ESCRIBANO MONACAL

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martes, 18 de mayo de 2021

ILSA STÖBE, OTRA LUCHADORA CONTRA EL NAZISMO


 

En mi anterior artículo, dedicado a Rudolf von Scheliha, apareció este otro nombre. Se trata de una mujer llamada Ilse Stöbe o Stoebe, porque de las dos formas se puede escribir su apellido en alemán.

Su nombre completo fue Ilse Frieda Gertrude Stöbe y nació en Berlín a mediados de mayo de 1911.

Nació en el seno de una familia muy modesta. Sin embargo, aún les fue peor cuando su padre, que era carpintero, abandonó a la familia, dejando a Ilse y a su hermano al cuidado de su madre. Ese hermano era 8 años mayor que ella, porque había sido fruto del primer matrimonio de su madre.

Ilse completó sus estudios primarios. Luego pasó a estudiar en la Escuela de Comercio y, posteriormente, realizó un curso para secretaria.

En 1929, eran tiempos muy difíciles para Alemania, no obstante, ella consiguió un trabajo en el periódico Berliner Tageblatt. Un diario de orientación liberal, que luego fue una especie de órgano del Partido Democrático Alemán, también de la misma tendencia política. Pertenecía a la gran cadena de publicaciones de Rudolf Mosse. Éste puso a cargo de este diario a su primo, el eminente periodista Theodor Wolff. Un hombre del que decían que escribía tan bien, que hasta el propio ministro Goebbels lo admiraba, a pesar de que era judío.

Allí fue donde, Ilse, pasó de ser secretaria a dedicarse de lleno al periodismo. No sé si tendría algo que ver que Wolff decía estar enamorado de ella y, al final de su vida, le dedicó una de sus novelas. También fue cuando ella ingresó en el KPD (Partido Comunista de Alemania).

En 1931, conoció a Rudolf Herrnstadt, al cual mencioné en mi anterior artículo. Se trataba de un comunista y judío alemán, que trabajaba para la Inteligencia militar de la URSS (GRU) y la fichó también a ella. Juntos formaron una red de espías en Alemania.

Se comprometió con él y ambos se fueron a Varsovia como corresponsales de sendos periódicos alemanes.

Supongo que, para no llamar demasiado la atención, Ilse, se afilió al Partido Nazi de Alemania.

Hay que hacer un inciso, porque no hay que olvidar que Hitler llegó al poder en 1933. No podía haber llegado antes, porque tenía nacionalidad austriaca y hasta 1932 no le dieron la nacionalidad alemana. A pesar de haber combatido en la I Guerra Mundial en el Ejército alemán.

En Varsovia, Ilse, conoció a Scheliha, que trabajaba en la Embajada alemana. Supongo que, por mediación suya, la nombraron agregada cultural del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania en Varsovia.

Parece ser que, durante los JJOO de 1936, celebrados en Berlín, Ilse, conoció a un editor suizo llamado Rudolf Huber. Parece ser que este hombre murió unos años después y, por alguna razón que desconozco, le dejó a ella parte de su fortuna. Posteriormente, parece ser que la familia del difunto la demandó y ella devolvió casi todo lo que había heredado.

Poco antes de suceder la invasión de Polonia, Ilse, volvió a su país, donde trabajó, primero en una empresa de publicidad, en Dresde, y luego en la sede central del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Parece ser que, a finales de 1940, Alta, que era el apodo de Ilse, dentro del GRU, transmitió a Moscú la noticia de la próxima invasión de la URSS. Un dato que, por lo visto, le había dado von Scheliha.

No me ha quedado claro si ella se casó con otro periodista, llamado Karl Helfrich, aunque, según parece, vivían juntos en un apartamento de ella, en el barrio berlinés de Charlottenburg.

Por lo visto, como cada vez se hacían más difíciles las comunicaciones entre Berlín y Moscú, los soviéticos decidieron enviar a Alemania a uno de sus agentes, para que se pusiera en contacto con Ilse.

Sin embargo, la Inteligencia alemana, había interceptado esas comunicaciones y, por ello, detuvo a Ilse el 12/09/1942, porque en esos mensajes figuraba su domicilio.

Unos días después, cuando Heinrich Könen, que era el agente soviético, que había sido lanzado en paracaídas, llegó al domicilio de Ilse, se encontró con que le estaban esperando varios agentes de la Gestapo para detenerle.

Así que le detuvieron y no se molestaron ni en juzgarle. Lo enviaron al campo de concentración de Sachsenhausen y allí lo asesinaron de un disparo en la cabeza.

Karl Helfrich también fue arrestado, cuando llegó al piso, donde vivía con Ilse. Éste tuvo más suerte. Primero, fue enviado al mismo campo, para luego ser trasladado al de Mauthausen y allí permaneció hasta que fue liberado por los soviéticos.

Desgraciadamente, a Ilse le fue mucho peor que a los otros dos. La detuvieron y trasladaron a la central de la Gestapo, donde tras aguantar interrogatorios y torturas, ¡durante 7 semanas! tuvo que dar algunos nombres de los miembros de su grupo, pertenecientes a la famosa Orquesta Roja. Uno de ellos fue el de von Scheliha, aunque, realmente, no perteneciera a esa Organización.

Supongo que las fotos que muestro de ella deben de ser de cuando la detuvieron, porque se la ve preocupada, pero no se ven signos de tortura.

Como ya mencioné en mi anterior artículo, von Scheliha y ella, fueron juzgados y condenados por un alto tribunal militar el 14/12/1942 y ejecutados el 22 del mismo mes. En el caso de ella, por medio de la guillotina, que era el medio legal de ejecución para delitos comunes. Mientras que a él lo ahorcaron colgado de un gancho para aumentar el sufrimiento durante un mayor período de tiempo. Algo que era ilegal en Alemania.

Se cree que sus restos mortales podrían haberse usado para la investigación, porque no se sabe que fuera enterrada en ningún sitio.

Algún autor sugiere que también hubo una lucha política en torno a Ilse. Parece ser que Himmler, que le tenía un odio enorme a Ribbentrop, llevó su informe a Hitler para decir que el Ministerio de Asuntos Exteriores estaba lleno de espías.

Por otro lado, Goering, logró convencer a Hitler para que fueran juzgados ante un tribunal militar y así tendrían más tiempo para investigar y sacarle el máximo partido a la pista que podría conducir al resto de los implicados en esa trama. Hay que decir que algunos de los acusados en el proceso contra la Orquesta Roja eran hombres de confianza de Goering. Así que este escándalo también salpicó al ministro de la Luftwaffe.

No quedó ahí la cosa. La madre de Ilse, Frida Schumann, también fue arrestada y enviada al campo de concentración de Ravensbrück, en el que falleció en 1943 a causa del maltrato recibido.

Parece ser que Ilse le envió una carta a su madre, donde le pidió que no llorara por ella y tampoco se vistiera de negro.

Por lo que se refiere a su hermano, Kurt Müller, que también era carpintero, como su padre, en un principio, consiguió evitar su arresto. Sin embargo, luego fue detenido en septiembre de 1943, en una redada contra una red de espionaje a la que pertenecía, llamada la Unión Europea.

También fue sometido a duros interrogatorios y torturas, donde, según parece, contó muchos detalles sobre su familia. Parece ser que le golpearon tan fuertemente que le dejaron ciego. Finalmente, fue juzgado y ejecutado en junio de 1944.

Curiosamente, como los miembros de la Orquesta Roja habían enviado cientos de mensajes a Moscú, avisando de la inminente invasión de la URSS, y Stalin no les había hecho caso, éste ideó una forma de silenciarlos. Por lo visto, durante la posguerra, muchos de los supervivientes de ese grupo, se marcharon a la URSS o a sus países satélites. Pues bien, Stalin, ordenó que los detuvieran y los enviaran a Siberia, para que no contaran lo que sabían y le pudieran quedar en ridículo.

Ilse Stöbe fue la única mujer, cuya efigie fue representada en una moneda de la antigua Alemania Oriental o República Democrática Alemana. Fue acuñada como homenaje a las personas que ayudaron a la URSS a ganar la guerra.

En 1969, se le concedió la insignia de la Orden de la Bandera Roja. Lógicamente, a título póstumo.

En 2014, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania, para el que trabajó Ilse, le hizo un homenaje a ella y a otros luchadores contra el nazismo.

 

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