Hoy voy a narrar la vida de un personaje al que todos le debemos mucho. Tal y como he indicado en el título de este artículo.
Oleg Penkovski, nació en 1919 en Vladikavkaz,
capital de Osetia del norte. Una región de la antigua URSS y que ahora pertenece
a Rusia.
Desgraciadamente, Vladimir, el
padre de nuestro personaje murió luchando, como oficial del Ejército Blanco,
durante la guerra civil rusa, que tuvo lugar entre 1917 y 1923.
Evidentemente, éste fue un dato
que siempre escondió Oleg, para que no fuera utilizado en su contra por los
líderes del PCUS.
De esa forma, consiguió estudiar
en la prestigiosa Academia de Artillería, de Kiev. Graduándose y afiliándose al
PCUS en 1939.
Eso le dio la oportunidad de participar en la llamada Guerra de invierno, contra Finlandia y, posteriormente, en la guerra contra los invasores alemanes.
Todo ello, dentro de la II Guerra Mundial.Parece ser que sus superiores
vieron en él a un joven con mucho valor y un gran talento. Esto le sirvió para
acabar la guerra con el empleo de teniente coronel.
Aunque fue herido al final de ese
conflicto, eso no le impidió continuar con su carrera militar.
Supongo que la visión de su talento, que habían observado sus superiores, fue lo que le llevó a ser admitido en la Escuela de Estado Mayor y, posteriormente, en la de los servicios de Inteligencia.
Parece ser que era un tipo
simpático, que solía caerle bien a todo el mundo. Así que hizo muchos amigos en
aquel centro.
Su primer destino fue en la
agregaduría militar de la Embajada de la URSS en Turquía. Parece ser que allí
chocó con su jefe y ambos fueron enviados a otros destinos.
Gracias a sus amistades en el GRU
(Servicio de Inteligencia militar) logró que no lo expulsaran y le buscaron
acomodo en un departamento dedicado al espionaje de los progresos occidentales
en el campo de las armas nucleares.
Por un lado, criticaba la actitud
de Kruschev, porque pensaba que quería llevar a su país a una guerra contra
USA.
Por otro, también criticaba al
régimen comunista, diciendo que su política económica iba a destruir a su país.
Lógicamente, esto no lo iba
diciendo por ahí, sino que sólo se limitaba a escribirlo en su diario personal.
Supongo que también habría influido en su forma de pensar, que el descubrimiento de los agentes del KGB había truncado su sueño de llegar a verse como general.
En 1960, fue enviado al aeropuerto
de Moscú para recibir a un grupo de empresarios y representantes británicos, en
viaje de negocios a la Unión Soviética.
Hay que decir que Oleg hablaba
muy bien inglés y su misión era intentar conseguir que alguno de esos
empresarios le diera alguna información sobre los avances industriales en
Occidente.
Entre los miembros de ese grupo,
se hallaba un representante británico, llamado Greville Wynne, con el que muy
pronto labró una buena amistad.
Al término de ese contacto, ambas
partes quedaron en devolver la visita. Consistente en que un grupo de
empresarios soviéticos visitara el Reino Unido.
Parece ser que los encargados de organizarla fueron Oleg y Greville. Los preparativos llevaron varios meses, lo cual fue tiempo más que suficiente para que se conocieran mejor y Oleg le expresara sus opiniones acerca del régimen soviético.
A mediados de 1961, Greville, que
ya había tenido contactos con el MI6 (Servicio de espionaje de la Inteligencia
británica), organizó una cita entre ellos y Oleg, cuando éste viajase a
Londres.
Los británicos se pusieron en
contacto con la CIA, para que también acudiera a esa cita.
Por lo visto, antes de que Oleg
conociera a Greville, había dado un sobre a unos estudiantes USA, que residían
en Moscú, para que lo entregaran en su Embajada.
Sin embargo, las autoridades USA,
no le prestaron mucha atención, pensando que podría ser una jugada orquestada
por la Inteligencia soviética. No olvidemos que ambas potencias estaban en
plena Guerra Fría.
Así que, tras la llegada de la
comitiva soviética, encabezada por Oleg, éste se dedicó a llevarlos a todas las
empresas que querían visitar.
Por fin, Oleg, consiguió
convencerles de la autenticidad de sus intenciones. Así que le suministraron
diverso material de espionaje, como unas diminutas cámaras fotográficas.
También los lugares seguros, donde pudiera depositar las fotos que fuera
realizando.
A su regreso a Moscú, Oleg,
consiguió fotografiar todo tipo de documentos y fotografías sobre el armamento
soviético. Algo que interesó mucho a la CIA y al MI6.
En julio de ese mismo año, Oleg,
volvió a Londres, encabezando otra expedición de empresarios soviéticos.
Esta vez les trajo mucha más información y les dijo que el total del armamento nuclear soviético era mucho menor que el que presumían tener las autoridades de su país.
Estamos en una época muy tensa,
donde, de la noche a la mañana, los rusos levantaron el infame Muro de Berlín.
Lo que les siguió diciendo Oleg
es que Kruschev no pretendía meter a su país en una guerra mundial, porque
sabía que la perdería, ya que tenía menos y peores armas que los USA.
Parece ser que, a mediados de
1962, empezó a sospechar que le estaban siguiendo los agentes del KGB. No
obstante, siguió colaborando con la Inteligencia occidental.
Por lo visto, los soviéticos,
también tenían agentes infiltrados en la Inteligencia USA y estos les
advirtieron de que los americanos habían fotografiado los emplazamientos de
misiles en Cuba desde sus aviones espías U-2.
Por ello, el presidente Kennedy, apareció en televisión para informar sobre la instalación de misiles soviéticos en Cuba, que es una isla que está a unos 150 km de las costas de Florida.
Esos misiles eran muy peligrosos, porque podrían alcanzar cualquier punto de los USA, mientras que las defensas de ese país apenas tendrían tiempo para interceptarlos.Así que ordenó que la Armada USA
controlase y registrase todos los barcos que se dirigieran a Cuba.
Fue un momento de mucha tensión,
pues Kruschev no quería dar su brazo a torcer. Así que no quería ordenar que
sus barcos regresaran a sus puertos. Incluso, amenazó con que un ataque a
alguna de sus naves significaría la guerra entre ambas potencias.
Estaba muy claro que alguien les
habría advertido a la CIA y además, les habría dicho dónde buscarlos y ese
alguien estaba infiltrado en la Inteligencia soviética.
El KGB, que llevaba mucho tiempo
sospechando de Oleg, le metió algún tipo de veneno en la comida, que estaba tomando
en un restaurante, lo que le provocó un desvanecimiento en su propio despacho.
Por lo visto, eso lo hicieron los
agentes soviéticos para poder registrar tranquilamente su despacho y poner
cámaras y micrófonos en el mismo y en su casa, mientras su familia lo iba a
visitar al hospital.
Parece ser que no encontraron
nada interesante, salvo esas cámaras que le dieron los agentes de USA. Sin
embargo, los agentes infiltrados en la CIA, fueron los que les dieron la pista
a sus colegas y, por ello, detuvieron a Oleg.
Poco después, también detuvieron
a Greville Wynne, que se hallaba también en Moscú.
En mayo de 1963, ambos fueron
llevados ante un juez. Evidentemente, las autoridades soviéticas, se
abstuvieron de mencionar que Oleg había pasado muchos secretos a Occidente. Así
que le acusaron de haber tenido una vida indecorosa y de actividades anti
revolucionarias. Lo suficiente para condenarlo a muerte.
En el caso de Wynne, estimaron
que no había tenido culpa, aunq
ue sí había colaborado con Oleg y le condenaron
a 8 años de prisión.
Sobre el tema de la ejecución de
Oleg hay varias versiones. No obstante, todas ellas dicen que tuvo lugar a
mediados de mayo de ese año.
Sin embargo, un antiguo agente
del KGB, que se pasó a Occidente, dio otra más terrorífica. Según él, lo ataron
a una tabla y aún estando vivo, lo metieron dentro de un horno crematorio.
Todo ello, lo grabaron con
cámaras de televisión para exhibirlo en las academias de nuevos agentes a fin
de mostrarles lo que podría ocurrirles también a ellos.
En este caso también hubo otros
que resultaron perjudicados. Por ejemplo, Iván Serov. Se trataba de un general,
que había sido director del KGB, pero parece que no le caía muy bien a
Kruschev, ya que lo relevó de ese puesto en 1958.
Posteriormente, fue nombrado jefe
del GRU (la Inteligencia militar soviética). Algo que le podía venir muy bien a
Oleg, porque Iván era muy amigo suyo y eso podría enderezar su carrera militar.
participado en la II Guerra Mundial, en la toma de Berlín y en la firma de la rendición de las autoridades militares alemanas. Había sido uno de los jefes de las fuerzas soviéticas de ocupación en Alemania. Buscó y envió al mayor número posible de científicos alemanes a la URSS. Sobre todo, a los especialistas en cohetes. Incluso, estuvo involucrado en la detención del poderoso Beria.
Posteriormente, fue el
organizador de la rehabilitación masiva de los represaliados y asesinados por
orden de Stalin. Incluso, se desplazó a Hungría para ordenar la detención de
los principales implicados en la sublevación de los ciudadanos de ese país
contra las autoridades comunistas.
Seguramente, ya saltó alguna
alarma en su cabeza, cuando, en 1961, vio que no era elegido como delegado para
el XXII Congreso del PCUS. Algo extraño, pues siempre lo había sido para los
anteriores congresos. Pero todo ello no le sirvió de nada.
En una palabra, que el caso
Penkovski le vino muy bien a Kruschev para cesarlo como director del GRU y
enviarlo a remotas guarniciones, donde sólo había academias militares.
Posteriormente, fue degradado. Le
quitaron el título de héroe de la Unión Soviética y, para colmo, lo expulsaron
del PCUS.
Por último, Greville Wynne,
regresó a su país. Siguió trabajando como representante y empresario, dedicado
al comercio exterior. Sin embargo, supongo que el tiempo que estuvo encarcelado
le pasó factura. Eso dio lugar a que sufriera una depresión y ahogara sus penas
en alcohol.
Su salud salió muy perjudicada y
eso le llevó a la muerte, con 70 años, en 1990.
Por lo visto, antes de morir,
publicó un par de libros, en los que afirmaba haber trabajado, durante la II
Guerra Mundial, para el MI5 (Servicio británico de contraespionaje).
Sin embargo, otros autores, que
han escrito sobre este personaje, lo niegan, diciendo que no parecía tener
ningún tipo de formación como agente, antes de haber sido captado para este
caso.
A ver si alguno se anima y se hace seguidor del blog. Muchas gracias.
TODAS LAS IMÁGENES PROCEDEN
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Ya tienes un seguidor acá, he ido leyendo poco a poco sus historias, saludos desde Colombia. Me hizo recordar un párrafo de confieso que he vivido de Pablo Neruda, en el cual se refiere a un sujeto que fue espía.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus elogios. Le invito a leer otros de los artículos del blog. Saludos.
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