Esta vez voy a hablaros de un
hombre que fue muy importante en la Europa de entreguerras, pero del que en
España apenas se le ha dado importancia. No hará falta decir que en su país es una
especie de héroe nacional.
Nuestro personaje nació en 1850,
en Hodonin, una localidad de Moravia, dentro del Imperio Austro-Húngaro. Por
entonces estaba gobernado por el emperador Francisco José, esposo de esa
emperatriz tan conocida, llamada familiarmente Sissi.
Perteneció a una familia muy
humilde. Su padre era eslovaco y su madre, alemana. Trabajando ambos como
criados en una hacienda.
Seguramente, como mucho, sólo
podría haber llegado a ser un artesano. De hecho, aprendió varios oficios, como
relojero, cerrajero, herrero, etc.
Como tenía buenas aptitudes para
el estudio, consiguió acabar bachillerato con buenas notas y en 1872 pudo entrar
en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Viena.
Tras una carrera meteórica, pues
en 1876 ya era doctor, estuvo dando clases durante 2 años en la Universidad de
Leipzig.
Allí conoció a una joven llamada
Charlotte Garrigue, de nacionalidad USA, descendiente de unos hugonotes exiliados
en ese país, con la cual coincidió, desde el principio, en casi todo y se casaron en 1878. Incluso, él
adoptó el apellido de ella. Algo muy infrecuente en esa época.
A la vuelta, el matrimonio se estableció
en la capital imperial, Viena, donde Masaryk se dedicó por entero a la
enseñanza, pero sólo durante 3 años. Allí conoció a buena parte de la interesante
intelectualidad de la época.
En 1882 fue contratado como profesor
extraordinario en la Universidad Carolina de Praga. En ese centro estuvo varios
años dando clases de las materias propias de su carrera.
Allí tuvo algunos problemas por
su actitud, por entonces, poco nacionalista y también muy igualitaria hacia todos
sus alumnos. Sin importarle su cuna o el lugar de dónde procedían. Algo no muy
habitual en su época.
El matrimonio también fue muy criticado
por su conversión al protestantismo. Masaryk opinaba que el catolicismo se
había convertido en la representación del absolutismo.
Fundó la revista literaria
Athenaeum, desde la que criticó la autenticidad de unos manuscritos, que
parecían medievales, pero que se llegó a demostrar que no eran auténticos. Aquí
estaba en juego la búsqueda de una base para el nacionalismo checo, pero él
defendió las razones científicas por encima de todo.
Por esa época, también colaboró en
la primera enciclopedia universal que se publicó en el idioma checo.
Hacia 1890, nuestro personaje
definía su opción política como el triunfo de lo que él denominaba el “realismo”,
basado en las cosas probadas científicamente, frente a las fantasías que
procedían de un mundo romántico.
Sus seguidores, llamados los
realistas, ingresaron ese año en el partido nacional liberal, también conocido
como el partido de los jóvenes checos. Su ideología era demócrata, liberal, regionalista
y anticatólica.
Al año siguiente fue elegido
diputado para el Consejo Imperial, que era el parlamento del imperio
Austro-Húngaro y también para la Cámara de los países de la Corona checa. Todavía
creía que el pueblo checo podría conseguir llegar a la democracia dentro de la monarquía
austriaca
No obstante, en 1893, renunció a ambos
puestos, para dedicarse más de lleno a su familia. Aparte de ello, los nacionalistas
no le perdonaban que no estuviera de su parte y que defendiera a los judíos.
En 1899 se dio el caso del
asesinato de una joven costurera checa y católica, cuyo cuerpo fue encontrado
en un bosque y con el cuello degollado. Se culpó inmediatamente a un vagabundo
de origen judío, Leopold Hilsner.
Como en el famoso Caso Dreyfuss,
donde también se declaró culpable a otro judío, en esa ocasión ocurrió en
Francia, nuestro personaje intervino para declarar que el proceso había estado
lleno de arbitrariedades y debería de repetirse. Cosa que consiguió.
No obstante, aunque el acusado fue condenado a muerte, la pena fue conmutada
por el emperador, Francisco José.
Curiosamente, los otros dos
vagabundos, que siempre acompañaban al procesado a todas partes, y que no eran
judíos, nunca fueron acusados de nada.
Esta defensa tan vehemente de
Hilsner le dio muchos quebraderos de cabeza a nuestro personaje e, incluso,
pensó en mandar a su familia fuera del país, para protegerla de sus enemigos.
En 1913, dio a conocer sus
opiniones sobre las diferentes ideas políticas
de su tiempo en su obra “Rusia y Europa”, donde criticaba tanto el comunismo,
como el absolutismo, el antisemitismo y el clericalismo. También daba su apoyo
a la lucha por la consecución de un mejor bienestar para las masas obreras.
Con la llegada de la I GM, su
pensamiento se va decantando hacia un Imperio donde puedan subsistir sus
diferentes nacionalidades como regiones
autónomas. Eso fue lo que publicó en su obra “Una nueva Europa: el punto de
vista de los eslavos”.
En 1915, como vio que estaban en
peligro su vida y la de su familia, se exiliaron en Ginebra, donde se posicionó
hacia unas ideas más independentistas, pues, según él, era la única forma de que triunfara el modelo
de sociedad que buscaba.
El 06/07/1915 dio un discurso en
la Universidad de Ginebra, donde presentó su propuesta de lucha contra el Imperio
de los Habsburgo. Precisamente, en esa fecha se conmemoraba la ejecución del líder
religioso checo Jan Hus.
Más tarde, tras conversar con
Edvard Benes y Milan Rastislav Stefanik, los tres crearon, en 1916, el Consejo
Nacional Checoslovaco, para intentar llegar a la independencia en la posguerra,
tras la ya previsible derrota del Imperio en la I GM.
Para atraerse a la opinión
pública para su causa, crearon las famosas Legiones checoslovacas, unidades
militares que lucharon durante la I GM en el bando de los aliados.
En 1917, tras la entrada de USA
en la I GM, movilizaron a muchos emigrantes checos y eslovacos para que intentaran
que la sociedad y el Gobierno USA apoyaran su causa.
Concretamente, los representantes
de las 3 principales etnias de la futura
Checoslovaquia, firmaron el acuerdo de
unión el 30/05/1918 en Pittsburg (USA).
Después de llevar a cabo, durante
varios años, estas campañas de
sensibilización en USA, consiguieron que el presidente Wilson se interesara por
su causa y la apoyara públicamente.
Tras la guerra, el 28/10/1918, se proclamó la independencia de Checoslovaquia y el 14/11 del mismo año, Masaryk,
fue elegido como primer presidente de la nueva república.
Gracias a su política y a su importante
sector industrial, consiguió que Checoslovaquia fuera uno de los países que
gozara de mayor prosperidad en el período de entreguerras.
Era habitual verlo pasear, por las
mañanas, a caballo por Praga. Vestido con
una especie de uniforme gris con gorra y con el pelo y la barba completamente
canosos.
Como siempre fue tan querido por
la población, a pesar de que el mandato de un presidente debería durar sólo 7
años, con él hicieron una excepción, y le dejaron repetir 3 veces más.
Ya en 1935, cuando su salud estaba
muy debilitada, renunció al cargo y se retiró de la vida pública. Le sucedió en
el cargo Edvard Benes.
Murió el 14/09/1937, siendo
considerado todavía hoy todo un héroe y una persona muy querida para los
checos.
Desgraciadamente, tras la II GM, durante
la pertenencia de Checoslovaquia al Bloque Comunista, el Gobierno del PCCH,
intentó borrar todo vestigio de nuestro personaje. Para ello, borró su nombre
de todos los libros y se dedicó a destruir todos los monumentos erigidos en su honor.
Precisamente, en la época del inicio
del nuevo Gobierno con mayoría comunista se produjo la muerte de su hijo, Jan,
el cual era ministro de Asuntos Exteriores del mismo. Su cuerpo fue
encontrado
en el jardín del Ministerio, como si hubiera caído desde una ventana del
edificio.
Como ya hemos podido comprobar
por la Historia checa, esto debe de ser algo muy “común” en la ciudad de Praga.
Evidentemente, aunque nunca pudo
ser probada su culpabilidad, todas las sospechas cayeron sobre los comunistas,
pues al no tener éste la misma ideología, le consideraban un estorbo para
llegar a alcanzar sus fines.
Los checos se inventaron un
chiste en el que decían que el finado era una persona tan ordenada que, antes
de tirarse, cerró la ventana.
Parece ser que, tras la vuelta a
la democracia, unas investigaciones policiales checas en 2004 y 2006, probaron
que había sido asesinado.
También me gustaría destacar el papel de su otra hija, Alice, famosa socióloga, la cual, entre otras cosas creó un fondo de becas a nivel internacional para que pudieran estudiar las mujeres en la Universidad.
También me gustaría destacar el papel de su otra hija, Alice, famosa socióloga, la cual, entre otras cosas creó un fondo de becas a nivel internacional para que pudieran estudiar las mujeres en la Universidad.
Afortunadamente, tras la Caída
del Muro y la llegada de la nueva República Checa, se ha recuperado la figura de nuestro personaje
con el mismo esplendor que gozaba aún en vida.
En 1990, el Gobierno Checo creó
la Orden de Tomás Masaryk, para premiar a las personas que hubiera tenido importancia
para ese país. Incluso, se puede otorgar esta condecoración a título póstumo.
Espero que os haya gustado el
homenaje que he hecho en este artículo a este personaje tan desconocido en
España.
Hola Aliado. Una vez más debo felicitarte por tu increíble habilidad para encontrar personajes sorprendentes de una Historia mayormente desconocida para nosotros, la de un país que en un tiempo se llamó Checoslovaquia.
ResponderEliminarDebo decir que me sorprendió que Tomás adoptara el apellido de su mujer, no sé qué motivos podría tener para hacerlo, pero es un claro signo de modernidad en un hombre llamado a ser diferente.
Por otra parte, me gusta eso de su actitud igualitaria con los alumnos. Si ya es difícil verlo ahora, supongo que en aquella época sería un cante. Me gustaría pensar que lo hacía no solo por no considerar mal a alguien inferior en la jerarquía de la enseñanza, sino porque pensaba que a relación profesor-alumno no es solo una imposición de pensamiento sino un intercambio de ideas.
Asimismo, me parece completamente sorprendente su conversión al protestantismo en un país que en 2003 tenía en torno el 75% de católicos, así que, en la época de Tomás, imagino que el porcentaje sería mayor.
Y es de agradecer que fuera fiel a su pensamiento en cada momento de su vida sin necesidad de cambiar de chaqueta (o, al menos, eso parece), léase cuando apoya la monarquía y luego ya no, optando por apoyar otras formas de gobierno.
Quiero subrayar su postura en relación a Leopold Hilsner. Mencionas el caso Dreyfus, buena comparación, pero quiero recordar que el caso Dreyfus no se da por zanjado hasta 1906, con lo cual Tomás no tiene un referente claro para saber cómo podía continuar lo relacionado con Hilsner, aunque parece que no tardaría en darse cuenta…
Afortunadamente, el cariño del pueblo checo fue más fuerte que el intento de la destrucción de su memoria.