ESCRIBANO MONACAL

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UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

domingo, 25 de noviembre de 2018

MARY RICHARDSON, UNA SUFRAGISTA MUY PELIGROSA


Es posible que todos hayáis visto la famosa película “Mary Poppins”, estrenada en 1964 y protagonizada por Julie Andrews y Dick van Dyke.
Entre los varios temas que aparecen en esa obra está el Movimiento Sufragista británico. Se puede ver al personaje de la Sra. Banks, interpretado por la actriz Glynis Johns, vestida para un acto de esa asociación, que, entre otras cosas, reivindicaba el voto para la mujer.
Lo cierto es que me parece que tenían todo el derecho a hacerlo, lo que no me gustaban eran los medios que utilizaban para ello, que podrían ser, cuando menos, bastante discutibles. Ahora comentaré algunos de ellos.
Por otro lado, la autora de esta obra, en la que se basa esa película, fue Pamela Lyndon Travers, que solía firmar como P.L. Travers, porque, según decía, así no se enteraban de que se trataba de una mujer y podía vender más libros. No obstante, su verdadero nombre era Helen Lyndon Goff. Nació en Australia en 1899, pero luego fue a vivir al Reino Unido, donde consiguió que se publicara esta obra en 1934, a la que después siguieron varios libros más sobre el mismo personaje.
Confieso que no he leído esa obra, pero, según parece, ocurrió lo de siempre. La productora, Walt Disney, que había comprado los derechos sobre ese primer libro, hizo lo que le dio la gana y, según la autora, en la película, tergiversó por completo la idea del personaje de Mary Poppins.
Así que, a pesar del éxito obtenido, siempre se negó a cederles los derechos del resto de sus obras. Incluso, a mediados de 2012, se estrenó en España una película titulada “Al encuentro de Mr. Banks”, donde esa productora contaba los problemas que había tenido con la mencionada escritora.
Así que no me alejaré más del tema, porque a veces me enrollo demasiado. Nuestro personaje de hoy se llamaba Mary Raleigh Richardson y nació en 1882 en la ciudad de Ontario (Canadá).
A principios del siglo XX, se trasladó a Londres, donde residió en el barrio de Bloomsbury y estudió Arte, dedicándose, posteriormente, al periodismo.
Por lo visto, se afilió al movimiento de las sufragistas, tras haber presenciado el infame Viernes Negro (otro Black Friday), que tuvo lugar el 18/11/1910.

Antes de esa fecha, lord Asquith, llegó al Gobierno, con el apoyo del movimiento
sufragista, tras haberles prometido que presentaría un proyecto de Ley por el que se autorizaría el voto de las mujeres. Sin embargo, no lo cumplió a causa de las presiones de los conservadores e, incluso, de los miembros de su propio partido, el Liberal.
Parece ser que no se pretendía dar el voto a todas las mujeres, sino sólo a las que tuvieran un cierto patrimonio. Así que unos dijeron que no les parecía suficiente y otros que estas mujeres, supuestamente, siempre votarían al Partido Conservador. Curiosamente, ese partido estaba en contra de que las mujeres pudieran votar y sólo decían estar a favor algunos miembros del Partido Laborista.
Esto me recuerda mucho al argumento que utilizaron, en 1931, en España, los partidos de izquierda, para negar el voto a la mujer.
Así que las sufragistas, que también reivindicaban igualdad de trato en divorcios y herencias, se sintieron traicionadas por el Gobierno y no se les ocurrió otra cosa que manifestarse por medio de una marcha hasta el Parlamento.
Parece ser que, durante varias horas, estas mujeres fueron atacadas por transeúntes y policías, requiriendo muchas de ellas el ingreso hospitalario. Por lo visto, dos de esas mujeres, que fueron detenidas por este acto, murieron pocos días después, pero nunca se llegó a demostrar que fuera a causa del maltrato policial, como ellas habían denunciado.
Una de estas víctimas fue la hermana menor de la líder de este movimiento, Emmeline Pankhurst.
Curiosamente, el ministro del Interior, se negó a realizar una investigación sobre estos hechos. Su nombre era Winston Churchill. Igual, por ello, no fue reelegido, tras la II Guerra Mundial.
Como ya he mencionado, a la vista de esos sucesos, muchas mujeres, como nuestro personaje, se afiliaron a ese movimiento.
El problema es que se creó un ala radical, dentro de ese movimiento, que empezó a actuar por su cuenta, provocando frecuentes altercados.

A primeros de junio de 1913, acudieron al hipódromo de Epsom, en Surrey. Allí, a una de ellas, no se le ocurrió otra cosa que manifestarse, atravesando el circuito, mientras tenía lugar esa carrera. De esa forma, una compañera suya, llamada Emily Davison, murió atropellada por uno de los caballos, llamado Anmer, el cual pertenecía al propio rey. Otras versiones dicen que no murió en ese mismo momento, sino 4 días más tarde.
Por lo visto, Davidson, era muy conocida por la Policía, ya que la habían detenido en multitud de ocasiones y, cuando se negó a comer, pues hacía, continuamente, huelgas de hambre, la ataban a una silla y le daban de comer a la fuerza. Lo cual provocó daños graves en su organismo.
Parece ser que, cuando la multitud comprobó que Richardson era otra sufragista, la persiguieron con ánimo de lincharla y tuvo que ser protegida por empleados del ferrocarril.

Posteriormente, Richardson, se dedicó a lo que muchas de sus compañeras. O sea, tirar piedras y romper los cristales de las ventanas del Ministerio del Interior y de la prisión del Castillo de Holloway, donde solían encerrarlas. Aparte de intentar incendiar algún edificio oficial. Según parece, a causa de ello, la detuvieron varias veces y también tuvieron que darle de comer a la fuerza.
Eso de hacer huelgas de hambre fue una táctica que empezaron a usar en 1909, cuando una de las sufragistas, llamada Marion Wallace Dunlop, se negó a comer y, en vista de su estado de salud, el juez la puso en libertad, sólo 3 días después de haberla encarcelado.
Así que el Gobierno se dio cuenta de lo que estaban haciendo y adoptó unas nuevas medidas contra ellas. Utilizando unas sondas, que unas veces eran introducidas por la boca y otras por la nariz. En este último caso, se corría el riesgo de que murieran, si la comida llegaba a los pulmones.
Por lo visto, también, en otra ocasión, nuestro personaje, saltó al estribo del carruaje, donde viajaba el rey Jorge V, para llamar la atención sobre las demandas de su movimiento. Parece ser que la líder de ese movimiento decía que “es nuestro deber violar la Ley con el fin de llamar la atención”. Incluso, llegó a convencer al obispo de Londres, para que apoyara esas demandas.
Realmente, el acto más conocido de Richardson fue el atentado que realizó contra la famosa obra “La Venus del espejo”, de Velázquez.
El 10/03/1914, entró en la National Gallery, de Londres, que es donde, desde 1906, se exhibe esta obra de arte. No debía de haber casi nadie en esa sala, porque a ella le dio tiempo de sacar un cuchillo de grandes dimensiones y asestarle siete cuchilladas al lienzo que contiene esa obra.
Parece ser que un vigilante fue hacia allá, al oír el golpe de los cristales rotos contra el suelo. Lo que ocurrió es que el pavimento estaba muy pulido y, al correr, resbaló y cayó antes de poder alcanzarla. Luego, consiguieron detenerla.
Según ella, había ejecutado esta reprochable acción como una protesta por la detención de la jefa de este movimiento, Emmeline Pankhurst, cuyo lema era “hechos y no palabras”. Un suceso ocurrido unos días antes.

Otra de las frases de esta líder era: “Sólo existe una salida, a menos que estéis dispuestos a retrasar el avance de la civilización dos o tres generaciones. Debéis de otorgar el derecho de voto a esas mujeres. Ese es el resultado de nuestra guerra civil”.
Richardson decía que le había molestado mucho esa detención y también que los hombres se quedaran mirando fijamente el cuerpo de la mujer retratada en ese cuadro. Este acto sólo le costó 6 meses de prisión, que era la máxima pena por romper una obra de arte.
Por lo visto, este movimiento se empleó a fondo en los seis meses anteriores a la I Guerra Mundial. Como ejemplo de ello, podemos destacar la quema de tres castillos en Escocia, el incendio de la Biblioteca Carnegie, en Birminghan, etc. Aparte del ataque a otras obras pictóricas, mansiones vacías, centros deportivos, estaciones ferroviarias, etc.
Incluso, se atrevieron a colocar un artefacto explosivo dentro de la famosa Abadía de Westmisnter, que explotó, pero, afortunadamente, no dejó ninguna víctima.
Incluso, llegaron a quemar las orquídeas del Real Jardín Botánico y además derramaron ácido en el césped de un campo de golf, frecuentado por políticos. Esas quemaduras tenían forma de letras y en ellas podía leerse: “Voto para las mujeres”.
Realizaron un total de 141 atentados en los 6 primeros meses de 1914 y luego ya no hicieron más a causa de las leyes de guerra.
Lo cierto es que, hasta 1918, no empezaron a conseguir lo que buscaban. En ese año, ya pudieron votar las mujeres mayores de 30 años, siendo Nancy Astor la primera mujer que ingresó en la famosa Cámara de los Comunes.
No fueron las primeras, pues en 1893 ya les había sido reconocido ese derecho a todas las mujeres en Nueva Zelanda. En 1906, Finlandia fue el primer país europeo en reconocer también el derecho al sufragio femenino. En la democrática Suiza no las dejaron votar hasta 1971.
Hasta 1928, las mujeres británicas, no pudieron gozar de los mismos derechos, a la hora de votar, que los hombres.
Desgraciadamente, Pankhurst, no llegó a verlo, porque murió ese mismo año, pero un mes antes de que se aprobara esa Ley.
Volviendo a nuestro personaje de hoy, en 1919, se afilió al famoso Partido Laborista y se presentó a varias elecciones, hasta 1934, pero nunca obtuvo un escaño en el Parlamento.
Ese último año, hizo lo mismo que otras compañeras suyas, afiliarse al BUF (Unión de Fascistas Británicos), movimiento liderado por Oswald Mosley. Ascendió en ese partido, llegando a ser la Secretaria de Organización para la Sección de la Mujer. Otros autores afirman que se afilió en 1932 a ese partido.
En 1935, dejó definitivamente este movimiento y también la política, desilusionada porque, según ella, nunca encontró un partido que quisiera proteger a las mujeres.
Seguramente, más de uno podrá pensar que estos comportamientos serían ahora impensables. Sin embargo, acabo de ver varios comentarios a una noticia sobre el
atentado contra el cuadro de Velázquez, donde unas lectoras dicen que entienden y apoyan el atentado que realizó esta mujer contra esa famosa obra de arte.
Al llegar la II Guerra Mundial, varias de estas sufragistas, que habían ingresado en el partido fascista BUF, fueron encarceladas en la mencionada prisión de Holloway, en aplicación del Reglamento de Defensa 18B, tal y como les ocurrió a otros muchos fascistas británicos.
Esta prisión, dedicada a las mujeres, fue inaugurada en 1852 y cerrada en 2015. Parece ser que está situada en una zona próxima al Emirates Stadium. Lugar donde juega el Arsenal FC.
En 1955, tuvo lugar en esa prisión la última ejecución de una mujer. La ejecutada se llamaba Ruth Ellis y había sido condenada a esa pena por haber asesinado a sangre fría a su amante, David Blakely.
Volviendo a nuestro personaje, ya sólo queda decir que publicó en 1953 su autobiografía, titulada “Laugh a Defiance” y murió en 1961, en su casa de la ciudad de Hastings.
Curiosamente, la esposa de Robert F. Kennedy Jr. también se llamaba Mary Richardson y, según parece, se suicidó en 2012.

Increíblemente, también existió otra organización femenina, que se oponía a otorgar el voto a las mujeres en las elecciones generales, aunque estaba a favor de que pudieran votar en las municipales. La Liga Nacional de Mujeres contra el Sufragio se creó en 1908. En su directiva se podían ver algunos nombres muy conocidos, como la de la famosa escritora y exploradora, Gertrude Bell.
Parece ser que no se trataba de un grupo minoritario, como podríamos creer, a primera vista. Sólo, durante el primer año, se afiliaron 9.000 mujeres a este movimiento, creando 104 sucursales por toda Gran Bretaña. Todo un éxito.
Parece ser que argumentaban que, como el Estado moderno era muy complejo y que se basaba en las finanzas, el Ejército, la industria, etc. Pues ellas decían que no podían opinar sobre eso, porque, en esa época, las mujeres no tenían acceso a esos sectores. Es curioso que dijeran eso en un país donde había gobernado durante tantos años la reina Victoria.
Por lo visto, también mencionaban que, si les daban ese derecho a las mujeres, introducirían diferencias políticas en las familias y contribuirían a enturbiar la vida doméstica.
Una de las presidentas de este grupo fue la australiana y también muy victoriana Mary Augusta Humphry Ward, la cual solía escribir cuentos para niños. Curiosamente, también fue tía del famoso escritor Aldous Huxley.
En 1910, esta organización se fusionaría con la Liga de Hombres que se oponían al sufragio femenino. A partir de ese momento, ambas organizaciones fueron presididas por un hombre, hasta que se disolvieron en 1918, con motivo del reconocimiento oficial del derecho al voto de la mujer.

TODAS LAS ILUSTRACIONES DE ESTE ARTÍCULO PROCEDEN DE WWW.GOOGLE.ES

3 comentarios:

  1. Hoy día nos parece obvio que se pueda votar,como persona, pero... no hace tanto que esto era imposible si eras mujer ¡hubo que pelearlo! ¿Por qué no entienden muchos que sigamos en pie de guerra reivindicando un feminismo para conquistar completamente nuestros derechos en total igualdad a los hombres?
    Siento dolor y rabia por la opresión y la discriminación que han sufrido las mujeres a lo largo de la historia.

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    1. A mí todo eso me parece muy bien. Lo que no me gusta es que ese feminismo actual vaya de la mano de ciertos partidos. Precisamente, los mismos que, durante la II República, se opusieron al voto de la mujer.

      Tuvo que ser una mujer, Clara Campoamor, que militaba en un partido de centro, la que consiguiera el voto femenino, apoyada solamente por los partidos de centro y de derecha.

      Sin embargo, otra mujer que siempre se las dio de muy feminista, como fue Victoria Kent, que militaba en el PSOE, se opuso al voto femenino en las Cortes, porque así se lo ordenó su partido.

      Curiosamente, antes de que existiera el voto femenino, las mujeres podían ser elegidas para las Cortes republicanas, pero solamente con el voto de los hombres.

      Años después, cuando Clara Campoamor quiso ingresar en el PSOE, le vetaron su entrada y hasta le negaron el pan y la sal.

      Murió en el exilio, sola y ciega.

      Muchas gracias por tu comentario y saludos.

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  2. me da mucha bronca el o la que escribio esto, ellla solo hizo luchas por el voto nada màs como mujer queria votar y miren todo lo que le hicieron es aberrante no puedo creer que encima se transforme en un texto argumentativo no descriptivo, tenga que decir sus opiniones contra ella y otra gente sacando esto como informacion buena, es totalemente un informe critico, entonces pongan ese titulo. Pobre mujer

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