
Nació en 1864 en una pequeña
localidad de la, por entonces, llamada Prusia Oriental. Un territorio alemán
que, tras la II Guerra Mundial, fue repartido entre Polonia y Rusia.
En 1884 inició sus estudios de
Derecho en la Universidad de Königsberg. No busquéis esa ciudad, porque ahora
es rusa y se llama Kaliningrado.
Precisamente, fue la misma
localidad donde nació, vivió y murió el archifamoso filósofo Immanuel Kant,
aquel del que se decía que era tan puntual que todo el mundo ponía sus relojes
en hora, cuando lo veía salir de su casa para ir a dar clases a la Universidad.
Volviendo a nuestro personaje, en
1893, ingresó en la carrera diplomática. Lógicamente, al servicio del Imperio
alemán.

En 1902, fue destinado a
Alemania, donde trabajó en la sede central del Ministerio de Relaciones
Exteriores.
A partir de ahí, fue ascendiendo
paulatinamente. En 1911, pasó a ser viceministro y cinco años después llegó a
ser ministro. Siempre, como hombre de confianza del anterior ministro Gottlieb
von Jagow. Éste dimitió cuando el Gobierno alemán decidió hundir con sus submarinos los buques
mercantes de todos los países.
Parece ser que había sido muy
bien formado por von Jagow. Incluso, el 05/07/1914, se le permitió participar
en la reunión donde el kaiser y el canciller alemán, von Bethmann-Hollweg, decidieron
apoyar al Imperio Austro-Húngaro y entrar con él en la I Guerra Mundial.
Precisamente, nuestro personaje,
fue el encargado de enviar un telegrama a Viena, donde informaba sobre la decisión
tomada por el Gobierno alemán.
Por lo visto, los alemanes,
siempre tuvieron muy claro que nunca podrían ganar esa guerra. Hay que recordar
que, en aquella ocasión, ni siquiera tuvieron a Japón de su parte, pues
combatía en el bando contrario y se dedicó a atacar las colonias alemanas en
Asia y Oceanía.

Así que, los alemanes, se
dedicaron a urdir sublevaciones de todo tipo para mantener en tensión a sus
adversarios o futuros enemigos.
Un ejemplo de ello fueron los
contactos realizados, a finales de 1914, donde el famoso líder irlandés, Roger
Casement, se entrevistó con el Gobierno alemán a fin de que les suministrara
financiación y armamento con vistas a una sublevación. Es preciso decir que,
por entonces, Irlanda, todavía pertenecía al Reino Unido.

Parece ser que tampoco fue ajeno
a la decisión del Gobierno alemán de atacar, con sus submarinos, a todos los
barcos que surcaran las zonas próximas a las costas de los países enemigos.
Aunque fueran barcos mercantes o de pasajeros. Ello provocó la muerte de miles
de personas en alta mar.
En los años anteriores a esta
guerra, Alemania, había multiplicado sus relaciones diplomáticas y comerciales
con México. Algo que no sentó nada bien ni en USA, ni el Reino Unido.
Dado que, por entonces, las relaciones entre México
y USA no eran muy buenas, Alemania, intentó evitar que Washington entrara en la
guerra. Por ello, Zimmermann, a través de su embajada en USA, envió un
famoso telegrama al presidente mexicano, Venustiano Carranza, donde se ofrecía
a darle todo su apoyo para una posible guerra entre esos dos países fronterizos.


Así que el telegrama fue recibido
por James Gerard, entonces embajador de USA en Alemania y éste fue transmitido,
vía Dinamarca.
Parece ser que el telegrama
Zimmermann fue interceptado por los servicios británicos de Inteligencia. Concretamente,
por la denominada “sala 40”. Una oficina de desciframiento de códigos,
perteneciente a la Armada británica.
El encargado de descifrar ese
telegrama fue un experto llamado Nigel de Gray, el cual entregó ese documento a
su jefe, el capitán William Reginald Hall.

Por otra parte, tampoco quería que los USA se enteraran de que los británicos también leían los suyos.
El momento llegó cuando el 1 de febrero
de ese año, el Gobierno USA, rompió las relaciones diplomáticas con Alemania,
por haber atacado varios de sus barcos con submarinos.

En febrero de 1917, el texto, ya
descodificado, fue entregado por el Gobierno británico al embajador de USA en
ese país.
Parece ser que fue llevado a la
Casa Blanca por el secretario de Estado, Robert Lansing y el presidente Wilson,
quedó muy sorprendido, al leerlo. Supongo que, como la opinión pública de ese
país no estaba por la labor de entrar en la guerra, al presidente no se le
ocurrió otra cosa que entregar ese documento a la prensa, para que lo
publicaran libremente. Eso ocurrió a primeros de marzo de ese año.
No hay que olvidar que la opinión
pública USA siempre ha visto los asuntos europeos como ajenos a ellos.

Por otra parte, también hay que
decir que la colonia alemana es una de las más numerosas de ese país. Hoy en
día, se calcula que viven en USA unos 50.000.000 de personas de origen alemán.

Sin embargo, a finales de marzo,
el propio Zimmermann, intervino en el parlamento alemán y reconoció ser el
autor del mismo.
A partir de ahí, los acontecimientos
se desarrollaron a una mayor velocidad.
El 2 de abril de 1917, el presidente Wilson, presentó ante el Congreso una propuesta para declarar la guerra a Alemania. Ésta se debatió y, a la semana siguiente, fue aprobada por el Congreso y por el Senado. De esa forma. USA, entró de lleno en la I Guerra Mundial. Algo que siempre habían querido evitar los alemanes.
El 2 de abril de 1917, el presidente Wilson, presentó ante el Congreso una propuesta para declarar la guerra a Alemania. Ésta se debatió y, a la semana siguiente, fue aprobada por el Congreso y por el Senado. De esa forma. USA, entró de lleno en la I Guerra Mundial. Algo que siempre habían querido evitar los alemanes.

Para colmo de los males, México,
se negó a aceptar las propuestas alemanas, pues no vieron viable la posibilidad
de recuperar esos territorios, ya que necesitarían mucho más armamento del
prometido por Alemania. Así que rechazaron esa proposición a mediados de abril.

Parece ser que el Gobierno
alemán, que ya debió de ver perdida la guerra, sólo se contentaba con retener
las colonias de ultramar y prometía respetar las fronteras anteriores a la guerra.
Incluso, devolver Alsacia y Lorena a Francia. Sin embargo, no se pudo ir más
allá a causa de la caída de ese gobierno.

Dado que al estado Mayor alemán
siempre le ha aterrorizado mantener dos frentes abiertos a la vez, a nuestro
personaje no se le ocurrió otra cosa que ayudar al revolucionario Lenin a
volver a Rusia.

Así que los alemanes les
introdujeron en un tren, cerrado y precintado, donde viajarían, exclusivamente,
ellos, que cruzaría Europa y llegaría hasta Finlandia. Desde allí, entrarían en
Rusia.
Aunque Zimmermann dimitió de su
cargo en agosto de 1917, esta vez tuvo mucho éxito. Lenin consiguió vencer en la
famosa Revolución de octubre y fundar la URSS.

De hecho, las conversaciones
entre los bolcheviques y Alemania ya habían comenzado a primeros de diciembre
de 1917 y la firma de un primer armisticio tuvo lugar a mediados del mismo mes.

Parece ser que no era muy
partidario de la firma, sin embargo, Lenin, convenció a los miembros de su
Gobierno, al decirles que, si seguían en la guerra, eso acarrearía la invasión
de la URSS y el fin de la Revolución bolchevique.
Por lo visto, la postura de Trotsky
era la de resistir lo máximo posible. Rechazar cualquier ultimátum alemán y
fomentar una sublevación de obreros alemanes, para poner fin a la guerra.

Tras el final de la guerra, la
URSS, consiguió recuperar la mayor parte de esos territorios cedidos, pues el
anterior tratado no fue reconocido por ningún país.
Volviendo a nuestro personaje,
dimitió de su cargo el 06/08/1917, tras reconocer su responsabilidad en el
famoso Telegrama Zimmermann. Como ya he mencionado, fue sustituido por Richard
von Kühlmann.
A partir de ese momento, no se
conocen muchos más detalles sobre su vida.
Lo único cierto es que falleció en 1940, en plena II Guerra Mundial, a causa de una neumonía
Lo único cierto es que falleció en 1940, en plena II Guerra Mundial, a causa de una neumonía
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