ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

sábado, 18 de julio de 2015

EL HUNDIMIENTO DEL CRUCERO LUSITANIA



El otro día me enteré de que en mayo de este año se había conmemorado el primer centenario del hundimiento de este enorme trasatlántico y de la muerte de muchos de sus pasajeros más los miembros de su tripulación. Así que he decidido escribir un artículo para narrar este hecho, pues, según dicen, fue una de las causas por las que USA entró en la I Guerra Mundial.
Parece ser que en ese momento los británicos veían amenazada su superioridad en los mares, ya que, tanto los USA como los alemanes, estaban construyendo trasatlánticos para hacerles la competencia. Así que el propio Gobierno británico le dio un préstamo de 2.500.000 de libras a esta naviera para que construyera la nave. Parece ser que impusieron que esta nave y su gemela tuvieran siempre pabellón británico y que estuvieran a disposición del Gobierno, en caso de guerra.
La construcción de este enorme barco fue encargada por  la naviera Cunard Line a unos astilleros escoceses, entrando en servicio en agosto de 1907.
Sus medidas eran 239,88 m. de eslora, 26,52 m. de manga y 10,24 m. de calado, además de 31.550 Tm de desplazamiento, consumiendo diariamente 1.000 Tm de carbón a una velocidad de 25 nudos.
Así que, junto a su gemelo, el RMS Mauretania, que entró en servicio unos meses más tarde, eran los mayores barcos del mundo. Posteriormente, botaron el RMS Aquitania.
Eso  fue hasta que su competidora británica  la White Star Line puso en servicio el RMS Olympic, en 1911, y el famoso RMS Titanic, en 1912.
A todos estos barcos se les equipó con el mayor lujo posible para la época. Como unos hoteles de 5 estrellas de ahora.
Era lo más moderno que se podía construir en esa época y disponía de muchos compartimientos estancos, suficientes para el buque tardara mucho en hundirse. Aparte de un número suficiente de botes salvavidas para todos los pasajeros y la tripulación.
Podía llegar a transportar casi 2.200 pasajeros y 800 tripulantes, una barbaridad para aquella época y todo con un detallado lujo que enseguida fue copiado por la competencia.
En mayo de 1915 la nave iba a hacer el viaje de regreso entre Nueva York e Inglaterra. Como USA todavía era neutral, la embajada imperial alemana en USA hizo una advertencia a los pasajeros y al capitán de que podrían ser hundidos, por ser consideradas como zona de guerra las aguas próximas al Reino Unido.
Al comienzo de la I GM, esta nave fue cedida al almirantazgo militar británico, ya que, en su construcción,  se había previsto que pudiera tener en el futuro un uso militar. Lo que ocurrió es que, al ser tan grande, el gasto en combustible se llevaba por delante los presupuestos de la Marina británica y se la volvió a dedicar al tráfico de pasajeros, para que se pudiera amortizar su costo. Eso era, al menos en teoría.
Según el Derecho Marítimo, vigente en ese momento, si a un capitán le daban la orden de hundir todos los barcos de otra potencia, en el caso de los civiles, se ordenaba desalojar el barco enemigo, bajando a los botes salvavidas y luego se le hundía, cuando ya se encontrara vacío.
El problema es que, con la llegada de la IGM, todas esas normas internacionales, se convirtieron en papel mojado. Incluso, muchos barcos mercantes se convirtieron en barcos militares, dotándoles de artillería.
Al declarar, los ingleses, un bloqueo completo sobre el Mar del Norte, incluso para mercantes con alimentos, los alemanes contrarrestaron esta política con el uso masivo de submarinos y declarando el bloqueo sobre aguas británicas.
Los ingleses se dedicaron a abordar todos los barcos que pasaran alrededor de sus aguas y comprobar todas y cada una de las mercancías que llevaban y a dónde las llevaban.
Según los especialistas, los submarinos no podían, en principio, “tomarse la molestia” de avisar a los pasajeros, antes de hundir el barco, porque eso implicaría que los otros pudieran dar la señal de alarma y que no tuvieran tiempo de escapar, por ser aún estas naves demasiado lentas.
Como era la primera vez que se utilizaban los submarinos en una
guerra a gran escala, porque a pequeña escala ya se habían utilizado durante la Guerra Civil USA, pues había muchas discusiones al respecto, sobre la forma de proceder en el conflicto.
Dada la enorme ventaja de la Marina británica, en aquella época, la mayoría de los especialistas alemanes estuvieron a formar de saltarse todas esas normas para conseguir hundir la mayor parte de los mercantes posibles, que fueran con destino al Reino Unido.
Quisieron utilizar la misma estrategia utilizada por Napoleón. Como los ingleses apenas producen alimentos en su territorio, tienen que importarlos de sus colonias o de otros países. Si se consigue que estos alimentos no lleguen al Reino Unido, se conseguirá que se rindan por hambre. Esto estuvieron a punto de conseguirlo los alemanes durante la II GM.
El boicot sobre las costas inglesas, decretado por Berlín, no hizo ninguna gracia en USA y el presidente de este país advirtió muy claramente a los alemanes de que, si hundían alguno de sus barcos, tomarían medidas al respecto.
No obstante, el almirantazgo alemán, no se cortó un pelo y, nada más iniciarse la guerra, envió 20 de sus 28 submarinos a patrullar las costas cercanas a las Islas Británicas.
En mayo de 1915, nuestro trasatlántico estaba ya preparado para zarpar de
Nueva York con rumbo a Liverpool (Inglaterra). Este no era su viaje inaugural, como le ocurrió al Titanic, sino que hacía ya el número 202, porque hacía este trayecto semanalmente. Así que su tripulación tenía una gran experiencia.
Como si fuera una premonición, la embajada alemana en USA, encargó la
publicación en toda la prensa neoyorquina de una nota advirtiendo que podrían ser atacados por sus submarinos, pero nadie la tomó en cuenta, porque llevaban bastante tiempo publicando la misma nota.
Lo cierto es que el mismo capitán, William Turner, sabía que llevaba 173 Tm de munición de todo tipo, camuflado dentro de la nave. Sin embargo, otras fuentes hablan hasta de 5.000 Tm. El conocimiento de este hecho por parte del enemigo haría que se le pudiera declarar como una nave no neutral y también podría ser considerada como un objetivo legítimo por parte de los militares.
También existe todavía una discusión sobre si el buque estaba artillado o no. Lo que sí se sabe es que en el astillero le preinstalaron unas bases donde se podían colocar cañones.
Más o menos, por esas fechas, zarpó de un puerto alemán el submarino U-20, al mando del capitán Schwieger, uno de los marinos alemanes con más experiencia en ese tipo de naves. Concretamente, le habían dado el mando de ese submarino en diciembre del año anterior, aunque llevaba varios años al mando de otras naves de ese tipo.
A este capitán alemán, como a sus colegas, le habían dado la orden de atacar barcos militares o mercantes que fueran del enemigo o ayudaran a éste. Así que dentro de los mercantes metieron a los de pasajeros y de hecho parece que lo intentó anteriormente.
Al capitán Turner le dijeron que no temiera hacer el viaje, porque al entrar en aguas británicas, sería escoltado por un crucero de la Armada de ese país. Lo que pasa es que el ministro de Marina británico, el famoso Churchill, decidió por su cuenta, cancelar esa orden, sin advertir a Turner.
De hecho, el propio Almirantazgo británico, reconoció que no podía proteger a
todas las naves que se dirigieran a su costa. Por eso, les dio una serie de normas como no acercarse mucho a sus costas, navegar en zig-zag, ir a una velocidad potente, pues los submarinos de entonces eran muy lentos, etc.
El submarino U-20 se apuntó en ese viaje el hundimiento de 3 barcos mercantes británicos, antes de hundir  este trasatlántico.
Se apostaron al sur de Irlanda, en la zona del canal de Bristol, para intentar hundir algún barco con el único torpedo que les quedaba.

A pesar de la prometida protección británica, el capitán Turner, les pidió a los pasajeros que cerrar todas las cortinas y no fumaran en cubierta, para que no vieran esas luces los vigías de los submarinos, que pudieran estar en esa zona. Incluso, mandaron a algunos miembros de la tripulación a correr todas las cortinas de los camarotes.
Como se formó una de esas nieblas que suelen hacer invisibles las costas británicas, el submarino alemán, viendo que no pasaba nadie por allí y que sólo le quedaba ya un torpedo, empezó a prepararse para el regreso a su base.
También a causa de la niebla se le ordenó al barco hacer sonar sus sirenas cada minuto y acercarse a la costa, aunque eso estaba en contra de las órdenes que le habían dado al salir de puerto.
Como ya se sabe “mañanita de niebla, tarde de paseo”, pues a la hora de la comida la visibilidad era excelente. Así que el submarino, que no andaba muy lejos de allí, lo vio perfectamente y decidió seguirle.
A las 13.40 tomó la decisión de lanzarle el único torpedo que le quedaba y se oyó una explosión, seguida por otra aún mayor, que consideraron inexplicable los del submarino.
El trasatlántico se giró enseguida y los miembros de la tripulación tuvieron que bajar los botes a base de cortar las amarras con hachas.
El barco tenía un gran agujero en la proa y se inclinó, inmediatamente, mucho a estribor. Así que el barco se hundía con una gran rapidez.
Evidentemente, el submarino, no se quedó a ayudar. Se limitó a sumergirse y a tomar el rumbo de su base en Alemania.
En un tiempo récord, en sólo 18 minutos, el barco se hundió. Se lanzó de proa y se quedó a sólo 90 metros de profundidad y a 11 millas de la costa. Esto todavía es un misterio en nuestra época. El Titanic tardó 2 horas y 40 minutos en hundirse. Sólo consiguieron salvarse unas 700 personas.
Aunque se enviaron hacia la zona todas las naves disponibles, no pudieron llegar antes de 2 horas y se encontraron con 1.195 personas muertas. Entre ellas, 291 mujeres y 94 niños.
Uno de los fallecidos más famosos fue el multimillonario USA Vanderbilt, al cual se le vio por última vez cuando regalaba su chaleco salvavidas a una mujer. Hasta se ofreció un cuantioso rescate a quien lo hallara. Efectivamente, su cuerpo fue encontrado unos días después, no lejos de la zona del hundimiento.
Un pasajero español, llamado Vicente Egaña, se portó como un héroe ayudando, en el agua,  a mucha gente a llegar hasta los botes. Luego fue recogido por uno de ellos que le llevó hasta la costa.
El presidente de los USA, Wilson, quedó conmocionado por la cantidad de víctimas norteamericanas, unas 128, que hubo en ese naufragio, de las 139 USA, que navegaban en el mismo.
En USA siguen pensando que deben permanecer neutrales, pero ya hay mucha gente que está a favor de entrar en la I GM.
Tras este hundimiento, y el otros dos barcos, uno de ellos, el Sussex, donde viajaban el compositor español Enrique Granados y su mujer, falleciendo ambos en el mismo, fueron más que suficientes para que USA le exigiera a Alemania que no hundiera más barcos de pasajeros, sin avisar previamente y permitir su desalojo.
Unos dicen que a causa de estos hundimientos, los USA, entraron en la IGM. Sin embargo, otros, con una mentalidad más práctica, afirman que no fue esa la causa, sino que los USA habían prestado dinero a los dos bandos, pero mucho más al Reino Unido y sus aliados. Así que corrían el peligro de perder esta inversión, si los británicos perdían la guerra.
Al llegar el submarino a su base, sus tripulantes se enteraron de la que habían liado a nivel internacional, tras el hundimiento del trasatlántico. No obstante, el káiser no se olvidó de este capitán y lo condecoró con la Cruz de hierro de primera clase.
Lo curioso es que al capitán Turner, que se salvó del naufragio, le acusaron de ser el responsable del hundimiento del buque. Menos mal, que tras el juicio, fue declarado inocente de este hecho.
A pesar de ello, fue repudiado por su mujer y sus hijos, por no hundirse con su barco. No fue despedido por su empresa, pero sí dedicado al transporte de ganado y luego a labores administrativas.
Todavía hay muchos interrogantes, como por qué la Marina alemana atacó a un barco de pasajeros muy conocido o por qué la Marina británica lo dejó sin escolta. A lo mejor, se puede llegar a pensar que Churchill, que, entonces,  era el Ministro de Marina, estaba deseando que los USA entraran en la guerra y quiso darles un motivo para que lo hicieran cuanto antes. No obstante, tardaron casi 2 años en decidirse a hacerlo.
Algo que siempre ha levantado sospechas es que, a pesar de estar hundido sólo a 90 metros de profundidad, el Gobierno británico, siempre se negó a que se investigara su hundimiento.
Cuando, por fin, se dieron los permisos, se comprobó que el barco tiene un gran agujero en la zona de proa y las chapas están dobladas hacia afuera. O sea, que el hundimiento fue provocado por una explosión interna, más que por un simple torpedo.
Lord Mersey, el magistrado que juzgó al capitán Turner, unos años más tarde,  les dijo a sus amigos: "El caso del Lusitania fue un negocio sucio". 



















3 comentarios:

  1. Magnífico artículo, Aliado. Como bien dices, el hundimiento del Lusitania fue una de las causas de la entrada en la Primera Guerra Mundial, pero yo no diría que la única porque, como bien dices al final del artículo, fue un negocio sucio como siempre que hay intereses económicos de por medio.

    Para empezar, si el hundimiento tuvo lugar en 1915, ¿por qué tuvieron que esperar a 1917 para entrar en la guerra? ¿Por qué alegaron el hundimiento del Lusitania como casus belli si entre su hundimiento y la entrada de USA en guerra hundieron más barcos, uno de ellos el Sussex?

    En cuanto a construir el barco con la condición de estar a disposición del Gobierno en caso de guerra, precisamente por estar en guerra no creo que la naviera hubiera podido negarse a cederlo cuando la Armada lo necesitó, pero esto es teoría mía.

    Hablas de que Churchill descuidó la seguridad del barco. Eso no debería sorprendernos, si ya ocurrió años más tarde con el bombardeo de Pearl Harbor. Igual Churchill lo hizo con el pensamiento de obligar a los USA a entrar en la guerra, como bien dices, pero me parece deleznable que, para conseguir sus propósitos, expusiera a un barco de civiles, y más con las estructuras que tenía montadas para la artillería. Me imagino que no sería fácil camuflarlas.

    Sobre Turner. No puedo jugarle porque se salvara. ¿Dónde pone que se dio toda la prisa del mundo por dejar el barco, como hizo el capitán del Costa Concordia? Igual hubo un momento en que, por más que permaneciera en el barco, ya era inútil porque no se podía hacer más. ¿Para qué añadir una muerte?

    Mencionas lo de que las planchas del caso estaban hacia fuera por una posible explosión interna. ¿No te recuerda un poco al caso del Maine? Porque ya es casualidad que el submarino diera de lleno con el último torpedo que le quedaba…

    Me ha parecido muy buena la alusión al uso de los submarinos en la guerra civil americana y al hecho de citar el número del viaje. Capicúa ¿no? Para que luego digan que trae suerte.

    Por cierto, he visto que ya tienes treinta seguidores. ¡Enhorabuena y que tengas muchos más!

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    1. Para empezar, muchas gracias por tu comentario. Muy amable, como siempre. El problema es que suscitas muchos temas, así que iré contestando por orden.
      Aunque a estas alturas casi nadie se va a creer lo que digo, USA era por entonces un país muy pacífico y con un ejército ridículo, en comparación con los que tenían las potencias europeas, por la sencilla razón de que jugaban a vivir aislados internacionalmente y no querían saber nada de guerras fuera de su continente, así que era muy difícil convencerles de lo contrario.
      También es cierto de que ya empezaban a jugar a ser los amos de su continente y se dedicaban a poner y quitar presidentes a su antojo, pero, para eso, tampoco se necesitaban muchas tropas.
      Desde luego, a Wilson le fue muy difícil convencer al Senado para que aprobara la entrada en la I GM. Así que para eso igual necesitaba el hundimiento de más barcos. Precisamente con el Sussex se ahogaron el compositor Enrique Granados y su esposa.
      Es curioso porque sólo tomaron este barco para hacer el viaje entre las costas del Reino Unido y las de Francia, para luego tomar un tren hacia Barcelona.
      También llama la atención que sólo se hundió la proa de ese barco, sin embargo, la popa continuó flotando y fue remolcada hasta Francia.
      La pareja tenía su camarote en la popa y allí dejaron todo su equipaje, sin embargo, cuando explotó el torpedo, ellos se hallaban en la proa. Enrique se salvó en un bote, pero, cuando vio que su mujer se estaba ahogando en el mar, se lanzó hacia ella y se ahogaron los dos.
      Parece ser que, cuando empezó la guerra, el Lusitania fue cedido al almirantazgo británico, pero, como ya explico en el artículo, al ser sus costes de mantenimiento tan altos, volvieron a cederlos a manos privadas para que se dedicara, como siempre, al transporte de pasajeros.
      También es posible que intentaran camuflar los explosivos en un buque de pasajeros. Por una parte, siempre podrían decir que era un buque neutral. Por otra, si lo hundían, podrían decir que sólo era de pasajeros.
      Bueno, como ya escribí hace tiempo en uno de mis artículos, parece ser que el Gobierno británico, presidido por Churchill, en plena II GM, permitió que los alemanes bombardearan Coventry, aunque ya sabían que iban a hacerlo, para no levantar las sospechas de éstos sobre el desciframiento de los mensajes nazis, por parte de los británicos.

      Saludos.

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    2. El caso del capitán Turner fue muy curioso, porque era un tipo que estaba en muy buena forma física, no parecía el típico capitán galante que se busca para ir al frente de esos cruceros. Por sus comentarios, se podía apreciar claramente que no tenía ningún respeto por sus pasajeros. Sin embargo, era muy amante de la natación y el boxeo.
      Lo cierto es que a lo largo de su vida capitaneó barcos tan importantes como el Carpathia, el Mauretania. Aquitania, etc.
      Era un capitán con mucha experiencia en el gobierno de estos barcos, sin embargo, naufragó en varias ocasiones con todo tipo de naves y siempre se salvó a nado, por lo que fue abandonado por su esposa y sus hijos. Incluso, la compañía llegó a ocultarlo en puestos burocráticos, pues llegó a tener fama de gafe.
      En el caso del Lusitania, el juez llegó a ver que el Almirantazgo británico, cerca del que se encontraba Churchill, que era el ministro de Marina, estaba presionando duramente para que se condenara a este capitán. Sin embargo, el juez tuvo la decencia de no hacer caso a esas presiones y absolver al acusado.
      La verdad es que se dice que acertó a 700 metros de distancia, lo cual me parece una distancia muy alejada para acertar con un solo torpedo. También es verdad que el objetivo era enorme y por eso, quizás, era más sencillo acertar. En fin, yo de temas náuticos no entiendo mucho, así que esto se lo dejo a los técnicos en la materia.
      Desde luego, se piensa que la segunda explosión fue producida por la munición que se albergaba en su interior. Aunque también hay quien dice que podría ser porque había transportado, en su viaje de ida, carbón y ahora sus cámaras tenían el resto de este mineral, que es muy explosivo.
      Efectivamente, los primeros intentos de lucha con submarinos creo que se dieron en la guerra civil USA, aunque me parece que estas naves se movían todavía con tracción humana.
      Saludos.

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