Hoy voy a narrar la historia de
uno de esos personajes, que han quedado casi olvidados en la memoria de los
españoles. Sin embargo, creo que es necesario hacer una evocación de ellos.
Agustín nació en la ciudad de
Huesca en agosto de 1881. Fue el hijo único de una modesta familia, que poseían
una tienda de comestibles en el centro de esa ciudad. Una zona llamada el Coso.
Por lo visto, el local, donde
estaba situada esa tienda de comestibles, posteriormente, fue una sucursal del Banco Central.
Allí realizó sus estudios de Primaria
y Bachillerato, los cuales acabó en 1897.
Posteriormente, trabajó durante
un breve período de tiempo, ayudando a sus padres en la tienda de comestibles,
pero se ve que eso no le gustó mucho.
Al poco de su llegada a Madrid, estalló
la guerra con USA. Popularmente llamada guerra de Cuba.
No sé si su condición de estudiante
universitario le libró de ir a la guerra o quizás que su tío estaba casado con
la marquesa de Machicote.
Lo cierto es que terminó la carrera en 1903 y, además, aprovechó para aprender alemán, que era el idioma de moda entre los universitarios de la época. No hay que olvidar que muchos de ellos luego se iban a especializarse en Alemania.
Sin embargo, al terminar su carrera, Agustín se fue a Francia, donde empezó a estudiar Economía.
Posteriormente, fue becado por la JAE y amplió sus estudios de Economía en Alemania e Italia. Incluso, en 1913, viajó a Argentina, para aprender el funcionamiento de las Bolsas. Dicen que allí conoció al futuro premier británico Neville Chamberlain.
La llegada al Ministerio de
Hacienda del catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona, Antonio
Flores de Lemus, fue todo un revulsivo para Viñuales. Flores de
Lemus se rodeó
de un grupo de jóvenes economistas como Ramón Carande, Vicente Gay, Rodríguez
Mata y el propio Viñuales.
Allí fue donde se formó nuestro personaje
y, según dicen, eso fue lo que le permitió obtener la cátedra de Economía
Política y Hacienda Pública, primero en la Universidad de Granada y luego en la
de Madrid.
No olvidemos que antes, para
poder ser catedrático de otra Universidad, no era cosa de pedir el traslado,
sino que había que opositar a esa plaza.
Durante este tiempo publicó una
gran cantidad de artículos y monografías muy bien valoradas por sus colegas
economistas.
Así mismo, tuvo muchos alumnos
famosos, como el propio Federico García Lorca, con el que tendría una gran amistad
o su hermano Francisco. De hecho, dicen algunos que le dedicó a nuestro
personaje el poema titulado San Gabriel, perteneciente al famoso Romancero
Gitano. Federico acabó Derecho en 1923.
En 1929, Viñuales fue nombrado
por el ministro José Calvo Sotelo vocal y secretario de la comisión, que se
encargó de estudiar la implantación del patrón oro en España. Esa comisión estaba
presidida por Flores de Lemus.
Dos años después, Viñuales sería
nombrado consejero del Banco de España. Cargo en el que seguía al comienzo de
la guerra civil.
En octubre de 1931 fue nombrado director
general del Timbre. Organismo perteneciente al Ministerio de Hacienda.
En enero de 1933, se presentó a
las oposiciones para la cátedra ya mencionada en la Universidad de Madrid y
obtuvo ese puesto.
En junio del mismo año fue
nombrado ministro de Hacienda en el último gobierno presidido por Manuel Azaña.
Dicen que era uno de los pocos miembros de ese gabinete que no pertenecía a la
Masonería. No obstante, se había afiliado al partido Acción Republicana,
presidido por Azaña.
Parece ser que otro de los
motivos por los que fue cesado como ministro de Hacienda fue su oposición enérgica
a ceder todas las competencias fiscales a la Generalitat de Cataluña, como le
exigía el propio Azaña.
En octubre de 1933 se casó con
Erika Graa Rüfenackt, ciudadana suiza-alemana, que trabajaba en la Embajada de
Suiza en España.
Erika tenía dos hermanas. Gertrud
casó con el socialista Luis Araquistain y Luisa con el también socialista Julio
Álvarez del Vayo.
Como es de suponer, ese entorno
familiar no le fue muy favorable durante la guerra civil.
En 1934 fue nombrado asesor del
Banco Urquijo. Un cargo que conservó durante varios años.
Incluso, junto con Flores de Lemus, participó en el comité financiero de
la Sociedad de Naciones, con el propósito de llegar a un acuerdo internacional para evitar la doble imposición y la evasión fiscal. Lo que ahora se llama la armonización fiscal.Parece ser que ambos querían
implantar en España una especie de lenta reforma tributaria para que fueran
pagando más los que más tenían, pero sin que se fuera notando mucho.
El comienzo de la guerra civil
fue una época de sobresaltos para muchos españoles y nuestro personaje no iba a
ser una excepción.
Una de las primeras medidas del
Gobierno republicano fue ordenar al Banco de España que enviara varias remesas
de libras esterlinas al Banco de Francia.
En aquellos momentos, el oponerse
a una de esas órdenes era casi un suicidio, pero a él no le importó y tomó, públicamente,
una postura contraria a ese traslado.
Realmente, no hubo muchos que se atrevieran a oponerse al traslado de las reservas del Banco de España. Había que tener mucho valor para hacerlo, pero él lo tuvo.
Evidentemente, la prensa afín a
Largo Caballero y a la URSS, no perdió el tiempo e, inmediatamente, publicaron
varios artículos, donde le señalaron y hasta le amenazaron.
Debió de tener una buena amistad
con Indalecio Prieto, porque éste le avisó de que los milicianos le estaban
buscando para asesinarle y le aconsejó irse de Madrid cuanto antes.
Hago un inciso para recordar que
el Banco de España no fue nacionalizado hasta 1962. Así que, en aquella época,
era un Banco comercial como los demás.
Así que, como la guerra empezó en
julio, no sólo se llevaron las reservas de oro y plata, que eran de las mayores
del mundo, sino también el dinero y las joyas de muchos clientes de ese Banco.
Volviendo a nuestro personaje, a
finales de 1936, y acompañado por su esposa, consiguieron salir de Madrid en dirección
a Alicante. Desde allí, se dirigieron a Barcelona, donde tomaron un tren hacia
Marsella.
Parece ser que, al principio, les ayudó un amigo y vivieron en la
zona oeste de Francia. Tras la invasión alemana, se trasladaron a Biarritz.Allí residió hasta 1948 y aprovechó
para escribir algunas monografías sobre la mejor forma en que se podría
recuperar la economía europea, tras el desastre de la II Guerra Mundial.
Precisamente, se mostró a favor
de la nacionalización del Banco de España y de las más importantes entidades españolas
de crédito. Al igual que ocurrió en Francia con la creación del Consejo
Nacional del Crédito.
No obstante, también fue
partidario de aumentar la producción industrial para luchar contra la gran
inflación, que había en ese momento.
Cuando huyó de la zona
republicana, su intención hubiera sido entrar en la zona nacional, pero no le
dejaron entrar por haber sido un ministro republicano y por tener familiares
socialistas. No olvidemos que los nacionales solían fusilar a los que habían
sido ministros republicanos.
En 1948, consiguió que les
dejaran regresar, a él y a su mujer, a España. Lógicamente, dada su condición
de republicano, había sido depurado y expulsado de su cátedra en la Universidad
de Madrid. Aunque lo cierto es que, primeramente, fue depurado por los republicanos,
por haber abandonado su cátedra en Madrid.
Después de muchos recursos, a
mediados de 1951, consiguió ser rehabilitado en su cátedra.
Sin embargo, a finales de ese
mismo año, fue jubilado de manera forzosa, pues ya había cumplido los 70 años.
Desgraciadamente, en 1950, sufrió
un ataque de hemiplejía del cual no pudo recuperarse del todo y fue lo que, en
1959, le llevó a la tumba.
Durante esos años, tuvo que desplazarse
en una silla de ruedas, sin apenas poder salir a la calle.
Su último domicilio estuvo
situado en Donoso Cortés, 86, en el barrio de Argüelles, donde residía el
matrimonio con una criada, ya que nunca tuvieron hijos.
A veces, se trasladaban hasta
Collado-Villalba, para recibir asistencia médica, la cual corría a cargo del Banco
Urquijo.
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Miy interesante y premonitorio; Azaña quería ceder la fiscalidad a los independentistas catalanes
ResponderEliminarDe hecho, tengo entendido que el propio Felipe González, cuando fue presidente del Gobierno, le dijo a Pujol que si quería un régimen fiscal como el de Navarra o el P Vasco, pero éste no quiso. Parece ser que ahora sí quieren.
EliminarMuchas gracias por su comentario y saludos.
Hoy en día no hay ministro que no se pliegue a los deseos de su "amo".
ResponderEliminarLo que en tiempos fue el noble oficio de la política, se ha convertido en cobardía y pesebrismo...
Yo creo que la política española nunca ha sido noble y siempre ha habido mucha corrupción.
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