ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

miércoles, 22 de junio de 2022

MARGARITA MANSO, UNA MUJER ENTRE LAS DOS ESPAÑAS

 

Hoy traigo al blog una de esas figuras, que son casi desconocidas, en la actualidad. Sin embargo, es un personaje muy interesante, porque a lo largo de su biografía podremos contemplar lo ocurrido en España en la primera mitad del siglo XX.

Antes de nada, he de reconocer que, hasta el mes pasado, tampoco había oído hablar de este personaje. Sin embargo, mi interés comenzó cuando, al asistir a una conferencia, el conferenciante afirmó que ella había sido uno de los grandes amores de Federico García Lorca.

Evidentemente, al principio, pensé que se había equivocado, pues, más o menos, se conocen los amantes de García Lorca y todos eran hombres.

Así que, como se suele decir, me picó la curiosidad y me puse a indagar sobre la biografía de este personaje. He de decir que no he encontrado muchos datos y, en la mayoría de los sitios donde hablan de ella, casi todos suelen decir lo mismo.

Nuestro personaje de hoy se llamaba Margarita Manso Robledo. Nació en Valladolid, en 1908. Pertenecía a una familia de la clase media. Su padre, Luis Manso, era jefe de administración de la empresa Fundición Gabilondo. Mientras que su madre, Carmen Robledo, era modista.

La familia tenía dos hijas más: Carmen, la mayor, y María Luisa, la menor de las tres hermanas.

Desgraciadamente, el padre murió repentinamente en 1912, con sólo 30 años. Sin embargo, la madre, lejos de acobardarse o de casarse de nuevo, como le aconsejaban algunos de sus familiares, se trasladó, con sus hijas, a Madrid.

Algunos autores afirman que, previamente, la madre había estado aprendiendo en los talleres de Coco Chanel, en el sur de Francia. De hecho, su familia materna, procedía de esa zona.

Así que, tras mudarse a Madrid, alquiló una vivienda bastante espaciosa y parte de ella la dedicó al taller y a la tienda. Ésta se hallaba en un piso bajo de la calle Columela, esquina a Lagasca.

Llama la atención que residieran en ese barrio, porque, ya, por entonces, no debía de ser una zona muy barata. Por poner un ejemplo, Eduardo Dato, presidente del Consejo de Ministros, asesinado en 1921, vivía también en la calle Lagasca. Justamente, en la acera de enfrente. A este personaje ya le dediqué otro de mis artículos.

Parece ser que la madre tuvo mucho éxito, confeccionando en Madrid ropa al estilo de la gran modista francesa Coco Chanel.

Por ello, las hijas pudieron estudiar, en Madrid, sin problemas. Parece ser que Carmen acabó el bachiller y luego estudió Farmacia.

Sin embargo, a Margarita le atraía más la pintura y, en 1923, con sólo 15 años, ingresó en la escuela que había dentro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que, por

entonces, dirigía el pintor malagueño José Blanco Coris.

Por lo visto, uno de sus profesores fue el pintor Julio Romero de Torres, aquel que conocimos todos los españoles, porque aparecía en los antiguos billetes de 100 Ptas.

Allí conoció a varios personajes que influyeron mucho en su vida. Concretamente, me refiero a los famosos pintores Maruja Mallo y Salvador Dalí, los cuales habían ingresado un año antes. Parece ser que Maruja fue la primera mujer, que logró ser admitida para estudiar en ese centro.

Precisamente, fue Dalí el que le presentó a su gran amigo, Federico García Lorca, el cual era compañero suyo en la Residencia de Estudiantes, en Madrid.

Por lo visto, Margarita se divirtió mucho con las ocurrencias de estos tres personajes. Sobre todo, con Dalí, porque ya sabemos que lo que más le gustaba era llamar la atención.

Hay una anécdota que se ha hecho algo famosa, contada por Maruja Mallo. Parece ser que un día, al salir de las clases, estos cuatro personajes fueron hacia la Puerta del Sol.

En algún momento, se quitaron los sombreros, alegando que esa prenda les estaba bloqueando la salida de sus ideas. Según lo contaba Mallo, eso dio lugar a que los insultaran y hasta les apedrearan.

Me parece una explicación bastante ridícula, porque, en aquella época, no todo el mundo llevaba sombrero y, menos aún, las mujeres. Por ejemplo, los obreros no solían llevar sombrero. Si acaso, gorras. Eso se puede comprobar en las fotos de la época.

Aparte de que hay unas versiones donde se dice que, en ese grupo, iba Dalí y otras donde se dice lo contrario.

Así que, en caso de que fuera cierta, supongo que habría ocurrido algo más que quitarse el sombrero. De hecho, en aquella época, Dalí solía llamar la atención, vistiéndose con una capa y llevando el pelo y las patillas muy largas. Incluso, la propia Maruja Mallo decía que el pasatiempo de Dalí era “hacer un escándalo”.

De todas formas, eso de quitarse el sombrero, parece ser que se popularizó entre las jóvenes del momento y muchas pasaron a denominarse “las sin sombrero”. De hecho, creo que fue en 2016, cuando RTVE estrenó un documental dedicado a ese grupo de mujeres feministas, que llegaron a ser muy influyentes en nuestra cultura.

Parece ser que muchos fines de semana los dedicaban a hacer excursiones por los alrededores de Madrid. Preferiblemente, solían ir a Toledo, donde se juntaban con otros estudiantes.

También comentaba Maruja Mallo que, en cierta ocasión, fueron a visitar el Monasterio de Silos. Por lo visto, no dejaban entrar a las mujeres. Así que no se les ocurrió otra cosa

que disfrazar a Maruja y a Margarita de hombres y así entraron en aquel recinto.

En el caso de Margarita, no creo que fuera muy difícil, pues era una mujer que siempre solía llevar el pelo corto. A la moda francesa.

También, como es lógico en la gente joven, hubo varios romances entre ellos. Uno fue el de Margarita y Federico. Incluso, éste le dedicó un poema en el Romancero gitano.

Sin embargo, Maruja Mallo, fue, durante bastante tiempo, la pareja de Rafael Alberti. Hasta que lo dejó y, tras caer éste en una depresión, conoció a María Teresa León.

No tengo muy claro si Maruja acabó sus estudios en 1926. Sin embargo, Dalí no pudo terminarlos. Parece ser que se enfadó con algunos profesores y les dijo que ninguno era digno de examinarle. Así que lo echaron del centro.

En 1927, poco antes de acabar sus estudios, Margarita empezó a salir con otro compañero de estudios. Se trataba del pintor Alfonso Ponce de León.

Otra de las cosas que llama mucho la atención es que no se conoce o, al menos, yo no he visto ninguna obra de Margarita.

Parece ser que lo que más atraía a sus coetáneos de Margarita era, aparte de su belleza, su aspecto de mujer moderna, sin estar sujeta a las represiones de las españolas de entonces y su conversación siempre interesante. También se vestía de una forma muy vanguardista, supongo que serían modelos confeccionados por su madre.

Por lo visto, Margarita y Alfonso, decidieron hacer vida en común, sin estar casados. Algo casi escandaloso para la época y que tampoco hizo ninguna gracia a una familia

tan conservadora como la de Alfonso, cuyo padre era registrador de la propiedad.

Sin embargo, Alfonso empezó a ser conocido, exponiendo dentro del grupo denominado “Artistas ibéricos”, en el que también figuraba Maruja Mallo. Incluso, llegó a exponer en varias capitales europeas, a donde acudía siempre acompañado por Margarita.

Posteriormente, Alfonso, llegó a pintar algunos decorados, utilizados por el grupo La Barraca. Así que es muy extraño que Margarita no hubiera colaborado también en ese proyecto.

Hasta entonces, la pareja había tenido amistades de todas las ideologías. Tal y como ocurría en la Barraca. Sin embargo, desde 1933, año en que Alfonso se afilió, como sus otros hermanos, a la Falange, se empezaron a relacionar, exclusivamente, con gente de derechas. Algo muy llamativo, porque la familia de Margarita se consideraba de izquierdas.

Entre sus amistades podemos destacar al mismísimo José Antonio, Dionisio Ridruejo, Edgar Neville, etc.

Lejos de ocultar su ideología, Alfonso hacía alarde de ella. Incluso, pintó varios carteles de su partido y hasta el escudo del SEU. Así que, muy pronto, estaría en el punto de mira de los otros.

Curiosamente, esas discrepancias ideológicas no solían enturbiar las relaciones familiares. Su hermana mayor, Carmen, estaba casada con Carlos Castillo García-Negrete. Un abogado de una conocida familia jienense y que llegó a tener puestos importantes en el Gobierno republicano. Incluso, era primo hermano del famoso teniente Castillo.

En cambio, la hermana menor, María Luisa, estaba casada con el pintor mallorquín Francisco Maura, el cual estaba emparentado con el político conservador Antonio Maura.

Tras las muchas presiones, que ejerció la madre de Alfonso para que se casaran, acabaron celebrando su boda en 1933.

En 1936, Alfonso pintó una obra, que resultó premonitoria. La tituló “El accidente” y en ella se puede observar su autorretrato, donde se le ve moribundo en una cuneta, tras haber sido atropellado por un vehículo. Actualmente, esta obra pertenece a la colección del Museo Reina Sofía.

El comienzo de la guerra civil les pilla muy de cerca. Parece ser que vivían en un piso en la calle Ferraz, 10, en Madrid. O sea, justamente frente al Cuartel de la Montaña. Así que, debido a ello y a la proximidad del frente, se trasladaron a otra vivienda.

Lo cierto es que no me ha quedado claro si estaba en la calle Colón o en la Castellana, junto a la Plaza de Colón. Más bien, creo que sería lo segundo.

En agosto de 1936, los nacionales asesinaron a Federico, lo cual la dejó asolada, debido a la gran amistad que siempre había existido entre ambos, aunque él tuviera 10 años más que ella.

Madrid se va volviendo cada vez más peligrosa para la gente de derechas y tienen que andarse con mucho cuidado.

Sin embargo, la noche del 20/09/1936, cuando la pareja paseaba por la Castellana de camino a su casa, vieron que se paraba una furgoneta llena de milicianos junto a su domicilio. Así que se sentaron en un banco, para esperar hasta que se fueran.

Desgraciadamente, cuando ya se marchaban los milicianos, sin haberlo hallado en su casa, la portera les indicó que estaban sentados en ese banco. De esa manera consiguieron detenerle.

Margarita hizo lo imposible por liberar a su marido. Recorrió varias checas en su busca. Incluso, contactó con el marido de su hermana mayor para que intentaran liberarle, pero todo fue en vano.

Por lo visto, fue llevado a la checa del Círculo de Bellas Artes, que luego fue trasladada a la calle Fomento, y, unos pocos días después, asesinado.

Su cadáver fue encontrado 9 días más tarde en la cuneta de la carretera que unía Madrid con el antiguo pueblo de Vicálvaro. También, su padre y dos de los 3 hermanos de Alfonso, fueron asesinados de igual forma.

Parece ser que todos estos acontecimientos afectaron mentalmente a Margarita. Así que se fue con su madre a reunirse con su hermana, que residía en Barcelona. Posteriormente, se fueron a Valencia.

Es posible que Margarita contactara con algunos falangistas y estos le recomendaran que se fuera a Italia. Así que dejó a su familia en Valencia y, desde Barcelona, embarcó hacia Marsella, para dirigirse a un balneario italiano cercano a Parma. Parece ser que ese centro lo había habilitado el Gobierno italiano para acoger a las familias de los falangistas.

Posiblemente, como ya dije en el artículo que le dediqué a Clara Campoamor, fue por ello, por lo que esta política se encontró en un barco, con varios falangistas, que la denunciaron, cuando también viajaba hacia Italia.

Desde allí, Margarita, viajó a través de Francia y regresó a España, entrando por la frontera con Guipúzcoa. Evidentemente, iba provista de un salvoconducto para moverse por la zona nacional, que le habrían facilitado en Italia.

Posteriormente, se trasladó a Burgos, donde quedó bajo la protección de Dionisio Ridruejo, íntimo amigo de su marido. Parece ser que allí trabajó pintando decorados para un grupo teatral.

Por lo visto, fue en esa ciudad donde conoció al que luego sería su segundo marido. Se trataba del médico Enrique Conde Gargollo, también afiliado a la Falange. La pareja se casó en Madrid en 1940. Fruto de ese matrimonio fueron sus hijos Enrique, Luis y Margarita.

Desafortunadamente, la familia de Margarita quedó rota. Su hermana, María Luisa, había muerto dos años antes a causa de unas fiebres. Por el contrario, su madre, su hermana Carmen y el marido de ésta consiguieron exiliarse en México.

Parece ser que las antiguas costumbres, que habían regresado con la dictadura le afectaron mucho y, según sus familiares, siempre se la veía triste. Tuvo que esconder su pasado y no hablar jamás de que fue muy amiga de famosos artistas republicanos. Había sido considerada algo así como la musa de la famosa Generación del 27. Tal y como la definió Lorca en el poema que le dedicó en su momento.

No sé si sería por eso. Lo cierto es que le diagnosticaron un cáncer de pecho. Una enfermedad totalmente incurable en aquella época. Eso le afectó también a los huesos y, desgraciadamente, murió en 1960, con sólo 51 años.

TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN DE WWW.GOOGLE.ES

4 comentarios:

  1. Hola Juan! muchas gracias por reivindicar figuras tan interesantes y poco conocidas. En su dia lei el Romancero Gitano y me ha gustado saber a quien y de quien hablaba, ponerle cara e imaginarme hasta sus gestos.
    Me gustó mucho el blog que me dejaste en el comentario anterior, el periodo de la guerra civil aun sigue siendo doloroso y oscuro pero muchos lo retrataron de forma fiel.
    Saludines!

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    1. Bueno, tengo entendido que en el Romancero gitano se refería a varias personas. Por lo visto, sus obras estaban basadas en hechos ocurridos en aquella época y dicen que, por eso, algunos le tomaron la matrícula y le fusilaron en la guerra.
      Yo creo que en la guerra civil se cometieron muchas barbaridades, en ambos bandos. Por eso, los que vivieron aquellos hechos, no solían contar casi nada.
      Sin embargo, a los de izquierda les ha dado por desempolvarlos y me parece que les va a salir el tiro por la culata.

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    2. Mi abuela siempre me decía que ella tenia dos tíos, uno de cada bando y que en base a su experiencia, ninguno era mejor que el otro y que en su familia, todos lo pasaron mal de forma indistinta. Es mas, recuerdo que siempre decía que no entendía el motivo de algunas personas para hablar sobre la guerra de forma tan personal cuando no la habían vivido de forma directa, solo a través de parientes y en ocasiones, ni eso.
      Creo que es una etapa que algunos deberían de superar ya, pero bueno, solo es mi opinión.
      Gracias por contestarme Juan!

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    3. Cuando yo era niño, la gente no solía hablar de la guerra y, cuando lo hacían, solían bajar la voz, para que nadie les escuchara.
      Aquello fue una guerra, pero también un momento aprovechado por los radicales de ambos bandos para cometer los más horrendos crímenes.
      Yo creo que esa fue la razón por la que, durante muchos años, nadie quiso hablar de la guerra.
      De hecho, hubo muchos meses en que se produjeron más muertes en la retaguardia que en el frente.
      No sé si has visto la película Rojo y negro. Ciertamente, está hecha desde un punto de vista falangista, pero ahí se puede ver la situación de Madrid en la guerra y cómo eran las checas.
      A mí me parece bien que se recuerden esas cosas, pero que se recuerden desde los dos bandos.
      Por ejemplo, si uno va por la calle Torija, en Madrid, bajando hacia el Senado, podrá ver, en la acera de la derecha un cartel en un edificio, que dice que ahí estuvo el Tribunal central de la Inquisición.
      Sin embargo, ese edificio hace esquina con la calle Fomento. Si uno se mete en la calle Fomento, podrá ver un Instituto de Secundaria. En ese mismo edificio estuvo la checa más sanguinaria de Madrid y no hay ningún cartel que informe de ello. Creo que deberían ponerlo.

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