Todos sabemos que siempre han
existido estafadores que, con su verborrea, han sabido encandilar a las masas
en su provecho. El problema es cuando uno de estos se escuda en un título
universitario y eso hace que la gente se fíe más de él.
También se me ocurre el infame
experimento Tuskegee, al cual dediqué otro de mis artículos. En este caso, los
médicos USA, en lugar de curar las enfermedades venéreas de los pacientes, les
daban placebos y se limitaban a estudiar cómo se iban muriendo.
Sin embargo, nuestro personaje de
hoy nació en el antiguo Imperio Ruso. Trofim Denisovich Lysenko nació en 1898
en una pequeña localidad de la actual Ucrania. Concretamente, en Karlivka, en
la ahora famosa y disputada zona de Donetsk.
Era hijo de una familia campesina,
aunque supongo que sería acomodada, ya que pudo realizar estudios superiores en
el Instituto Agrícola de Kiev, logrando, en 1925, algo parecido a una licenciatura
como ingeniero agrónomo.
En 1927, cuando trabajaba en una estación experimental agrícola en Azerbaiyán, llamada Instituto de Botánica aplicada y nuevos cultivos de la URSS, el famoso diario Pravda se hizo eco de unos supuestos logros de este investigador.
Afirmaba que había encontrado una forma de abonar la tierra sin necesidad de fertilizantes y, que, incluso, podía cultivar guisantes en invierno para paliar la hambruna en la que vivían los habitantes de la antigua URSS.Ya sabemos que a los periodistas
les encanta la gente que les proporciona unos buenos titulares, aunque sean
falsos. Así que eso era lo que hacía Lysenko, citar, de vez en cuando, a los
periodistas para mostrarles sus supuestos avances, aunque luego se convirtieran
en un fracaso.
Por eso mismo, le llamaron el
Lenin del trigo. Un campesino que, según decían, había derrotado, a la vez, al
invierno y a la ciencia capitalista. Así, algunos comunistas soñaron con crear,
de esa forma, al hombre nuevo.
Precisamente, en aquel momento,
Stalin estaba buscando algo que le diera una serie de hechos para reforzar el
comunismo. Así que llegó a pronunciar esta frase lapidaria: “El camarada
Lysenko está en el camino correcto”. Como es de suponer, a partir de entonces,
nadie se atrevería a oponerse a las ideas de Lysenko.
Curiosamente, en esos primeros experimentos, fue apoyado por un famoso botánico soviético llamado Vavilov, del cual volveremos a saber en este artículo.
En esta época, se casó con una de
sus ayudantes, llamada Alexandra Baskova.
Por lo visto, uno de sus primeros
experimentos consistió en estudiar el grado de calor que necesitaba cada planta
para germinar. No obstante, cometió errores en su estudio y, como fue criticado
por algunos estadísticos, se enemistó con ellos. Se ve que no le gustaban las
críticas.
Después, se empeñó en convertir
el trigo de invierno en trigo de primavera, al tratar las semillas con humedad
y frío. Con eso pretendía que fueran más resistentes y eso lo heredaran sus
descendientes. Ese año acertó. No obstante, al año siguiente fracasó. Colocaba
las semillas en medio del campo para que les diera el frío, antes de
sembrarlas, y así decía que producirían más.
Realmente, sus teorías más
importantes fueron la herencia de caracteres adquiridos, inspirada en Lamarck,
por la cual afirmaba que, si a unas plantas se les acostumbraba a vivir con
frío, transmitirían esa forma de vivir a la siguiente cosecha. Pero se vio que
se equivocaba.
Por último, también fue partidario
de la mezcla de especies. Lo que se le ocurrió fue plantar todas las plantas
muy juntas, aunque fueran de diferentes especies, porque, según él, cooperarían,
en lugar de competir entre ellas. Algo que sabemos que es incorrecto.
En 1929 fue invitado a trabajar
en el Instituto de mejora genética de la URSS, que se hallaba en Odessa y 7
años más tarde fue nombrado su director.
Por ello, en 1934, fue elegido
miembro de la Academia de Ciencias de Ucrania y, al año siguiente, también fue
miembro de la Academia de Ciencias Agrícolas Lenin de la URSS.
En el verano de 1936 comenzaron las
discusiones entre Lysenko y otros miembros de esa Academia, encabezados por
Vavilov. Lysenko les acusó de ser demasiado teóricos.
En 1938, aumentaron el poder y la
influencia de Lysenko, pues se convirtió en presidente de la Academia de
Ciencias Agrícolas Lenin de la URSS.
No obstante, siguieron
produciéndose acusaciones hacia los dos bandos en distintas revistas
científicas de la URSS.
Ya en 1940, Lysenko nombró como subdirector
del Instituto de investigación industrial de la URSS a un agente de la antigua
NKVD, después, más conocida como KGB.
Supongo que eso dio lugar a que
Vavilov y sus más cercanos colaboradores fueran arrestados y enviados a unos de
esos campos de concentración en Siberia, donde murieron casi todos. Incluido,
Vavilov.
En 1940, participó en el Gran Plan de Stalin para la transformación de la naturaleza. Esta vez, se le ocurrió decir que era mejor plantar los árboles muy juntos para luchar contra las malas hierbas. Lógicamente, eso dio lugar a que crecieran mucho menos.
Durante la II Guerra Mundial,
Stalin dio la orden de que fuera evacuado hacia el interior de la URSS. Allí
formó parte de la Comisión estatal extraordinaria para el establecimiento e
investigación de las atrocidades de los invasores fascistas alemanes.
Precisamente, sus antiguos aliados.
A mediados de 1943 recibió el
Premio Stalin de primera clase por sus novedosos métodos de siembra. Todos
ellos salidos de su pseudociencia.
Durante la posguerra fue
condecorado con la Orden de Lenin y nombrado Héroe del trabajo socialista.
Seguro que muchos os preguntaréis
cómo es que este hombre se atrevió a cometer esa imprudencia. Pues, por una
razón muy sencilla, porque era el yerno de Stalin. También era hijo de uno de
los líderes políticos más importantes de la URSS.
Lysenko también fue nombrado
director de la rama de Genética en la Academia de Ciencias de la URSS. Lo que
contribuyó a que obstaculizara el ingreso de los nuevos conocimientos
adquiridos por la Ciencia de los países occidentales.
Muchos de esos científicos occidentales criticaron la labor de Lysenko, alegando que desconocía lo más básico de la Genética. Incluso despreciaba a Mendel. Llego a decir: “No existe la genética sin lucha de clases”.
Como esos científicos solían
experimentar con las moscas de la fruta, Lysenko les apodó “los amantes de las
moscas”.
Lo de Lysenko ya no era una
ciencia, sino algo parecido a una religión, donde él era su profeta y Stalin su
dios.
A partir de 1948, se ordenó en la
Academia de Ciencias agrícolas Lenin, presidida por Lysenko, que la única
teoría válida era el llamado Lysenkoismo. O sea, las ideas de Lysenko.
Por ello, varios partidarios de
la Genética fueron detenidos, llevados a esos campos y hasta ejecutados, como
le ocurrió al mencionado Vavilov.
Según algunos expertos, eso hizo que Lysenko hiciera retroceder los conocimientos de la Biología y la Agronomía rusas más de medio siglo.
Esas ideas tan peregrinas que tenía Lysenko,
como la de sembrar las plantas muy juntas dieron lugar a grandes hambrunas, que
ocasionaron la muerte de millones de soviéticos.
Incluso, como Stalin se las
recomendó a Mao, las pusieron en práctica en China y ocasionaron la muerte de
unos 50.000.000 de chinos.
Sus partidarios solían ocultar
sus fracasos y echarle la culpa de ellos a unos saboteadores inexistentes.
En 1955, unos 300 científicos
soviéticos se pusieron de acuerdo para enviar una carta a Kruschev a fin de
reducir el poder y la influencia de Lysenko. Esto dio lugar a su dimisión. Sin
embargo, Kruschev lo recuperó para que siguiera dirigiendo el Instituto de
Genética, aunque su estrella se había ido apagando desde la muerte de Stalin,
ocurrida en 1953.
En 1962, ya hubo 3 científicos que se atrevieron a criticarlo públicamente, calificando sus logros como pseudociencia y mencionando su obsesión por eliminar a los que criticaban sus métodos. Incluso, había despreciado los descubrimientos sobre el ADN.
En 1964, el famoso científico soviético Andrei Sakharov lo acusó públicamente de ser el responsable del atraso de la ciencia en su país y de la eliminación de todos los que se oponían a sus métodos.
En 1965, Lysenko fue destituido
de los pocos cargos que todavía tenía y confinado en una granja agrícola en las
afueras de Moscú.
Tras la destitución de Kruschov,
el propio presidente de la Academia de Ciencias de la URSS tomó cartas en el
asunto y envió una comisión de expertos para estudiar las investigaciones que
había hecho. Eso hizo que cayera en desgracia.
Poco a poco, los investigadores
soviéticos fueron actualizando los conocimientos en Biología y Agronomía, que
habían sido censurados por nuestro personaje.
Falleció en 1976. Fue enterrado en un cementerio de Moscú, pero las autoridades soviéticas no quisieron publicar las noticias de su fallecimiento. Por lo visto, siguió pensando que sus teorías eran correctas hasta el final de sus días.
Las ideas de Lysenko estaban
basadas en las de otro colega suyo, llamado Iván Michurin. Por eso, la llamó
doctrina michurinista y se basó en que las plantas conservaban la herencia de
caracteres adquiridos. No contaba con la mutación.
También afirmaba que no creía en
la existencia de los genes y que no era el ADN, sino todo el cuerpo el que
transmitía la herencia a las siguientes generaciones.
Incluso, afirmaba que las plantas
se sacrifican para que las jóvenes pudieran crecer más y mejor que ellas.
Otra de sus teorías era que las
vacas no daban más leche por ser de una raza más lechera, sino porque se le
diera un buen trato. Por ello, su equipo trataba muy bien al ganado.
Lo único cierto es que logró que
los científicos soviéticos fueran muy obedientes a los caprichos de sus
gobernantes y a nadie se le permitió discutir lo que afirmaba Lysenko.
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