Hoy traigo al blog a uno de esos
personajes de los que apenas han sido mencionados, pero que han tenido mucha
importancia. Parece ser que ha habido mucha gente interesada en que esta
persona pasara totalmente desapercibida.
Al término del bachillerato,
Hedwig estudió para secretaria y allí aprendió varios idiomas. Algo que le
sería de mucha utilidad.
Empezó trabajando en Coblenza,
pero, ya a mediados de los años 30, fue fichada para trabajar en la central de
la Gestapo en Berlín.
Al poco de llegar, en enero de
1936, fue destinada como secretaria particular de Heinrich Himmler el gran jefe
de las SS.
En aquella época, Himmler estaba
casado desde 1928 con Margarete Boden. Una enfermera 7 años mayor que él. Tenían
una única hija, llamada Gudrun, nacida en 1929 y también adoptaron a un huérfano,
llamado Gerhard, hijo de un oficial de las SS, que había muerto antes de la
guerra.
Curiosamente, Himmler, que era ingeniero agrónomo, siempre había sido uno de esos católicos de misa diaria, hasta que entró en el Partido Nazi.
Volviendo a nuestro personaje de
hoy, Hedwig era una joven rubia con los ojos azules, que coincidía con el
modelo racial que admiraban los nazis.
Lo cierto es que la secretaria y
su jefe empezaron a intimar y se enamoraron. Así que, en 1941, dejó de trabajar
para Himmler, pero no terminó ahí su relación con él, ya que éste le compró una
vivienda.
Parece ser que también fue en ese
mismo año en el que Margarete se enteró del romance de su marido con su
secretaria. Por lo visto, las relaciones entre Himmler y su esposa ya eran muy
frías, porque éste estaba muy absorbido por su trabajo y apenas pasaba por su
casa. Por el contrario, siempre se preocupó mucho por Gudrun, la hija de ambos,
a la que solía llamar casi todos los días.
Margarete, que era una de las
dueñas de una clínica, vendió sus acciones y se aprovechó de su matrimonio para
que la nombraran alto cargo de la Cruz Roja de Alemania.
En 1942 nació el primer hijo de Hedwig y Himmler, llamado Helge. El problema es que el chico parecía tener cierta discapacidad. No obstante, lo criaron, aunque eso estuviera en contra de la doctrina oficial nazi, que solía deshacerse de esos niños.
A partir de entonces, Margarete
se quedó viviendo en su casa con Gudrun. Himmler dejó de vivir allí, aunque
solía ir a ver a su hija Gudrun.
En 1944, Himmler compró otra casa
para Hedwig. Se trataba de una vivienda enorme, que había sido la casa de
vacaciones de Sigmund Freud. Realmente, la casa era propiedad de la hermana de
Freud y le fue expropiada por las autoridades nazis.
Ciertamente, para las obras de
reforma no contrató a trabajadores normales, sino que dio la orden de que las
hicieran un grupo de prisioneros de los campos de concentración.
Esta vez fue una niña a la que llamaron Nanette Dorothea. Por supuesto, ambos niños nacieron en hospitales de las SS.
Curiosamente, la niña nació el
mismo día en el que se produjo el atentado de la famosa Operación Valkiria
contra Hitler.
Parece ser que, ya en los años
80, en la única entrevista concedida por ella, dijo que había influido sobre
Himmler para que aceptara reunirse con los Aliados a fin de dar término, cuanto
antes, a la guerra, de una forma que no supusiera la rendición incondicional de
Alemania. Esas reuniones tuvieron lugar en Suiza y empezaron en 1943.
Casualmente, no dijo nada de que conociera
el tema de los campos de concentración y las masacres realizadas por los nazis.
Sin embargo, parece muy extraño que una persona, que estaba al tanto de muchos
secretos, no conociera esas actividades.
Al final de la guerra, Hedwig se
mudó con sus hijos a Berchtesgaden, en la misma zona donde vivían otros
dirigentes nazis.
Por lo visto, Himmler, a pesar de estar muy ocupado con la guerra, solía llamar diariamente a Hedwig. La última vez fue el 19/04/1945.
No obstante, ese mismo día, llamó
a su puerta un oficial de las SS para entregarle una carta del mismo Himmler. Supongo
que no sería una carta de amor, porque eso se lo podría haber dicho por teléfono.
Al día siguiente, Himmler estuvo presente
en la última fiesta de cumpleaños de Hitler. Posteriormente, se trasladó al
norte, cerca de la frontera con Dinamarca, donde estableció su cuartel general,
que estaba cerca del puesto de mando del gran almirante Doenitz.
Parece ser que, como Hitler había nombrado su sucesor a Doenitz, Himmler intentó formar parte de su nuevo gobierno, pero no tuvo éxito.
Posteriormente, Himmler tenía la
intención de trasladarse al sur. Pretendía llegar a un pueblo, en una zona
montañosa, donde había almacenado dinero y supongo que también metales nobles
producto de su rapiña, a fin de pasar unos días hasta que pudiera huir a Italia
y de allí, posiblemente, como tantos otros nazis, a Argentina.
Sin embargo, las tropas USA,
llegaron a Berchtesgaden el 04/05/1945. No detuvieron a Hedwig y a sus hijos,
porque ya habían huido, pero sí que los capturaron una semana más tarde.
Por otro lado, Himmler fue
detenido en un puesto de control del Ejército británico, situado al norte de
Alemania, el 22/05/1945. No le pudieron interrogar durante mucho tiempo,
porque, al día siguiente, vieron que, aparentemente, se había suicidado con una
cápsula de cianuro. Parece un poco raro que no lo hubieran registrado a fondo,
cuando fue detenido. Precisamente, el informe de su muerte sigue siendo
material clasificado y además se dieron mucha prisa en incinerarlo.
Por tanto, parece muy posible que Hedwig les hubiera dicho a sus interrogadores USA dónde se hallaba Himmler. Estos se hubieran puesto en contacto con los británicos, que estaban al cargo de esa zona, y lo capturaran.
Aunque también es cierto que los británicos
no tenían ningún interés en que Himmler confesara que había estado en contacto
con ellos, a espaldas de los soviéticos, para acabar cuanto antes con la guerra
en el frente occidental, a fin de continuar en el frente oriental.
Curiosamente, cuando fue
detenido, una de las cosas que se le intervinieron fue una carta, firmada por
él, dirigida nada menos que al general Eisenhower. Nunca más se ha sabido nada
de esa carta. Incluso, los servicios de Inteligencia USA se pusieron muy
furiosos, cuando se enteraron del suicidio de Himmler.
Parece ser que a Hedwig la
trasladaron a un centro de interrogatorios USA, situado en Munich. Allí hicieron
un trato con ella para sacarle toda la información que pudieran. Por lo visto,
les daría esa información a ellos y a nadie más y, a cambio, la protegerían a
ella y a sus hijos.
Por eso mismo, gozó siempre de la protección de la CIA. Así que, cada vez que un investigador o un periodista la había localizado, la CIA le buscaba otra vivienda en otro lugar. También, estos agentes, solían presentarse, muy a menudo, en su casa, para ver si le hacía falta algo.
Para que no la pudieran localizar por su apellido, la CIA organizó su matrimonio con un hombre, que era un enfermo terminal. Ya sabemos que, en algunos países, las mujeres pierden su apellido tras su matrimonio y toman el de su marido.
Precisamente, todavía hay muchas
riquezas y obras de arte, robadas por los nazis, que nunca se han encontrado. Así
que no me extrañaría que Himmler le contara en aquella carta a Hedwig dónde
podría encontrar esas riquezas, para que pudiera criar, durante a la posguerra,
a sus dos hijos. Supongo que negociaría con sus interrogadores USA y hasta es
posible que se lo repartieran. Por no hablar de los muchos secretos, que ella
conocía y que a los USA y a los británicos no les interesaba que conocieran los
soviéticos.
Al final de la guerra, también Himmler
quiso mantener conversaciones con Eisenhower para una rendición honrosa de
Alemania. Lo hizo a través del conde Folke Bernadotte, al que ya dediqué otro
de mis artículos, que entonces era el presidente de la Cruz Roja de Suecia. Sin
embargo, los Aliados no lo aceptaron. Incluso, como la BBC aireó estos intentos
de negociación, Hitler se enteró de ello y le cesó de todos sus cargos.
También es posible que ella les
hablara de las operaciones y de las redes secretas de información creadas por
los nazis.
Curiosamente, a Hedwig y a sus
hijos los pusieron muy pronto en libertad, mientras que Margarete y Gudrun estuvieron
casi dos años encarceladas.
También mantuvo contacto con la
familia de Himmler. Concretamente, con Gebhard, hermano mayor de Heinrich, que
también había sido miembro del Partido Nazi.
Volviendo a la famosa carta, que
le llevó un oficial de las SS, es posible que allí le dijera dónde podría sacar
dinero para vivir. Alguna contraseña o quizás algún sitio donde hubieran
escondido aquel famoso oro, que atesoraban los nazis y que todavía no ha sido
hallado.
Parece ser que Himmler, como
muchos otros dirigentes nazis, tenía mucho dinero depositado en el Dresdner Bank.
No sólo en Alemania, sino también en otros países, como Suecia.
Evidentemente, son sólo suposiciones. Sin embargo, no he visto que Hedwig quisiera buscar otro trabajo en la posguerra. Lo cual quiere decir que tenía fondos para vivir. Podrían venir de Himmler o de la CIA.
Para terminar, como ya dije,
Himmler, en su juventud, había sido un católico de misa diaria. Luego se
enemistó con la Iglesia católica como institución.
Aunque los nazis fomentaban una
especie de religión pagana, permitieron que los soldados del Ejército alemán
siguieran llevando en sus hebillas una leyenda que decía: “Dios está con
nosotros”. Era una tradición, que se remontaba al siglo XVIII.
Sin embargo, los miembros de la
SS, no llevaban ese lema, sino este otro: “Mi honor es la lealtad”.
Por último, Hedwig murió en 1994
en la localidad de Baden-Baden a causa del Alzheimer.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
DE WWW.GOOGLE.ES









No hay comentarios:
Publicar un comentario