Esta vez traigo al blog a un
personaje con el que me he topado de forma involuntaria y que me ha parecido
muy interesante.
La verdad es que no hay muchos
datos concretos sobre la misma, pero, al menos, intentaré mencionar los que
parecen estar más claros.
Nació en el seno de una familia
noble, por lo que me ha parecido muy raro que no se pongan de acuerdo sobre el
año de su nacimiento. Parece ser que la mayoría dicen que nació en 1888.
Su padre fue José María Ruiz de
Lihory y de Pardines, barón de Alcahalí y de Mosquera, que llegó a ser
gobernador civil de Baleares, concejal en el Ayuntamiento de Valencia y
diputado en las Cortes, en 1904.
Su madre fue Soledad Resino y de
la Bastida, VIII condesa de Val del Águila y VI Marquesa de Villasante.
En algunos artículos se cita a
nuestro personaje como marquesa de Villasante, pero yo creo que este título y
los demás, los heredó su hermana mayor, Soledad, ya que ella era la segunda.
Casó con sólo 17 años con Ricardo
Shelly, un valenciano de una familia muy conocida allí y que trabajaba en una
compañía de seguros.
Durante este matrimonio, a
Margarita aparte de tener 4 hijos, le dio tiempo a licenciarse en Derecho en sólo 2 años y también estudió 2
cursos de Medicina y algo de idiomas. También conducía ya su coche, cuando
ninguna mujer aún lo hacía.
Margarita se hizo muy feminista,
lo cual no casaba con las costumbres del momento. Así que, unos años después,
según parece, a causa de las infidelidades de su esposo, decidieron divorciarse.
De esa manera, tras dejar sus
hijos a su madre, recobró su libertad
y, gracias a sus contactos, consiguió una
credencial como periodista, marchándose nada menos que al norte de África, para
ser la primera corresponsal femenina de un diario español. En este caso, se
trataba de “La correspondencia de España”. Más tarde, también lo sería de otros
periódicos de Madrid.
Así que de esa manera fue, en
todo el mundo, la primera corresponsal
de prensa en otro país y además, en una situación como la Guerra de África.
Fue reclutada por el famoso general
Primo de Rivera, el padre de José Antonio, para espiar en la zona. Parece ser que se
habían conocido antes, cuando el militar había sido capitán general de
Valencia.
Incluso, se disfrazó de moro, en
varias ocasiones, para hacer llegar mensajes del Gobierno español al sultán de Marruecos.
Además, se hizo muy amiga del cabecilla
rebelde Abd-el-Krim, para el que también espió, aunque sólo en el Marruecos
controlado por Francia.
En esa época, hizo buenas
amistades con algunas personas que luego pasaron a primer plano. Como fue el
caso del futuro general Franco. Decían que era de las pocas personas a quien él
admitía que le tutearan, porque, en una ocasión, ella le advirtió que los moros le habían preparado una
emboscada.
Dicen que también brilló en el
arte de la pintura. Quizás, por eso, al acabar la guerra, se embarcó hacia
América, donde retrató a los presidentes
de Cuba, México y USA.
Tras la muerte de su madre, tuvo
que regresar a España, donde se quedó ya definitivamente a vivir con sus hijos.
Fue amiga del famoso escritor
Vicente Blasco Ibáñez, quien la introdujo en el novedoso mundo del cine, lo que
le llevó a ser productora de algunas películas. También lo fue del pintor
Sorolla y hasta del famosísimo fabricante Henry Ford.
Como siempre fue una mujer muy seductora,
se le suponen muchos amoríos con personajes de su época.
Dicen que, tras su vuelta a
nuestro país, siguió haciendo algunas labores de espionaje por encargo de Primo
de Rivera. Algunos afirman que hasta llegó a espiar al ilustre escritor Unamuno.
A finales de los años 30, conoció
a un abogado llamado José María Bassols, el cual tenía uno de los bufetes más
conocidos de Barcelona. Se enamoraron, y, tras divorciarse él de su esposa, se
casaron.
Luchó denodadamente a favor de la
causa de la mujer y de la infancia, durante el período de la II República.
También daba conferencias. En una
de ellas dijo que “la mujer debe de buscar su placer y no el del hombre. Debe de
buscar su realización en la vida activa y no solo en el matrimonio. Debe
participar en la política, en el trabajo, en la lucha…”.
En esa ciudad pasaron la Guerra
Civil y, según comentan algunos, como ya tenía experiencia en el mundo del
espionaje, participó en ese conflicto dentro de la famosa Quinta Columna, aunque
fuera en Barcelona.
Parece ser que siempre tuvo mucha
afición por el esoterismo y la magia
negra, teniendo sus casas decoradas con objetos propios de esos ritos.
Incluso, se comenta que en una
casa que tuvo en Albacete, llegó a recoger a dos antiguos médicos nazis, que
huían de los aliados, los cuales siguieron practicando experimentos en el
sótano de su casa.
En 1954 saltó un escándalo, pues
uno de sus hijos presentó una denuncia contra ella. Resulta que en la misma
afirmaba que su madre, que, por entonces, ya con 67 años, residía en la calle
Princesa, 72 de Madrid, tenía la costumbre de tener muchos animales domésticos
en casa y, cuando morían, los diseccionaba.
El problema es que la criada les
había dicho a los hijos que sospechaba que hubiera hecho lo mismo con su
difunta hija, que había fallecido unos días antes, aquejada de una enfermedad
no aclarada, aunque probablemente fuera leucemia.
Tras una orden judicial, se buscó
por toda la casa, encontrándose unos ojos humanos, una lengua y una mano de
mujer, dentro de una lechera de plástico y latón y flotando en alcohol.
Lógicamente, el juez, Aguado González, ordenó, posteriormente,
la exhumación del cadáver y se comprobó que todos los restos procedían de la
difunta. Incluso, la había depilado el vello púbico, siguiendo la costumbre propia
de los musulmanes.
Aunque algunos afirman que no fue
ella la que realizó las amputaciones, sino aquellos extraños médicos nazis,
nuestro personaje y su marido fueron ingresados inmediatamente en el Hospital Psiquiátrico de
la cárcel de Carabanchel.
De hecho, tras este suceso, nunca
más se volvió a ver por nuestro país, a esos dos médicos nazis. Incluso, se
afirma que la propia CIA estuvo investigando sobre la estancia de estos nazis en
España.
Alguien comentó que nuestro personaje
pretendió con esas partes del cuerpo de la difunta, realizar una ceremonia
ritual para hacer resucitar a su hija.
Dicen que su marido estuvo allí encerrado
poco tiempo, pero que ella recuperó la libertad de inmediato, gracias a una oportuna
llamada procedente del Palacio del Pardo.
En el juicio, por la profanación
del cadáver de su hija, el cual se prolongó durante más de 10 años, se alegaron
motivos muy pintorescos. Uno de ellos fue que, si Franco conservaba en su poder
el brazo incorrupto de Santa Teresa, no tendría por qué ser un problema que
ella conservara algunos órganos de su difunta hija, porque, para ella, era una
santa.
Evidentemente, el juicio acabó
con unas penas totalmente ridículas. No se
podía esperar otra cosa en un caso como éste, con gente con amistades en las más
altas esferas del país.
Todo terminó con sendas multas
para ambos de 5.000 Ptas., actualmente, unos 30€, y una pequeña condena de 3
meses de arresto, que no cumplieron, claro está.
Al final, un triste día de 1968, murió en su casa de Albacete, sola y
arruinada, y, según dicen, habiendo malvendido todas sus propiedades para poder
subsistir.
Bueno pero ella no mato a su hija, por que tanto lio, solo era una cientifica, se inspiro en conocimiento arabe, de la medicina no tiene realmente mucho de malo.
ResponderEliminarBueno, no sé de qué país será Vd., lo que le puedo decir es que en España existe un respeto por la vida humana y por los restos mortales de los difuntos.
EliminarAsí que no se puede realizar una exhumación, salvo que lo ordene un juez y para un motivo muy concreto.
Esta mujer realizó una serie de actos que, entonces, eran ilegales y lo siguen siendo ahora.
La única diferencia es que la pena que figuraba, por estos actos, en el Código Penal, era mayor y ahora es más leve.
A ella la salvó su amistad con el entonces Jefe del Estado, Franco.
Saludos.
¡Impresionante mujer!
ResponderEliminarDisfrutando y aprendiendo .
ResponderEliminarGraias a los creadores de esta pagina .
Muchas gracias por su comentario.
EliminarSaludos del único creador de este blog.
Está enterrada en el cementerio de Albacete. Hoy he visto su tumba
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario.
EliminarSaludos.