Hoy voy a narrar una historia en
la que se demuestra que se obtienen mejores resultados haciendo las cosas por
las buenas que por las malas.
En algunos sitios, como London
Cage, encerraron a muchos miembros de las temibles SS, acusados de crímenes de
guerra.
En este caso, aunque el edificio estaba
situado en los jardines del Palacio de Kensington, una zona muy céntrica de
Londres, sus interrogadores se emplearon con mucha dureza, por lo que luego tuvieron
que comparecer ante la Justicia, por haber utilizado la tortura. Sobre todo, su
máximo responsable, un oficial de la Policía, llamado Alexander Scotland.
Por el contrario, el MI6, servicio
de espionaje británico, utilizó una curiosa estratagema para hacer cantar a sus
prisioneros alemanes, ya que lo normal es que no dijeran nada, amparándose en sus derechos como prisioneros de guerra.
En 1923, un millonario, llamado
Philip Sassoon, compró este palacete y encargó que se rehabilitara de acuerdo
con los gustos y las comodidades del siglo XX. Sassoon estaba emparentado con
la conocida familia Rothschild.
Parece ser que, durante los
trabajos de cimentación, para la construcción de algunos edificios anexos,
aparecieron varios restos romanos.
Se sabe que gente tan conocida
como Churchill, Lawrence de Arabia o el propio Charles Chaplin visitaron este
edificio para asistir a las muchas fiestas que se celebraron allí.
Por ello, dado que era un lugar
tan lujoso, al llegar la guerra, coincidiendo con la repentina muerte de Sassoon,
fue incautado por el Gobierno británico para poner en práctica una brillante
idea.
Se trataba de sacar partido a un lugar de reclusión para generales alemanes. Se nombró, para estar al frente de ese centro, al coronel Thomas Joseph Kendrick, un veterano del MI6.
El coronel Kendrick había nacido en 1881, en Sudáfrica, y estuvo mucho tiempo al mando de la estación del MI6 (servicio de espionaje británico) en la Embajada del Reino Unido en Viena.Allí, aparentemente, se dedicaba
al control de pasaportes. Sin embargo, tras la anexión de Austria por parte de
Alemania, la Embajada se llenó de judíos pidiendo visados para huir de allí. Así
que, gracias a él, varios miles de judíos consiguieron visados para huir al
Reino Unido o al territorio británico de Palestina.
Poco después, fue delatado por un
agente doble. Por ello, fue detenido por la Gestapo y, como aún no había
comenzado la Segunda Guerra Mundial, fue deportado a su país.
Así que, como los alemanes ya lo
habían fichado, el MI6 lo nombró responsable de Trent Park. Supongo que habrían
tenido en cuenta que hablaba muy bien alemán y que conocía muy bien a los
alemanes, porque había vivido muchos años en ese país.
Por tanto, conforme los generales alemanes prisioneros iban llegando a Trent Park, eran recibidos, muy amablemente, por el coronel Kendrick. Tal y cómo se les puede ver tan sonrientes, en esta foto, procedente del Bundesarchiv de Alemania.
Éste les iba diciendo que era un
aristócrata británico, lo cual era falso, y que también era pariente del rey
Eduardo VIII, el cual había abdicado y se sabía que era muy amigo de los nazis.
Lo que no sabían estos generales era
que, tanto la mansión como los jardines, estaban llenos de micrófonos y sus
conversaciones eran escuchadas y grabadas por unos operarios que, en su mayor
parte, se trataba de judíos alemanes.
Así que, para que se fueran
confiando, les trataban como reyes, alegando que los británicos y los alemanes
no tenían por qué ser enemigos. De hecho, la familia real británica es
originaria de Alemania.
de Inteligencia británicos se fueron enterando de dónde estaban las bases de las cuales partían los bombarderos alemanes para atacar Gran Bretaña.
También hablaban sobre las
debilidades de sus aeronaves y lo que opinaban sobre las aeronaves y los
pilotos de la RAF.
Quizás lo mejor de todo fue
averiguar cómo era el ambiente dentro del Ejército alemán y saber hasta qué
punto apoyaban a los nazis.
No obstante, también fue muy interesante saber cuáles eran las playas británicas elegidas por Hitler para intentar un desembarco en Gran Bretaña. Hasta hablaron sobre los códigos secretos utilizados en sus mensajes por la Armada alemana.
Incluso, grabaron conversaciones
en los que los generales alemanes debatieron sobre lo que sabía la Inteligencia
alemana acerca de la Inteligencia aliada y los movimientos de resistencia en
los países, que habían invadido.
Estaban tan confiados que el
propio Kendrick llegó a ser tratado como a uno más entre aquellos generales
alemanes. Incluso, ordenó a los guardianes británicos, que se cuadraran, cuando
pasaran esos generales junto a ellos.
No sólo les dieron los mejores
manjares, sino que también les dieron una pequeña paga con la que podían
comprar algunas cosas en una pequeña tienda, que estaba dentro de ese recinto.
También tenían a una persona a la
que le encargaban que, una vez por semana, fuera a Londres para comprarles lo
que le habían encargado.
Parece ser que Churchill montó en
cólera, cuando se enteró que Kendrick había organizado una excursión para
algunos de sus “huéspedes”, en la que les llevó a Londres para visitar los almacenes
Harrod’s y a comer en el Hotel Ritz.
Supongo que, si los londinenses hubieran sabido cómo estaban tratando a estos enemigos, también se hubieran
cabreado mucho, porque las estaban pasando moradas, entre los bombardeos y las
cartillas de racionamiento.
Más tarde, destinaron a Trent Park
a un tipo con modales aristocráticos, que se hacía llamar lord Aberfeldy, el cual
decía ser un primo del rey Jorge VI. Les dijo que el monarca le había encargado
que se les tratara como amigos y ellos se lo creyeron.
Curiosamente, llegaron a imprimir
periódicos falsos, que se los daban a esos generales para ver qué opinaban
sobre esas noticias de la guerra.
Se sabe que las copias de esas
conversaciones dieron lugar a unos informes de más de 100.000 páginas y también
fueron grabadas en discos.
Entre aquellos 59 ilustres prisioneros podemos destacar al general von Arnim, jefe de algunas unidades del Afrika Korps, el general Crüwell, derrotado en la batalla del Alamein (al que podemos ver en esta foto, procedente del Bundesarchiv de Alemania), von Tippelskirch, jefe del 7º Ejército en Francia, capturado tras el desembarco de Normandía, etc.
Hay que decir que éste no fue el
único centro de detención con estas mismas características. Hubo un par de
ellos más. Sus nombres eran Latimer House y Wilton Park. La diferencia estaba
en que en estos sólo había oficiales alemanes e italianos, pero no generales.
Hay algunos expertos que afirman
que las informaciones obtenidas en estos tres centros fueron tan valiosas como
las conseguidas en Bletchley Park, el lugar donde se descifraron los códigos
utilizados por las máquinas Enigma.
Incluso, les grabaron reconociendo
que habían asesinado a miles y miles de judíos en la antigua URSS y en los
campos de exterminio. Dato que fue muy útil para los fiscales de los juicios de
Nuremberg. Esa acusación siempre la habían negado los militares alemanes, pero
ahí demostraron haber sido cómplices de esas masacres.
Supongo que esto tuvo que ser muy
desagradable para los que escuchaban estas conversaciones, que solían ser judíos
huidos de Alemania y que no sabían del destino que habían tenido sus parientes,
que se habían quedado allí.
Tras la guerra, Trent Park siguió
utilizándose como una academia para formar a los nuevos agentes de la
Inteligencia británica.
Sin embargo, hubo un historiador
alemán que se topó con ello, cuando estaba investigando sobre otro tema, en
unos archivos de la guerra. Se trataba de Sönke Neitzel, que descubrió esta documentación
en el año 2001 y empezó a investigar este tema. A raíz de este descubrimiento,
ha publicado varios trabajos académicos en revistas dedicadas a la Historia.
Actualmente, están edificando
muchas viviendas por esa zona. Sin embargo, afortunadamente, han respetado el
edificio y lo han convertido en un museo.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
DE WWW.GOOGLE.ES
Interesante
ResponderEliminarMuy interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarLa Embajada se llenó de judíos pidiendo visados para huir de allí. Así que, gracias a él, varios miles de judíos consiguieron visados para huir al Reino Unido o al territorio británico de Palestina. No los quieren en ningún espacio del mundo.
ResponderEliminarEs lógico que quisieran escapar, porque sabían que los nazis los iban a matar.
EliminarMuy interesante, como los otros y me has mandado, es curioso yo de pequeña debatía a la hora de a una buena persona para conseguir algo de ella hay que tratarla bien tratándola mal no consigues nada.
ResponderEliminarPara malas personas o ya adultos como en este caso pues se ve que el trato bueno también es lo que funciona.
Lógicamente, a todo el mundo nos gusta que nos traten bien. Algo que no comprenden muchos, porque muchos de los que mandan suelen ser los más pelotas, pero también los más torpes.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y saludos.