Se
llamaba Mary Ann Cotton, aunque ese fue uno de sus apellidos de casada, pues el
de soltera era Robson. Nació en 1832 en
un pequeño pueblo del condado de Durham, en el seno de una familia minera.
Su
padre, que era capataz, sufrió una grave caída en su trabajo, muriendo en el
acto. Su madre, que enviudó muy joven, volvió a casarse. Como las relaciones
entre su padrastro y ella no fueron nunca muy buenas, se fue a trabajar como
enfermera a un pueblo cercano al suyo.
Más
tarde, volvió a casa de sus padres y enseguida se casó, cuando tenía unos 20
años con William Mowbray. Se trasladaron a Plymouth, donde él también trabajó
en la minería. Tuvieron 5 hijos, 4 de los cuales murieron por las fiebres
gástricas que eran tan comunes en la época.
Más
tarde, se trasladaron al NE de Inglaterra, donde tuvieron 3 hijos más, que
murieron a causa de la misma enfermedad. William murió en 1865 a causa de un
problema intestinal, dejando a su viuda, entre otras cosas, un seguro de vida
por 35 libras. Una buena suma para esa época.
La
viuda decidió trasladarse a otra localidad del mismo condado, donde murió la última
hija que había tenido en su primer matrimonio. Allí trabajó en un sanatorio con
enfermos contagiosos y conoció a un ingeniero llamado George Ward, con el que
se casó en 1865.
No
obstante, el marido siguió con su enfermedad, aunque se agravó, por problemas
intestinales, y falleció en 1866. Mary Ann, también cobró en este caso la
indemnización por el seguro de su marido.
En
1866 James Robinson, que había enviudado recientemente, la contrató como ama de llaves. Un mes más
tarde, el bebé de James murió a causa de problemas estomacales.
Además,
como la madre de Mary Ann, se había puesto enferma, no se le ocurrió otra cosa
que irse a vivir con su hija. Al principio mejoró, pero a los pocos días murió
por la misma causa.
Robinson
observaba en su mujer una conducta extraña y, sobre todo, cuando le insistía
mucho en que se hiciese un seguro de vida. No obstante, como vio que le había
cogido dinero, la echó de casa, pensando que era simplemente una ladrona.
De
pronto, ella se encontró en la miseria y vagando por las calles. Entonces,
conoció a una mujer llamada Margaret Cotton, la cual tenía un hermano llamado
Frederick, el cual había enviudado recientemente y ella le estaba cuidando sus
hijos.
Se
fue a vivir con ellos y, en 1870, Margaret murió a causa de unas fiebres
estomacales. Ese mismo año, se casó con Frederick y tuvieron un hijo nacido en
1871. Ella se enteró de que uno de sus anteriores amantes vivía en el pueblo de
al lado y persuadió a su marido para trasladarse a vivir allí. En este caso,
también consiguió que su marido se hiciera un seguro de vida para él y otro para
cada hijo. Así que, en diciembre de ese mismo año, falleció por la misma causa
que los anteriores.
En
ese pueblo volvió con su anterior amante, Joseph Nattrass, y encontró otro en
la casa donde estuvo trabajando, John Quick-Manning, con el cual comenzó una relación
que dio como fruto otro hijo.
No
hace falta decir que los hijos de Frederick murieron pronto, en 1872, de la
misma enfermedad que los demás y Nattrass poco después.
Fue
arrestada a causa de una denuncia, porque en una ocasión dijo que su último
hijo, que ya estaba enfermo “tendría el mismo final que el resto de los Cotton”.
En
un principio la denuncia fue archivada, pero saltó a la prensa. Estos
comenzaron a hacer indagaciones y descubrieron su vida anterior y todos los
fallecimientos que había ido dejando a su paso.
Se
volvió a exhumar el cadáver del último hijo fallecido y se comprobó con un
examen más detallado, que tenía restos de arsénico.
El
juicio duró 3 días, al final de los cuales el jurado emitió su veredicto de
culpabilidad.
La
ejecución se retrasó, pues la acusada estaba embarazada y esperaron que diera a
luz. Mientras tanto, llegaron muchas peticiones de clemencia al Ministerio de
Interior, pero no fueron atendidas.
Finalmente,
fue ejecutada en 1873, en una prisión de su condado. En total, llegó a matar
por envenenamiento a 21 personas.
Tengo una curiosidad: ¿qué pasó con el niño? ¿Sabrá ese crío sobre su origen?
ResponderEliminarLa niña se llamó Margaret Edith Quick-Manning Cotton y, según se ha publicado en Internet, fue dada en adopción y su rastro se ha perdido.
ResponderEliminarSaludos.
Vaya pieza la tal Mary Ann, y lo más terrible es que tendrían una muerte horrible.
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