ESCRIBANO MONACAL

ESCRIBANO MONACAL
UNA GRAN OBRA MAESTRA REALIZADA EN MARFIL

lunes, 29 de diciembre de 2025

EFEMÉRIDE DEL DÍA

 

Como todos sabemos, al residente en la Moncloa, le encanta colocar a sus afines en lugares estratégicos para tenerlo controlado todo.

Precisamente, como hoy se celebra la festividad de Santo Tomás Becket, al que ya dediqué uno de mis artículos, me ha venido a la memoria lo ocurrido con este personaje.

Tomás fue siempre muy amigo de Enrique II, rey de Inglaterra. De hecho, fue su primer ministro y su compañero de todo tipo de juergas.

El caso es que el monarca andaba escaso de presupuesto y quería hacerse con los bienes de la iglesia de su país.

Vio la ocasión más propicia, cuando murió el arzobispo de Canterbury y no se le ocurrió otra cosa que nombrar a Tomás para ese puesto. Alguien que ni siquiera era sacerdote.

Sin embargo, Tomás se tomó muy en serio su nuevo trabajo y tenía muy claro que ya no le debía lealtad al rey, sino a la Iglesia.

El primer conflicto surgió cuando unos nobles asesinaron a unos frailes y Tomás le exigió al rey que se los entregara para que los juzgaran los tribunales eclesiásticos. A lo que se opuso el monarca, que era descendiente de Guillermo el conquistador.

Luego tuvieron varios roces más y eso supuso que Tomás excomulgara al rey. Algo que, en aquella época, era muy peligroso, pues podría dar lugar a que le obligaran a abdicar.

Tomás tuvo que exiliarse en Francia. Sin embargo, regresó cuando obtuvo el perdón real.

No obstante, el rey quiso seguir acaparando las riquezas de la Iglesia y Tomás se opuso a ello.

Así que una noche, en la que estaba más borracho que de costumbre y le acompañaban tres de esos pelotas, que suele haber en todas las Cortes reales, exclamó que si no había nadie en el mundo que le quitara del medio a Tomás.

Así que tal día como hoy, pero de 1170, esos tres esbirros se presentaron en la abadía de Westminster y, cuando Tomás estaba dando una misa, le asesinaron, dándole un tajo con la espada en la cabeza.

Al día siguiente, el rey quedó consternado por el asesinato cometido y condenó a muerte a sus asesinos.

No obstante, el fin de las hostilidades no acabó hasta que el rey se presentó en la abadía y fue azotado, públicamente, por un grupo de monjes.

Todo eso aparece en la gran película Becket. Estrenada en 1964. Dirigida por Peter Glenville y con la actuación magistral de sus dos protagonistas: Peter O’Toole y Richard Burton.

Una película muy recomendable, la cual está basada en la obra teatral “Becket o el honor de Dios”, escrita por Jean Anouilh y estrenada en 1959 en París.

Aprovecho para desearos a todos un MUY FELIZ AÑO 2026.

 

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