ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

lunes, 10 de febrero de 2025

EL SECRETO ESCONDIDO EN TRENT PARK

 

Hoy voy a narrar una historia en la que se demuestra que se obtienen mejores resultados haciendo las cosas por las buenas que por las malas.

Como es sabido, ambos bandos hicieron muchos prisioneros durante la II Guerra Mundial. Lo normal era encerrarlos en algún sitio para interrogarlos.

En algunos sitios, como London Cage, encerraron a muchos miembros de las temibles SS, acusados de crímenes de guerra.

En este caso, aunque el edificio estaba situado en los jardines del Palacio de Kensington, una zona muy céntrica de Londres, sus interrogadores se emplearon con mucha dureza, por lo que luego tuvieron que comparecer ante la Justicia, por haber utilizado la tortura. Sobre todo, su máximo responsable, un oficial de la Policía, llamado Alexander Scotland.

Por el contrario, el MI6, servicio de espionaje británico, utilizó una curiosa estratagema para hacer cantar a sus prisioneros alemanes, ya que lo normal es que no dijeran nada, amparándose en sus derechos como prisioneros de guerra.

Al norte de Londres existe uno de esos imponentes palacetes, en medio de la verde campiña inglesa, llamado Trent Park, que fue construido en el siglo XVIII, por orden de Jorge III y está rodeado por una gran zona verde.

En 1923, un millonario, llamado Philip Sassoon, compró este palacete y encargó que se rehabilitara de acuerdo con los gustos y las comodidades del siglo XX. Sassoon estaba emparentado con la conocida familia Rothschild.

Parece ser que, durante los trabajos de cimentación, para la construcción de algunos edificios anexos, aparecieron varios restos romanos.

Se sabe que gente tan conocida como Churchill, Lawrence de Arabia o el propio Charles Chaplin visitaron este edificio para asistir a las muchas fiestas que se celebraron allí.

Por ello, dado que era un lugar tan lujoso, al llegar la guerra, coincidiendo con la repentina muerte de Sassoon, fue incautado por el Gobierno británico para poner en práctica una brillante idea.

Se trataba de sacar partido a un lugar de reclusión para generales alemanes. Se nombró, para estar al frente de ese centro, al coronel Thomas Joseph Kendrick, un veterano del MI6.

El coronel Kendrick había nacido en 1881, en Sudáfrica, y estuvo mucho tiempo al mando de la estación del MI6 (servicio de espionaje británico) en la Embajada del Reino Unido en Viena.

Allí, aparentemente, se dedicaba al control de pasaportes. Sin embargo, tras la anexión de Austria por parte de Alemania, la Embajada se llenó de judíos pidiendo visados para huir de allí. Así que, gracias a él, varios miles de judíos consiguieron visados para huir al Reino Unido o al territorio británico de Palestina.

Poco después, fue delatado por un agente doble. Por ello, fue detenido por la Gestapo y, como aún no había comenzado la Segunda Guerra Mundial, fue deportado a su país.

Así que, como los alemanes ya lo habían fichado, el MI6 lo nombró responsable de Trent Park. Supongo que habrían tenido en cuenta que hablaba muy bien alemán y que conocía muy bien a los alemanes, porque había vivido muchos años en ese país.

Por tanto, conforme los generales alemanes prisioneros iban llegando a Trent Park, eran recibidos, muy amablemente, por el coronel Kendrick. Tal y cómo se les puede ver tan sonrientes, en esta foto, procedente del Bundesarchiv de Alemania.

Éste les iba diciendo que era un aristócrata británico, lo cual era falso, y que también era pariente del rey Eduardo VIII, el cual había abdicado y se sabía que era muy amigo de los nazis.

Lo que no sabían estos generales era que, tanto la mansión como los jardines, estaban llenos de micrófonos y sus conversaciones eran escuchadas y grabadas por unos operarios que, en su mayor parte, se trataba de judíos alemanes.

Así que, para que se fueran confiando, les trataban como reyes, alegando que los británicos y los alemanes no tenían por qué ser enemigos. De hecho, la familia real británica es originaria de Alemania.

Gracias a este ambiente tan cordial, poco a poco, los servicios
de Inteligencia británicos se fueron enterando de dónde estaban las bases de las cuales partían los bombarderos alemanes para atacar Gran Bretaña.

También hablaban sobre las debilidades de sus aeronaves y lo que opinaban sobre las aeronaves y los pilotos de la RAF.

Quizás lo mejor de todo fue averiguar cómo era el ambiente dentro del Ejército alemán y saber hasta qué punto apoyaban a los nazis.

No obstante, también fue muy interesante saber cuáles eran las playas británicas elegidas por Hitler para intentar un desembarco en Gran Bretaña. Hasta hablaron sobre los códigos secretos utilizados en sus mensajes por la Armada alemana.

Incluso, grabaron conversaciones en los que los generales alemanes debatieron sobre lo que sabía la Inteligencia alemana acerca de la Inteligencia aliada y los movimientos de resistencia en los países, que habían invadido.

También, gracias a esto, se enteraron de dónde estaban las bases de lanzamiento de las temibles bombas volantes V-1 y V-2. Eso facilitó que las pudieran bombardear.

Estaban tan confiados que el propio Kendrick llegó a ser tratado como a uno más entre aquellos generales alemanes. Incluso, ordenó a los guardianes británicos, que se cuadraran, cuando pasaran esos generales junto a ellos.

No sólo les dieron los mejores manjares, sino que también les dieron una pequeña paga con la que podían comprar algunas cosas en una pequeña tienda, que estaba dentro de ese recinto.

Incluso, disponían de un taller de sastrería para remendar sus uniformes o hacerles trajes nuevos.

También tenían a una persona a la que le encargaban que, una vez por semana, fuera a Londres para comprarles lo que le habían encargado.

Parece ser que Churchill montó en cólera, cuando se enteró que Kendrick había organizado una excursión para algunos de sus “huéspedes”, en la que les llevó a Londres para visitar los almacenes Harrod’s y a comer en el Hotel Ritz.

Supongo que, si los londinenses hubieran sabido cómo estaban tratando a estos enemigos, también se hubieran cabreado mucho, porque las estaban pasando moradas, entre los bombardeos y las cartillas de racionamiento.

Más tarde, destinaron a Trent Park a un tipo con modales aristocráticos, que se hacía llamar lord Aberfeldy, el cual decía ser un primo del rey Jorge VI. Les dijo que el monarca le había encargado que se les tratara como amigos y ellos se lo creyeron.

Realmente, este personaje era un agente británico, llamado Ian Monroe. Parece ser que se ganó enseguida la confianza de estos militares y solía pasear con ellos, aprovechando para discutir cosas de la guerra. No hará falta decir que solía pararse cerca de uno de esos micrófonos, para que la conversación fuera grabada en las llamadas Salas M.

Curiosamente, llegaron a imprimir periódicos falsos, que se los daban a esos generales para ver qué opinaban sobre esas noticias de la guerra.

Se sabe que las copias de esas conversaciones dieron lugar a unos informes de más de 100.000 páginas y también fueron grabadas en discos.

Entre aquellos 59 ilustres prisioneros podemos destacar al general von Arnim, jefe de algunas unidades del Afrika Korps, el general Crüwell, derrotado en la batalla del Alamein (al que podemos ver en esta foto, procedente del Bundesarchiv de Alemania), von Tippelskirch, jefe del 7º Ejército en Francia, capturado tras el desembarco de Normandía, etc.

Hay que decir que éste no fue el único centro de detención con estas mismas características. Hubo un par de ellos más. Sus nombres eran Latimer House y Wilton Park. La diferencia estaba en que en estos sólo había oficiales alemanes e italianos, pero no generales.

Hay algunos expertos que afirman que las informaciones obtenidas en estos tres centros fueron tan valiosas como las conseguidas en Bletchley Park, el lugar donde se descifraron los códigos utilizados por las máquinas Enigma.

Incluso, les grabaron reconociendo que habían asesinado a miles y miles de judíos en la antigua URSS y en los campos de exterminio. Dato que fue muy útil para los fiscales de los juicios de Nuremberg. Esa acusación siempre la habían negado los militares alemanes, pero ahí demostraron haber sido cómplices de esas masacres.

Supongo que esto tuvo que ser muy desagradable para los que escuchaban estas conversaciones, que solían ser judíos huidos de Alemania y que no sabían del destino que habían tenido sus parientes, que se habían quedado allí.

Tras la guerra, Trent Park siguió utilizándose como una academia para formar a los nuevos agentes de la Inteligencia británica.

Curiosamente, todo este tema siguió permaneciendo, durante varias décadas, en el más estricto secreto. Como muchas otras cosas, que, hoy en día, siguen siendo secretos.

Sin embargo, hubo un historiador alemán que se topó con ello, cuando estaba investigando sobre otro tema, en unos archivos de la guerra. Se trataba de Sönke Neitzel, que descubrió esta documentación en el año 2001 y empezó a investigar este tema. A raíz de este descubrimiento, ha publicado varios trabajos académicos en revistas dedicadas a la Historia.

Actualmente, están edificando muchas viviendas por esa zona. Sin embargo, afortunadamente, han respetado el edificio y lo han convertido en un museo.

 

TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN DE WWW.GOOGLE.ES

7 comentarios:

  1. La Embajada se llenó de judíos pidiendo visados para huir de allí. Así que, gracias a él, varios miles de judíos consiguieron visados para huir al Reino Unido o al territorio británico de Palestina. No los quieren en ningún espacio del mundo.

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    1. Es lógico que quisieran escapar, porque sabían que los nazis los iban a matar.

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  2. Muy interesante, como los otros y me has mandado, es curioso yo de pequeña debatía a la hora de a una buena persona para conseguir algo de ella hay que tratarla bien tratándola mal no consigues nada.
    Para malas personas o ya adultos como en este caso pues se ve que el trato bueno también es lo que funciona.

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    1. Lógicamente, a todo el mundo nos gusta que nos traten bien. Algo que no comprenden muchos, porque muchos de los que mandan suelen ser los más pelotas, pero también los más torpes.
      Muchas gracias por tu comentario y saludos.

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