Siguiendo con aquel ciclo que
comencé hace tiempo, sobre grupos anti-nazis, esta vez os traigo al blog un
grupo de esos que no habla casi nadie.
Tras la llegada de Hitler al
poder en Alemania, se crearon una serie de grupos para que su partido único
controlara, desde dentro, la sociedad alemana de la época.
No obstante, hay que aclarar que
esta organización ya existía antes de 1933, año de la llegada de Hitler al
Gobierno alemán. Puede parecer extraño, pero no lo es. Los nazis pretendían
crear un estado de opinión a su favor y lo intentaron a todos los niveles. En
este caso, se valieron de la mentalidad inmadura de los niños para meterles sus
ideales en la cabeza.

En cambio, el grupo a que voy a
dedicar este artículo, era mucho más modesto. Destacaban por su ausencia de jerarquías.
Por supuesto, no les daban instrucción militar a sus afiliados, como hacían en
las Juventudes Hitlerianas, para crear futuros soldados. Ni tampoco estaban
separados por sexos.

En total, serían unos 5.000,
estando la mayoría de ellos en Colonia.
A pesar de ser grupos muy reducidos, siempre se consideraron todos como
miembros de los Piratas de Edelweiss.
Aunque parezca poca gente, no
estaría de más comentar que se considera que, por esa época, la famosa y
cacareada Resistencia Francesa la componía mucha menos gente.

Simplemente, solían ser hijos de
familias de la clase trabajadora y muchos de ellos ya trabajaban en fábricas,
para ayudar en casa, ya que todavía no habían sido llamados al servicio
militar.

Sus reuniones se realizaban en
los cafés, en los parques o en sitios apartados. También realizaban
campamentos, viajaban en bicicleta a otros sitios o visitaban a sus colegas en
otras ciudades. Todo ello había que hacerlo a escondidas, pues estaba
absolutamente prohibido por el régimen, ya que
los jóvenes sólo podían realizar lo que les ordenaban las Juventudes.


La forma de organizarse era
prácticamente la misma que sus predecesores e, incluso, utilizaban las mismas
tiendas de campaña de color negro y muy parecidas a las de los indios, que han
venido utilizando después los scouts alemanes.

Durante la guerra, parece ser que
se dedicaron a actividades de propaganda, como recoger folletos lanzados por
los aviones aliados y meterlos en los buzones de las viviendas.
Llegó un punto en que la Gestapo
los arrestó y, tras tenerlos varios días encerrados, los pusieron en libertad, después de
haberles afeitado la cabeza. Lo cual es vergonzoso para un adolescente. En cambio,
parece que ahora está más de moda.
Más adelante, tras enterarse la
Gestapo de que estaban ayudando a escapar a algunos desertores alemanes y
protegiendo a presos escapados de los campos de concentración, el propio Himmler,
ordenó realizar una redada contra esos grupos.
Con el tiempo, algunos de esos
piratas, se habían pasado, con sus antiguos camaradas, a un grupo llamado Ehrenfeld,
por estar radicado en el barrio de ese nombre en la ciudad de Colonia.

La Policía, tras interrogar a
unos sospechosos, descubrió el escondite y allí detuvo a varios de ellos, pero
no a los jefes.
En su huida, los jefes,
Steinbrück y Lorent, mataron a un par de agentes y ambos fueron detenidos unas
semanas más tarde.

A primeros de noviembre, la
Gestapo, tomó cartas en el asunto y ahorcó públicamente, sin juicio previo, a
13 varones, entre ellos, seis
adolescentes, junto a la estación
ferroviaria de Ehrenfeld. Este bochornoso espectáculo se realizó entre la gente
que iba a coger el tren.
El mayor de ellos tenía 57 años y
el menor, sólo 16. En la actualidad, una placa honra la memoria de estos
jóvenes resistentes al nazismo.
El más famoso de ellos era un
chico de 16 años llamado Barthel Schink, que fue ahorcado con los demás.
Su familia, ya en los años 50,
intentó recurrir esa “sentencia”, pues no había sido juzgado. Sin embargo, en
1958, se estimó correcto que se le calificara de criminal en la época de
Hitler.

En la posguerra, las diferentes
potencias aliadas quisieron influir sobre ellos.
Supongo que sería porque los
jóvenes son más fácilmente influenciables y serían los hombres del mañana.
Sin embargo, a pesar de que
algunos de estos subgrupos se dejaron “cortejar” por alguna de las potencias vencedoras,
la mayoría se disolvió, al ver que la política volvía a mandar sobre estas
organizaciones.
Realmente, ellos nunca quisieron
traicionar a su Patria, sino, simplemente, querían derrocar al régimen de
Hitler, que se dice muy pronto.

Sin embargo, los capturados por
las autoridades soviéticas, fueron condenados a unas penas muy importantes, concretamente
a 25 años de prisión.
Evidentemente, esta gente no tuvo
nada que ver con la llamada Operación Edelweiss, puesta en práctica por el
Ejército alemán, en 1942, con el objetivo de capturar las zonas petrolíferas
del sur de la antigua URSS.
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Además, el Gobierno de Alemania, les reconoció públicamente como “luchadores de la resistencia” y héroes.
Hasta aquí, la historia de uno de
los muchos grupos de alemanes que lucharon contra el régimen nazi. En este
caso, se trataba de un grupo de jóvenes que tuvieron la mala suerte de venir al
mundo en un tiempo de guerras. Sin embargo, no quisieron tomar el camino más
sencillo, que fue el que eligieron la mayoría de los alemanes, hacerse nazis.
Lo que no entiendo es por qué
eligieron el nombre de Edelweiss, pues, según parece, era la flor preferida de
Hitler.
Para terminar, en una de las
canciones de este grupo decían lo siguiente: “Nuestra canción está llena de libertad,
amor y vida. Somos los Piratas de Edelweiss”.
Espero que este artículo os haya
gustado.
¡¡¡Los judaicos como siempre queriendo glorificar a unos vulgares gamberros y TRAIDORES A SU PATRIA como héroes anti "nazis" ...PURA Y DURA ESTUPIDEZ!!!
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