente a los guardacostas, que paseaba desarmado por la playa, los
descubrió.


En cambio, el segundo grupo, que
desembarcó el día 17 en una playa de Florida, al mando de Edward John Kerling, tuvo más suerte, porque no fueron
descubiertos. Así que se dirigieron hacia los objetivos marcados en Cincinnati
y Chicago. Como dije antes, ambas ciudades están llenas de emigrantes de origen
alemán y, seguramente, podrían encontrar allí muchos posibles contactos.

Ahora viene lo inexplicable. El
primer grupo ya se hallaba en Nueva York, cuyas estaciones de ferrocarril
estaban entre sus objetivos a sabotear. Sin embargo, por alguna extraña razón,
Dasch convenció a Burger y ambos decidieron entregarse a la Policía.
En un principio, Dasch, llamó al
FBI, pero nadie le hizo caso. Más tarde, dejando a Burger al frente de la
misión, fue a la sede central del FBI en Washington. Allí, tras mostrarles los
fajos de dinero que portaba, fue
interrogado por uno de los jefes del contraespionaje USA y le convenció de que
era un agente alemán. Les contó lo ocurrido, con todo lujo de detalles y,
además, delató a los demás, explicando también dónde se hallaban escondidos. El
interrogatorio duró varios días y sus
declaraciones ocuparon 250 páginas.


Esta decisión de que unos civiles
fueran juzgados por la vía militar, en USA, se cree que fue un peligroso
precedente para la orden que dio el presidente Bush hijo, en ese mismo sentido,
tras el atentado de las Torres Gemelas, en 2001.
Tampoco hay que olvidar que,
entre nuestros personajes, dos de ellos
eran ciudadanos USA y, legalmente,
tenían derecho a ser juzgados por un tribunal civil, pero ese “pequeño
detalle” se lo saltaron a la torera.

Casualmente, el propio presidente
Roosevelt, designó a los 7 generales, que presidieron el Consejo de Guerra,
entre los cuales no había ningún jurista, y a los abogados de los procesados. Estos
últimos, que eran dos coroneles, hicieron lo imposible para que el juicio fuera
desviado a un tribunal civil, pero no les fueron admitidos sus recursos.
Curiosamente, uno de los fiscales
era el Fiscal General y ministro de
Justicia de USA, Francis Biddle. Posteriormente, fue uno de los jueces que
presidieron los famosos Juicios de Nüremberg.
A pesar de que Hoover y Biddle pidieron una atenuación en las penas
para Dasch y Burger, lo cierto es que todos fueron condenados a muerte, como
quería el presidente.


Posteriormente, en 1948, aceptó
otorgarles el indulto y ambos fueron deportados a la zona de Alemania, que
estaba ocupada por los USA. No obstante, nunca les perdonaron oficialmente,
como les habían prometido, por haber colaborado con la Justicia USA.

Los otros seis condenados no
tuvieron la misma suerte. Todos ellos fueron ejecutados en agosto de 1942, por
medio de la silla eléctrica. Sus cadáveres fueron enterrados en un cercano
cementerio, bajo unas lápidas donde sólo se habían grabado unos números, sin
ningún nombre que los identificara.

Hay otra versión que dice que no
regresó a Alemania para luchar a favor de su país, sino porque su madre estaba
gravemente enferma. Así que intentó volverse cuanto antes a USA, porque no le
gustó nada el régimen de Hitler, y así poder reunirse con su esposa.
Parece ser que lo que pretendía
Dasch, al cooperar con el FBI, era
salvar su vida y quedarse en USA, a fin de participar en emisiones de radio de
propaganda contra el régimen de Hitler.
Tras la Crisis de 1929, regresó a
Alemania y al Partido Nazi, pasando a militar en las SA a las órdenes directas
de Ernst Röhm.
Parece ser que escribió un
artículo criticando los violentos procedimientos de la Gestapo y eso le valió
su encierro en un campo de concentración. Precisamente, allí lo encontró la
Abwehr y lo fichó para esta operación.
Posteriormente, también fueron
procesados los familiares de los procesados, que aún vivían en USA. Varios de
ellos fueron encarcelados, durante unos años, y luego deportados a Alemania.
También he leído en alguna parte
que el material que les aportaron era de baja calidad y hasta muchos de los
dólares que les entregaron ya no estaban en circulación desde 1933. Con lo
cual, llamarían mucho la atención y les seguirían el rastro muy fácilmente.
Incluso, se rumoreó que el propio Canaris había boicoteado esta operación y les había dado pistas a los aliados, sobre la misma.
Lo que está claro es que Alemania
quería, de alguna manera, hacerles ver a los ciudadanos USA y a sus empresas,
que no estaban a salvo en su país, aunque estuvieran fuera del
alcance de los
bombarderos alemanes.
Lo cierto es que los dos
saboteadores que sobrevivieron no recibieron una buena acogida en Alemania.
Allí fueron calificados como unos traidores, que habían causado la muerte de
sus compañeros.
Además, estropearon ese proyecto
y, según parece, Alemania no volvió a
enviar más saboteadores al territorio USA. Sin embargo, es sabido que envió a
muchos espías a México, país fronterizo con USA y, por entonces, con una
frontera que se podía cruzar muy fácilmente.
Se sabe que Dasch pidió numerosas
veces poder regresar a USA, pero todas ellas le fueron denegadas. Su vida no
fue muy feliz en su país, pues no encontró ningún buen trabajo y, en cambio,
tuvo que soportar continuamente amenazas de muerte. Murió en 1992 a la edad de
88 años y nunca le llegó el prometido perdón presidencial.
Su compañero, Burger, había
muerto en 1975, a la edad de 69 años. Se rumoreó que, durante unos años, estuvo
residiendo en España.
Muy muy interesante la historia Juan. Siempre me han apasionado los artículos de saboteadores en época de guerra y más apasionante todavía que este tipo de sabotajes se hicieran en Estados Unidos. Felicidades
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado mi nuevo artículo.
EliminarLo cierto es que hubo algunos intentos más de organizar sabotajes en USA, pero éste es el más conocido y del que se tienen más datos.
Muchas gracias y saludos.
Me alegro que te haya gustado mi nuevo artículo.
ResponderEliminarLo cierto es que hubo algunos intentos más de organizar sabotajes en USA, pero éste es el más conocido y del que se tienen más datos.
Muchas gracias y saludos.
Algo similar fue la operación Greif. No se que esperaban los alemanes de este tipo de operaciones que mas parecían misiones suicidas con resultados muy pobres.
ResponderEliminarSaludos aliado, siempre dando un giro inesperado en los temas que tocas.
A la Operación Greif ya le dediqué otro de mis artículos. Creo que ambas se dieron en momentos históricos totalmente diferentes.
EliminarCuando se montó la Operación Pastorius, Alemania, iba ganando la guerra. Mientras que en el caso de Greif, se veía muy claro que la tenía perdida.
En mi opinión, ambas fueron unas operaciones muy brillantes y me parece que lo único que pretendían es que los aliados ya no se fiaran ni de su sombra. Cosa que consiguieron.
Aparte de que los USA tenían dentro de su territorio un enemigo potencial, consistente en millones de ciudadanos de ese país, cuyo origen estaba en Alemania. A lo mejor no los encerraron en campos de concentración, como hicieron con los de origen japonés, porque, seguramente, ya eran demasiados y muchos de ellos estaban, incluso, dentro del propio Gobierno USA, como el caso de Morgenthau.
Sin embargo, en México, sí que encerraron a algunos de ellos en un campo de concentración. También es verdad que la colonia alemana en ese país no era tan grande, como la de su vecino del norte.
Pastorius, en su origen, fue una operación muy ingeniosa. Lo curioso es que, en plena II Guerra Mundial, se demostró claramente que los USA no tenían bien vigiladas sus costas. En el caso del primer grupo de desembarco, los sorprendió un vigilante a quien hubieran matado muy fácilmente, si hubieran querido, porque ni siquiera iba armado. Sin embargo, los del segundo grupo no encontraron ningún obstáculo en su camino.
Muy posiblemente, esas operaciones estaban siendo boicoteadas por los propios militares alemanes, ya que muchos de ellos no podían ver a Hitler ni en pintura y, además, muchos de ellos, estaban en contra de utilizar al Ejército para realizar matanzas contra la población civil.
Precisamente, cuando se dio el fallido golpe de von Stauffenberg, se vio que muchos de esos mandos estaban en contacto con los aliados a fin de conseguir una rendición favorable para Alemania. De hecho, posteriormente, algunos de los supervivientes, llegaron a ocupar puestos de gran importancia en la OTAN.
Muchas gracias por tu comentario y saludos.