Esta vez, no he titulado este artículo con el nombre de un personaje, porque es posible que no sonara, aunque su apellido es muy conocido. Tampoco lo citaré mucho, porque el hombre parecía un poco gafe y luego veréis por qué. No sea que también nos vaya a gafar el año próximo.
Robert Todd Lincoln, que así era
cómo se llamaba, nació en 1843 en la ciudad de Springfield (Illinois). El mismo
lugar donde viven los personajes de la serie los Simpson. Bueno, creo que en
USA hay varias ciudades con ese nombre.
Me he referido a él como al hijo
de Lincoln, porque fue el único de los 4 hermanos, que consiguió llegar a la
edad madura. De hecho, fue el mayor de los cuatro.
Parece ser que no tuvo demasiada
relación con su padre, ya que la carrera política de éste le impedía estar mucho
tiempo con su familia.
Parece ser que presionó a sus
padres para que lo dejaran ir a la guerra, donde se hallaban todos sus amigos.
Por lo visto, su madre, que era una mujer con un carácter muy fuerte, se opuso
rotundamente a ello, ya que había perdido a 3 de sus hijos a causa de diversas
enfermedades.
Como buen político, Abraham
Lincoln, consiguió convencer a su mujer y, tras haber consultado con el general
Ulysses S. Grant, le admitió como miembro de su Estado Mayor, con el grado de
capitán.
Como el cuartel general de Grant
se hallaba muy lejos de los campos de batalla, el joven Lincoln, no podía
correr riesgo alguno. ¡Está visto que no hay nada mejor que tener un buen
enchufe!
Sin embargo, no sé si sabréis,
aunque ya escribí hace tiempo un artículo sobre ello, que nuestro personaje de
hoy y el hermano de ese asesino se conocieron unos meses antes. En la foto de ese trío de actores aparecen los dos hermanos.
El hijo del presidente se hallaba
en el andén de una estación, esperando la llegada de un tren. Cuando estaba
haciendo su entrada, una multitud de personas invadió el andén y dio un ligero
empujón a nuestro personaje. Estuvo a punto de caer a las vías, de no ser
porque alguien le agarró por el cuello de la chaqueta y tiró hacia atrás de él.
Parece ser que nuestro personaje
no quiso acompañar a sus padres esa anoche al teatro, alegando que se
encontraba muy cansado, después de haber hecho un largo viaje en una carreta
militar.
Tras el entierro de su padre, la
familia se fue a vivir a Chicago, dejando al frente del Gobierno al antiguo
vicepresidente, Andrew Johnson.
Es curioso que también el
vicepresidente, que llegó a la presidencia, después del asesinato de Kennedy,
también se apellidara Johnson.
Al año siguiente, se casó con la
hija de un senador y tuvieron 3 hijos, que fueron los que, posteriormente, donaron
su legado a varias instituciones.
Por lo visto, tampoco se llevó
nunca demasiado bien con su madre. Parece ser que había quedado bastante
afectada, tras la muerte de todos sus hijos, menos él. Así que a Robert no se
le ocurrió otra cosa que ingresarla en un psiquiátrico.
Entre 1881 y 1885 fue nombrado secretario
de Guerra, lo que aquí llamamos ministro de Defensa. Curiosamente, estuvo en
ese cargo bajo dos sucesivos presidentes.
Durante su estancia en ese
ministerio, tuvieron lugar unos graves incidentes en Cincinnati, para los que
hubo que movilizar al Ejército.
Posteriormente, fue nombrado embajador
de USA ante el Reino Unido. Estuvo en ese cargo entre 1889 y 1893.
Allí murió su único hijo varón,
con sólo 16 años de edad, a causa de una complicación postoperatoria.
A su regreso a USA, fue
contratado como abogado por algunas grandes empresas, como la Pullman, que
fabricaba vagones de ferrocarril, de la que llegaría a ser su presidente.
En principio, aunque, como ya dije,
no estuvo presente en aquel teatro, cuando dispararon contra su padre, que no
murió ese mismo día, sino al siguiente. Robert estuvo a su lado cuando murió.
Cuando fue secretario de Guerra
del presidente Garfield, en cierta ocasión, le acompañó a la estación de
ferrocarril de Washington D.C. Cuando se estaban despidiendo, alguien disparó y
mató al presidente delante de él.
Por lo visto, unos años después,
recibió otra invitación para acompañar a otro presidente y la rechazó alegando
que siempre les ocurría algo a los presidentes cuando él estaba presente.
Parece ser que nunca fue un
hombre con grandes ambiciones. Entre 1884 y 1912, se barajó su nombre en
diversas ocasiones para ser nombrado candidato por el Partido Republicano a la presidente
o vicepresidencia de USA. Sin embargo, él siempre rechazó esos ofrecimientos.
Desde luego, nunca tuvo el gusto
por ese humor con retranca, que caracterizó a su padre. Por ejemplo, en su
época, el presidente Lincoln tenía fama de ser un tipo feo. Así que, en cierta
ocasión, cuando se hallaba en el Senado, un senador le acusó de ser un hombre
con dos caras. A lo que él le respondió: “si yo tuviera dos caras, ¿cree Vd.
que vendría aquí con ésta?”
Tampoco le gustaron las ideas de
progreso que trajo el presidente Wilson, al que dediqué otro de mis artículos,
y que fue uno de los principales artífices del Tratado de Versalles.
En 1922, fue la última vez que se
le vio en público a nuestro personaje. Esto ocurrió con motivo de la
inauguración del famoso Lincoln Memorial, construido en Washington D.C.
Robert murió en 1926 en su casa
de campo, situada en el Estado de Vermont. Su cuerpo fue enterrado en el Cementerio
Nacional de Arlington, bajo un artístico sarcófago esculpido por James Earle
Fraser.
Bueno, con este artículo, cumplo mis objetivos para este año y os desea a todos ¡¡UN MUY FELIZ AÑO 2021!!
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
DE WWW.GOOGLE.ES
MUmuy interesante
ResponderEliminarmuy interesante
ResponderEliminarFeliz año Don Juan! Muchas gracias por amenizar tantos momentos del año que dejamos atrás
ResponderEliminarMuchas gracias. Igualmente.
EliminarSaludos.