Hoy voy a narrar la historia de
una persona que me ha llamado poderosamente la atención, pero, antes de nada,
voy a aclarar ciertas ideas sobre lo que es el famoso Servicio Secreto de USA.
Al final de la guerra civil USA,
se detectó que se estaban multiplicando las redes de falsificación de billetes
y monedas. No sé si esto sería un invento del servicio de Inteligencia
confederado o de otros gobiernos extranjeros.
Lo cierto es que, en 1865, se
creó el Servicio Secreto, cuya misión principal fue combatir estas redes de
falsificación de billetes y monedas en circulación y, por ello, hasta 2003,
siempre dependió del Departamento del Tesoro, lo que aquí llamamos Hacienda, y
no del Departamento de Seguridad Nacional, que es de quien depende desde esa
fecha.
Más o menos, como, en España, el
actual Servicio de Aduanas o como el antiguo cuerpo de Carabineros, ambos
dependientes de Hacienda.
Casualmente, el presidente
Lincoln firmó la ley para crear el Servicio Secreto el mismo día en que fue
asesinado.
El Servicio Secreto tampoco tenía la misión de proteger ni al presidente, ni a ningún otro político USA o extranjero, que fuera de visita a ese país.
Así que los presidentes USA
tenían que contratar su propia seguridad personal. Por ejemplo, el famoso
Abraham Lincoln, contrató a la conocida agencia de detectives Pinkerton,
fundada en 1850 por el escocés Allan Pinkerton. De hecho, se puede ver a éste
en varias fotografías junto al presidente. Curiosamente, esa agencia se fundó
en un local de la Masonería.
A lo largo de la historia, esa
agencia no se ha conformado con realizar actividades propias de los detectives
o de guardaespaldas, sino que también fueron contratados por algunos
empresarios a fin de que enviaran matones para reventar las huelgas.
Sin embargo, esa agencia empezó a
ser conocida cuando descubrieron un complot, que estaba teniendo lugar en
Baltimore para asesinar al presidente Lincoln.
Esta agencia prestó múltiples
servicios al Gobierno USA hasta que en 1908 se creó el famoso FBI. Desde
entonces comenzó su decadencia.
Curiosamente, uno de los agentes de Pinkerton fue el famoso escritor Dashiell Hammet.
Parece ser que muchas de las ideas para sus novelas las tomó de su experiencia en esa agencia.Volviendo al Servicio Secreto,
como, en aquella época, no había en USA una policía con competencia nacional,
fue, en muchas ocasiones, utilizado para investigar crímenes de todo tipo.
Incluso tuvo competencias en Inteligencia y contrainteligencia. Aspectos de los
que ahora se ocupan, respectivamente, la CIA y el FBI.
Sin embargo, en 1901, se tomó la
decisión de que, aparte de seguir luchando contra las falsificaciones
monetarias, a partir de entonces se dedicarían también a escoltar al presidente
y vicepresidente USA, su familia, los candidatos a la presidencia en las
siguientes elecciones y los gobernantes extranjeros, que visitaran USA. También
protegen a los expresidentes de USA.
Supongo que tomarían esa
decisión, porque, ese mismo año, fue asesinado el presidente USA William
McKinley.
Actualmente, también investigan
otros delitos como los fraudes bancarios, los delitos cibernéticos, usurpación
de identidad y en tarjetas de crédito y delitos contra la propiedad
intelectual.
En 1950, cuando se estaba restaurando a fondo la Casa Blanca y el presidente Truman residía temporalmente en la Blair House, unos independistas puertorriqueños quisieron asaltar ese edificio para asesinarlo.
Sin embargo, el agente Leslie Coffelt, que se hallaba de guardia en la puerta, respondió al tiroteo y, aunque resultó herido de gravedad, consiguió matar a uno de los atacantes y herir al otro. Coffelt moriría pocas horas más tarde a causa de sus graves heridas. Es el único agente de esa agencia muerto en acto de servicio. Pertenecía a la Policía uniformada del Servicio Secreto, cuya misión es proteger los edificios oficiales y las embajadas en Washington DC.Llegados a este punto, voy a referirme
a Abraham Bolden. Nació en 1935 en una localidad del Estado de Illinois (USA). Estudió
en Saint Louis y en la Lincoln University, en Missouri, donde se graduó con las
máximas notas en sus estudios de composición musical.
Supongo que no encontraría
trabajo y se le ocurrió empezar a trabajar en la mencionada agencia de detectives
Pinkerton. De hecho, fue el primer afroamericano que trabajó en esa empresa.
Poco después, consiguió un trabajo como patrullero de carreteras en la Policía del Estado de Illinois. Ese trabajo le permitió casarse y formar una familia con 3 hijos.
En 1960, consiguió ingresar como
agente en el Servicio Secreto de USA. Hay que decir que es muy complicado
ingresar en esa institución. Sólo un 10% de los aspirantes lo consiguen.
Fue destinado a la oficina de
Chicago, pero, durante un mes, fue trasladado a la unidad que se dedica a
proteger al presidente en la Casa Blanca.
Parece ser que se lo presentaron al
presidente Kennedy y éste lo comparó con una de las grandes estrellas de
beisbol del momento.
Por lo visto, Bolden era un tipo
que se tomaba muy en serio su trabajo y no le gustaba nada la dejadez con la
que sus compañeros decían proteger al presidente. Así que, tras su mes de
prueba, solicitó regresar a su destino en Chicago.
Parece ser que tuvo mucho éxito
en su labor de localizar y detener a los integrantes de varias redes de falsificadores
de moneda.
Evidentemente, lo negó. Alegó que
esta denuncia podía venir, porque había comentado a unos compañeros que pensaba
informar a la infame Comisión Warren, la que se dedicaba a investigar el
asesinato del presidente Kennedy, sobre la laxitud de algunos de sus compañeros
en la tarea encomendada de proteger al presidente.
No olvidemos que, según apareció
en la prensa, muchos de los agentes, que deberían de haber protegido, en
Dallas, al presidente Kennedy, no estaban en buenas condiciones, ya que
llevaban unos cuantos días de juergas y borracheras.
Por si acaso, nunca citaron a
Bolden ante la Comisión Warren. Algo que a éste le dolió mucho.
En julio de 1964 tuvo lugar el
juicio contra Bolden. Un mes antes del juicio, estuvo dando conciertos de piano
en varios locales de Chicago y lo que recaudó lo invirtió en conseguir un buen
abogado.
Curiosamente, los principales
testigos de la acusación eran dos jefes de redes de falsificación de billetes y
un agente del Servicio Secreto.
Esta vez ya no tuvo tanta suerte
y el mismo juez del anterior juicio, lo condenó a 6 años de prisión. También fue
expulsado del Servicio Secreto.
Así que se tuvo que buscar otros
trabajos para poder subsistir, ya que todavía no habían decretado su ingreso en
prisión, porque su abogado había recurrido esa sentencia.
Unos meses más tarde, uno de los testigos de la acusación fue condenado a 15 años de prisión. Tras la sentencia, reconoció haber mentido varias veces en el juicio contra Bolden. Así que éste recurrió a instancias superiores para que se repitiera su juicio, alegando falta de imparcial en el juez que lo condenó.
En diciembre de 1965, tuvo lugar
un nuevo juicio. Sin embargo, para su sorpresa, fue condenado de nuevo, ya que
este tribunal consideró correcto el anterior fallo.
Así que, en junio de 1966, se decretó
su ingreso en prisión, pero Bolden sólo cumplió dos años y medio, ya que le otorgaron
la libertad condicional.
Hay que decir que, hasta el mes
de abril de 2022 no fue perdonado por el presidente Biden.
Por lo visto, en 1967, Bolden
recibió en la cárcel la visita de su abogado, el cual iba acompañado por un colega
y también por un ayudante del famoso fiscal del distrito de Nueva Orleans. Aquel
que se hizo célebre gracias a la película JFK.
Bolden les contó, durante aquella
visita, que el Servicio Secreto había sabido, tres semanas antes, que había un
complot para asesinar a Kennedy en Chicago y que su departamento trabajó para que
no se produjera.
Parece ser que esto le dio mucha popularidad, porque se publicó en la prensa. Sin embargo, esto no hizo que lo pusieran en libertad. Todo lo contrario, fue sancionado y recluido en una celda de aislamiento.
Por lo visto, el presidente
Kennedy había sido invitado a asistir a un partido de fútbol americano, a
celebrar en Chicago, entre los equipos del Ejército y de las Fuerzas Aéreas.
Parece ser que el FBI se enteró de
que iban a atentar contra el presidente e informó al Servicio Secreto.
Según contó, lo que pensaban hacer
los asesinos era colocar 4 francotiradores en puntos estratégicos, por donde
iba a circular la comitiva en un coche descubierto, desde el aeropuerto hasta
el estadio.
Incluso, un antiguo marine, llamado Thomas Arthur Vallee, que tenía algún problema mental, había conseguido un trabajo en un edificio alto, junto al lugar por donde iba a pasar la comitiva. Seguro que todo esto os suena mucho a lo que luego ocurrió en Dallas.
El caso es que el FBI y el Servicio Secreto sólo consiguieron arrestar a dos de los implicados. Por eso mismo, la seguridad del presidente decidió que no acudiera a ese evento.
Hay algunos autores, que afirman
que existe una relación entre Vallee y Lee H. Oswald. Sin embargo, se ordenó
que esos documentos se archivaran y no vieran la luz hasta dentro de 75 años.
En 1976, se formó el Comité Selecto sobre asesinatos de la Cámara de representantes USA (HSCA). Este comité se dedicó a evaluar las actuaciones de los diferentes servicios en varios asesinatos, como los de JFK y Luther King. Llegó a la conclusión de que, en el primer caso, el Servicio Secreto no había actuado correctamente, porque no había avisado a tiempo a su oficina de Dallas de que se iba a atentar contra el presidente. A pesar de que un agente había grabado una conversación, en la que un tipo, llamado Joseph A. Milteer, daba varios detalles sobre cómo se iba a realizar ese atentado.
En 1978, Bolden fue citado ante el HSCA. Allí contó todo lo que sabía sobre ese tema, aunque él no participó ni en las investigaciones, ni en el arresto de los implicados en el complot de Chicago.
Casualmente, en 1995, el Servicio
Secreto, destruyó todos sus archivos sobre el complot de Chicago, poco antes de
que le llegase un requerimiento del HSCA para que se los entregase.
Tras su puesta en libertad,
Bolden estuvo trabajando varios años como supervisor de control de calidad en
una fábrica de automóviles, hasta que se jubiló en 2001.
A partir de esa fecha, ha concedido
multitud de entrevistas en las que se reafirmó sobre el complot existente para asesinar
en Chicago al presidente Kennedy y que los implicados lo aplazaron 3 semanas hasta
conseguir asesinarlo en Dallas.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
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Muy buen trabajo Juan, la muerte de JFK, fué un complot ,que estoy casi seguro que finalmente se dará a conocer los.verdaderos responsables, los higos ya están maduros.
ResponderEliminarBueno, una de las promesas electorales, que han hecho Trump y Robert F Kennedy es que van a desclasificar todos los documentos relativos al asesinato de JFK. Esperemos que no los destruyan antes de hacer eso.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y saludos.